Historia CHLA-EP Los Años 40 1943 - La Cruzada Antituberculosa Nacional Al finalizar el año 1943, se inició en todo el país, un movimiento colectivo que se llamó Cruzada Antituberculosa Nacional. Fue propiciado por el Ministro de Salud Pública, Dr. Luis Mattiauda y consistió en una gran colecta nacional, la que recaudó una cifra que para ese momento era muy importante: $1.300.000. Motivó ese movimiento la gravedad de la incidencia de la tuberculosis (TBC) en la población del país. Ello provocaba la constante solicitud de camas para internar enfermos tuberculosos existiendo gran escasez de las mismas. En el aspecto económico nacional incidía la suma importante de brazos improductivos a causa de la enfermedad. Primer Comité Ejecutivo de la Cruzada El primer Comité Ejecutivo, cuyos integrantes fueron designados por el Poder Ejecutivo estuvo integrado por: Presidente Nato: el Sr. Ministro de Salud Pública: Dr. Luis Mattiauda, Presidente: Dr. José Martirené, Vice-presidente 1ro. Dra. Sofía Alvarez de Demichelli, Vice-presidente 2do. Sr. Américo Beisso, Secretario Dr. Juan A. Capra, Tesorero Sr. Daniel Sagrera, Pro-tesorero: Sr. Manuel Güelfi; Secretarios Honorarios Sres. Felipe L. Monteverde y Héctor Queirolo. Posteriormente el Poder Ejecutivo integra dicho Comité también con los Dres. Fernando D. Gómez y Atilio Narancio. En setiembre de 1945 el Poder Ejecutivo autorizó a la Cruzada Antituberculosa Nacional, otorgar pensiones en efectivo a los familiares de los enfermos de TBC, que para atenderse correctamente debían internarse en los hospitales especializados. Al mes siguiente comenzaron a pagarse las pensiones. 1946 - Ley de Creación de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa Con fecha 17 de enero de 1946 el Poder Ejecutivo promulgó la ley 10.709 por la cual oficializó el movimiento generado en la Cruzada Antituberculosa Nacional, determinó las atribuciones y prerrogativas, la dotó de recursos, reglamentó la forma de administración de los mismos y la llamó “Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa” (CHLA) Su primer presidente fue el Dr. Luis Mattiauda. Se siguieron otorgando pensiones en base a la autorización de 1945 del Poder Ejecutivo y en junio de 1946 se procedió al primer pago oficial, no ya por la Cruzada sino por la CHLA. El personal se integró inicialmente con algunos funcionarios del Ministerio de Salud Pública, en Comisión, pero al crecer la organización, por ley 10.838 del 21 de octubre de 1946 se autorizó a CHLA a disponer de hasta un 3% de sus recaudaciones para contratar el personal necesario para el desarrollo de sus actividades, lo que fue ampliado por el art. 145 de la Ley 13.318 del 28 de diciembre del año 1964. Con el fin de descentralizar todo lo relativo al mejor estudio y consideración, de los expedientes de pensión, y teniendo en cuenta que el conocimiento directo de los enfermos tenía ventajas, la CHLA designó Comisiones Departamentales que estuvieron presididas por el Director del Centro Departamental de Salud Pública. Dichas Comisiones tuvieron como cometido instalar en cada Centro Departamental de Salud Pública una oficina médica con el encargo del fichaje del enfermo tuberculoso y el examen de los miembros de su familia, aconsejando la internación de cada paciente cuando correspondiera. 1948 – Ampliación de cometidos de la CHLA Posteriormente la Ley 11.025 del 9 de enero de 1948 amplió las actividades de la CHLA autorizándola a destinar el 15% del excedente que quedara después de cumplir con sus compromisos, para la adquisición y equipamiento de ambulancias dispensarios-móviles destinadas a intensificar la propaganda, profilaxis, vacunación e investigación antituberculosa en todo el país y a la toma de personal necesario para cumplir esos fines. La ampliación de los cometidos dados por esta ley que autorizó el examen de masas, trajo como consecuencia un estudio exhaustivo de su puesta en marcha, concluyéndose en la necesidad de implementar cuatro puntos fundamentales: 1- Cutipuntura universal con tuberculina pura 2- Abreugrafía sistemática por encima de los 4 años y también por debajo de esta edad en casos de “cuti” positiva 3- Administración por boca de la vacuna antituberculosa BCG a toda edad, a condición de que la cutipuntura resultara positiva y 4- Educación antituberculosa y propaganda intensiva La primera experiencia fue en la localidad de Sarandi del Yí (Dpto. de Durazno), en donde nuestro personal ya adiestrado brindó su apoyo al Servicio de Exámenes de Colectividades. Poco después se realizó una segunda investigación en la localidad de Cardona (Dpto. de Soriano) con mayor intervención del personal de la CHLA. Esto sucedía en el año 1948. Los Dispensarios Móviles – Las giras nacionales Oficialmente fue en la ciudad de San José donde se iniciaron las actividades de los Dispensarios Móviles de la CHLA, que recorrieron después todo el país. El régimen de trabajo de éstos en el interior era original, pues se presentaba servicio ininterrumpidamente los 30 días del mes, incluyendo sábados, domingos y casi todos los feriados. Se realizaron 5 giras de los Dispensarios Móviles, finalizando la última en 1973. Los quistes hidáticos descubiertos eran denunciados al centro de Estudios sobre Hidatidosis del Ministerio de Salud Pública y las alteraciones cardiovasculares a la Fundación Procardias. Asimismo, asesorados por esta última Institución se tomaba la presión arterial a los mayores de 20 años. Para la Asociación de Diabéticos se realizaba a los concurrentes una sencilla prueba con cinta reactiva; para la Cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina, se identificaba y fichaba a los no videntes; para el Servicio de Enfermedades Profesionales del Banco de Seguros se trató de detectar la brucelosis en grupos de personas expuestas. Más adelante, las giras de los Dispensarios Móviles fueron sustituidas, buscando un criterio cualitativo que permitiera identificar los grupos humanos donde el examen fuera más redituable: los integrados por personas con mayor riesgo de infectarse, curar, recaer y morir por TBC y todas aquellas personas que por diversas razones eran tributarios del Carné de Salud. Asimismo se dividieron los 18 departamentos del interior del país, en 4 regiones destinándole a cada una un equipo de radiofotografía que rotaba en su sector. Los exámenes roentgen-fotográficos de masas descubrían un determinado número de personas enfermas de TBC, cuyo destino o evolución posterior era absolutamente imprescindible conocer. Los Años 50 La creación de los Centros Tisiológicos Esto significaba, planear la descentralización de los servicios de la capital y exigió la creación de Centros Tisiológicos (CT) en los departamentos del interior de la República. Su dirección se ofreció a un médico tisiólogo departamental dependiente del Servicio de Asistencia y Preservación Antituberculosa (SAYPAMSP), en conexión directa con la CHLA la que impartiría las normas para el desarrollo de la acción, iniciándose paulatinamente su implantación antes de 1952. Surgieron así los CT departamentales que en número de 18 trabajaban en las capitales de los departamentos. Posteriormente su número se incrementó cubriendo localidades con importante número de habitantes. Cada CT tenía una función múltiple a cumplir y estaba integrado con el Médico Tisiólogo del Pabellón de TBC, que desempeñaba funciones de Jefe más el personal de la CHLA. Entraba dentro de su labor, llevar al día el fichero de enfermos de TBC de su jurisdicción, así como el de contactos de los mismos; hacer los controles periódicos de los hogares de los pensionados y en el caso de sus convivientes llevar a cabo pruebas tuberculínicas, radiológicas y bacteriológicas. Se ocupaban igualmente de que los pacientes en tratamiento, tomaran correctamente la medicación indicada. Asimismo realizaban la vacunación de recién nacidos con BCG y en el caso de las pensiones, el trámite y administración de las mismas. Médicos Tisiólogos de Montevideo con larga experiencia clínica, funcionarios inspectores de CHLA, visitaban habitualmente cada CT poniéndose en contacto con los médicos locales, en calidad de verdaderos consultores honorarios. Otra tarea que se le asignó a los CT en estrecha colaboración con los Dispensarios Móviles, fue el examen de vigilancia periódica de los tuberculosos activos e inactivos. Construcción de pabellones, laboratorio Dr. Albert Calmette y Hospital Musto Cumpliendo con lo que disponía la Ley 11.828 del 25 de junio de 1952, que permitía utilizar los dineros sobrantes para construir y equipar hospitales, sanatorios, y otros servicios de profilaxis y asistencia TBC, de acuerdo con los planes que al respecto se acordó con el Ministro de Salud Pública, bajo cuya jurisdicción técnica y administrativa quedarían una vez refaccionados, se repararon: varios pabellones TBC departamentales, los sectores C y A de la colonia Saint Bois, ampliándose el Laboratorio, el servicio de Cirugía y las cocinas. Se hicieron reparaciones en el Hospital Fermín Ferreira, se adecuó una vieja casaquinta para sede de la casa maternal, se construyó y fue transferido al Ministerio de Salud Pública el nuevo Laboratorio Dr. Albert Calmette y se realizó gran parte de la construcción del nuevo Hospital Musto. Educación Sanitaria de la población La misma Ley nombrada anteriormente, estipulaba la propaganda higiénica o educación sanitaria de la población del país en materia de tuberculosis. Esta labor empezó a realizarse a mediados de 1947 intensificándose con la iniciación de las actividades de los Dispensarios Móviles en el interior, al aprovechar todas las fuerzas organizadas locales, a los efectos de la mayor movilización posible de la colectividad. Desde mediados de 1947 se utilizó por largos años a la hora 12 del día la cadena de difusoras de la Asociación de Broadcasters Uruguayos (ANDEBU), para difundir radialmente la propaganda necesaria. La educación sanitaria y la propaganda se ampliaron a clases ilustradas a grupos de enseñanza primaria, secundaria, industrial, agraria, preparatoria, magisterial y curso básico de medicina. Se hicieron jornadas tisiológicas departamentales, charlas por radio, comunicados de prensa, Boletín (10.000 copias) que se distribuía al cuerpo médico, educadores, gobernadores y en el exterior. 1954 – Creación del Registro Nacional de Tuberculosos – RNT En 1954 inició su labor el Registro Nacional de Tuberculosos, (RNT). Proporcionaba los datos definitivos sobre incidencia anual de tuberculosis en todo el país; la información provenía de dos fuentes: en el interior, de los Centros Tisiológicos Departamentales y en Montevideo de los Servicios Estatales, Paraestatales, Privados y médicos particulares. El mismo RNT llevaba también el censo permanente de camas para tuberculosos en el país y en el año 1975 se le encomendó el conocimiento diario de ingresos y egresos de la Colonia Saint Bois. Como la primo-vacunación con BCG no dura toda la vida, se comenzó a revacunar sistemáticamente al ingreso y egreso de primaria así como al salir de enseñanza media. La acción se desarrollaba en los propios centros de enseñanza. El procesado del material bacteriológico que procedía de los Centros Tisiológicos, se centralizó en el Laboratorio de la Colonia Saint Bois donde la Comisión Honoraria aportó funcionarios a nivel técnico auxiliar y administrativo, así como buena parte del material de insumo y mantenimiento de su equipamiento La Comisión Honoraria creó también un servicio propio de mantenimiento de sus equipos de Rayos X, así como de sus grupos electrógenos, que eran los que producían la energía suficiente, en los lugares en que no había red energética o ésta no ofrecía el voltaje necesario. El crecimiento de este servicio, su eficiencia y rapidez, provocó el acuerdo con el MSP para que realizara también la reparación de todo lo que fuera instalación y mantenimiento de su parque radiológico en todo el país. En cuanto a la administración del personal, ya la ley 11.828 de 25 de junio de 1952 preveía que todo el personal que tomase el organismo, lo sería previo concurso y así se cumplió y se sigue cumpliendo hasta el día de hoy. Los funcionarios ingresan desde hace muchos años con 2 períodos de prueba de 6 meses cada uno, a partir de los cuales inician la carrera administrativa, ascendiendo según las disposiciones de ascenso de los funcionarios de la Administración Central. Los Años 60 1965 – Re-formulación programática Posteriormente, alrededor de 1965, la CHLA planificó cuatro programas que se comenzaron a ejecutar de inmediato, que comprendían: 1. Programa I: Vacunación antituberculosa por el BCG de los lactantes en los primeros días posteriores al nacimiento. 2. Programa II: Estudio de la alergia tuberculínica en escolares, liceales, estudiantes de Escuelas Industriales y Agrarias y de Institutos Normales. 3. Programa III: Control de las personas con procesos bacilares sospechosos y sus contactos. 4. Programa IV: Continuación del examen radio-fotográfico de masas. Esta es la historia del período inicial de la CHLA. En lo que continúa de su vida como Institución, y lo que corresponde a los tiempos contemporáneos, las actividades relacionadas anteriormente se fueron ampliando y perfeccionando en función de nuevas leyes, que además le agregaron otros cometidos cuya implementación. Todo esto será tratado en la Segunda Época de la CHLA.