4-3C-13-A CÁMARA SEGUNDA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA

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4-3C-13-A
CÁMARA SEGUNDA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las nueve horas con treinta minutos del nueve de julio de dos mil trece.
VISTOS en apelación la sentencia definitiva pronunciada a las nueve horas del dieciocho
de febrero de dos mil trece, por el juez Tercero de lo Civil de este distrito judicial, en el Proceso
Civil Ordinario de Prescripción Extraordinaria Adquisitiva, promovido por el licenciado Manuel
C. C., de este domicilio, abogado, con tarjeta de identificación número […], en calidad de
Apoderado General Judicial con Clausula Especial del señor Francisco Aguilar Hernández,
técnico en electrónica, de este domicilio, contra la señora Cindy Yamileth Aguilar, mayor de
edad, estudiante, de este domicilio, a fin de que en sentencia definitiva se declare la Prescripción
Adquisitiva Extraordinaria del dominio del inmueble inscrito a favor de la demandada.
El fallo de la sentencia recurrida expresa: «1) DECLARASE NO HA LUGAR la
prescripción adquisitiva extraordinaria alegada por el señor FRANCISCO AGUILAR
HERNANDEZ, por no haber probado los extremos de su acción en su demanda y por
consiguiente de su pretensión. 2) oportunamente al quedar ejecutoriado este fallo, líbrese el oficio
respectivo al Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro a fin de
que cancele la Anotación Preventiva de la demanda inscrita en la Matricula SEIS CERO DOS
CUATRO CINCO NUEVE CINCO DOS, bajo el asiento TRES 2) CONDENASE a la parte
actora al pago de las costas procesales de esta instancia por haber sucumbido en su pretensión.»
Han intervenido en ambas instancias el licenciado Manuel C. C. como demandante
apelante y la licenciada Wendy Patricia C. C., de este domicilio, abogado, con tarjeta de
identificación número dieciséis mil ciento cuarenta y tres, en calidad de Apoderada General
Judicial de la señora Cindy Yamileth Aguilar como demandada apelada.
LEIDOS LOS AUTOS Y;
CONSIDERANDO:
I. El diecinueve de diciembre de dos mil nueve, el licenciado Manuel C. C., presentó
demanda en la que principalmente expuso: «a) Que mi representado es actual poseedor de un
inmueble, de naturaleza rústica hoy urbana, ubicado en Quinta Avenida Norte, sobre Pasaje
Vilanova número Dos, identificado corno lote número dieciséis en antecedente, pero según
nomenclatura actual con el número Cuatrocientos Treinta v Cinco, Colonia Layco, Barrio San
Miguelito, de la jurisdicción de San Salvador, Departamento del mismo nombre, el cual tiene una
extensión superficial de CIENTO SETENTA Y UNO METROS CUADRADOS CON
SESENTA Y NUEVE CENTÍMETROS CUADRADOS equivalentes a DOSCIENTAS
CUARENTA Y CINCO PUNTO SESENTA Y CINCO VARAS CUADRADAS, y se describen
los rumbos de la siguiente manera: (…) El inmueble antes relacionado formó parle de otro de
mayor extensión inscrito al número CIENTO TREINTA Y SIETE del Libro CIENTO SESENTA
Y CINCO del Registro de la Propiedad de este Departamento, a favor del señor RAFAEL
AGUILAR FUENTES; hoy por traspaso de herencia a favor de VICTORIA AGUILAR,
conocida por VICTORIA REYES AGUILAR, hija del señor RAFAEL AGUILAR O RAFAEL
AGUILAR FUENTES, inscrito al número CUARENTA Y TRES del Libro CUATRO MIL
QUINIENTOS SETENTA Y CINCO del mismo Registro de Propiedad. Mi poderdante me ha
manifestado que el referido inmueble con todas sus construcciones lo valora en cincuenta mil
dólares de los Estados Unidos de América ($50,000.00). --- b) Es el caso señor Juez, que mi
poderdante dice que el primer inmueble descrito lo ha poseído de forma ininterrumpida, quieta y
pacíficamente desde hace más de treinta años, ejerciendo sobre el mismo, actos de todo
verdadero dueño y propietario sin que hasta la fecha se haya visto impedido de los mismos. Cabe
mencionar que el referido inmueble ha estado bajo la posesión de la familia en línea recta de mi
patrocinado, desde su abuela paterna MARÍA ELENA REYES, quien vivió en el citado inmueble
desde el año mil novecientos trece, y quedo en posesión del mismo inmueble en mil
novecientos treinta y dos, fecha en que falleció el señor RAFAEL AGUILAR O RAFAEL
AGUILAR FUENTES, y así sucesivamente el hijo de María Elena, señor PEDRO AGUILAR O
PEDRO AGUILAR ROGEL, quien procreo a mi representado (…) y es que desde ese entonces
mi representado ha tenido como suyo el referido inmueble, ejerciendo la posesión de manera
quieta, pacifica e ininterrumpida, desarrollando sobre el mismo actos de verdadero dueño, como
ampliación y reconstrucción de la casa, instalación de servicios de agua potable, energía eléctrica,
tubería de aguas negras, cuido del mismo, etcétera; por lo que en dicho inmueble mi representado
ha vivido desde que nació, es decir desde hace más de cincuenta años lugar donde ha procreado y
desarrollado su familia. --- II.- DE LA INTERPOSICIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DE LA
ACCIÓN: --- a) La posesión quieta, pacífica e ininterrumpida de un inmueble, es el medio legal
por el cual se llega adquirir el dominio por prescripción. En la posesión debe darse, entre otros,
los requisitos de reputarse señor o dueño, y de ejercer sobre el mismo actos de verdadero dueño,
tal como se fundamenta de la siguiente manera: (…) b) Que en el carácter en que comparezco y
de conformidad al Art, 2,232 del Código Civil, de lo anteriormente relacionado y con expresas
instrucciones de mi poderdante, vengo por este medio a interponer demanda en proceso civil de
prescripción adquisitiva extraordinaria, en contra de la señora VÍCTOR!A REYES AGUILAR,
conocida por VICTORIA AGUILAR REYES Y POR VICTORIA AGUILAR, a fin que en
sentencia definitiva su señoría declare a mi representado FRANCISCO AGUILAR
HERNÁNDEZ propietario del dominio del inmueble antes descrito, el cual posee desde hace más
de treinta años consecutivos de forma quieta, pacífica e ininterrumpida. --- En la presente
demanda se alega la prescripción adquisitiva extraordinaria de conformidad con el Art. 2,245 CC.
Con relación al Art. 2,249 del mismo Código, en virtud que don Francisco Aguilar Hernández no
posee título alguno, pues él nació y ha vivido en ese inmueble considerándose verdadero dueño
del mismo, por razones que sus antepasados vivieron ahí de igual manera, realizando en él, actos
de verdadero dueño. Es fundamental aclarar que mi representado ha poseído de buena fe el citado
inmueble, durante más de treinta años tal como antes se relacionó y como lo exige el Art. 2,250
del Código Civil. --- c) De conformidad a los artículos 891, 892 Inc. 1o y 897 CC El demandado
pudo haber interpuesto la acción reivindicatoria correspondiente contra mi patrocinado en caso de
haberse sentido amenazado su derecho de propiedad sobre esa parte del inmueble originario,
pero no lo hizo lo cual de otra maneta viene confirmar el derecho pertenencia del Inmueble a
favor de mi representado. --- III.- DEL OFRECIMIENTO DE MEDIOS DE PRUEBA: --- a)
Prueba documental: (…) 2) Prueba Testimonial: Consistente en las declaraciones de los testigos
hábiles siguientes: (…) IV. DEL EMPLAZAMIENTO DE LA PARTE DEMANDADA: --La demandada VICTORIA REYES AGUILAR, conocida por VICTORIA AGUILAR REYES y
por VICTORIA AGUILAR, puede ser citada, notificada y emplazada en: Quinta Avenida Norte,
Pasaje Vilanova número Dos, casa situada en la parte poniente del Lote número Cuatrocientos
Treinta y Cinco, Colonia Layco, Barrio San Miguelito, jurisdicción de San Salvador, como
referencia: Al costado poniente de la Iglesia Don Rúa. --- V - DEL PETITORIO: --- Por lo
anteriormente relacionado a. Usted con el mismo respeto PIDO: --- e) Que en Sentencia
Definitiva se declare la prescripción adquisitiva extraordinaria a favor de mi representado
FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ, otorgándole el dominio del inmueble antes descrito,
del cual se considera verdadero dueño de buena fe, todo de conformidad al Art. 2252, 745, 2251,
2232, 2237, 2240, 2245, 2249 y 2250 todos del Código Civil.»
Por auto de las diez horas del ocho de enero de dos mil ocho, agregado a folios 76 de la
p.p., se ordenó confrontar el poder presentado y se previno al actor para que: a) aclara el nombre
del padre de su mandante por existir discrepancia entre la partida de nacimiento del actor y la
defunción del padre de aquel; y b) manifestara la fecha en que su poderdante adquirió la posesión
del inmueble objeto del proceso, la cual fue evacuada a través del escrito presentado por el
licenciado C. C., agregado a folios 78 de la p.p.
Mediante escrito presentado el catorce de julio de dos mil ocho, agregado a folios 87 y 88
de la p.p., el licenciado C. C., modificó la demanda presentada en cuanto a que la propietaria del
inmueble era la señorita Cindy Yamileth Aguilar y no la señora Victoria Reyes Aguilar
conocida por Victoria Aguilar Reyes y por Victoria Aguilar, ratificando en todo lo demás la
demanda presentada. Petición que fue resuelta a través de la resolución pronunciada a las nueve
horas con cinco minutos del dieciséis de julio de dos mil ocho, agregada a folios 91 de la p.p. en
la cual se tuvo por modificada la demanda y se ordenó anotarla preventivamente en el inmueble
objeto del proceso, librando para ello, el oficio respectivo al Registro de la Propiedad Raíz e
Hipotecas de la Primera Sección del Centro.
Mediante escrito presentado el seis de febrero de dos mil nueve agregado a folios 109 de
la p.p., la parte actora presentó la anotación preventiva de la demanda inscrita y solicitó al juez a
quo, emplazara a la demandada de la demanda incoada en su contra.
Por resolución de las diez horas con catorce minutos del doce de febrero de dos mil nueve,
agregada a folios 148 de la p.p., se ordenó emplazar a la demandada Cindy Yamileth Aguilar,
para que dentro del término de ley contestara la demanda, acto que fue realizado el veinticinco de
junio de dos mil nueve, según consta en acta de las once horas con dieciséis minutos del nueve,
agregada a folios 149 de la p.p.
Mediante escrito presentado el uno de julio de dos mil ocho, agregado a folios 150 de la
p.p., comparece la licenciada Wendy Patricia C. C., en calidad de Apoderada General Judicial
de la señora Cindy Yamileth Aguilar, contestando la demanda en sentido negativo y por auto
de las diez horas con cincuenta minutos del seis de julio de dos mil nueve, agregado a folios 159
de la p.p., se le tuvo por parte en la calidad en que compareció y por contestada la demanda en
sentido negativo.
Mediante escrito presentado el veintinueve de julio de dos mil nueve agregado a folios
162 de la p.p., el licenciado Manuel C. C., solicitó se abriera a pruebas el proceso por el término
de ley de conformidad al art. 245 Pr.C., y por auto de las doce horas con once minutos del
veintinueve de julio de dos mil nueve, agregado a folios 163 se abrió a pruebas el proceso por el
termino de veinte días.
Mediante escrito presentado el veintiocho de agosto de dos mil nueve, agregado de folios
166 al 169 de la p.p., el licenciado Manuel C. C., solicitó tener por incorporada la prueba
documental ofrecida, el examen de testigos propuestos y que se realizara inspección en el
inmueble objeto del proceso. Petición que fue resuelta por auto de las nueve horas con treinta
minutos del treinta y uno de agosto de dos mil nueve, agregada a folios 170 de la p.p., por medio
de la cual el juez a quo, señaló hora y fecha para el examen de testigos propuestos, solicitó
personal al Jefe de Seguridad y protección Judicial de la Corte Suprema de Justicia, para realizar
la inspección solicitada y tuvo por incorporada la documentación ofrecida.
En acta de las nueve horas del dos de septiembre de dos mil nueve, agregada de folios 173
al 180 de la p.p., se realizó el examen de los testigos propuestos por la parte demandante.
Mediante escrito presentado el dos de septiembre de dos mil nueve, agregado a folios 188
y 189 de la p.p., la licenciada Wendy Patricia C. C., ofreció prueba documental para comprobar
los extremos de su pretensión, petición a la que accedió por medio de resolución pronunciada a
las nueve horas con cincuenta y tres minutos del diez de septiembre de dos mil nueve, agregada a
folios 220 de la p.p.
Mediante escrito presentado el veintisiete de octubre de dos mil nueve, agregado a folios
221 de la p.p., el licenciado C. C., solicitó nuevamente se realizara inspección judicial en el
inmueble objeto del proceso, la cual fue realizada a las diez horas del veinte de octubre de dos
mil diez y corre agregada a folios 242 de la p.p.
Mediante escrito presentado el veintisiete de octubre de dos mil diez, agregado de folios
244 al 246 de la p.p., el licenciado C. C., presento más prueba documental y solicitó se dictara
sentencia en el proceso.
Por auto de las once horas con diez minutos del veinte de mayo de dos mil diez, agregado
a folios 254 de la p.p., se agregó la documentación presentada y se trajo para sentencia el
proceso, la cual corre agregada de folios 262 al 276 de la pieza principal. No conforme con dicha
resolución el licenciado Manuel C. C., interpuso mediante escrito agregado a folios 280 de la
pieza principal, el recurso de apelación que hoy nos ocupa.
II. En esta instancia el licenciado José Rodrigo A. G., al expresar agravios en lo
pertinente manifestó: «Que el día viernes catorce del presente mes y año, se me corrió traslado
para expresar agravios en el presente incidente, lo cual hago de la siguiente manera: --- DE LA
PRETENSIÓN: --- A) Que mi representado es actual poseedor de un inmueble, de naturaleza
rústica hoy urbana, ubicado en (…) el cual tiene una extensión superficial de CIENTO
SETENTA Y UNO METROS CUADRADOS CON SETENTA Y NUEVE CENTÍMETROS
CUADRADOS equivalentes a doscientas cuarenta y cinco punto setenta y cinco varas cuadradas,
con sus rumbos que se describen así: (…) El inmueble antes relacionado FORMÓ PARTE DE
OTRO DE MAYOR EXTENSIÓN inscrito al número CIENTO TREINTAY SIETE DEL
LIBRO CINENTO SESENTA Y CINCO del Registro de la Propiedad de este Departamento, a
favor del (…) mismo que fue vendido a favor de la demandada señorita CINDY YAMILETH A
AGUILAR por traspaso de venta Mi poderdante ha manifestado que el inmueble que posee lo
valora en CINCUENTA MIL DÓLARES. --- b) Asimismo, refiere mi poderdante que el
inmueble primeramente descrito, lo ha POSEÍDO DE FORMA ININTERRUMPIDA, quieta y
pacíficamente desde hace más de treinta año, ejerciendo sobre el mismo, actos de todo verdadero
dueño y propietario sin que hasta la fecha se haya visto impedido de los mismo. Cabe mencionar
que el referido inmueble ha estado bajo posesión de su familia en línea colateral de mi
patrocinado, desde su abuela paterna MARÍA ELENA REYES, quien vivió en el citado
inmueble desde mil novecientos trece, y quedó en posesión del mismo en mil novecientos treinta
y dos, fecha en que falleció del señor Rafael Aguilar o Rafael Aguilar Fuentes, y así
sucesivamente el hijo de María Elena, señor PEDRO AGUILAR O PEDRO AGUILAR ROGEL,
quien procreó a mi representado señor FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ el día tres de
decimare de mil novecientos cent cuenta y tres, y es que desde ese entonces mi representado ha
tenido como suyo el inmueble objeto del proceso, ejerciendo la posesión de manera quieta,
pacífica e ininterrumpida, desarrollando sobre el mismo, actos de verdadero dueño, como
ampliación y reconstrucción casi tota; de la instalación de servicios de AGUA POTABLE Y
TUBERÍAS NEGRAS, cuido del mismo, etcétera; por lo que en dicho inmueble mi representado
ha vivido desde que nació, es decir desde hace más de cincuenta años, lugar donde ha procreado
y desarrollado su familia. --- Lo que se pretende hacer valer es que mi representado
FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ, tiene el derecho a que se declare la prescripción
adquisitiva extraordinaria de dominio del inmueble antes relacionado el cual posee desde hace
más de cincuenta años, del cual se considera verdadero dueño de buena fe, durante todo ese
tiempo que lo ha poseído, conforme a los Arts. 2252, 745, 2231, 2232, 2237, 2240, 2245, 2249 y
2250 todos del Código Civil. --- DE LA SENTENCIA DEFINTIVA. --- Que en sentencia
pronunciada por el Juez Tercero de lo Civil de esta ciudad, a las nueve horas del día dieciocho de
febrero de dos mil trece, el tribunal inferior FALLO: (…) En dicha sentencia el Juez a quo se
limitó a hacer una redacción simple de las pruebas vertidas en el proceso, sin hacer ninguna
valoración de las mismas, solamente mencionando la prueba instrumental, la prueba testimonial
más sin ningún tipo de valoración, ni mucho menos estableció que éstas hayan sido desvirtuadas
en el proceso por la parte contraria; peor aún no se pronunció en algunas pruebas documentales
que el actor presentó, como lo es el contrato de MUTUO de préstamo de dinero de fecha
veintisiete de agosto de MIL NOVENCIENTOS SETENTA Y SEIS, que mi representado
FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ adquirió por parte del Banco Agrícola Comercial de El
Salvador, en calidad de préstamo la cantidad QUINIENTOS DÓLARES para AMPLIAR CASA
DE SU ABUELA en ese entonces; asimismo de otras pruebas documentales que corren
agregadas al proceso y que fueron ofrecidas en tiempo, como otros Mutuos, letra de cambio,
contrato laboral de mi patrocinado, en los que aparece la dirección de su residencia, y siendo que
confirman que es el inmueble que posee como verdadero dueño. --- El Juez a quo hace caso
omiso de valorar la prueba documental consistente en : FACTURA DE CAESS servicio de
Energía Eléctrica instalada en la vivienda que posee mi representado, misma que está nombre de
su abuela MARÍA ELENA AGUILAR, que es del año 2001, otra factura del año 2009; asimismo
dos facturas de ANDA que da el servicio de AGUA POTABLE, de fechas 2002 y 2009, ambas a
nombre de mi poderdante FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ; también una factura de
TELÉFONO FIJO a nombre de mi representado, todo;, estos servicios básicos han sido instalado
en la vivienda de mi poderdante, mismos que prueban que tanto el AGUA POTABLE COMO
LA TELEFONÍA Y LAS TUBERÍAS de aguas NEGRAS FUERON ISTALADASPOR el
demandante FRANCISCO AGUILAR HERNADEZ, y no en la otra vivienda de la demandada
CINDY YAMILETH AGGUILAR, que está ubicada en la otra parte del inmueble general. Con
las pruebas aportadas al proceso por parte del actor, queda establecido que es él poseedor por más
de cincuenta años de la porción de inmueble que pretende obtener su derecho de dominio por
medio déla Prescripción Adquisitiva extraordinaria de dominio, es más dicho inmueble se
delimita con el Plano presentado por la parte actora, levantado y firmado por el Arquitecto
CARLOS ERNESTO NAVARRETE REYES, en el que se aclara las medidas y colindante del
mismo inmueble, Y SE HACE DISTINGO DE LA OTRA PARTE DEL ÍBMUEBLE
GENERAL en el que habita en su diferente y propia vivienda la demanda; prueba que no fue
valorada por el juez tercero de lo civil. --- DE LAS PRUEBAS APORTADAS. --- En primer
lugar, se presentó dentro del proceso: (…) PRUBA TESTIMONIAL: (…) Quienes en sus
declaraciones fueron contestes y conformes al manifestar: Que conocen a mi patrocinado
FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ, los dos primero desde el año 1975 y la tercera testigo
desde 1963, que Francisco Aguilar Hernández, siempre a vivido en QUINTA AVENIDA
NORTE, PASAJE VILANOVA 2, CASA 435, CIUDAD DE SAN SALVADOR, que la casa que
posee mi presentado no tenía servicio de agua potable, les consta porque miraban acarrearla de
otro lugar, ni tubería de aguas negras; pero que fue don Francisco Aguilar Hernández quien
instaló el AGUA POTABLE Y TUBERÍA DE ACUAS NEGRA; asimismo que reconstruyó,
amplió y mejoró la vivienda donde reside el demandante ejecutando actos propios de señor y
dueño de dicho inmueble desde mil novecientos setenta y cinco; que todo los testigos
concordaron que Francisco Aguilar Hernández tiene más de treinta años de vivir como dueño en
el inmueble que posee, mismo en que reside junto a su grupo familiar. --- El juez Aqúo, en la
valoración de la prueba testimonial omitió el dicho de los testigos que a los testigos les consta
que el señor Francisco Aguilar Hernández posee como dueño el inmueble en que reside. --INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA. --- El señor Juez Tercero de lo Civil en los
considerandos de la sentencia definitiva reconoce que el demandante ha probado la posesión del
inmueble en que reside el mismo como verdadero dueño; pero cree que hay confusión en cuanto
a identificar cada inmueble, ya que el inmueble general está identificado con el número 435,
dentro del cual está ubicado la porción de inmueble que tiene en posesión del demandante antes
mencionado, pero que en la INSPECCIÓN OCULAR JUDICIAL que practicó el señor .Juez
aquo, junto con las partes del proceso, constató que se trata de un mismo inmueble, dentro del
cual existen dos viviendas, una que posee y reside por más de cincuenta años el demandante
Francisco Aguilar Hernández, y la otra donde reside la demandada; asimismo, en cuanto que el
juez Aqúo refiere que dicho inmuebles no existe ninguna construcción que delimitara los linderos
que separan un inmueble del otro, ES DE HACER VER al tribunal superior, que esto último no
lo sustenta la referida inspección, por lo que es una consideración o apreciación SUBJETIVA
del juez Aqúo, pero sí el Juez pudo apreciar la existencia de las dos viviendas dentro del mismo
inmueble, ocupada cada una, por el demandante y la otra por la demandada, eso deja en
EVIDENCIA QUE AMBA VIVIENDAS EXISTE DELIMITACIÓN, ya que cada quien tiene su
límite y respeta la posesión que ejerce su respectivo inmueble, tal como la parte actora la prueba
con el PLANO DEL INMUEBLE que corre agregado a folios 26 de la primera pieza, en el que se
delimita ambas porciones del inmueble, lo cual no FUE REDARGÜIDO por la parte demandada,
es más el Juez Aqúo ni siquiera lo valoró. --- DEL AGRAVIO: --- Ante la falta de valoración
objetiva por parte del juez Aqúo, de los elementos probatorios ofertados por la parte actora y
haber concluido con una decisión definitiva errónea, le ha CAUSADO AGRAVIO A MI
representado FRANCISCO AGUILAR HERNÁNDEZ, en virtud que le está imposibilitando
o privando del derecho adquirir el título de propiedad o dominio del inmueble que posee como
verdadero señor y dueño, INMUEBLE que ha poseído por más de treinta años, en el cual ha
cumplido con los requisitos que la ley exige, como: La existencia del inmueble, la posesión por
más de treinta años pacífica e ininterrumpida, y el ejercicio de actos propios de un señor y dueño
del inmueble que posee. --- PRETENSIÓN: --- Haciendo uso del recurso que la ley franquea,
ante la decisión dictada en contra de los intereses de mi representado, es necesario que someter a
control jurisdiccional la misma, en razón de que sea revisada por esa honorable Cámara, para que
determine si la misma está dictada de conformidad a derecho o no. --- Es por todo lo
anteriormente, expuesto a Vosotros, con el mismo respeto PIDO: --- 1. Tengáis por expresados
agravios de la parte actora; --- 4. Se revoque la sentencia definitiva que he impugnado, y que fue
pronunciada por el Juez Aqúo, por ser la misma injusta y contraria a derecho; --- 5. Se declare la
Prescripción Extraordinaria Adquisitiva de dominio a favor de mi representado FRANCISCO
AGUILAR HERNÁNDEZ, de la porción de inmueble que ocupa, de conformidad a los Arts.
2252, 745, 2231, 2232, 2237, 2240, 2245, 2249 y 2250 todo del Código Civil.».
III. por su parte la licenciada Wendy Patricia C. C., al contestar agravios refuto lo dicho
por el apelante.
IV) Analizado que ha sido todo lo actuado, esta Cámara hace las siguientes
consideraciones:
La prescripción, es un modo de adquirir las cosas ajenas (adquisitiva), o de extinguir las
acciones y derechos ajenos (extintiva), ya sea por haberse poseído las cosas o por no haberse
ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo y concurriendo los demás
requisitos legales, art. 2231 C.C.
En el presente caso, nos interesa lo referido a la prescripción adquisitiva, de conformidad
a lo señalado en el art. 2237 C.C., a través de ella se adquiere el dominio de las cosas
comerciables ajenas, por haberlas poseído durante cierto tiempo con los requisitos legales, esta se
caracteriza porque, es un modo de adquirir originario, sólo sirve para adquirir el dominio y los
demás derechos reales, a excepción de las servidumbres discontinuas e inaparentes; es un modo
de adquirir a título singular, gratuito y es un modo de adquirir por acto entre vivos.
Es necesario para declarar la prescripción adquisitiva, que se cumplan los siguientes
requisitos: 1) que sea una cosa susceptible de este tipo de prescripción, es decir como bien
lo señala el Art. 2237 C.C., que se encuentren en el comercio humano y sea ajena; 2) existencia
de posesión, es decir, realizar actos con ánimo de señor o dueño, situación que permite la
adquisición de la propiedad (mueble o inmueble) por prescripción; y 3) transcurso de un plazo;
para adquirir por prescripción.
En ese sentido, la posesión, se encuentra definida en el art. 745 del Código Civil, como la
tenencia de una cosa determinada con el ánimo de ser señor o dueño, sea que el dueño o el que se
da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él.
La posesión puede ser regular o irregular. Se llama posesión regular la que procede de
justo título y ha sido adquirida de buena fe, aunque la buena fe no subsista después de adquirida
la posesión, y si el título es traslaticio de dominio, es también necesaria la tradición. Posesión
irregular es la que carece de uno o más de estos requisitos, o sea, es la posesión a la que falta el
justo título, la buena fe o la tradición, si el título es traslaticio de dominio. Ambas conducen a la
prescripción.
No existe posesión cuando estamos en presencia de la omisión de actos de mera facultad o
tolerancia, por lo tanto su omisión no da fundamento a la prescripción, art. 2238 C.C., asimismo,
los simples detentadores o meros tenedores, que reconocen dominio ajeno, no pueden adquirir un
bien por prescripción; y es que no basta con que se haya poseído una cosa susceptible de
posesión, es preciso también que transcurra un plazo continuado es decir que la posesión se
prolongue durante el tiempo que señala la ley.
Consta en la demanda presentada, que se promovió juicio ordinario de Prescripción
Adquisitiva de Dominio, de conformidad a lo señalado en el art. 2249 C.C. siendo entonces que
la clase de prescripción planteada es la extraordinaria; es necesario señalar, que además de los
aspectos mencionados, en ella se dan elementos propios como son la posesión irregular y el lapso
de tiempo exigible es de treinta años, de conformidad a lo señalado en los arts. 2249 y 2250 C.C.
En el caso que nos ocupa el apelante manifiesta que el juez a quo, no realizó una
valoración objetiva de la prueba, ya que hizo caso omiso de valorar la prueba documental
presentada, lo que derivó en que este pronunciara una sentencia definitiva errónea,
imposibilitando de esta manera que su mandante adquiriera el título de propiedad o dominio del
inmueble que ha poseído por más de treinta años, tiempo en el cual ha realizado actos de señor y
dueño, por lo que a criterio del recurrente es necesario la sentencia pronunciada sea sometida a
control jurisdiccional y sea este tribunal el que determine si la misma ha sido dictada conforme a
derecho o no.
La parte actora aportó diferentes tipos de prueba, con los cuales pretendió probar, que su
mandante ha ejercido actos de verdadero dueño desde hace más de treinta años, sin que hasta la
fecha se haya visto impedido de realizar los mismos, sin embargo la parte demandada, también
presentó diferentes medios de prueba para desvirtuar lo dicho por el actor; en virtud que el
agravio del apelante radica en la supuesta errónea valoración de la prueba, a través de la presente
sentencia se establecerá si la valoración de la prueba aportada por las partes ha sido la que
conforme a derecho corresponde.
Esta afirmación radica en que siendo la prueba el medio determinado por la ley para
establecer la verdad de un hecho controvertido, art. 235 Pr. C., debe ofrecerse y producirse dentro
del proceso, ya que sobre la base de esta, el juez tomará una decisión sobre la base de su
convencimiento; lo cual implica que el juez examinara las afirmaciones de las partes, las
comparara con la realidad procesal y tomara su decisión en base a lo que estimó demostrado.
Respecto a la prueba documental presentada en el caso sub judice, las suscritas consideran
que esta por sí sola no demuestra posesión en el inmueble objeto del proceso y esto se debe a que:
a) con las diferentes partidas de nacimiento y defunción, únicamente se prueba, la filiación del
demandante, mas no la posesión, que este afirma tenían sus antecesores sobre el inmueble y/o que
dicha ocupación en caso de existir haya sido con ánimo de ser señor o dueño. Por lo tanto para
verificar si los otros documentos tienen relación con la posesión que invoca y pretende probar el
actor, tendrán que ser valorados juntamente con los demás medios de prueba aportados al
proceso.
En cuanto al plano presentado por la parte actora, firmado por el arquitecto Carlos
Ernesto Navarrete Reyes, agregado a folios 26 de la pieza principal, si se establece que es un
proyecto de residencia y la ubicación del inmueble se plasmó en el referido plano, así como que
dicho inmueble es propiedad de la señora Victoria Reyes y no del demandante pero con dicho
medio de prueba no se puede establecer si el inmueble esta dentro de otro de mayor extensión o
hasta donde llega o ejerce posesión el actor, en otras palabras el inmueble que se pretende
adquirir mediante prescripción, no está individualizado.
Sobre la prueba testimonial, el licenciado C. C. sostiene que los testigos José René
Villacorta Cruz, Héctor Manuel Cabrera Santamaría y María Julia Lara, fueron conformes
y contestes, en cuanto a que el demandante ha ejercido actos de señor o dueño y que tiene más de
treinta años de ejercer posesión del mismo y a pesar de eso el juez a quo, omitió su dicho.
Establecido lo anterior es necesario destacar que los testigos presentados entre otras cosas
expusieron que visitaban el señor Francisco Aguilar, que este ha vivido en el inmueble desde
hace más de treinta años y que ha ejercido actos de dueño en el mismo, sin embargo al examinar
la deposición de cada uno se encuentran las siguientes contradicciones: a) declaró el señor José
René Villacorta Cruz, que el visita al demandante y que había visto dos construcciones
independientes, dicha afirmación consta a folios 125 frente de la p.p.; b) Por su parte el señor
Héctor Manuel Cabrera Santamaría manifestó que el visitaba al demandante, que a la par de
ellos vivían los pariente, pero que ve en el inmueble solo una construcción, afirmación asentada a
folios 177 frente de la p.p.; y c) la señora María Julia Lara, testifico que ella visita a la familia
del actor todo el tiempo, que es vecina y que en dicho terreno solo se encuentra una casa
afirmación que se encuentra asentada a folios 180, frente de la p.p.
De lo expuesto por los testigos se pueden ver las inconsistencias de sus deposiciones, en
lo esencial de lo declarado y en relación a las otras pruebas aportadas al proceso, como lo son las
pruebas aportadas por la demandada y la inspección en el inmueble objeto del presente proceso
realizada por el juez a quo, por lo que a criterio de las suscritas los testigos de la parte actora no
merecen fe de conformidad al art. 319 Pr.C., ya que no han sido conformes, ni contestes en sus
deposiciones, por tanto el juez a quo, actuó conforme a derecho al no valorar sus deposiciones.
En consecuencia con la prueba testimonial aportada, no pudieron establecerse todos los
elementos necesarios para demostrar la prescripción adquisitiva extraordinaria.
En cuanto a la inspección del juez a quo, es importante determinar, cuál es el objeto, de
dicho medio probatorio; la inspección, es un medio de prueba directo, ya que entre el hecho a
probar y el juez no hay ningún intermediario, el juzgador interviene en forma activa; la
utilización de este medio probatorio está destinado a hechos específicos y determinados, según lo
dispuesto en el art. 366 Pr.C.
En el caso sub judice, consta a folios 242 de la p.p., que el Juez a quo se traslado al
inmueble que el demandante pretendía adquirir por prescripción y en la misma se estableció que:
a) tanto el demandante como el demandado habitan en el mismo inmueble, con sus respectivas
familias; y b) ambos inmuebles poseen el mismo número, sin embargo en la misma no consta
sobre que parte del inmueble que pretendía adquirir el demandante, ejercía actos de señor o
dueño, ni que el mismo este delimitado, lo cual era esencial en virtud de que este pertenece a uno
de mayor extensión, por tanto, esta cámara concluye que con la inspección realizada no fue
posible establecer fehacientemente la posesión del demandante, sobre dicho inmueble, es decir si
en verdad el actor ha ejercido actos de dueño sobre dicho inmueble, así como tampoco cual es el
inmueble sobre el cual se ejerce la posesión.
Con la inspección realizada por el Juez a quo, se probo que tanto demandante como
demandando cohabitan en el inmueble, pero dicho medio probatorio no es idóneo para probar la
posesión material del inmueble que se pretende adquirir, es decir no prueba de ningún modo los
elementos propios de la prescripción adquisitiva.
Para que la inspección practicada por el juez a quo, demostrara los elementos propios de
la prescripción adquisitiva, era pertinente, que al realizar la inspección con su secretario de
actuaciones, realizará un reconocimiento pleno del inmueble objeto del litigio, a fin de establecer
si el demandante estaba realizando actos de verdadero dueño sobre el inmueble, lo que requería
un examen preciso de los colindantes del inmueble si los hubiere y de lo contrario dejar sentado
tal situación, Art. 369 Pr. C., por lo que partiendo de lo señalado en dicho artículo, es claro que la
inspección realizada por el Juez a quo no probó, los elementos propios de la prescripción
adquisitiva, por ende las suscritas consideran que con la inspección realizada, no fue posible
establecer la posesión, en forma quieta, pacifica e ininterrumpida del inmueble objeto del litigio.
Habiendo analizado las suscritas la prueba testimonial y la inspección realizada,
concluimos que de la prueba documental aportada por las partes, como lo es la Escritura Pública
de compraventa, el informe del Registro Social de Inmuebles, del Centro Nacional de Registros,
recibos de agua, luz e impuestos municipales, entre otros, se ha probado que: a) Dentro del
inmueble general existen dos construcciones, en las cuales habitan las partes del proceso; b) El
inmueble general pertenece a la demandada; c) Tiene acceso a los servicios básicos de agua y luz;
y d) que la demandada y los su familia nunca han dejado de ejercer la posesión sobre el inmueble
objeto del presente proceso.
En ese sentido, esta cámara aclara al licenciado Manuel C. C., que de conformidad al art.
237 Pr. C., era obligación de la parte demandante, probar a través de los medios legales
pertinentes, no solo que ha ejercido posesión del inmueble con ánimos de ser señor o dueño, sino
que por pertenecer a uno de mayor extensión, también debió probar sobre que parte del mismo
ejerció posesión; por el contrario ha sido la parte demandada, quien no solo ha probado la
propiedad del inmueble, sino también que nunca ha perdido o dejado de ejercer la posesión del
mismo.
En ese sentido, si bien se ha probado que el señor Francisco Aguilar Hernández, habita
el inmueble objeto del proceso, no se ha establecido, si este ejerce posesión o si solo es un mero
tenedor, es más por pertenecer el inmueble que pretende adquirir vía prescripción a uno de mayor
extensión, como ya se dijo, debía probar sobre que parte del mismo la ejercía, por lo que al no
encontrarse delimitado este, no es posible considerar su pretensión, por lo que el juez a quo, debía
desestimar la pretensión de la parte actora.
Esta afirmación se debe a que, si la finalidad de la prueba es convencer al juez y la carga
de la prueba es obligación de las partes, era la parte demandante quien debió hacer uso de los
medios probatorios idóneos, necesarios y pertinentes, art. 240 Pr. C., que demostraran sus
afirmaciones y no hacerlo implicó que el juez al valorar las diferentes pruebas aportadas,
conforme a las reglas de los arts. 236, 237, 258 415 y 416 Pr. C., decidiera que al haber
demostrado la parte demandada su propiedad y posesión, debía desestimarse lo expuesto por el
actor.
Por lo expuesto este tribunal considera que en el caso que nos ocupa no ha existido
omisión o errónea valoración de la pruebas aportadas al proceso, sino una defectuosa actividad
probatoria de parte del demandante, quien no probo su pretensión y siendo que al actor no solo le
corresponde la carga de la prueba, a través de los medios pertinentes e idóneas, de conformidad a
los arts. 237 y 240 Pr. C., las suscritas consideramos que la sentencia esta apegada a derecho,
debiendo en consecuencia confirmar la sentencia venida en apelación.
POR TANTO: Con base en los considerandos expuestos, disposiciones legales
relacionadas, arts. 1089 y 1090 Pr. C., esta cámara a nombre de la República FALLA: a)
CONFIRMASE la sentencia venida en apelación por estar arreglada conforme a derecho; y b)
condenase en costas a la parte apelante. Al quedar ejecutoriada esta sentencia, vuelva el juicio al
Juzgado de origen con la certificación de ley. HAGASE SABER.
PRONUNCIADA POR LAS SEÑORAS MAGISTRADAS QUE LA SUSCRIBEN
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