Unidad II: La dialéctica turismo-territorio en la sociedad globalizada Tema 3: El turismo y el desarrollo sostenible 1. Introducción La economía mundial, a pasar del enorme desarrollo alcanzado, se separa cada vez más claramente entre ricos y pobres. En este marco, en 1990 el PNUD pone en marcha una nueva concepción de desarrollo denominada “desarrollo humano” entendiéndose como un proceso mediante el cual se ofrece a las personas mayores oportunidades, como son la vida prolongada, la educación y el acceso a los recursos necesarios para tener un nivel de vida decente. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entiende el Desarrollo Humano Sostenible como la suma de diferentes sostenibilidades en relación con la demografía, las instituciones, la economía… aunque la Comisión Bruntland afirma que el concepto de sostenibilidad se refiere al medioambiente. Mediante la implantación de la Agenda 21 a nivel local, la sostenibilidad se presenta en tres dimensiones: económica, social y ambiental. El desarrollo humano presenta dos variables: la duración de la vida (baja mortalidad infantil, adecuada alimentación, enfermedades, muertes violentas) y la calidad de vida (PIB, condiciones de habitabilidad, educación, acceso a la información, ocio, y participación en la vida social y pública). La sostenibilidad ambiental sostiene que los recursos naturales renovables no pueden usarse a una velocidad superior a su propia tasa de renovación; que los recursos naturales no renovables tienen que ser utilizados a un ritmo equivalente a la tasa de sustitución por otros recursos renovables; y que la emisión de residuos y contaminantes no puede exceder la capacidad de asimilación y auto depuración de los ecosistemas. En este marco, el desarrollo turístico sostenible para la OMT es aquel que atiende las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras, y protege y fomenta las oportunidades para el futuro. La OMT hace un esfuerzo para adaptar los principios de la sostenibilidad al mundo del turismo. El mayor fenómeno económico que ha experimentado la economía mundial ha sido el arranque y consolidación del turismo como un derecho y una actividad económica de primer orden. El turismo puede constituir un importante motor de desarrollo y un excelente mecanismo de compensación económica y cultural internacional. Pero, sin embargo, puede llegar a ser uno de los elementos más destructivos del medioambiente y un poderoso factor de agresión a las culturas y economías locales. Los principales retos del turismo consisten en superar los vigentes modelos de consumo y producción turística insostenible, garantizando que se respeten los límites de los recursos y sus capacidades de acogida y regeneración. El turismo sostenible debe ser entendido como un turismo económico, social, cultural y ambientalmente sostenible. El turismo es uno de los aliados de la paz. La actividad turística cobra una especial relevancia en relación con el uso sostenible del patrimonio, ya que depende de este para poder lograr su desarrollo de forma perdurable. Debemos distinguir el impacto que el turismo puede ocasionar sobre diferentes tipos de patrimonio. 2. El turismo y el patrimonio cultural tangible El patrimonio cultural tangible se entiende como el conjunto de lugares y bienes que forman parte de la cultural de la nación, región o localidad y deben preservarse para la comunidad. Este patrimonio puede ser clasificado como bienes muebles o inmuebles. El patrimonio de interés cultural constituye también una posibilidad de generar recursos económicos. La preservación en el contexto turístico, se refiere a la necesaria planificación de su explotación. Si la explotación no se hace de manera adecuada, desarrollándose una planificación racional y equilibrada del modo en que se va a realizar, dicho activo puede acabar perdiéndose o deteriorándose. 3. El turismo y el patrimonio cultural intangible El turismo y las ciudades patrimonio. Las ciudades patrimonio de la humanidad se han configurado como paradigma dinámico de la integración entre la conservación de un patrimonio tangible complejo y múltiple con su uso y explotación. Estas ciudades son las ciudades incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. El turismo es uno de los pilares de la economía de la mayoría de las ciudades históricas, pero al mismo tiempo tiene determinados riesgos, sobre todo en el ámbito de la conservación del patrimonio. Los problemas son el deterioro físico del patrimonio, la degradación social, la infrautilización del espacio residencial, la crisis del comercio tradicional, etc. La gestión sostenible del Patrimonio Cultural, requiere conciliar la conservación con las nuevas perspectivas económicas y sociales que abre la función turística, convirtiendo el patrimonio cultural en recurso turístico. La recuperación funcional del patrimonio es una de las apuestas mas solidas para lograr una ciudad sostenible. 4. Turismo y Biodiversidad La diversidad biológica supone la globalización de los aspectos relacionados con la naturaleza y la necesidad de conservarla. Se plantean dos medidas: conservación y utilización. En este sentido, el hombre necesita explotar los sistemas naturales aprovechándose de sus recursos. El turismo, como actividad económica que explota dichos recursos naturales, puede ejercer sobre la diversidad biológica impactos de 3 tipos: físicos (modificaciones en los habitas), químicos (vertidos y descargas de sustancias químicas), y biológicos (introducción de especies exóticas y el tráfico de especies en peligro). La valoración, derivada de la explotación turística, de los distintos recursos naturales es muy diversa según el destino. Entre estos recursos es muy destacable el valor del paisaje que en algunos destinos turísticos es muy elevada, y puede llegar al 75% del total. 5. “La industria turística a la búsqueda de nuevos horizontes” Dentro del complejo entramado en el que se desarrolla el turismo, la industria, como conjunto de empresas que intervienen a la hora de proveer de bienes y servicios de carácter turístico es la principal protagonista. La responsabilidad de un turismo sostenible por parte de la industria se concreta en dos ámbitos: oferta turística que se quiera desarrollar y aplicación de modelos de gestión empresarial sostenibles. Esta doble responsabilidad difícilmente será asumida por parte de unos agentes cuyo único objetivo es la maximización de beneficios. El progresivo aumento de la competitividad entre destinos, y la cada vez mayor exigencia de los consumidores, hace que la calidad, la diferenciación y la seguridad de los destinos se transformen en la preocupación prioritaria de la industria. Tanto los impactos naturales y culturales que produce el turismo, constituyen aspectos básicos de la sostenibilidad que la industria comienza a valorar por la repercusión directa que tienen en su ventaja competitiva. El ahorro que implica la adopción de políticas de ahorro energético o de aguas, puede ser otro de los aspectos positivos para la rentabilidad que generan políticas sostenibles. El ITR ha creado un novedoso sistema de certificación de sostenibilidad y responsabilidad turística, denominado Sistema de Turismo Responsable (STR). El STR pretende integrar al turista-cliente con el destino entendido como la suma del alojativo existente y los servicios existentes. El STR tiene 4 objetivos: 1) Conservación del medioambiente y de los bienes culturales. 2) Satisfacción de las expectativas de los turistas, calidad de los productos y la garantía de la calidad del establecimiento y el destino. 3) Aumento de la calidad de vida de la población de acogida. 4) Compromiso por la sostenibilidad y la responsabilidad social de las empresas en los productos y servicios. 6. “Construyendo los destino sostenibles del futuro” Un destino turístico se compone de distintos agentes implicados que representan y buscan distintos intereses. Se han de tomar en cuenta una serie de aspectos básicos, como son los aspectos económicos, ambientales y sociales, adaptados a las características del destino turístico. Se deben tener en cuenta los aspectos económicos del desarrollo, para garantizar que este recurso puede ser motor de desarrollo de forma indefinida en el tiempo, mediante la creación de un producto turístico competitivo. Se han de valorar los impactos que la actividad turística tiene en el medioambiente, afectando a nivel global y local. Respecto a los impactos sociales que puede causar la actividad turística, se debe garantizar que el desarrollo deriva la cohesión social del destino, la conservación de su patrimonio cultural y la participación de sus habitantes en la planificación y en los beneficios de la actividad turística. Para abordar todos estos aspectos se necesitan herramientas de gestión y acciones específicas mediante las cuales coordinar y valorar todas estas variables de manera adecuada. Estos instrumentos son: la planificación, los mecanismos de mercado y sistemas de compensación, los sistemas de evaluación, los indicadores, los sistemas de participación ciudadana… Las políticas especificas son: la adecuada formación de recursos humanos coherente con el desarrollo turístico sostenible, la adopción de las innovaciones tecnológicas, el intercambio de buenas prácticas, el dialogo entre destinos, etc.