Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas Servicio Infoaeca Titulo: La carrera ascendente del auditor Fuente: Expansión & Empleo Autor: Juan Fajardo Año tras año, los departamentos de recursos humanos de las principales auditoras –Deloitte & Touche, PricewaterhouseCoopers, Ernst & Young y KPMG– ponen en marcha los procesos de selección para contratar a cientos de jóvenes de entre 22 y 26 años. La formación continuada que reciben y la experiencia que adquieren auditando diferentes empresas les convierte en profesionales muy solicitados. Un auditor puede tardar unos catorce años en llegar a ser socio de su empresa. Eso, si no le ficha antes alguna empresa para trabajar en su departamento financiero o de administración. Aunque no existe mucha rotación durante los tres primeros años de trabajo, a partir de entonces aumenta su cotización en el mercado laboral y es normal que se produzcan salidas hacia otras empresas – raramente hacia otras auditoras–. "Debido a la amplia formación que reciben a lo largo de su carrera y a la experiencia de calidad que adquieren trabajando con distintos clientes, los auditores se convierten en profesionales muy valorados en el mercado laboral", explica Gonzalo Romeu, director de recursos humanos de Deloitte & Touche. Tras abandonar las auditoras, sus carreras profesionales suelen orientarse hacia las áreas financieras y de dirección general –normalmente puestos como director financiero, director de administración, controller...– de las empresas y también hacia áreas de auditoría interna. Por ese motivo, la estrategia de los departamentos de recursos humanos de las auditoras es intentar retener a los mejores talentos. "La permanencia de los auditores en la firma es un factor muy importante, por lo que hemos tomado acciones encaminadas a dotarles de una calidad de vida profesional y personal equilibrada: reducir setenta horas la jornada laboral anual, los viernes salir a las tres de la tarde y, en los niveles iniciales, compensamos las horas extras por tiempo libre adicional", destaca Andrés Guiteras, director de recursos humanos de KPMG. En PricewaterhouseCoopers (PwC) piensan, además, que la trayectoria de los auditores no finaliza dentro de la firma: "Ayudamos y asesoramos a aquellos profesionales que quieren o que deben emprender una carrera fuera de la empresa", explica Alicia Matesanz, directora de recursos humanos de la auditora. La formación de estos profesionales es clave. "Desde su incorporación a la empresa participan en programas –cursos, seminarios, conferencias...–, tanto dentro como fuera de España, para mejorar sus habilidades personales – aptitudes y actitudes– y sus conocimientos especializados en las áreas y sectores en los que prestamos servicios", comenta Guiteras. En Deloitte & Touche, los auditores tienen además la oportunidad de participar en programas de intercambio internacional. "El objetivo es que adquieran mayores conocimientos globales de la compañía trabajando en otros países", explica Romeu. La trayectoria de estos profesionales, que suele comenzar nada más terminar la carrera universitaria –con veintidós o veintitrés años– o tras realizar un MBA o un máster de auditoría, está muy estructurada. "Aunque no existen patrones fijos, ya que la evolución profesional se trata de manera personalizada y cada caso es diferente, podríamos establecer un estándar: la carrera se inicia con la categoría de auditor –entre dos o tres años–, le sigue la de senior –entre tres y cuatro años–, para pasar posteriormente al puesto de gerente –entre tres y cuatro años–. A partir de ahí, su trayectoria dentro de la empresa pasa por la categoría de senior manager y, finalmente, socio", comenta Matesanz. Las categorías de estos profesionales y los nombres de cada nivel varían dependiendo de cada firma. Los auditores de PwC cuentan también a lo largo de su trayectoria con el apoyo de un tutor cuya función es ayudarles, asesorarles e impulsarles en su desarrollo. Los principales requisitos que piden los departamentos de selección de estas empresas son ser licenciado en Economía o Administración y Dirección de Empresas, preferiblemente con especialidad en auditoría o contabilidad, y dominio de inglés –hablado y escrito– e informática. "También tenemos en cuenta, aunque no es excluyente, si los candidatos tienen cursos de postgrado –máster en auditoría o MBA–, un buen expediente académico, si tienen experiencia profesional, formación en el extranjero –beca Erasmus o programas de intercambio– o cursos complementarios –contabilidad, finanzas...–", explica María García, directora de recursos humanos de Ernst & Young. Un trabajo diferente Estos profesionales trabajan de una forma diferente. No tienen sitio fijo en la oficina y ocupan salas diáfanas repletas de mesas donde conectan sus portátiles, aunque casi siempre están fuera de la firma trabajando en la oficina de la compañía que auditan. No trabajan habitualmente con los mismos compañeros y jefes, por lo que los directores de recursos humanos de las auditoras consideran imprescindible que los candidatos que contraten tengan capacidad para relacionarse, trabajar en equipo y comunicarse. Por el tipo de trabajo que desempeñan, también valoran notablemente la capacidad de análisis, de negociación y la orientación a los resultados. A pesar de los escándalos que han salpicado a algunas auditoras, todas las firmas hacen verdadero hincapié en la ética de sus empleados. "En el curso de acogida de Ernst & Young se les enseña las herramientas que van a utilizar y se les instruye sobre los valores que rigen en su trabajo y con los que se deben comprometer", añade García. Los sectores que más auditores demandan actualmente son el financiero y los de productos industriales y de consumo. Sin duda, la elección del sector puede influir mucho en el futuro profesional del auditor, dentro o fuera de la firma.