Educación a Distancia en Línea: Una Breve Introducción

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Educación a Distancia en Línea: Una Breve Introducción
Por: Juan Carlos Torres Mejías
"La educación en línea es una tendencia que cada día nos envuelve más, por esa
razón es útil y necesario, como profesores de una universidad a distancia tener claros
algunos conceptos que guían el trabajo docente. En este documento se presentan
algunas ideas que tienen por objetivo situar al docente en el contexto de un modelo
educativo a distancia y comprender cuál es su papel y responsabilidad en el
aprendizaje de los estudiantes y en el éxito de un programa educativo.
Actores y elementos de un proceso educativo a distancia
Generalmente los modelos educativos a distancia se sustentan en tres elementos: los
materiales educativos, la asesoría o tutoría de un profesor o especialista en el tema y la
evaluación como medio de acreditación. Estos elementos se complementan con:
infraestructura administrativa, sistemas de gestión, centros universitarios, fuentes de
información, entre otros, que se integran en un modelo pedagógico como un
completo y complejo sistema de relaciones orientadas a cumplir un objetivo: educar.
Los actores de este proceso son los profesores, los estudiantes y la institución que
auspicia el programa, con lo que tenemos un proceso educativo constituido por el
universo de relaciones que puedan surgir entre los actores y elementos del modelo.
El profesor es el encargado de conducir el proceso, trazando las líneas de aprendizaje
que debe seguir el estudiante y proveer de los recursos educativos necesarios; su
trabajo se plasma a través del desarrollo de materiales y la asesoría; su participación es
vital ya que de su correcto desempeño depende el éxito del programa, ya sea en
términos de asimilación de contenidos, como de niveles de deserción, aprobación y
satisfacción del estudiante.
El estudiante es el centro del modelo educativo, hacia él se encaminan todas las
acciones y esfuerzos del docente y de la institución. En un modelo a distancia es
necesario tener claro que el estudiante es el protagonista de su propia formación, es él
quien, a través de esfuerzo y perseverancia, va alcanzando metas que en conjunto
significan su titulación. El carácter autoformativo de los materiales educativos guarda,
de forma implícita, la labor del estudiante; su aprendizaje es en gran parte autónomo y
autorregulado. Es autónomo debido a que él es quien desarrolla las diferentes
actividades, tareas y lecturas de cada sección que comprende la asignatura; es
autorregulado, debido a que él es quien marca su propio ritmo de aprendizaje según
sus posibilidades de tiempo, distribuyendo la carga de trabajo a lo largo del tiempo a
fin de poder culminar el total de actividades dentro de los plazos previstos.
La institución, por su parte, es la encargada del sustento académico, legal y de
infraestructura de los programas educativos que se ofrecen. Las obligaciones
institucionales se pueden agrupar en dos. El primer grupo se refiere a todos aquellos
aspectos logísticos, organizacionales, tecnológicos que, en conjunto, constituyen la
plataforma necesaria para que el proceso educativo se desarrolle adecuadamente;
el segundo grupo está constituido por los aspectos académicos y legales, que dan el
rigor, calidad y validez al programa.
La armonización de los elementos y los actores del modelo educativo es una tarea
compleja. Sobre cada uno de estos elementos y actores influyen varios factores que
pueden causar desequilibrios a la hora de operar en conjunto. Los detalles operativos,
los académicos y metodológicos tienen gran importancia y significación para el éxito
de un programa. De aquí surge la necesidad de tener claramente definidas funciones
y responsabilidades de los actores y especialmente que estos conozcan el modelo y el
papel que en éste cumplen los demás intervinientes en el proceso. La integración del
trabajo de los actores, las facilidades y recursos que presentan los elementos del
modelo logran un todo integrado e interrelacionado afectado por un conjunto de
variables interdependientes cuya incidencia es fundamental en el desempeño de los
demás componentes del sistema.
Modelos educativos presenciales y a distancia
Constituyen un sistema complejo de procesos orientados a lograr un aprendizaje más
significativo en el estudiante. Está integrado por un conjunto de subsistemas con
funciones específicas en los que intervienen variables interrelacionadas e
interdependientes. Desde una perspectiva general, el modelo educativo puede
centrar su accionar en el profesor o en el estudiante; en el primer caso, los modelos
educativos que centran su acción en el profesor son utilizados por instituciones
educativas que imparten formación presencial; en el segundo caso, los modelo
educativos que centran su accionar en el estudiante, son utilizados por instituciones
que imparten formación a distancia.
Los modelos educativos presenciales tradicionales se caracterizan por centrar el
desarrollo del proceso en el docente, relegando al estudiante a ser un mero
observador y oyente en la mayoría de casos. Este tipo de modelos ponderan mucho
más la enseñanza que el aprendizaje (Duart-Sangrà, 2001) y su aplicabilidad se limita a
entornos presenciales. El docente cumple un papel protagónico en el que conjuga la
utilización de algunos recursos, principalmente la pizarra y su voz; a través de estos,
logra lo que comúnmente conocemos como “transmisión de conocimientos” más que
aprendizaje efectivo, siendo el resultado un bajo nivel de asimilación y un consecuente
“conocimiento temporal” que tiende a olvidarse con facilidad. El estudiante, por su
parte, es un receptor de la transmisión que realiza el profesor; su aprendizaje se limita,
en muchos casos, a lo que pueda memorizar como resultado de “escuchar y ver”.
Los modelos educativos a distancia, por su naturaleza, carecen de un profesor que
guíe presencialmente el proceso, por lo que se ven forzados a deslindar el papel
protagónico del docente y pasarlo al estudiante, es él quien a través de una
metodología adecuada y de los medios necesarios para un diálogo didáctico ,
consolida su propio aprendizaje y desarrollo. El aprendizaje se basa en el trabajo, ya
sea a través de lecturas, actividades de aprendizaje, trabajo colaborativo, evaluación
formativa, etc. Este trabajo tiene como ventaja que las actividades de aprendizaje
elevan el nivel de asimilación del contenido, pues se aprende y se asimila mejor lo que
hacemos que aquello que simplemente escuchamos y vemos. Un modelo centrado en
el estudiante es propicio para el autoaprendizaje y la transmisión de valores ; sus
diferentes componentes orientan sus esfuerzos para facilitar el aprendizaje del
estudiante, proveyéndolo de recursos, que complementados con las actividades
previamente planificadas, un adecuado seguimiento y apoyo del profesor permiten
conseguir un aprendizaje más efectivo y significativo.
Modelos educativos y nuevas tecnologías
Es importante tener claro que existe una gran diferencia entre un sistema a distancia y
presencial apoyados por tecnología, los ámbitos en los que cada uno se aplica son
diferentes, y por lo tanto los efectos en la comunidad educativa también son
diferentes. Adicionalmente es necesario tener claro que el aspecto tecnológico es un
elemento que se subordina a los requerimientos y necesidades institucionales y en
ningún caso tiene carácter definitorio sobre las políticas o líneas de acción
institucional. En este sentido se puede decir, que la tecnología es un medio más que
facilita las tareas y en muchos casos abre posibilidades, pero no se constituye en una
camisa de fuerza que condiciona la labor educativa.
Las tecnologías han evolucionado a los modelos educativos independientemente del
enfoque de éstos, han afectado tanto a modelos para formación presencial como a
modelos para formación a distancia. En lo que se refiere a estos últimos, el cambio se
ha dado en sus tres elementos básicos.
Evolución de la didáctica
La forma de enseñar es la que más ha sido afectada, el papel del profesor se ha
transformado, teniendo ahora que contemplar funciones adicionales que requieren de
destrezas y principalmente de motivación; las actividades del profesor se han
diversificado y la nueva concepción general del papel que ha adquirido se puede
resumir con la palabra “gestor” del aprendizaje. Esta nueva tarea debe ser matizada
con cualidades y destrezas que en conjunto posibilitan un desempeño adecuado y
permiten guiar el aprendizaje de un grupo de personas. La tutoría que realiza el
profesor para atender aquellas inquietudes que puedan surgir en el estudiante durante
el desarrollo del aprendizaje, se ha vuelto más flexible. La utilización de herramientas
como correo electrónico, foros de discusión y espacios de debate virtual han
fomentado un nuevo concepto de “aprendizaje colaborativo” en el que se
aprovecha el conocimiento distribuido en cada uno de los estudiantes y profesores
para crear nuevos conocimientos basados en la lectura, reflexión y a través del
intercambio de opiniones argumentadas.
La principal ventaja del empleo de estas herramientas (foros y debates virtuales) está
en la asincronía, los participantes de un foro o debate pueden ingresar sus opiniones
en cualquier momento dentro de un período determinado, pero generalmente amplio
(una o dos semanas) y los destinatarios tienen acceso a cada participación y pueden
responderla si así lo consideran. En el caso del correo electrónico, su aplicación elimina
los inconvenientes de la saturación del profesor con llamadas telefónicas y le brinda
más libertad y tiempo para preparar respuestas y ayudas más elaboradas, a la vez que
permite atender en un plazo prudencial a todos los estudiantes que realizan consultas.
El rol de estudiante también se ha visto afectado, hay que considerar que el
estudiante a distancia es un ente activo y que con las facilidades de comunicación
que presentan las tecnologías, el aislamiento potencial del que era víctima, ha dejado
de ser y se puede valer de espacios virtuales para interactuar y construir su propio
conocimiento como producto de la discusión y el intercambio con compañeros y
profesores logrando un aprendizaje colaborativo.
Las instituciones deben considerar las posibilidades que la tecnología abre a la
enseñanza y preparar al docente para afrontar el reto de combinar posibilidades
didácticas y tecnológicas orientadas a potenciar el aprendizaje del estudiante que es
el objetivo de los esfuerzos que se realizan.
Evolución de los materiales
Es la idea errónea de que la utilización de tecnologías para el aprendizaje, implica
menor carga de actividades por parte del estudiante. La realidad es que este trabajo
a distancia es arduo y se basa en las actividades y la lectura de contenidos. Los
materiales impresos, aunque parezca difícil creerlo, no han pasado de moda, aún las
más importantes universidades del mundo mantienen este medio como elemento
básico de sus modelos educativos. Es muy común que los estudiantes reciban libros de
texto, inclusive guías didácticas impresas, así mismo las universidades virtuales utilizan
artículos científicos que cuando no son enviados físicamente, son descargados desde
la Internet por los estudiantes, quienes se encargan de imprimirlos. Los materiales
educativos digitales como libros electrónicos, aplicaciones multimedia, entre otros, son
considerados elementos de apoyo, muy útiles, pero no indispensables en un proceso
de formación a distancia apoyado por tecnología. Este tipo de materiales tiene un
ámbito de aplicación dentro del contexto de un curso o asignatura, debe enmarcarse
a cubrir aquellos aspectos en los cuales las ventajas de su aplicación son prácticas y
efectivas.
Las tecnologías han permitido que los materiales educativos vayan adquiriendo
nuevas formas y presentaciones, la interactividad que se puede lograr con las
aplicaciones multimedia, la portabilidad de los libros electrónicos, el audio y video son
elementos que cuentan con grandes ventajas para lograr un aprendizaje más
significativo. El aprovechamiento de estas ventajas radica en su dosificación dentro
del contenido, una combinación adecuada pero principalmente práctica, asegura un
mejor resultado en la satisfacción y nivel de asimilación del estudiante.
Evolución de la evaluación
Educación a distancia la evaluación es tomada de dos formas: la primera de ellas
como estrategia de aprendizaje, la segunda como medio de acreditación de
conocimientos. En cualquier caso, la tecnología aplicada a la evaluación permite
personalizar el proceso y potenciar las habilidades del estudiante. Son muy usuales las
autoevaluaciones interactivas, en las que la retroalimentación argumentada e
inmediata es muy importante y útil para que el estudiante pueda conocer el nivel
alcanzado y a la vez corregir y conocer las partes del contenido en las que debe
centrar más su atención. Las evaluaciones en línea son muy comunes para cierto tipo
de programas, en ellas se dispone de un periodo de tiempo determinado para
responder a un cuestionario con preguntas escogidas aleatoriamente y de carácter
objetivo; sin embargo no son el referente del conocimiento alcanzado por el
estudiante. A pesar del desarrollo tecnológico logrado, no se puede tener la certeza
de que la persona que realiza la evaluación en línea es quien deba ser, por esa razón
la evaluación en línea se aplica como estrategia de aprendizaje que lleva al
estudiante a poner en práctica lo aprendido y a la vez a saber cuáles son sus
falencias.
Conclusiones
Es necesario tener claro como docentes de una institución de enseñanza abierta que
el modelo que se aplica es centrado en el estudiante y por lo tanto el trabajo del
docente se amplía en el sentido de ser un guía, motivador y facilitador; y se limita en el
sentido de protagonizar el proceso y considerar al estudiante como un receptor de
aquello que se pueda únicamente transmitir. El ser uno de los elementos de un modelo
educativo a distancia implica una predisposición del profesor a coordinar que fluya el
aprendizaje y los recursos y considerar al estudiante, ya no como un elemento aislado
sino como una parte activa de la comunidad educativa “conectado” gracias a las
tecnologías.
El aprendizaje del estudiante a distancia está basado en lo que él puede desarrollar y
construir a través de actividades de aprendizaje, lecturas, desarrollo de
autoevaluaciones, trabajos grupales y con la ayuda del profesor y su enseñanza
distribuida a través de los materiales, asesoría y retroalimentación. La conjunción de
estos esfuerzos se plasma en la adquisición de habilidades, destrezas y construcción de
conocimientos.
REFERENCIAS
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Como gestionar el cambio tecnológico, Gedisa, Barcelona, pág 25-56
DUART J., SANGRÀ, A., 2001, Formación universitaria por medio de la web: un modelo
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GARCIA ARETIO L, 2001, La educación a distancia: De la teoría a la práctica, Ariel,
Barcelona
MIR, J., REPARAZ, C., SOBRINO, A., 2003, La formación en Internet, Ariel, Barcelona
ROMERO, L., RUBIO, M., 2002, Lineamientos para la educación a distancia, UTPL, Loja
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