Dolor muscoloesquelético agudo - International Association for the

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Dolor muscoloesquelético agudo
Introducción
El dolor muscoloesquelético agudo es el dolor que se percibe dentro de una región del cuerpo y se cree que
proviene de los músculos, ligamentos, huesos o articulaciones de esa región. Se excluye de la definición el dolor
provocado por causas locales graves, tales como tumores, fracturas o infecciones, y causas sistémicas y
neurológicas. Los tipos de dolor se mencionan de acuerdo con la región afectada, por ejemplo, dolor de espalda,
dolor de cuello, dolor de hombro, dolor de nalgas, dolor de cadera, dolor de rodilla y dolor de tobillo.
Epidemiología y economía
El dolor musculoesquelético es tan común que algunas personas lo consideran parte normal de la vida. Las
causas graves son poco frecuentes; la historia natural es generalmente benigna. La mayoría de los episodios se
autolimitan. Los costos económicos se producen cuando el dolor musculoesquelético agudo se investiga y trata
de manera innecesaria.
Fisiopatología
• El dolor musculoesquelético agudo involucra la activación de nocirreceptores en músculos, ligamentos o
cápsulas articulares. El dolor después de un esfuerzo o lesión se atribuye a desgarros de músculos o
ligamentos. En ausencia de lesiones, se desconoce la patología.
• El dolor de un músculo puede referirse a la articulación sobre la cual éste opera. Por lo tanto, el dolor en
una articulación no necesariamente implica que éste se origine allí. El origen puede estar en uno de los
músculos cercanos.
Características clínicas
• Las características cardinales clínicas son dolor, sensibilidad y rango limitado de movimiento. Ninguna de
estas características es específica para una causa u origen de dolor en particular. La sensibilidad no
puede distinguirse de la hiperalgesia en las estructuras que rodean al origen real del dolor.
• Generalmente, el examen físico carece de confiabilidad o validez, o de ambas cosas, para establecer
con exactitud el origen del dolor en particular. Por lo general, las imágenes médicas no son diagnósticas.
Los cambios que comúnmente se adjudican la causa del dolor son los cambios normales relacionados
con la edad.
Criterios de diagnóstico
• Los criterios de diagnóstico esenciales son el dolor y la sensibilidad en una región en particular, en
ausencia de cualquier patología grave. En casos con una historia reciente de lesiones, la inflamación es
el signo de lesión cardinal que lo distingue.
• El requisito diagnóstico cardinal es excluir las causas detectables y graves de dolor. Las causas graves
pueden ser la edad avanzada (enfermedad de Paget, mieloma), la historia de traumatismos (fracturas), la
malignidad (metástasis), la penetración en el organismo (infección) o el uso de esteroides (osteoporosis,
osteonecrosis). El examen físico debe excluir deformidades, nódulos, sensibilidad extrema y signos de
enfermedad sistémica.
• Generalmente, no se indican ni se requieren imágenes. No suelen mostrar nada diagnóstico. Deben
reservarse para pacientes que revelen hallazgos sospechosos en la historia o el examen.
•
El diagnóstico diferencial incluye dolor referido de las vísceras o vasos sanguíneos, enfermedad vascular
periférica y tromboembolia.
Tratamiento
• Para esguinces agudos de músculos o ligamentos, el saber convencional indica que el tratamiento debe
incluir reposo, inmovilización inicial, aplicación de frío y ejercicio posterior.
• En ausencia de lesiones, pocas intervenciones tradicionales han resultado ser válidas después del
escrutinio científico. Los agentes antiinflamatorios no esteroideos no son siempre más efectivos que el
paracetamol (acetaminofeno) o placebo. Las inyecciones de esteroides pueden ser efectivas durante
algunas semanas, pero no necesariamente más efectivas que las inyecciones de anestésico local solo u
otros tratamientos.
• El activo terapéutico cardinal es la historia natural favorable del dolor musculoesquelético agudo. Es
necesario poder explicar esto con convencimiento a los pacientes como una intervención terapéutica.
Con posterioridad, se le debería recomendar enfáticamente al paciente (y ayudarlo para que lo logre)
que retome y mantenga su actividad normal, incluido el trabajo.
• Para el dolor de cuello agudo, la mejor evidencia respalda la necesidad de tranquilizar al paciente y
lograr que retome sus actividades habituales y realice ejercicios para mantener la movilidad del cuello.
• Para el dolor de la parte baja de la espalda, existen pruebas sólidas que indican que el régimen de
tratamiento más efectivo incluye explicar, dar seguridad y mantener al paciente activo. Se deben evitar
las terapias pasivas.
© 2009 International Association for the Study of Pain®
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