australia: grandes escuelas públicas

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POLÍTICA EDUCATIVA INTERNACIONAL
AUSTRALIA:
GRANDES ESCUELAS PÚBLICAS
“Pude observar en todas las escuelas que visité en la provincia australiana de New
South Wales una gran preocupación de los directores por los maestros y por los
niños, y de los maestros por los niños. En realidad es un sistema centrado en los niños.
La provincia ha definido nueve valores que reflejan las creencias y aspiraciones
de sus habitantes: integridad, excelencia, respeto, responsabilidad, cooperación,
participación, cuidado y compasión, justicia y democracia.”
Eduardo Andere M.*
* Profesor investigador de medio
tiempo del ITAM, y asesor
en temas de política educativa
y escolar.
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Educación 2001
Las escuelas
D
espués de un vuelo desde Singapur, de aproximadamente ocho
horas de duración, que me dejó en
Sydney a las seis de la mañana, y con una
breve escala para registrarme en el hotel,
llegué a una escuela que, a juzgar por sus
instalaciones —sobre todo las deportivas—, sus espacios abiertos, su localización y vista a una hermosa y pequeña
bahía, sería la envidia y el anhelo de cualquier estudiante o educador del mundo.
Esta escuela es una de las 33 del grupo
de Greater Public Schools (GPS) conside-
radas como elitistas, pero no necesariamente desde el punto de vista académico.
En general, en la provincia australiana
de New South Wales (NSW), a la cual
pertenece Sidney, los estudiantes de las
escuelas públicas selectivas —es decir, las
realmente públicas o gubernamentales,
tanto por su financiamiento como por su
administración, que seleccionan a sus estudiantes— obtienen mejores resultados
que los de las GPS o demás privadas.
Se trata de una escuela de 1,500 estudiantes, todos hombres, de los cuales más
de 300 están internados. La escuela no
se jacta, porque lo sabe, de ser la mejor
desde el punto de vista académico,
al menos no con base en las evaluaciones estandarizadas del nivel
estatal, pero sí presume y ostenta
un enfoque integral de la educación. Integral por la formación
académica, deportiva y axiológica.
De hecho, los muy cuestionados
rankings o índices de clasificación
no ubican a esta escuela dentro de
las mejores, sin quedar tampoco
muy lejos de los primeros lugares.
Sin embargo, en todas las áreas de
la escuela se respira un ambiente de
disciplina, concentración, respeto y
estudio. La biblioteca es impresionante: espacios amplios y abiertos;
equipos de cómputo por doquier y
con diferentes arreglos, en batería,
en bahías e individuales.
La formación de los maestros, las
instalaciones y el equipo hacen de
esta escuela una joya que lo mismo
sobresale en los deportes que en
las artes plásticas o la música. Es
un plantel en el que la educación
integral se materializa en laboratorios de ciencias bien equipados;
alberca e instalaciones deportivas
y gimnasio con equipo de todo tipo,
que más se acerca al de un centro
deportivo que al de una escuela;
con talleres para trabajar metales
y maderas, e incluso una pequeña
granja e invernadero didácticos.
Se trata de una escuela única, con
una concepción de la educación en
el sentido más amplio y completo
como pocas he visto en el mundo.
Todo esto adornado por jardines
propios que se unen al mar y con
una vista inmejorable, por un lado
a la hermosa ciudad de Sydney y,
por el otro, a una pintoresca bahía
salpicada de veleros y pequeños yates. Después de tres horas de charlar
con directivos y maestros, de visitar
salones de clases, la biblioteca y las
instalaciones, en un día esplendoroso, hasta mi cansancio olvidé.
Aunque en el aspecto físico los
edificios lucían sus varias décadas
de uso, la nitidez de los mismos y la
cantidad de luz en todos los salones
y laboratorios hacen de esta escuela
un sueño para cualquier persona.
Esta institución en particular, como
otras dentro del grupo de GPS, recibe un subsidio gubernamental de
alrededor de 15% de su presupuesto. A cambio de eso participa en las
políticas estatales curriculares y en
las nacionales respecto a estándares
y exámenes.
De acuerdo con la visión de sus
directivos, el currículum en NSW, en
general, es muy restrictivo y orientado a los exámenes, sobre todo al
examen de salida que se presenta al
terminar el último año de preparatoria y que también es utilizado por
las universidades para los procesos
de admisión. Algo muy similar a
lo que se practica en Irlanda. Entonces, para este tipo de escuelas,
de orientación integral, la lucha
siempre será entre la atención a un
currículum académico y la formación en valores, deporte, expresión
artística, creatividad y religión.
Para muchos padres y madres,
un buen ambiente y una educación
integral con disciplina, que con
frecuencia ellos llaman “valores”,
son más importantes que un gran
prestigio académico.
Escuelas no selectivas de
alto desempeño: el secreto
A mi pregunta de cómo miden el
éxito o el valor agregado de la escue-
la en los estudiantes, los directores
de las escuelas me contestaron que
lo hacen por medio de encuestas
aplicadas a los mismos. Por ejemplo, en una escuela, en los tres años
recién pasados los estudiantes han
respondido en forma consistente que
obtienen más de la escuela que lo
que originalmente esperaban de ella.
La escuela rebasó las expectativas
originales que se habían formado
al ingresar.
Ahora está de moda en muchos
lugares alrededor del mundo este
tipo de medición cualitativa de la
calidad de las escuelas. Y estos estudios, con base en cuestionarios de
percepción, no sólo se realizan con
estudiantes sino también con padres
de familia y maestros. Además, el
método no sólo mide calidad o satisfacción de “los clientes” del plantel
sino también permite obtener retroalimentación de los estudiantes,
padres de familia y maestros, para
mejorar, en general, el servicio y la
calidad educativa. Este indicador es
muy utilizado, sobre todo, por los
sistemas que rechazan la relevancia
para la enseñanza-aprendizaje de
los crudos índices de clasificación.
Es, en el fondo, un instrumento de
control de calidad que ingresa con
fuerza en la lista de deberes tanto de
las escuelas como de las autoridades
educativas y escolares locales.
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Siempre me da gusto visitar
escuelas como la comentada en párrafos anteriores. Sin embargo, éstas
son de alto desempeño, intachables
pero, de alguna manera, elitistas y,
por supuesto, selectivas. En ellas es
difícil separar en qué grado es la
escuela la que explica el buen desempeño de sus alumnos, de los estudiantes mismos. Son escuelas más o
menos estándar alrededor del mundo: bien equipadas, con maestros
de gran calibre, con estudiantes de
alto desempeño, con instalaciones
inmejorables, con un ambiente, en
general y en términos visuales, muy
agradable. En este tipo de escuelas
se entrena a los estudiantes de grupos de niveles de ingreso alto, donde
se filtran, por decisión del plantel o
por la tenacidad de los estudiantes
o sus padres mismos, niños y jóvenes de escasos o menores recursos
sociales. Estas escuelas elitistas o
de alto y consistente desempeño
de sus estudiantes, no reflejan necesariamente la realidad de la oferta
educativa para la mayor parte de la
población de cualquier país, excepto
en aquellos donde la educación escolar es bastante homogénea, como
son los casos de Finlandia, Suecia
y Bélgica (Flandes), donde casi
todas parecen ser escuelas elitistas.
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Educación 2001
Comparar estas escuelas con las
no selectivas, públicas o privadas,
es injusto y analíticamente inútil.
Así que para completar mi espectro solicité de manera específica
—como lo había hecho en todos
los países— y obtuve visitas a otros
tipos de escuelas que me dieran una
visión más completa de la realidad
educativa. Y así sucedió.
Mi siguiente escuela fue algo
así como lo opuesto. Se trata de
una escuela pública, no selectiva,
mixta (co-educational, como se le
denomina en inglés), relativamente
pequeña, ubicada en una zona de
muy bajo nivel socioeconómico y
con una población estudiantil menos
homogénea y, en su gran mayoría
(96%), de origen asiático, no inglés:
vietnamita y chino. Son estudiantes
nacidos en Australia, pero de padres
extranjeros. Es más, como la mayoría
de los padres de los niños de esta escuela no habla inglés la escuela tiene
un traductor de tiempo completo
para ayudar en las comunicaciones
entre padres de familia, maestros
y personal de la escuela. Ésta ha
sido clasificada como una de las de
mayor desventaja socioeconómica,
con cerca de la mitad de los padres
desempleados y casi 70 estudiantes
con estatus de refugiados.
Por supuesto, las instalaciones
de esta escuela, comparadas con
la primera comentada, son mucho
más humildes, tanto en tamaño
como en equipo, áreas verdes e
instalaciones deportivas. No obstante, en su interior se respira un
aire de disciplina y respeto. La zona
donde se ubica el plantel y el origen
socioeconómico de sus estudiantes
hace que la misma funcione bajo
un Código de Conducta (escrito
alrededor de 1990) que dice lo
siguiente:
Aprende todo lo que puedas.
Cuida tu escuela.
Dale a tu escuela buen nombre y
reputación.
Procura estar en el lugar correcto
en el momento correcto.
Respeta al personal.
Respeta a tus compañeros.
Respeta la propiedad de los otros.
Respeta la verdad.
Haz lo correcto.
Su director, y la escuela en general, no manifiestan ningún síndrome
de rezago; por el contrario, expresan
con orgullo sus logros académicos,
como los altos resultados que un
grupo en particular del octavo
grado (segundo de secundaria en
el sistema mexicano) obtuvo en los
exámenes estatales de matemáticas.
Me emocionó mucho el entusiasmo y liderazgo de su director, y
la voluntad y entrega del mismo a
una escuela que enfrenta enormes
desafíos. Un director, además, reconocido como el mejor maestro de
historia de la provincia.
—¿Con base en qué criterio se le
designó el mejor maestro de historia? —le pregunté.
—Nueve de los diez mejores
estudiantes de Australia en el tema
“historia antigua de Australia” fueron mis pupilos —contestó.
Al recorrer toda la escuela en
compañía de su director, escuchar
sus comentarios respecto a su visión
de la educación y observar su apertura y disposición amable, adquirí
un enorme aprendizaje. Aprendí
más de los procesos y decisiones escolares en esta escuela o en este tipo
de visitas que mediante mis lecturas
sobre la descripción escrita agregada o estadística de lo que sí funciona
y no funciona en educación.
Con todo y la desventaja socioeconómica de sus estudiantes,
al caminar por los pasillos de la
escuela, dentro de las aulas y en la
biblioteca, me era difícil reconocer
que se trataba de una escuela con
esa brecha. En el centro del plantel
se encontraba un pequeño patio
con un par de árboles que daban un
remanso que de tiempo en tiempo
era interrumpido por gritos, cantos,
murmullos y el correr y zapatear
de los niños y jóvenes que iban
de un lugar a otro sin parar. Una
buena proporción de los varones
dedicaba todo su recreo a jugar
tenis de mesa.
En este recorrido el director me
dijo:
—Hasta antes de llegar a esta escuela yo pensaba que los resultados
académicos de los estudiantes se
debía a su estatus socioeconómico.
Ahora creo que es una combinación
de la atmósfera de la escuela y de
la cultura familiar. Con esto último
me refiero no sólo a la actitud de los
niños respecto de la escuela sino a la
expectativa de los padres respecto
de la educación. Ahora somos una
escuela de grandes resultados, sólo
por debajo de una preparatoria
pública selectiva que se ubica en
nuestra misma localidad.
—En concreto, día a día, ¿qué
tipo de decisiones se toman en la
escuela para hacerla funcionar, dada
la alta vulnerabilidad en la conducta
de los estudiantes? —le pregunté al
director, quien por cierto también
cubría las funciones de jefe de área
o director de una de las áreas académicas.
—Hacemos cosas simples de
manera correcta: cuando un maestro
no asiste mantenemos a los alumnos ocupados en la biblioteca [una
biblioteca sencilla pero viva, por así
decirlo]; en la medida que se aproxima el final del ciclo escolar, espero
que estudiantes y maestros, en lugar
de relajarse, trabajen más. Tenemos
nuestros propios espacios o cuartos
de estudio con tutores para ayudar a
los niños que van rezagados; mantenemos a la escuela como un recinto
de paz y tranquilidad para los niños,
el personal y los padres de familia.
En consecuencia, todos se preocupan y luchan por conservarla así.
Tiempo atrás, hace seis o siete
años, en esta escuela predominaban
los problemas de violencia y drogas.
Así que se tomaron decisiones difíciles; algunos estudiantes, en casos
extremos, fueron expulsados. Los
maestros de ahora son más o menos
los mismos que antes y del mismo
perfil que en todo el estado. Así que
ese no era el factor determinante.
Según el director, para compensar
el trabajo difícil de las decisiones
drásticas se necesitaba algo que levantara la moral y le diera un impulso diferente a la escuela. Bajo esas
condiciones se requería un buen resultado, en algo muy específico, para
iniciar un círculo virtuoso y salir
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de la “trampa” en la que la escuela
se había encontrado durante años.
En un año se alcanzó un resultado
académico por encima de las expectativas y eso sirvió como detonador
para un nuevo ambiente.
—Un éxito nos trajo más éxito —
señala el director—. En las reuniones con futuros nuevos estudiantes
les comunicábamos ampliamente
a los papás nuestros buenos resultados.
Se terminaron los problemas de
drogas y de conductas agresivas por
parte de algunos alumnos. Cuando
se presenta algún indicio de una
conducta anti-escolar, por así llamarla, en palabras del director:
—Lidiamos con el problema de
manera muy drástica desde el principio, sin miramientos ni segundos
pensamientos; involucramos de
inmediato a los padres. Sabemos
que hay problemas de drogas y violencia fuera de la escuela, pero ni los
estudiantes ni los padres permiten
que éstos trasciendan a la escuela.
No podemos expulsar a los niños
que pertenecen a nuestro distrito
escolar. Lo más que puedo hacer es
conseguirles otra escuela que quiera
aceptarlos. De otra manera se quedan en la escuela. Brindamos mucho
apoyo a nuestros estudiantes en las
tardes con tutoría personales.
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Educación 2001
La autoridad educativa
de New South Wales
Todas las escuelas en la provincia
de NSW redactan un plan escolar
anual que deben, además, someter
a la aprobación del director escolar
(antes conocido como superintendente) de la zona o localidad que
les corresponda. Los directores escolares dependen del Departamento
de Educación de NSW, pero son la
máxima autoridad escolar en el nivel
local.A su vez, este director escolar le
responde a un director regional.
En esencia, el plan de la escuela
consiste en: objetivos o metas, estrategias y recursos físicos y humanos
para lograr los objetivos y administrar la escuela. Pero a partir del año
escolar que inició en 2005, todas las
escuelas usan los mismos indicadores y el mismo formato.
—¿Esta centralización es buena para la salud del sistema? —le
pregunté al director de una escuela
en Sydney.
—La verdad, no me preocupa
—fue su respuesta—. Esto cambiará
la forma en la que informamos a la
autoridad, pero no la forma en la que
manejamos la escuela día a día.
—En términos de currículo,
¿cuánta libertad tienen las escuelas
públicas?
—En la medida que nosotros
cumplamos con las horas mínimas
de enseñanza en cada materia,
señaladas por la Junta de Estudios
de NSW, las escuelas tenemos libertad para estructurar nuestro mapa
curricular de la manera que consideremos más conveniente.
—¿Cuánta libertad tienen las
escuelas públicas en el manejo
presupuestal?
—Respecto del dinero que la
escuela consigue en forma directa
(por ejemplo, una cuota anual de
100 dólares australianos por niño,
en el caso de los padres de familia
que pueden pagarlo), tenemos toda
la libertad para su manejo, incluso
del dinero que recibimos del Departamento de Educación —que
se otorga con base en el número
de educandos— la escuela decide
cómo gastarlo. Somos auditados
por lo menos una vez al año para
cumplir con ciertos lineamientos
generales y rendir cuentas de las finanzas. Pero, fuera de eso, gozamos
de bastante libertad. En el sistema
católico las escuelas funcionan más
o menos bajo el mismo régimen,
aunque son auditadas por un órgano diferente del Departamento de
Educación de NSW. Tienen, un su
caso, sus propios auditores. Además,
se rumora que el sistema presupuestario va a cambiar el próximo año.
Por lo pronto no hay un solo tipo
de reconocimiento al desempeño
alto. Por el contrario, dados nuestros altos resultados en exámenes
estandarizados podríamos ser penalizados con menos recursos para
contratar personal académico extra.
Si esto sucede lo vamos a disputar
pero, por ahora, sostendremos a los
maestros adicionales con nuestros
propios recursos. Los maestros
adicionales son la prioridad aunque
los debamos pagar con nuestros
propios recursos.
Palabras más, palabras menos,
estas preguntas me permitieron conocer las entrañas de la administración escolar y las preocupaciones de
hoy de los directores de escuelas de
gran valor agregado (que agregan
valor a sus estudiantes sin importar
su origen socioeconómico o nivel
académico de ingreso) en Australia.
Pude observar en todas las escuelas
que visité en esta provincia una
gran preocupación de los directores
por los maestros y por los niños, y
de los maestros por los niños. En
realidad es un sistema centrado en
los niños.
NSW ha definido nueve valores
que reflejan las creencias y aspiraciones de los habitantes de esta
provincia: integridad, excelencia,
respeto, responsabilidad, cooperación, participación, cuidado y compasión, justicia y democracia.
Más sobre
las escuelas
Si bien en NSW tienen exámenes censales para matemáticas e inglés en
las escuelas secundarias, no publican
los resultados en forma de índices
de clasificación. En su lugar se producen informes anuales escuela por
escuela, con el mismo formato, pero
diferente contenido (algo parecido a
lo que ocurre en Escocia). En estos
informes se ofrece una visión completa de la escuela y se rinde cuentas
a la sociedad, aunque es claro que
los informes se dirigen a los padres
de familia y a los estudiantes. Las
escuelas informan de los resultados
de los exámenes estandarizados
en los que participan sus alumnos,
así como de los resultados del examen de salida que presentan los
alumnos del último año escolar y
que desemboca en el certificado de
bachillerato. Los estudiantes tienen
la libertad de seleccionar los cursos
de especialización, y si optan por los
vocacionales (que varían de escuela
en escuela, por ejemplo, de contabilidad u hostelería o “hospitality”),
reciben una acreditación doble en
su certificado.
Las escuelas del nivel secundario
(secundaria y bachillerato) están
muy orientadas a las decisiones
democráticas y a la participación de
los alumnos, no sólo maestros y padres de familia, en sus evaluaciones.
Para realizar sus autoevaluaciones
las escuelas organizan grupos especiales y llevan a cabo ejercicios de
evaluación, por lo general en forma
de cuestionarios.
En fin, mi experiencia en las
escuelas visitadas es que se trata
de organizaciones orientadas a la
autoevaluación, a la participación
de todos en la vida escolar, a la
preocupación de todos por su organización, con una idea clara de ¿en
dónde están? y ¿hacia dónde van?
Son organizaciones que se mueven
como “máquinas virtuales” cuyas
diferentes partes empujan hacia el
mismo destino, como si habláramos
de un navío que cada año parte de
un puerto con destino a otro. En
realidad se trata de organizaciones
compactas y bien organizadas con
una vida propia. Es curioso, todas
las escuelas son estructuradas y
ordenadas con el mismo marco
regulatorio, y bajo el mismo tipo
de supervisión, pero cada escuela es diferente: posee su propia
personalidad o idiosincrasia; tiene
un diseño diferente, los colores
y muros y pisos son diferentes,
los tamaños de aulas y tipos y
acomodo de los pupitres también
son distintos. Algunas escuelas
reclaman una vocación deportiva;
otras, artística; otras, científica y,
aun otras, ecléctica, lo que hace
del sistema escolar, en su conjunto,
algo fascinante, algo por descubrir
en cada escuela, en cada salón, en
cada pasillo. Es como si cada nueva
escuela fuera un negocio, empresa
o barco distinto, único. Por ello, se
aprende mucho al visitar planteles
en un mismo sistema, cuando el
sistema les permite un desarrollo
propio; cuando las autoridades
orientan y facilitan, pero no sustituyen a la escuela.
Llegó el momento de decirle
adiós a Sydney, no sin antes recorrer esta hermosa ciudad y sus no
menos atractivas bahías; y no sin
antes escuchar al extraordinario
conjunto vocal a capela “The Idea
of North” y al talentoso pianista
Simon Tedeschi, quien representó e
interpretó el papel del joven David
Helfgott en la famosa producción
cinematográfica Shine.
© Eduardo Andere Martínez
D.R. © 2007 Editorial Santillana,
S.A. de C.V.
*¿Cómo es la mejor educación en el
mundo? Políticas educativas y escuelas
en 19 países. México,Aula XXI-Santillana,
2007, pp. 227-232.
febrero 2009
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