- UTN - Turismo y Hotelería

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Turismo y desarrollo
La aceptación sin restricciones de los beneficios del turismo en la década de 1970 empezó a dar paso, en
las décadas de 1980 y 1990 a una propuesta más analítica y equilibrada sobre el papel del turismo en
el desarrollo, especialmente en lo referente a sus impactos no económicos y a su efecto multiplicador.
Los planificadores del turismo empezaron a incluir factores socioeconómicos y medioambientales en su
trabajo. La visión crítica, desarrollada a partir de 1980, comenzó a identificar impactos negativos tales
como: la especulación inmobiliaria y excesiva ocupación costera y de otros ecosistemas1 (con la consecuente
degradación de territorios y daño a la biodiversidad), la mala planificación de los lugares de temporada
(destinos deteriorados, mal manejo de los flujos turísticos, no establecimiento de capacidad de carga,
polución) o el turismo sexual (y también corrientes indirectas de trata de personas, explotación sexual
comercial infantil, entre otras problemáticas).
En los últimos años, las ventajas económicas de esta actividad ya no son el único criterio para
apoyar el desarrollo del turismo; por el contrario, se exige que si éste va a convertirse en la actividad
principal de alguna localidad esté cada vez más ligado al concepto de sostenibilidad.
Es así que surge, en la práctica, en el mundo del desarrollo y en el ámbito académico, el turismo
sostenible. Este puede definirse como un enfoque integral que busca desarrollar procesos que
permitan que se produzca el desarrollo turístico sin degradar o agotar los recursos que posibilitan ese
desarrollo.
La sostenibilidad en el turismo me ha manifestado de diversas formas, tales como:
ecoturismo, turismo verde, turismo rural o agroturismo, turismo comunitario, turismo
justo, solidario, étnico o más recientemente como turismo responsable. Todos estos tipos son
considerados como medios de desarrollo que buscan minimizar los impactos negativos del turismo y
maximizar los beneficios de esta actividad, reconociendo los límites del turismo, la necesidad de
manejar cuidadosamente los recursos y buscando incorporar conceptos de integración entre los seres
humanos y el entorno. La relación de dependencia y complementariedad entre cultura, medio
ambiente y turismo se ha convertido en una consideración básica al formular políticas turísticas.
La sostenibilidad se aplica también a la elaboración y gestión de proyectos turísticos de diversa
envergadura y escala, a nivel internacional o local.
El turismo puede ser una herramienta eficaz para el avance de la paz y del entendimiento internacional.
Su actividad, como fenómeno social, ha de comprenderse en sus dimensiones social, cultural y ética y,
por tanto, en su contribución potencial a la aceptación de la diversidad y a la unidad de la humanidad.
Turismo sostenible, según la Organización Mundial de Turismo, es aquel que satisface las
necesidades actuales de los turistas y de las regiones receptoras, al mismo tiempo que protege e
incrementa las oportunidades para el futuro de las localidades en las que se realiza.
Es concebido de tal manera que conduzca al manejo de todos los recursos de para que las necesidades
ambientales, económicas y sociales puedan ser satisfechas, manteniendo a la vez la integridad cultural,
armonía sistémica, estética, confort, protección de los procesos ecológicos esenciales, la diversidad
biológica y los sistemas que soportan la vida, entre otros elementos.
En esta labor y como base fundamental, es necesario desarrollar una conciencia turística. La
conciencia turística es la identificación de la población, en general, con los fines y responsabilidades de
la actividad turística. A través de ella los se muestra una actitud positiva hacia los visitantes tanto
nacionales como extranjeros. Para fomentarla se requiere realizar una labor educativa, con acciones
medibles, constantes y a largo plazo, que busque lograr:
☻ Un cambio de actitudes y conductas a favor del trato amigable, cálido y personalizado.
☻ El respeto y la protección del medio ambiente, las tradiciones, las costumbres y la identidad nacional.
☻ El apoyo al esfuerzo que realizan, tanto el sector público como el privado, por la promoción de
inversiones, diversificación de la oferta y desarrollo de la infraestructura.
Como afirman los estados integrantes de la OEA: “lograr la calidad de vida de una nación a través
del turismo es un verdadero desafío, sobre todo en los últimos años de este milenio. No
obstante, esta transformación intelectual no se da por sí misma, sino como parte integral de
una política reglamentada y de un proceso de planificación para el desarrollo del turismo,
impulsado por una comprensión universal del medio ambiente mundial. Una política tal
únicamente tendrá éxito si la comunidad empresarial puede generar utilidades dentro de su
compromiso con el desarrollo del turismo sostenible.”
Dada la necesidad de generar opciones de desarrollo sostenible en el ámbito local, se hace
especialmente relevante al trabajar en lugares en donde se desea poner soluciones al centralismo,
a la exclusión de todo tipo de grupos por ejemplo (por ejemplo: mujeres, indígenas, etc.), generar
oportunidades de desarrollo justas, entre otros factores:
“Cuando se dan las condiciones, el turismo puede ser un interesante complemento dentro de
una política global de desarrollo. Pero para ello es necesario integrar su planificación en las
políticas generales de desarrollo de una región, y no tratarlo de manera aislada. Sólo
considerando esta visión más holística se puede impedir el peligro de sobredimensionar su
papel dentro de la economía general, sobrevalorar su capacidad de desarrollo o enajenar
recursos necesarios para el buen funcionamiento de otros sectores.
En el contexto rural, por ejemplo, esto supone buscar la complementariedad con los sectores
productivos agropecuarios y pesqueros, y no su sustitución. Por ello, el turismo en las zonas
rurales debe integrarse dentro de una estrategia a favor de la Soberanía Alimentaria. Esto
conlleva, por un lado, la denuncia de las actividades turísticas que limitan el acceso de las
comunidades campesinas y pesqueras a los recursos necesarios para la producción de
alimentos destinada al autoconsumo y/o al mercado regional. Por otro, supone valorar que un
turismo gestionado y controlado por el campesinado puede contribuir a consolidar su
economía, y de esta manera coadyuvar al mantenimiento del campesino como productor de
alimentos y gestor del territorio.”
El turismo sostenible posee ciertas características que deben ser consideradas tanto en la gestión de
destinos como en la de empresas turísticas:
• Comportamiento del visitante que es consciente y de bajo impacto,
• Sensibilidad y aprecio con respecto a las culturas locales y a la diversidad biológica.
• Respaldo a los esfuerzos locales de conservación.
• Beneficios sostenibles para las comunidades locales.
• Participación local en la toma de decisiones.
• Componentes educacionales para el viajero y para las comunidades locales.
Asimismo, implica el respeto y cumplimiento de los siguientes principios que pueden utilizarse como
orientadores para la gestión:
� Utilizar los recursos en forma sostenible.
� Aplicar tecnologías limpias o amigables.
� Reducir el sobre‐consumo y el derroche.
� Mantener y proteger la diversidad natural y cultural.
� Integrar el turismo en la planificación (de corto, mediano y largo plazo).
� Sostener y aportar a la economía local.
� Involucrar las comunidades locales (receptoras, de acogida o negocios comunitarios).
� Propiciar acuerdos consensuados entre los actores involucrados en la actividad turística.
� Contar con personal capacitado y ofrecer opciones de desarrollo profesional.
� Responsabilidad en el marketing turístico.
� Reinvertir en el destino e investigación empresarial.
Dentro de la óptica del turismo sostenible, las acciones recomendadas para el manejo sostenible y
sustentable de recursos naturales y culturales, con miras a su uso turístico y recreativo, como
insumo fundamental dentro del Sistema Integral de Turismo son:
� Fomentar la conciencia turística a diferentes niveles, en todos los actores implicados en el turismo y la
sociedad en general.
� Conservar y manejar los rasgos arqueológicos, monumentales, históricos, culturales y
manifestaciones humanas como muestra representativa del patrimonio local (y en los casos que se
encuentre, del patrimonio nacional y/o de la humanidad).
� Conservar y proteger los recursos naturales (flora, fauna, formaciones geográficas, etc.) existentes en
el área.
� Promover y orientar el desarrollo sostenible en la localidad de influencia, de acuerdo a los objetivos
de un Plan de Manejo Sostenible del área turística.
� Brindar educación ambiental formal e informal a los visitantes y ciudadanos nacionales, en especial
pobladores de las zonas circundantes a la zona turística, sobre las riquezas culturales y naturales
(biológicas, ecológicas) del área.
� Promover la investigación científica y la participación de profesionales especializados en diversas
áreas relacionadas con el adecuado manejo de los recursos culturales y naturales.
� Realizar una zonificación del área que involucre el recurso, futuro atractivo y producto turístico.
� Elaborar un programa de uso público y manejo de visitantes, para garantizar su uso racional y
sostenible (establecer la capacidad de carga, rutas, circuitos de recorridos, horarios, temporadas de
visita, etc.).
� En el Plan de Manejo incluir, como mínimo, tres subprogramas: de turismo, de interpretación
ambiental y de educación (a los colaboradores internos, a la comunidad y a los visitantes)
� Realizar acciones de difusión, promoción y relación con los diversos públicos que se relacionan con el
atractivo (sector público, sector privado empresarial, proveedores, clientes, comunidad, entre otros)
para que, a través de las relaciones con la empresa, la entidad o grupo que gestiona el atractivo (y los
materiales de apoyo), estos comprendan, disfruten, utilicen de forma racional y aprecien los valores
culturales, naturales y paisajísticos del atractivo en cuestión.
� Brindar información y educación ambiental sobre los beneficios de la conservación de los recursos
arqueológicos y naturales.
� Ofrecer oportunidades de recreación al aire libre y servicios turísticos que sean compatibles con los
objetivos de manejo del atractivo.
� Generar oportunidades de participación y de empleo digno, preferentemente, orientadas a la
inclusión y generación de oportunidades de la población local.
� En la prestación de servicios, preferir el uso de recursos locales y rescatar valores y productos típicos
de la zona.
� Es imprescindible generar una imagen de sostenibilidad y calidad para entornos urbanos o rurales en
los cuales se desarrolla el turismo.
� Contaminación visual, publicidad excesiva, propaganda electoral, cableados aéreos, mala o poco
uniforme o escasa señalización, inconformidad de fachadas, transporte público desorganizado o de baja
calidad, falta de medidas para regular la iluminación, pérdida de características autóctonas en las
construcciones, entre otros, son aspectos claves para el desarrollo del turismo y que requieren prestar
atención.
� Considerar medidas higiene en la manipulación de alimentos, limpieza de las instalaciones y del
establecimiento en general (especial atención a los sanitarios y servicios higiénicos), entre otros
aspectos.
� Considerar como elemento clave la accesibilidad: aeropuertos, puentes y caminos, señalizaciones,
estaciones y servicios de trasporte público y política de precios de trasporte.
� Actualizar y utilizar el Plan de Manejo Sostenible (o de operaciones), como la herramienta
fundamental que orienta el manejo del área.
� Desarrollar y ejecutar planes operativos sobre investigaciones arqueológicas, biogeográficas,
culturales, entre otros aspectos que contribuyan al desarrollo local (con la colaboración y asistencia
técnica de instituciones e investigadores colaboradores).
� Elaborar información y reglamentos de visita adecuados para los clientes y establecer indicadores de
control para el manejo y las operaciones así como medidas de vigilancia y seguridad en el atractivo, que
puedan ser aplicados de forma práctica y constante.
� Buscar los mecanismos necesarios (comunidad local, voluntarios nacionales y extranjeros, asesoría de
entidades diversas) para contar con guías y personal bien preparado, orientado tanto a la calidad en el
servicio, como a la sostenibilidad. Programar acciones orientadas a su desarrollo humano (capacitación,
formación profesional especialización técnica en el turismo).
� Fomentar el desarrollo de una “cultura turística”: noción de calidad en el servicio, ética profesional,
amabilidad hacia el visitante, responsabilidad hacia el entorno, etc.
� Al desarrollar acciones de marketing y comercialización es preciso ser consistentes y veraces entre lo
que se ofrece y la imagen que se proyecta y, al mismo tiempo, con respecto a lo que el cliente recibe en
la realidad y a lo que encuentra o experimenta en el destino.
� Seleccionar cuidadosamente el segmento de mercado al cual se va a dirigir el producto turístico.
Recordar que el nuevo turista se pregunta ¿qué puedo hacer y ver en el destino? antes de elegirlo. El
viajero busca experiencias diversas, interacción, contacto con la cultura local y la naturaleza y es
conciente a cerca del impacto de sus actividades y del sector turístico en el medio.
Factores y agentes implicados en el desarrollo sostenible en turismo
El turismo es una actividad que contribuye a la transformación económica de las localidades, es por ello
que debe guiarse por criterios de sostenibilidad, descentralización en la gestión, justicia y
equidad en la distribución de ingresos, generación de empleo y prestación de servicios así como
también por el respeto las comunidades receptoras, a sus manifestaciones socioculturales y por la
tolerancia a las interacciones que se desarrollan con los turistas y visitantes. Si es realizado
sosteniblemente, elevará la competitividad del destino, contribuirá al desarrollo social, cultural y
económico de la localidad y promoverá la conservación medioambiental.
El Desarrollo Turístico Sostenible, según la definición emitida y publicada en el Programa 21 en
1995, consiste en orientar el desarrollo turístico hacia el concepto de sostenibilidad, ya que “(...) El
desarrollo sostenible es un proceso orientado que contempla una gestión global de los recursos
con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conserve nuestro capital natural y cultural,
incluyendo áreas protegidas (...)”
Esta definición ha sido modificada por encargo del Comité de Desarrollo Sostenible del Turismo de la
OMT, en su reunión de Tailandia, en marzo de 2004 con el objetivo reflejar mejor las cuestiones de
sostenibilidad en turismo, en vista de los resultados de la Cumbre de Johannesburgo sobre el
Desarrollo Sostenible.
La nueva definición conceptual pone énfasis en el equilibrio entre los aspectos ambientales, sociales y
económicos del turismo, así como en la necesidad de aplicar principios de sostenibilidad en todos los
sectores del turismo y hace referencia a objetivos mundiales como la eliminación de la pobreza.
Es así que el Desarrollo Sostenible del Turismo indica que:
"Las directrices para el desarrollo sostenible del turismo y las prácticas de gestión sostenible
son aplicables a todas las formas de turismo en todos los tipos de destinos, incluidos el turismo
de masas y los diversos segmentos turísticos.
Los principios de sostenibilidad se refieren a los aspectos ambiental, económico y sociocultural
del desarrollo turístico, habiéndose de establecer un equilibrio adecuado entre esas tres
dimensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Por lo tanto, el turismo sostenible debe:
1. Dar un uso óptimo a los recursos ambientales que son un elemento fundamental del
desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar
los recursos naturales y la diversidad biológica.
2. Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos
culturales arquitectónicos y vivo y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y a la
tolerancia interculturales.
3. Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los
agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten
oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las
comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.
El desarrollo sostenible del turismo exige la participación informada de todos los agentes
relevantes, así como un liderazgo político firme para lograr una colaboración amplia y
establecer un consenso. El logro de un turismo sostenible es un proceso continuo y requiere un
seguimiento constante de los impactos, para introducir las medidas preventivas o correctivas
que resulten necesarias.
El turismo sostenible debe reportar también un alto grado de satisfacción a los turistas y
representar para ellos una experiencia significativa, que los haga más conscientes de los
problemas de la sostenibilidad y fomente en ellos unas prácticas turísticas sostenibles."
Las directrices para el desarrollo sostenible del turismo y las prácticas de gestión
sostenible son aplicables a todas las formas de turismo en todos los tipos de destinos, incluidos el
turismo de masas y los diversos segmentos turísticos.
Los principios de sostenibilidad se refieren a los aspectos ambientales, económicos y
socioculturales del desarrollo turístico. Para gestionar adecuadamente esta actividad es
indispensable establecer un equilibrio entre esas tres dimensiones para garantizar su sostenibilidad a
corto, mediano y largo plazo.
En turismo se debe considerar al medio ambiente no solamente como el medio en el cual opera y del
cual extrae recursos para acondicionarlos y emplearlos turísticamente, sino como el entorno integral el
cual presenta condicionantes sociales, ambientales y ecológicas que le afectan y, al mismo
tiempo, fragilidad y escasez ante las cuales debe actuar con ética, responsabilidad y priorizar el enfoque
de sostenibilidad ante cualquier otro.
En este ambiente, sus acciones deben medir el impacto y buscar beneficiar a los seres que en él
cohabitan:
� Seres inanimados o no vivos o abióticos (factores sidéricos, es decir, características de la
Tierra, del Sol, de la Luna, de los cometas, los planetas y las estrellas; factores eco geográficos con
características específicas de un paisaje natural; factores físico‐químicos con características físicas y
químicas del ambiente que determinan una parte importante de las relaciones ambientales).
� Seres animados o vivos o bióticos: Todos los seres vivos (el ser humano, la flora, fauna y
microorganismos) y sus hábitats. Entre ellos encontramos: las relaciones entre organismos (individuos
de la misma especie ‐ relaciones intraespecíficas o entre especies distintas ‐ relaciones interespecíficas;
la vegetación – plantas proveedoras de alimentos, cobertura y refugio; la densidad poblacional o
concentración de individuos de una misma especie o de diferentes especies en un espacio geográfico o
área determinada; los seres humanos, cuya influencia sobre el medio ambiente es cada vez mayor por el
aumento de la población, las necesidades de producción y abastecimiento así como el desarrollo de
tecnología verde, de bajo impacto o “amigable”.
Por ello, los factores que deben conjugarse para el logro de un Desarrollo Turístico Sostenible se
dan en tres ámbitos:
� Sostenibilidad social: Propone un turismo integrado armónicamente la sociedad, a la cultura, a los
valores de la comunidad y orientado al beneficio de la misma. Si se practica un turismo sostenible y
responsable, la interacción y convivencia con otros seres humanos hace que se adquiera,
paulatinamente, un sentido de responsabilidad y de solidaridad para sus congéneres, mediante la
adquisición de las habilidades necesarias que le permiten desarrollarse, comunicarse y asociarse con los
demás. Este desarrollo lo adquiere de la misma sociedad, ya que su personalidad está determinada por
todo aquello que le rodea: ambiente, costumbres, normas familiares, idioma, religión, etc. Así, el
contacto con otros individuos o grupos de individuos que pertenecen a otras regiones o países,
repercutirá forzosamente en su modo de ser y en su conciencia con el medio, pues el comportamiento
social de visitantes y visitados cambiará, al menos temporalmente, para que exista armonía y respeto en
el trato recíproco. Las consecuencias pueden ser cambios en las costumbres, experiencias y vivencias,
que en algunos casos pueden ser negativas.
� Sostenibilidad económica: Se requiere eficiencia en el desarrollo de la actividad turística así como
una adecuada administración y utilización de recursos y atractivos La importancia económica que
genera el turismo tiene gran repercusión desde el marco macroeconómico, siempre y cuando el Estado
desarrolle mecanismos para permitir un aumento del turismo receptivo o externo para la captación de
divisas y un aumento en el turismo nacional para la distribución del ingreso, la generación de negocios
inclusivos y la redistribución de la renta. En el marco macroeconómico, el hotelero, el transportista, el
agente de viajes y demás servidores esperan obtener un beneficio económico y tratando de incrementar
las actividades que permitan, por medio de su cliente (el turista), la permanencia y el incremento de
estas interrelaciones para mayores beneficios. Este aspecto a su vez tiene repercusión en normativas y
disposiciones políticas (legales) así como en aspectos de concentración o dispersión geográfica,
distribución de suelos, zonificación e impacto en áreas naturales o en la biodiversidad, de acuerdo con la
mayor o menor concentración económica en función a la actividad turística.
� Sostenibilidad ambiental: compatibilidad del turismo con los procesos y la diversidad ecológica,
así como el uso racional de los recursos. Al fomentarse una actividad turística local, se debe proceder a
una evaluación de impacto ambiental para asegurarse de que esta actividad aportará beneficios a la
localidad y no causará problemas ambientales. Ciertos beneficios socioeconómicos deben revertir sobre
la sociedad y al mismo tiempo se debe mantener la sostenibilidad turística mediante la protección del
medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad.
A pesar de la diversidad de los ecosistemas, climas, comunidades y jurisdicciones con que cuenta la
región americana, existe una preocupación general de los implicados por compartir los beneficios y
costes del ecoturismo.
La actividad ecoturística debe garantizar beneficios a la región donde se practica. Estos beneficios se
pueden manifestar en mayores ingresos para el mantenimiento de la calidad del destino, en la
conservación del entorno, empleo para las comunidades dedicadas a la actividad y conservación de
recursos naturales al generar alternativas económicas para las poblaciones locales diferentes a la
extracción o explotación irracional e insostenible de los recursos y territorios.
Según los participantes de la Cumbre de Cuiabá (2001), los aspectos más relevantes del debate
generado son los siguientes:
• El crecimiento no debiera ser el objetivo principal del desarrollo sostenible del ecoturismo; el énfasis
debe ponerse en la diversificación de la oferta turística y las actividades económicas de la comunidad.
• Además, el ecoturismo debe fortalecer los aspectos naturales y culturales propios que la comunidad
como destino ha logrado construir. Un ejemplo destacable es la inclusión de prácticas tradicionales
sostenibles (como la pesca) y actividades agrícolas tradicionales dentro del producto ecoturístico.
• En este sentido el simple incremento del número de ecoturistas no es la respuesta adecuada, sino el
seleccionar los visitantes adecuados con disponibilidad para pagar por una experiencia auténtica, de
manera tal que se obtenga beneficios recíprocos, tanto en la satisfacción del visitante, como en los
ingresos económicos para la comunidad local.
• Las oportunidades de agrupación de los empresas comunitarias constituyen un importante medio
para el fortalecimiento de los beneficios en el nivel local, esto puede repercutir especialmente en la
calidad de la promoción. El análisis compartido de las experiencias entre los asociados, puede aportar
lecciones útiles y alertar oportunamente para eludir las amenazas.
• En muchos casos se necesita un amplio rango de fuentes de financiamiento, que incluya tanto al
sector público y privado, así como de otras fuentes tales como las ONG, las instituciones académicas, o
las fundaciones internacionales. Se debería conseguir que las empresas externas, con escalas de
operación mayor, aporten parte de sus beneficios para respaldar proyectos comunitarios.
• Se reconoce las dificultades en el acceso al financiamiento para proyectos de ecoturismo por parte de
las comunidades o empresarios locales; sin embargo, los casos presentados en la Conferencia
demostraron la posibilidad de optimizar las fuentes disponibles para asistencia técnica e investigación,
para lo cual es necesaria una mejor comunicación entre los actores (gobiernos, sector académico, ONG,
empresarios) e inclusive socios no convencionales como por ejemplo los proveedores de equipos.
• Para incrementar los beneficios de los actores locales en el desarrollo del ecoturismo, se requiere el
reconocimiento del valor de la tierra y del conocimiento como un patrimonio que se aporta
efectivamente. Por tal motivo es importante informar y educar a los propietarios locales sobre
tendencias macro‐económicas, los valores de los bienes inmuebles y los beneficios de ser propietario en
el largo plazo.
• Es necesario comprometer a los empresarios con aportes y contribuciones para la conservación de los
recursos culturales y naturales que aprovechan, tanto de las comunidades como del ambiente y en
particular de las áreas protegidas.
• Los mecanismos para generar rentas mediante tasas y otras imposiciones a los visitantes, se
reconocen como necesarios; se resaltó la existencia de una variedad de niveles de aplicación (nacional,
regional, de destino, local, comunitario, etc.).
• La necesidad de obtener mejor información acerca de los beneficios que se derivan del ecoturismo es
primordial, para lo cual se debe desarrollar métodos adecuados de investigación, monitoreo e
indicadores.
• El apropiado manejo de los atractivos debe tomar en cuenta el financiamiento necesario para
desarrollar y gestionar establecimientos y servicios turísticos que minimicen los impactos ambientales,
particularmente en las áreas protegidas.
• El nuevo enfoque del desarrollo y la gestión sostenibles del ecoturismo debe estar basado en la
promoción de incentivos económicos (por ejemplo, fiscales), la educación ambiental y en el
fortalecimiento de las capacidades locales para el manejo, más que en una visión exclusivamente
normativa, que en la mayoría de los casos se ha demostrado que no es efectiva.
• Para facilitar programas de capacitación es importante proveer apoyo financiero y técnico para las
comunidades, tarea en la cual los gobiernos y ONG tienen un papel clave.
• Los programas de capacitación y educación deben cubrir un amplio rango de temas, como idiomas
extranjeros, técnicas empresariales y de operaciones turísticas, impactos ambientales y
socioeconómicos del ecoturismo, historia, cultura, flora y fauna local y nacional, entre otros.
• El establecimiento de estímulos a quienes apliquen tecnologías alternativas y sistemas no
contaminantes en infraestructuras y equipamientos, en pequeñas empresas de ecoturismo o en
proyectos comunitarios es recomendable.
El logro de una acción coordinada, conjunta y planificada que conjugue los ámbitos de acción y los
factores previamente vistos requiere de que todos los agentes implicados en el logro del
desarrollo sostenible en turismo tomen conciencia de sus facultades, responsabilidades y del papel
que desempeña cada uno en la gestión de los recursos y del sector. Estos agentes, en su gran mayoría,
forman parte de la Planta y de la Superestructura Turística y se les puede identificar como:
♦ Ejecutivos y funcionarios de líneas aéreas y aeropuertos.
♦ Administradores de servicios de renta de autos (car rental services).
♦ Ejecutivos, directivos y funcionarios que trabajan en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o
Empresarial (RSE).
♦ Administradores de líneas de cruceros y ferry.
♦ Administradores de spas y resorts turísticos, estéticos y de salud.
♦ Administradores, ejecutivos y funcionarios de establecimientos de hospedaje.
♦ Administradores, ejecutivos y funcionarios de asociaciones de comercio y turismo.
♦ Prensa y medios de comunicación.
♦ Ejecutivos de Relaciones Públicas y Recursos Humanos.
♦ Ejecutivos y funcionarios de trenes y transporte ferroviario.
♦ Ejecutivos y funcionarios de transporte terrestre.
♦ Personal y gerencia de agencias de viajes y turismo.
♦ Tour operadores
♦ El Estado, en especial los responsables de oficinas de turismo local y funcionarios del sector público (a
nivel nacional, regional, provincial, municipal‐local, etc.).
♦ Representantes de Cooperación Internacional
♦ Tercer sector (en especial ONG, organizaciones sin fines de lucro, asociaciones civiles, fundaciones,
mutuales, cooperativas, clubes de barrio, sociedades de fomento, cámaras empresariales, colegios
profesionales, comedores barriales y organizaciones religiosas, entre otras)
♦ La comunidades (la sociedad civil, en general)
Documentos y declaraciones relacionados con el desarrollo sostenible del turismo
Las declaraciones reconocidas por la Organización Mundial de Turismo y otras organizaciones, en
relación con el Desarrollo Sostenible del Turismo son diversas, entre las principales podemos listar:
� Declaración de Manila sobre el Turismo Mundial, 1980.
� Documentos de Acapulco sobre los Derechos a las Vacaciones (Acapulco Documents on the
Rights to Holidays), 1982.
� Carta del Turismo y Código del Turista, Sofía, 1985.
� Declaración de la Haya Sobre Turismo, 1989.
� Carta Mundial del Turismo Sostenible de Lanzarote (Charter for Sustainable Tourism) 1995
(UNEP, UNESCO, UE). En la Conferencia Mundial sobre Turismo Sostenible, en las Islas Canarias,
se acordaron 18 puntos prioritarios para el desarrollo del turismo sostenible.
� Declaración de la OMT sobre la prevención del turismo sexual organizado, Cairo, 1995.
� La Agenda 21 para la Industria de los Viajes y el Turismo (World Travel and Tourism Council –
Consejo de la Tierra, 1996). Su título original es: “Agenda 21 para la Industria Turística: Hacia un
Desarrollo Sostenible”. En ella se señala medidas clave hacia la sostenibilidad que pueden ser tomadas
por los gobiernos y por el sector turístico.
� Declaración de Berlín sobre la Diversidad Biológica y el Turismo Sostenible se realizó en el marco de la
Conferencia Internacional de Ministros del Ambiente sobre Biodiversidad y Turismo. Ministros de 18
países reconocen el rol del turismo ecológico como herramienta para la conservación de la biodiversidad
y hacen un llamamiento a bancos internacionales y donantes para que apoyen proyectos de turismo
sostenible en países en vías de desarrollo (1997)
� Declaración de Turismo Sostenible de Malé en la cual los Ministros de Medio Ambiente y Turismo de
Asia‐Pacífico se acordaron una serie de pautas generales para el desarrollo sostenible del turismo.
(1997)
� Declaración de Manila sobre el Impacto Social del Turismo en donde gobiernos y grupos privados de
77 países y territorios se comprometen a involucrar a las comunidades turísticas en el planeamiento de
actividades turísticas y a combatir la explotación y abusos sociales derivados de la actividad turística.
(1997).
� Conferencia sobre Turismo Sostenible de Lanzarote (Lanzarote Conference on Sustainable
Tourism in SIDS), UNEP, 1998.
� Código Ético Mundial para el Turismo, 1999. Establece normas globales para los actores de la
industria turística y crea un marco global para aplicar prácticas de turismo sostenible
� Acuerdo Mohonk (2000) para el establecimiento de estándares mínimos para otorgar certificaciones
de turismo sostenible y ecoturismo así como una distinción clara entre estos tipos de turismo.
� Hainan Declaration ‐ Sustainable Tourism in the Islands of the Asia‐Pacific Regions (2002).
� Declaración de Québec sobre Ecoturismo, 2002.
� Agenda 21: Sostenibilidad del Sector de Turístico en Europa, Unión Europea, Bruselas 2002.
� Declaración de Québec sobre Ecoturismo
Elaborada en el marco del Año Internacional del Ecoturismo (2002) y bajo el auspicio del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial del
Turismo (OMT). Asistieron más de un millar de participantes procedentes de 132 países, de los sectores
público, privado y no gubernamental. Su principal objetivo es preparar un programa preliminar y una
serie de recomendaciones para el desarrollo de actividades de ecoturismo en el contexto del desarrollo
sostenible.
� Declaración de Djerba sobre Turismo y Cambio Climático, 2003.
� Programa de Trabajo para Turismo Sostenible de la Comisión de Desarrollo
Sostenible (CDS) de las Naciones Unidas. Programa de trabajo multianual aprobado por la CDS en su 11°
período de sesiones, celebrado en 2003, representa el primer trabajo orientado a la acción sobre
turismo sostenible en el que se reconoce la necesidad de un turismo sostenible que proteja la cultura
local y el medio ambiente. El actual programa de trabajo se basa en ciclos bienales en los que alternan
los años dedicados al examen y la formulación de políticas y abarca el período comprendido entre 2004
y 2017.
� Cumbre Ministerial de la OMT sobre Cambio Climático y Turismo ‐ Londres (Reino Unido), 2007.
Entre otros múltiples documentos y eventos realizados para aportar y discutir a cerca del enfoque de
sostenibilidad aplicado al turismo y al desarrollo de los pueblos u otros que contribuyen directa o
indirectamente al desarrollo del ecoturismo.
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