MEMORIAS DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ter irregular y como deshilacliado de sus extremos libres parece indicar la existencia de actividad secretora, enmascarada en los tubos seminíferos activos por las masas de células en diversas fases d é l a espermatogénesis. Los cordones sexuales proliferados por el epitelio germinativo en fases t e m p r a n a s del desarrollo constan, p r o b a b l e m e n t e , d e células germinales mezcladas con elementos peritoneales de sostén, que, según se desp r e n d e de lo que hemos expuesto, no son el origen de las células d e Sertoli, puesto que éstas p u e d e n originarse d u r a n t e la regeneración de los tubos de la red ovárica. En este respecto conviene recordar que F i r k e t ha d e m o s t r a d o que muchas d e las células columnares d e los tubos seminíferos del pollo se transforman en espermatogonias primarias d u r a n t e la p r e s p e r m a t o g é n e s i s , hecho significativo cuando se tiene en cuenta su origen en el epitelio germinativo. La actividad endocrina d e los nodulos de regeneración del ovario se manifiesta de m o d o patente en las transformaciones de los caracteres sexuales secundarios (excepto el plumaje) en la dirección de los del macho, a pesar de que el t a m a ñ o de los nodulos es m u y inferior al de los testículos normales. A nuestro m o d o de ver, y por razones q u e e x p o n d r e m o s con detalle en otro trabajo, el resultado más i m p o r t a n t e de los experimentos de ovariotomía no es la revelación del carácter bisexual de la gallina, ni aun en el sentido endocrino, sino la demostración d e la doble naturaleza del testículo, que consta en realidad d e d o s partes en íntima compenetración, a saber: las células sexuales masculinas y las vías excretoras derivadas del mesonefros. Estas últimas existen en los embriones de a m b o s sexos y, por consiguiente, no deben considerarse como características del m a c h o , si bien en este último alcanzan considerable desarrollo. En la h e m b r a el desarrollo de estas vías está inhibido y su regeneración en ausencia del mecanismo inhibidor p r o d u c e un órgano que no es esencialmente masculino, toda vez que en la m a y o r parte de los casos carece de espermatogonias. Lo que sucede es que, a excepción d e las células sexuales, esencialmente diferentes en el macho y la h e m b r a , el aparato genital se desarrolla a expensas de partes presentes en los embriones de ambos sexos, diversamente utilizadas en armonía con la función que más t a r d e han d e desempeñar. La homología d e los tubos seminíferos y los cordones medulares del ovario, d e m o s t r a d a en este trabajo, no d e b e considerarse, por consiguiente, como una p r u e b a d e que la h e m b r a d e los A m n i o t o s posee un testículo rudimentario envuelto por la corteza ovárica, según indica Lillie. En nuestra opinión el ovario consta en realidad de un sistema d e vías excretoras derivadas del mesonefros (presentes en la médula ovárica