PA S E O G L O B A L Fiebre bursátil en China* as advertencias se repiten con cierta frecuencia. También las materializadas en las variaciones de los índices de los mercados de acciones chinos. Hong Kong aparte, los dos mercados genuinamente chinos muestran un comportamiento singularmente alcista, no muy distante del que en épocas pasadas precedió ajustes importantes en los occidentales. La diferencia en este caso, al menos una de las más significativas, es la experiencia relativamente reducida de los inversores en unos mercados todavía en su adolescencia, con operaciones especulativas propias de los más avezados operadores de Wall Street, o la extensión de todas las formas de endeudamiento personal para la inversión en acciones. El ascenso en un 130% en 2006 ha llegado tras cinco años de desplome. Las autoridades están razonablemente inquietas. No sólo les preocupan los destrozos en la riqueza financiera de los particulares si el mercado se desploma (en las caídas de años anteriores, algún inversor estuvo a punto de incendiar las oficinas de los reguladores), sino la dificultad que ello podría suponer sobre las salidas a bolsa de nuevas compañías. Pero los remedios que se les pasan por la cabeza (medidas administrativas o fiscales disuasoras de la fiebre inversora de los particulares) podrían ser peor que la supuesta enfermedad: la tardía exuberancia irracional que los preside. ¿Es tan acusada esa irracionalidad? No tanto, a juzgar por los fundamentos que exhibe esa economía: su crecimiento sin parangón, pero también la espectacular capacidad de ahorro de sus ciudadanos. Ese L Emilio Ontiveros 64 «Los fundamentos que exhibe la economía china se basan en un crecimiento sin parangón, pero también en la espectacular capacidad de ahorro de sus ciudadanos» Emilio Ontiveros es consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales y catedrático de Economía de la Empresa de la UAM. E-mail: eontiveros@afi.es ahorro es el que está financiando en condiciones muy favorables el crecimiento no menos sorprendente de la inversión. El atractivo de otras formas de inversión, en principio menos arriesgadas, como los depósitos bancarios, no es precisamente grande. Es verdad que las alzas están teniendo lugar con volúmenes de negociación ciertamente importantes, récord en Shangai durante el mes pasado, hasta el punto de que los responsables de ese mercado han mostrado su inquietud por el eventual colapso del sistema electrónico de contratación. Pero también lo es que los multiplicadores de beneficios (price earning ratio) de esos mercados también contrastan con los que prudentemente aconsejan decisiones de inversión en otras latitudes con mayor tradición bursátil. En Hong Kong, sin ir más lejos, las mismas compañías que exhiben unos PER superiores a 30 no llegan a 18. Los supersticiosos recuerdan ahora que una diferencia tan acusada precedió al hundimiento del mercado de Shangai en 2001. Es una situación que se debe seguir con atención. Con independencia de la curiosidad suscitada por el singular proceso de aprendizaje financiero de su población, la salud y estabilidad de esa economía, recuérdese, es hoy absolutamente central para que la mundial vuelva a repetir un ejercicio tan favorable como el de 2006. No sólo en lo que a los mercados de acciones se refiere, sino también a la consecución de ritmos de crecimiento como los que se anticipan en ausencia de perturbaciones de alcance, como sería un crash chino I * Este artículo se escribió varios días antes de que la bolsa de Shangai registrara la corrección del 9%. ÍNDICES BURSÁTILES CHINOS PER DE LOS ÍNDICES PER. Shenzen PER. Shanghai 3500 7000 60 70 3000 6000 50 60 2500 Shanghai Composite Index (izq.) 5000 2000 4000 1500 3000 1000 2000 50 40 40 30 500 Hang Seng China Aff. Index (dcha.) 1000 0 0 e-95 m-96 s-97 e-99 m-00 s-01 e-03 m-04 s-05 e-07 EG F E B R E R O 2 0 0 7 30 20 20 10 0 d-97 10 m-99 o-00 m-02 a-03 e-05 j-06 0 n-97 m-99 n-00 m-02 n-03 m-05 n-06