( 2 0 l ) La recolección del azafrán suele durar tres ó cuatro

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L a recolección del azafrán suele durar tres ó cuatro semanas, y se
hace del m o d o siguiente: al rayar el dia salen los trabajadores al
campo, se dividen en varias cuadrillas compuestas de hombres,
mugeres y muchachos, de los cuales cada uno lleva una cestilla en
la mano para echar la flor conforme la van c o g i e n d o ; la cortan con
los dedos lo mas bajo posible, cuidando de que no salga vacía,
es
decir, sin pistilo, porque entonces el trabajo seria inútil. C o n f o r m e
se van llenando las cestas las van desocupando en grandes cestos ó
canastas que se tienen prevenidas para este fin; alli se echa toda la
flor, sin apretarla, y en esta disposición se lleva á casa. L a s flores
del azafrán se cogen al instante que se manifiestan, y aun antes q u e
estén cubiertas del t o d o , porque son tan delicadas que se pasan y
marchitan en p o c o tiempo. Siempre que se pueda se hará la recolec­
ción de la flor en tiempo sereno y s e c o ; pero si la estación es llu-r
viosa, no h a y mas remedio que continuar la operación para no d e ­
jar pasar las flores, las cuales se orean l u e g o , y se hacen secar en c a ­
sa antes de despinzarlas,
tendiéndolas sobre el suelo de una cáma­
ra ó aposento, y se dejan asi hasta el dia siguiente; y lo mismo se
hace cuando son muchas las flores que se han recogido y no p u e ­
den despinzarse inmediatamente. T e n d i d a s de este m o d o se conser­
van m u y bien de un dia para o t r o , pues si se dejasen sin sacar
de los cestos se recalentarían y podría resultar algún perjuicio al
azafrán.
L u e g o que se tienen las flores de azafrán en c a s a , se van s a c a n ­
do poco á poco de los cestos ó banastas en que se trajeron del
c a m p o ; se echan en unas mesas g r a n d e s , y los trabajadores se sien­
tan en bancos al r e d e d o r , y comienzan á despinzarlas. Para esto t o ­
man la flor con la mano d e r e c h a , la pasan á la izquierda, cogiéndola
por la parte donde principia á ensancharse el tubo de la c o r o l a , y
la cortan por aquel parage ; en seguida toman uno de los estigmas,
sacan los tres que tiene cada flor, y los echan en unos cestillos ó
cajas que se tienen prevenidas sobre la mesa, y se vacian en otros
mayores conforme se van llenando. T o d a esta maniobra se hace
con la m a y o r destreza y a g i l i d a d ; de suerte que una muger a c o s ­
tumbrada á este trabajo se regula que puede despinzar una libra de
azafrán en un dia. E l azafrán despinzado se vuelve á limpiar otra
vez, quitándole las briznillas,
ó sean los estigmas blancos, los p e daziüos de flor, de hoja y demás brozillas que tenga.
Cuando y a se tiene enteramente limpio el azafrán, se pone á
tostar á un fuego l e n t o ; esta operación es algo d e l i c a d a , y exige
mucho cuidado para no echarlo á perder. P o r lo regular se estiende
azafrán en unos cedazos de cerda ó de lienzo b a s t o , echando
" a tanda del grueso de dos d e d o s : los cedazos se cuelgan ó p o '
^ s ascuas á una altura proporcionada, de suerte que v a OMO I.
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