Una economía local de subsistencia frente a la globalización

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Una economía local de subsistencia frente a la globalización:
Seguridad alimentaria y desarrollo en la región kallawaya, Bolivia
Michael Schulte
Coordinador del Programa de Desarrollo Rural del Servicio Alemán de
Cooperación Social y Técnica, en Bolivia
Casilla 6546
La Paz, Bolivia
Tel. 00591-2-411450
Fax: 00591-2-415918
E-mail: [email protected]
[email protected]
1
Resumen
El artículo analiza la economía local en el contexto de la globalización. Se presentan los
resultados de investigaciones sobre la economía local en una remota región andina,
mostrando que esta economía de subsistencia es estable y garantiza seguridad
alimentaria básica. Las relaciones con la economía de mercado la complementan pero
no la dominan; ella funciona como sistema autorreferencial.
La economía de mercado depende de esta economía de subsistencia como entorno
sistémico que proporciona los elementos para la reproducción de aquella. Lo global es
inconcebible sin lo local. Se presenta un resumen de las políticas económicas en Bolivia
que están tratando de devolver protagonismo al nivel local. En este marco, sugiere el
artículo, se debe fortalecer la economía local y regional de subsistencia a partir de
medidas que faciliten la comunicación interna y el intercambio de productos internos,
como paso para construir una sociedad y una economía nacional vigorosa.
Abstracts
In this paper a local economy is analyzed in the framework of globalization. The results
of investigations in a remote andean region are presented, showing that the local
subsistance economy is stable and garantizes a basic nutrition security. Economic
relations with the global market economy complement but do not dominate the local
economy. In terms of system theory the market economy can be understood as the
systemic environment of the subsistance economy which provides the elements for the
reproduction of the latter. Global and local socioeconomic structures complement each
other. A summary of bolivian politics, which provides a model of an intent to return
protagonism to the local level, is presented. The paper suggests that the local society
should be strengthended by means which revalue its knowledge and facilitate its internal
communication and the local economy. This would be a step to improve nutrition
security and build a vigorous national society and economy.
Frases claves:
local-global, subsistencia-mercado, seguridad alimentaria, sistema autorreferencial,
Bolivia
2
Una economía local de subsistencia frente a la globalización:
Seguridad alimentaria y desarrollo en la región kallawaya, Bolivia
Introducción
Asegurar la alimentación diaria sigue siendo la preocupación de muchas personas en
un mundo que se caracteriza por su integración global. Mercados libres, empresas
transnacionales, productos que se consiguen en cualquier parte del mundo y una red de
telecomunicación global son un lado de nuestro mundo. Corrientes de capital
especulativo que desestabilizan economías nacionales, la desaparición de los Estados
de bienestar y una creciente desigualdad son el reverso de la medalla (HDR 1999). De
los pobres - urbanos tanto como rurales - muchos viven en una economía de
subsistencia1 precaria. ¿Cuáles son las estrategias de personas que viven apartados de
los grandes mercados? ¿Cuáles pueden ser las políticas para mejorar la vida de los que
viven en los agujeros negros de la globalización? ¿Ellos podrán integrarse algún día a
la vida global, como protagonistas y sin perder su identidad cultural? ¿Cómo pueden
complementarse lo local y lo global, la economía de subsistencia y la empresarial?
Estas preguntas fueron el punto de partida para investigar una economía regional en un
rincón de los Andes bolivianos, la región kallawaya. Resumimos los resultados de la
investigación para luego relacionarlos con las posibilidades y necesidades de una
política de desarrollo local.
La región con su capital de provincia Charazani, un pueblito de unos 500 habitantes, se
encuentra a 200 km, es decir 8 a 10 horas en vehículo motorizado, al norte de la ciudad
de La Paz, cerca a la frontera con el Perú.. La topografía de la región se extiende desde
las llanuras altiplánicas a 4300 m con vegetación de puna húmeda, pasando por las
cumbres nevadas de 6000 m de altura, de la cordillera oriental de los Andes, hasta los
valles subtropicales y tropicales en la ladera oriental de los Andes, los yungas. La
población de las alturas es de habla aymara y se apoya económicamente en la
1
Definimos como “de subsistencia” una economía que tiene como fin satisfacer las necesidades
humanas, no necesariamente implica precariedad, como frecuentemente suele entenderse (cf. una
discusión detallada en:Schulte 1999 Cap.I).
3
ganadería de camélidos, mientras las gentes de los valles orientales son de habla
quechua y que tienen una economía basada en la agricultura.
De esta región se escogieron tres comunidades como casos para el estudio de la
economía regional: Altarani, de vocación ganadera, a 4300 m; Moyapampa, ganaderaagrícola y alfarera a 4000 m; y Chajaya, agrícola y kallawaya a 3600 m.
Se combinaron técnicas de observación participativa en estudios de casos de familias,
entrevistas con personas claves, encuestas y la validación de los resultados en
asambleas comunales y con comunarios interesados. Al cuantificar ingresos y egresos
se tomó en cuenta que la economía regional es sólo parcialmente monetizada, por lo
que usamos medidas en kilocalorías (kcal) para productos agropecuarios de la región y
bolivianos (Bs) para bienes comerciales (Schulte 1999).
Parentesco y comunidad, base de la economía regional
El parentesco, el compadrazgo, y la comunidad son la base de la organización local.
Las estancias son formadas por parientes que comparten un territorio. El compadrazgo
permite formar alianzas a corto plazo y más flexibles que el parentesco. Sobre todo
permite extender las relaciones fuera de la comunidad. Parentesco y compadrazgo
reciben una alta estima, en contraste con las relaciones entre amigos, si se lo mide en
la importancia que se considera.
4
Tabla 1: Significado de diferentes relaciones sociales, expresado por el grado de
importancia de invitaciones para compartir y mostrar respeto
Chajaya
Importancia
Moyapampa
Altarani
General
Invitación a familiares
mucha
67%
77%
71%
73%
poca
27%
19%
26%
23%
ninguna
7%
5%
3%
4%
Invitación a compadres
mucha
60%
41%
44%
45%
poca
33%
51%
47%
47%
ninguna
7%
7%
9%
8%
Invitación a amigos
mucha
27%
13%
18%
17%
poca
60%
56%
61%
59%
ninguna
13%
31%
21%
24%
Fuente: Schulte, 1999
La organización dominante sigue siendo la comunidad. Ella se organiza alrededor de la
ocupación de un determinado territorio con sus autoridades, que hoy en día ocupan
formalmente carteras sindicales pero que de hecho tienen la función de representar la
comunidad en ritos y ceremonias frente a las deidades y autoridades del Estado. Por
esta razón los atributos de idoneidad para un dirigente son los antecedentes de cargos
ocupados en la jerarquía comunal ascendente y turnos entre estancias y familias, más
que calidades funcionales ante la sociedad nacional.
5
Tabla 2: Importancia de la comunidad, según actividad principal de las familias
Actividad principal
Agricultura
Ganadería
General
¿Es importante la comunidad para tu economía?
Si
55%
61%
52%
No
45%
39%
48%
¿Es importante la comunidad para tu vida?
Si
75%
91%
78%
No
25%
9%
22%
Fuente: Schulte, 1999
Nuevos comuneros pueden ser aceptados con ciertas
condiciones; tienen que
someterse a las reglas de la comunidad pero tienen un estatus inferior durante varias
generaciones, que se manifiesta en restricciones del acceso a tierra y a cargos
importantes. De esta manera se pueden distinguir, según estatus social y derechos:
comuneros originarios, agregados que posteriormente fueron aceptados y yanapacos
de más reciente incorporación a la comunidad y que no poseen tierra propia.
Frecuentemente, los comuneros originarios de Chajaya eran curanderos (kallawayas)
quienes llegaron a asentarse en las ciudades como “residentes”.
El acceso a los recursos productivos y mano de obra
La comunidad es dueña legal de su territorio bajo un título proindiviso (todos los
comuneros son colectivamente propietarios de toda la extensión territorial de la
comunidad) y es la instancia que controla el acceso a los recursos. El territorio agrícola
es subdividido en una serie de territorios menores que están sometidos bajo ciclos de
rotación de cultivos, regulados por la comunidad (Magne/Schulte 1998). Al interior de la
comunidad puede haber permutas, arriendo y compra-venta de parcelas bajo diferentes
acuerdos entre las partes. Pero no existe un libre mercado de la tierra: El acceso a las
parcelas es normado por la tradición y por la asamblea de la comunidad. De hecho se
excluye la venta a foráneos impidiendo el usufructo mediante el boicot en el trabajo y el
sabotaje. La comunidad dispone de sus tierras. En un caso extremo se expulsó a un
6
comunero de la comunidad, es decir, se revocó todo derecho al usufructo de la tierra,
debido a un abigeato.
La mano de obra es un recurso imprescindible para sobrevivir en la comunidad. Las
familias precisan el apoyo mutuo en ciertos trabajos (preparación de la tierra, cosecha
de tubérculos, pastoreo de alpacas). El trabajo suele organizarse bajo normas de la
comunidad, preferentemente basado en las relaciones entre parientes (Schulte 1999).
Aynis, mink´as2 y otros arreglos para conseguir mano de obra siguen siendo de gran
importancia (Paz 1999).
Tabla 3: Importancia reconocida a ayni y mink´a, según la actividad principal de la
familia
Actividad principal
Agricultura
Ganadería
Minería
General
Importancia del ayni
mucha
63%
70%
63%
65%
poca
27%
17%
25%
24%
ninguna
11%
13%
13%
11%
Importancia de la mink´a
mucha
57%
30%
25%
45%
poca
31%
17%
63%
41%
ninguna
11%
17%
13%
14%
El acceso a mano de obra no se logra mediante el dinero, que es un bien escaso pero
cualquiera, y que no regula ni el acceso a tierra ni las relaciones laborales en la
comunidad. Las normas comunales exigen que uno tenga su grupo informal de ayuda
mutua y que se observen ciertos ritos al pedir ayuda, y de remunerarla mediante la
invitación a una buena comida, mascar coca, fumar cigarrillos y el regalo de una parte
de la cosecha. La base para estas relaciones económicas son el parentesco y
compadrazgo. Personas ajenas a la comunidad fracasan con sus planes económicos
2
ayni – ayuda mutua; mink´a – ayuda retribuida en producto o dinero; ambas se realizan en un contexto
ritual y festivo
7
debido a la falta de mano de obra si ellos no logran integrarse y ser aceptados por la
comunidad.
La tecnología productiva
Las superficies cultivadas llegan a un máximo de dos hectáreas por familia, pero
generalmente miden menos de una hectárea, distribuidas en numerosas parcelas. Casi
todo el trabajo se realiza con herramientas manuales, siendo la más importante la
chakitaqlla (arado de pie). Sólo en lugares de ex-hacienda se utiliza excepcionalmente
la yunta. El transporte es realizado con animales de carga. Los riesgos típicos de la
producción altoandina se reducen a través de una tecnología que emplea una gran
variedad de cultivos y sus variedades, sembrados en pequeñas y dispersas parcelas en
diferentes micro-condiciones de clima y suelo. Cada lugar recibe sus técnicas
particulares (formas de labranza, trazado de surcos, cantidad y calidad de semilla)
según sus condiciones y su cronograma de trabajo específico (Schulte, 1996; Magne,
1998).
Las herramientas y los insumos son producidos en la misma región: Las semillas son
apartadas de la cosecha y eventualmente intercambiadas entre comunidades, el abono
proviene de las ovejas que casi exclusivamente se crían con esta finalidad, o de las
alpacas. Las herramientas se construyen en la región. Animales de trabajo también se
crían con el forraje del lugar. Es decir, la producción agrícola y ganadera se apoya en la
tecnología local, no depende de recursos externos; el dinero no interviene en el
proceso.
Esta economía logra rendimientos por superficie comparativamente altos y estables
gracias a una excelente adaptación a las condiciones específicas de la región.
Tabla 4: Rendimientos de diferentes cultivos por superficie (en kg/ha); comparación de
la región kallawaya con el Dpto. La Paz
Papa
Oca
Cebada
Trigo
Maíz
Región kallaw.
11917
21028
2497
1734
3190
Dpto. La Paz
5955
2898
777
700
1264
Fuente: Schulte 1998
8
Gracias a la tecnología que busca seguridad alimentaria los rendimientos son poco
variables frente a las grandes variaciones climáticas de la región altoandina (Schulte
1996).
Los ingresos provenientes de la producción ascienden para los agricultores a 3 044 754
kcal y 535 Bs por año, para los ganaderos a 1 490 277 kcal y 3 773 Bs por año3. Esto
es poco en cuanto a ingresos por cápita, pero significa una base de subsistencia, por
demás estable ante variaciones climáticas y casi independiente de condiciones
macroeconómicas4. Los agricultores destinan su producción predominantemente al
autoconsumo, los ganaderos están obligados a trocar o vender una mayor parte de su
producción para obtener una alimentación diversificada.
Trueque y redistribución intracomunal
Los compromisos vinculados con los cargos y los arreglos de acceso a tierra y mano de
obra llevan, además, a una significativa redistribución de los bienes al interior de las
comunidades. Los prestes de las fiestas tienen que agasajar a toda la comunidad
gastando sus bienes y frecuentemente los de sus familiares y compadres. Los
secretarios generales de los sindicatos agrarios, por su parte, tienen gastos
sustanciales para ceremonias y viajes.
Un aspecto importante de la economía regional son los intercambios en forma de
trueque. Los protagonistas principales son los ganaderos quienes mantienen cierto
número de llamas exclusivamente para el transporte. Durante las épocas de cosecha en
las diferentes zonas agrícolas de tubérculos, maíz y fruta, ellos llevan sus productos
ganaderos para cambiarlos con los agricultores. Algunos compran productos
industriales (fósforos, querosén, ropa) en las ferias de la frontera y los cambian por
productos agrícolas. También productos artesanales, en las cuales algunas
comunidades y campesinos se especializan (alfarería, tejidos, herramientas de madera)
3
Una persona adulta requiere de unas 2500 a 3000 kcal/día, eso significa aproximadamente 1 000 000
kcal/año.
1 USD = aproximadamente 5 Bs (en 1997)
4
Para los bolivianos pobres la "hiperinflacióbn" a mediados de los años ochente fue traumática. Los
campesinos de la región kallawaya experimentan los efectos de las políticas macroeconómicas reflejados
en el contrabando fronterizo y el impacto del mercado mundial en los altibajos dramáticos de la fibra de
9
se intercambian por productos agrícolas y ganaderos. Las unidades y medidas del
trueque varían en cada zona; las equivalencias del intercambio no corresponden a los
precios respectivos sino varían, según los valores de uso en cada zona y son
establecidas por tradiciones (Schulte, 1999). También se toman en cuenta la relación
social entre los actores, los “costos“ (el esfuerzo de camino) y la oferta y demanda (un
año de buena o mala cosecha) (Felipe, 1997). El dinero no es una medida usada para
comparar valores de trueque.
Tabla: 5 Equivalencias de trueque y sus equivalencias en dinero en diferentes lugares
de la región kallawaya
Lugar de trueque
(Bs)
Producto ofertado
Producto recibido
(Bs)
Hilo Hilo
30
1 taro de carne/charqui de
1 arroba de papa
15
alpaca
1 arroba de tubérculo
8 – 15
Amarete
¾ carga de kaya
10
Mojos
¼ carga de maíz
18
1 jawi de ovino
½ carga de kaya
6
1 jawi de alpaca
1 carga de kaya
19
5 litros de kerosene
2 arrobas de tubérculos 16 - 30
Agua Blanca
Amarete
3
Muñecas
Hilo Hilo
10
Mojos
Hilo Hilo
9
6 piezas de jabón
Mojos
1 carga de maíz
72
1 arroba de papa
15
½ carga de maíz
36
15
1 camisa
1 carga de maíz
72
4
2 paquetes de fósforo
¾ arroba de maní
36
taro = 1 pierna de aprox. 5 kg
jawi = ¼ parte de lana de 1 animal
kaya = oca fermentada y secada
Fuente: Felipe, 1997
En los últimos 20 años, en la medida que se construyen carreteras de vinculación con la
ciudad de La Paz, la importancia del trueque va disminuyendo y la monetización
aumenta. Un 69% de los encuestados juzga que hace 20 años el trueque tenía mucha
importancia para ellos, sólo un 37% dice que lo tiene ahora. El dato interesante es que
alpaca.
10
para más de una tercera parte de los encuestados el trueque sigue siendo muy
importante. Una razón porque persiste el trueque es la escasez de dinero en la región,
otra es la decisión deliberada, de no depender mucho del mercado5, y otra es el
compromiso social que vincula las familias hace generaciones6.
Tabla 6: Importancia del trueque hoy en día y hace 20 años, por actividad principal de
los encuestados
Importancia
mucha
poca
ninguna
Agricultura
Hoy en día
29%
68%
4%
hace 20 años
53%
33%
15%
Ganadería
Hoy en día
63%
33%
4%
Hace 20 años
100%
-
-
La ayuda mutua, el trueque y la redistribución permiten el abastecimiento seguro aunque en un nivel cuantitativamente pobre- de las familias con alimentos,
herramientas, vivienda y servicios básicos. Sin embargo, el ingreso proveniente de la
producción no es suficiente para cubrir las necesidades cuya satisfacción requiere de
dinero. Por esta razón se busca ingresos adicionales en actividades como el trabajo
asalariado, el pequeño comercio o los servicios kallawaya.
5
No nos encontramos ante resabios históricos sino ante un fenómeno de circuitos económicos con
diferentes características. Esto lo demuestra p.e. el auge del trueque en los países industrializados en los
últimos 10 años,
particularmente entre personas que disponen de pocos ingresos monetarios.
Recientemente el internet está dando una nueva dimensión a estas relaciones de trueque.
6
Un atributo característico del trueque lo encontramos en las relaciones de caseros, muy difundidas en
Bolivia: a través de una relación personal se establece una relación entre compradores y vendedores que
garantiza un tratamiento correcto en términos mercantiles. Es decir, el funcionamiento del mercado
depende de las relaciones personales.
11
Ingresos adicionales y la integración al mercado
Hoy, igual que antes el dinero es un bien muy escaso en la región, que se necesita
cada vez más. Desde hace mucho tiempo atrás existen importantes vínculos de la
economía regional con la economía nacional y mundial. Tradicionalmente fueron
extraídos productos como la goma y el incienso cuyos caminos de exportación
cruzaban la región kallawaya; Pelechuco, uno de los pueblos de la región, era el centro
del comercio que vinculaba el oriente con la costa. Desde más de 100 años la fibra de
alpaca se exporta. Los kallawayas prestaban sus servicios como herbolarios y ritualistas
en toda la zona andina. Actualmente muchos kallawayas residen en las ciudades donde
viven de sus servicios de curanderos y como joyeros. Para los que no son kallawayas
la principal fuente de ingreso monetario es el trabajo asalariado. Los agricultores
obtienen casi un 60% de su ingreso monetario del trabajo asalariado, los ganaderos un
28%.
La importancia relativa de los ingresos en alimentos y en dinero se puede estimar a
partir de una conversión basada en los precios y contenido calórico de algunos
productos básicos (Schulte 1999). Para Chajaya, la comunidad más agrícola, los
ingresos monetarios ascienden a 39.1% del total, para Altarani, la comunidad ganadera
este porcentaje sube a 78.1%.
12
Tabla 7: Ingresos monetarios y calóricos (en Bs y kcal) según actividad principal
Actividad principal
Ingreso por:
Agricultura
Kcal*
Agricultura
Ganadería
Artesanía
Bs**
Kcal*
Bs**
2679920
272
88.0%
12.8%
28.4%
0.5%
177957
251
1029583
3616
5.8%
11.8%
69.1%
68.4%
143704
13
4.7%
Trab. asalariado
Ganadería
-
-
422505
-25
38189
0.6%
2.6%
1271
-
192
3.6%
- 1482
59.6%
Trab. kallawaya
-
-
280
-
28.0%
-
-
-
-
-
21
-
13.1%
Ayuda
TOTAL
43173
46
1.4%
2.2%
3044754
2133
100%
0.4%
100% 668734
100%
5286
100%
* Una persona adulta requiere de unas 2500 a 3000 kcal/día, eso significa aproximadamente 1 000 000
kcal/año.
** 1 USD = aproximadamente 5 Bs (en 1997)
Salir de la región no tiene sólo la finalidad de conseguir dinero. También es bueno, para
los jóvenes como futuros dirigentes, conocer el mundo y aprender a tratar con los
burócratas y políticos. Los que ya tienen su familia propia prefieren quedarse en la
región. Buscan trabajar en las minas auríferas de la región o se dedican a rescatar fibra
de alpaca o manejar pequeñas tiendas. Estas actividades pueden proporcionar un
pequeño ingreso en dinero, a la vez de significar un fondo de reserva en productos
vendibles, respectivamente comestibles, para épocas críticas.
13
La economía regional de subsistencia
Existen indicios de que se aceptan deliberadamente las normas de la economía de
subsistencia en la comunidad. Un estudio anterior (Schulte, 1994) sobre opiniones hizo
evidente que las personas de mayor grado de educación formal - que supuestamente
serían las que mejores opciones tendrían en la ciudad - se mostraron más interesados
en los asuntos de la comunidad y más en favor de que la comunidad controlara el
acceso a la tierra. En cuanto al deseo de vivir en la ciudad existe una relación poco
clara con la formación e inversa con la edad. Practicamente todos los encuestados
favoren también una educación bilingüe.
Tabla 8: Opiniones respecto al control comunal (% de afirmación)
Escolaridad
sin escol. curso 1 a 6 curso 6 a
Se debe mantener las costumbres
curso 10 a
9
12
92%
82%
82%
100%
de la comunidad
La
comunidad
debe
ejercer
el
69%
76%
86%
86%
ejercer
el
15%
58%
61%
71%
8%
36%
54%
14%
control sobre la tierra
La
comunidad
debe
control sobre las tierras de usufructo
familiar
Yo quisiera vivir en la ciudad
La vida en la comunidad se apoya en la tierra, el trabajo propio con la ayuda mutua, y el
intercambio no monetario de los productos de la región. La producción y el intercambio
de bienes son organizados en estructuras de parentesco, compadrazgo y comunitarias.
La relación con el mundo externo y con el mercado es instrumentalizada para fortalecer
la economía local: varios de los productos comprados - alcohol, coca, cigarrillos - tienen
una función importante en los ritos y relaciones sociales. El trabajo asalariado permite
comprar lo indispensable y lo que da prestigio: alimentos y bebidas de procedencia
industrial. Pero el ingreso monetario no se utiliza como capital económico sino,
14
frecuentemente, se invierte en fiestas y cargos para ser reconocida como gente de
bienestar. En fin, el mercado está al servicio de la subsistencia; la sociedad y la
economía regional se caracterizan por normas y reglas propias que utilizan la economía
de mercado pero no forman parte de ella.
La economía local gira alrededor de la seguridad alimentaria: Un 38% de los ingresos
en las tres comunidades tienen la forma de alimentos (en Chajaya 60%). De los egresos
se destina un 43% a la adquisición de alimentos (en familias ganaderas hasta más de
70%), de los cuales alrededor de 90% se gastan en alimentos energéticos que son
industrialmente elaborados y conllevan un alto prestigio (azúcar, aceite, fideo, arroz,
harina/pan) (Montoya 1997).
Tabla 9: Egresos monetarios por rubros de gasto, según actividad principal
Actividad principal
Agricultura
Egreso total (Bs)
2246
Ganadería
5665
Media
3868
Alimentos
935
37.7%
2018
49.3%
1816
42.7%
Educación
234
11.4%
220
4.6%
226
8.2%
Energía
90
5.1%
203
4.0%
159
4.8%
Bienes duraderos
110
5.2%
215
4.1%
166
4.8%
Transporte
168
7.1%
434
9.4%
343
8.7%
Fiestas
145
5.3%
284
6.1%
221
5.8%
Inversión, herram.
474
11.2%
449
8.2%
489
13.1%
Fuente: Schulte, 1999
Sorprende el hecho de que las familias más acomodadas destinan un mayor porcentaje
de sus gastos totales a comprar alimentos que las familias pobres. Obviamente la
sociedad kallawaya otorga a los alimentos un valor socio-cultural, adicional a la
nutrición; el comer suficiente y bien significa bienestar. Este valor se manifiesta también
en el hecho de que los alimentos se comparten, bajo reglas ceremoniales, en fiestas, se
los obsequia a amigos y parientes como forma de mostrar respeto y cariño, se los
ofrenda en sacrificios para las deidades, y los alimentos forman parte de la retribución
15
usual para las personas que ayudan en el trabajo. Pero los productos de la comunidad
no se venden en su interior. En contraste, las familias más pobres, que suelen ser las
de reciente formación, prefieren gastar más en herramientas e insumos y menos en
alimentos; suelen trabajar frecuentemente en casa de sus padres donde reciben
también parte de la alimentación.
Tabla 10: Porcentaje de egresos destinado a comprar alimentos e insumos, por rangos
de egreso total
Egresos totales (Bs)
<1000
1001-3000
3001-4000
>4000
% del gasto total destinado para comprar alimentos
Ganadería
22.6%
36.0%
60.4%
75.7%
59.5%
Agricultura
39.4%
39.6%
33.8%
67.1%
45.1%
GENERAL
38.2%
43.3%
55.6%
69.3%
50.6%
% del gasto total destinado para comprar herramientas e insumos
4.4%
4.1%
1.5%
1.1%
3.0%
Fuente: Schulte, 1999
Concluimos que este sistema económico es la subsistencia: la seguridad alimentaria y
la satisfacción de otras necesidades básicas materiales como ropa, vivienda,
obligaciones sociales y ceremoniales y educación de los hijos7. Sin embargo, la
producción local no es suficiente para cubrir las necesidades de nuevos productos y
servicios para una población en crecimiento, por lo tanto se acude a la economía de
mercado para complementar los ingresos –bajo las reglas de la economía de
subsistencia. La finalidad del sistema de economía de subsistencia no es entrar en un
circuito de acumulación de bienes; dentro del sistema nadie puede ser empresario ni
micro-empresario, y pocos lo desean ser.
7
Lo que no excluye que algunas o muchas familias, teniendo una economía de mercado delante sus
ojos, preferirían, para sí solas, escaparse del control comunal; pero el precio es alto: salirse de la
organización comunal y defenderse individualmente en la economía de mercado, para la cual la
comunidad no prepara sus miembros.
16
La reciprocidad
Los mecanismos de regulación - de comunicación en palabras de la teoría de Luhmann
(1994)- del sistema de economía local de la región kallawaya son la reciprocidad
positiva y negativa. El dinero es un producto escaso y cada vez más importante, pero
no tiene una función comunicacional-reguladora como en el sistema de mercado; no se
mide ni la tierra, ni el trabajo ni los productos en unidades de dinero.
La reciprocidad positiva se muestra en los intercambios de trabajo y de productos. En
las relaciones con autoridades y deidades ella adquiere un tinte jerárquico de
redistribución. Las autoridades comunales en función de sus cargos redistribuyen
recursos y bienes, sea mediante decisiones en casos de conflictos, sea en el gasto de
sus bienes para el bienestar de la comunidad, o para pedir una buena cosecha y evitar
desgracias naturales. Los comuneros devuelven los favores prestando atención a sus
autoridades en forma de obediencia y pequeños regalos (coca, alcohol, comida)
La reciprocidad negativa se muestra en envidia, “miramientos” (comentarios negativos),
robos, sabotaje de los emprendimientos de otras personas y embrujamientos. Esta
reciprocidad negativa juega un rol importante en las relaciones sociales: uno siempre
debe estar atento a cómo su comportamiento es percibido por los demás. La pérdida de
ayuda en el trabajo, destrozos en la cosecha y graves accidentes y enfermedades
debidas a hechizos pueden ser la consecuencia de la no-obediencia a las normas y
tradiciones de la comunidad.
La globalización y su contrapeso local
En Bolivia la globalización empezó a mostrarse con toda su fuerza a partir de los años
ochenta. El modelo del Estado patrón, que a partir de la Revolución de 1952 sustituyó a
los patrones de la hacienda y mina, y que, como un patriarca, cuidaba de sus hijos
predilectos (los mineros en primer lugar), se acabó. Este modelo económico dejó de ser
financiable cuando los precios de los minerales cayeron. La economía entró a un
circuito de hiperinflación. Luego fue impuesta la nueva economía neoliberal del
“Washington consensus”. Los efectos incluían la decaída total de la minería estatal y el
regreso a formas de explotación minera con pico y pala. La agricultura sufrió el
achicamiento de la demanda y la competencia de productos importados. Como efecto
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de la globalización la riqueza se va concentrando en los estratos más altos de la
sociedad. Carros de lujo, supermercados con productos importados para todo gusto,
urbanizaciones cerradas y policía privada para los pocos ricos; mientras los pobres se
van concentrando en las ciudades para aprovechar las migajas de los ricos, y su
ambiente de vida se vuelve más violento e inseguro. Los medios de comunicación
siembran un mensaje de consumismo que llega hasta los rincones más apartados
creando frustración y descontento.
En la región kallawaya desde los niños hasta los dirigentes piden o exigen dinero. Los
profesores enseñan a sus alumnos a marchar en días patrias, pero les prohiben vestir
su indumentaria tradicional porque la consideran falta de cultura. Los alumnos deben
olvidarse del saber local y aprenden a declamar lemas en castellano y anhelar una vida
de sentado detrás de un escritorio (para cobrar coimas). Es decir, los beneficios de la
globalización van a parar lejos de las áreas rurales y transfieren un sentimiento de
inutilidad, ignorancia y miseria a los que no los pueden compartir.
Frente a los procesos de la globalización se ve la necesidad de una organización local
que defienda o construya una economía orientada en las necesidades de la población
local. Se necesita, además, una sociedad viva y activa para construir un Estado
democrático. Económicamente lo global necesita lo local para reproducirse. La unidad
doméstica con su trabajo no remunerado sigue siendo la célula para cualquier
economía diferenciada. Aun en países industrializados se hace una gran proporción del
trabajo en el hogar, entre amigos, en organizaciones cívicas y llenando los espacios
entre las funciones formalmente definidas mediante una ética de trabajo de buen
cumplimiento y compromiso personal.
En Bolivia, hasta mediados de los años noventa lo local estaba abandonado por el
Estado. Sólo ONGs se ocuparon del desarrollo microrregional, prestando servicios
(financieros, asesoramiento técnico, jurídico), promoviendo proyectos productivos y
apoyando las organizaciones de los grupos más deprimidos (campesinos, indígenas,
mujeres de barrio). A partir de 1993 hubo un esfuerzo gubernamental para fortalecer lo
local sin desvincularlo de lo global. La Ley de Participación Popular de 1994 es un
esfuerzo de enfocar los retos de la globalización devolviendo a la sociedad local su
función de célula base para contestar los retos de la globalización. La municipalización
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permite al ciudadano (a la ciudadana un tanto menos) tomar parte en las decisiones
locales. Para que este esfuerzo no quede en pura declaratorio se destina un monto del
presupuesto estatal para los municipios. Estos pueden, con ingresos provenientes de
otras fuentes (ayuda externa, impuestos municipales) aumentar su capacidad
financiera. La base de los municipios son las Organizaciones Territoriales de Base que
pueden ser comunidades, organizaciones indígenas y juntas vecinales y que deben
participar en la planificación del desarrollo municipal y en fiscalización respectiva, a
través de ciertos mecanismos establecidos por ley.
Las debilidades de este modelo derivan en buena parte de las características de una
sociedad acostumbrada al autoritarismo y clientelismo y que de pronto se encuentra
frente a instituciones concebidas para la participación, la iniciativa y el control "desde
abajo". Hay el peligro de que los municipios no puedan responder a las funciones que le
fueron encomendadas y que caigan en manos de los grupos de poder tradicional
(partidos/clientelas). Estos rápidamente reaccionan frente a la coyuntura, extienden sus
tentáculos hacia los municipios y refortalecen estructuras centralistas.
Perspectivas de desarrollo local
Desde una óptica de seguridad alimentaria la región kallawaya tiene la base social y
económica para un desarrollo orgánico; hay que fortalecerla para que su gente pueda
tratar en condiciones de seguridad y fuerza con el mundo global.
La economía de subsistencia garantiza una seguridad básica y proporciona, a través de
sus vínculos con el mercado, ingresos adicionales. Si bien el mercado en Bolivia no es
libre y mucho menos social, ofrece posibilidades para complementar las limitaciones
productivas de la economía de reciprocidad. La economía de mercado es un elemento
esencial de la economía regional desde hace mucho tiempo y es imprescindible para el
bienestar de la gente. Se debe y se puede lograr una complementariedad entre los
sistemas económicos de subsistencia y de mercado. Esta realidad puede ser plasmada
en un modelo de sistemas autopoiéticos que supera los modelos teóricos de dualismo y
subordinación de diferentes tipos de economía (Schulte 1999).
La producción agrícola y pecuaria de la región tiene serias limitaciones para satisfacer
las nuevas necesidades de una población creciente, pues su tecnología corresponde a
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cierto equilibrio entre las condiciones físicas y sociales. Estas últimas están cambiando
rápidamente
(crecimiento
demográfico,
nuevas
necesidades)
produciendo
un
desequilibrio.
Ante esta situación se pueden distinguir tresopciones: a) el éxodo permanente de una
parte de la población de la región, b) la migración temporal para complementar los
ingresos, c) nuevas alternativas productivas dentro de la región. También podrían
combinarse las opciones.
La migración definitiva -aunque no tan definitiva- fue realizada por muchas familias
originarias kallawayas de Chajaya. De una vida de curanderos y comerciantes de
amuletos y hierbas pasaron a ser residentes en las ciudades. Mantienen su propiedad
en la comunidad cumpliendo mínimamente sus deberes, frecuentemente a través de
yanapacos, para no perder sus derechos de comunarios. En este caso se ha
desarrollado una complementariedad entre originarios que emigraron y yanapacos que
los representan en la comunidad y de esta manera adquieren acceso a tierra cultivable.
En Moyapampa pocas familias escogieron la migración definitiva. La alfarería casi
desapareció, pero gracias al calentamiento de clima se podía extender la frontera
agrícola hacia mayores alturas (Montes 1995). Es decir, en Moyapampa se realizó en
cierto grado la tercera opción, sin embargo, sin un cambio tecnológico. Los agricultores
de Chajaya y Moyapampa optan, además, por la migración estacional para
complementar sus ingresos agrícolas con dinero.
Las familias ganaderas de Moyapampa y Altarani no migran, pues la atención continua
que requiere un rebaño no permite una ausencia prolongada. Un ingreso de dinero se
logra mediante la venta de animales, el trabajo estacional en las minas auríferas de la
misma zona y la inclusión de aspectos mercantiles en su sistema de trueque.
Notamos que existe una combinación de opciones para armar estrategias diferentes en
cada comunidad, según las condiciones físicas y sociales. Lo que, sin embargo, está
casi ausente es la implementación de nuevas tecnologías y nuevos servicios para
intensificar la producción y facilitar la transformación de productos dentro del marco de
la economía regional. Esta opción no está al alcance de la gente, porque precisa de
capital y asesoramiento técnico.
Hasta ahora, toda política que apuntaba a la región, sea diseñada por políticos, técnicos
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o dirigentes sindicales, fue planeada fuera de la región. Casi siempre estas políticas
buscaron vincular la región con el centro de poder nacional, La Paz, pero no lograron un
desarrollo substancial. Al contrario: desarticularon y debilitaron la integración interna de
la región. Si antes hubo una integración transversal a los Andes, entre los diferentes
pisos ecológicos con su gran diversidad de productos, ahora todas las carreteras llevan
a La Paz, y los caminos entre las comunidades están deteriorados. Si antes hubo una
rica vida social y cultural con encuentros en fiestas y viajes intraregionales ahora la
organización está fragmentada, la cultura local debilitada y frecuentemente es ocultada
de la vista de foráneos porque ha sido desacreditada por agentes de desarrollo.
Medidas de apoyo al desarrollo local
Hemos visto que la economía de subsistencia en la región kallawaya
proporciona
elementos importantes para la seguridad alimentaria, física y mental y no es
contradictoria a un aprovechamiento del mercado. Para salvar estos aspectos de
seguridad es necesario fortalecer la integración de la región que tradicionalmente
existía y que sigue siendo la columna económica y social. Pero la situación de la región
kallawaya no es tan específica como pueda parecer; en cuanto al desprecio que
muestra la cultura dominante ante valores locales, en cuanto a los esfuerzos que se
hacen para extender el poder central y en cuanto al fracaso de este tipo de desarrollo,
la región kallawaya es una región típica de América Latina. Por lo tanto muchas de las
recomendaciones siguientes pueden ser válidas, con adaptaciones menores, para otras
regiones.
Como aspectos importantes de la economía regional de subsistencia que deberían ser
salvados y no destruidos mencionamos sólo algunos ejemplos:
- La infraestructura debe volver a servir a la comunicación intrarregional y no sólo a la
vinculación con el centro nacional.
- El deporte tiene una función importante para sustituir las fiestas patronales que
estaban centrados hacia el grupo dominante en los pueblos Tiene la ventaja de ser
neutro respecto a diferentes confesiones religiosas, permite visitas mutuas, tiene una
carga emocional fuerte y está libre de la influencia de los grupos de poder tradicional,
mientras fortalece el protagonismo de personas jóvenes y activas.
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Para fortalecer la economía regional se debe avanzar en el camino que en Bolivia se ha
bautizado “municipio productivo”; el mejorar a partir de las políticas municipales las
condiciones para un desarrollo económico local. Posibles medidas pueden ser:
- El fomento a ferias con normas locales y bajo control local.
- Asistencia técnica para la producción de bienes que se consumen dentro de la región.
- Servicios financieros que amplíen y aseguren la diversidad y la transformación de
productos. Este tipo de servicios debe incluir criterios sociales y ecológicos, no debe
fomentar unilateralmente una producción para el mercado.
Servicios básicos deben apuntar hacia un mayor protagonismo de la población en su
región:
- Un sistema educativo que parte de la realidad local en su enseñanza y que valoriza la
cultura local.
- Un servicio de salud que respeta los conceptos tradicionales de salud y enfermedad y
que parte de la organización comunal.
- Investigaciones con orientación aplicada que fomenten el saber y el protagonismo de
la población local.
Las políticas nacionales deben proporcionar un marco para relaciones equitativas entre
los mundos locales y el global. Entre otros deben:
- Conservar la diversidad biológica in situ, no sólo en centros especializados.
- Respetar la diversidad de culturas (y subculturas).
- Aceptar la migración como parte integral de la dialéctica local-global concentrándo los
esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de vida de los migrantes.
La región kallawaya muestra que las estructuras locales aún en condiciones adversas
pueden propiciar una base de seguridad alimentaria. Proporcionan, además,
oportunidades para ir diferenciando la sociedad y su economía. Las políticas de
desarrollo deben fomentar y fortalecer las estructuras locales, no deben debilitarlas bajo
la ideología de que lo local es sinónimo de atraso. Esto no es sólo una necesidad para
la región kallawaya sino es un reto para la mayor parte de América Latina.
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Bibliografía
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