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LA IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY (art. 3 del C.C.)
y los beneficios de la indemnización por muerte del
trabajador (*)
por
Luis MOISSET de ESPANÉS
La Ley, 1979 - B - 45.
(*) Comentario a un fallo de S.C. Buenos Aires, 13 septiembre
1977, “D.D. c/ F.S.R.”, L.L. 1979-B
(76.987).
_______________________
SUMARIO:
I.- Introducción.
II.- Ley aplicable.
III.- La concubina del viudo.
IV.- Conclusión.
_______________________
I.- Introducción.
La ley de contrato de trabajo 20.744, sancionada el 11
de septiembre de 1974, y publicada el 20 del mismo mes y año,
amplió la nómina de beneficiarios de la indemnización por causa
de muerte del trabajador, incluyendo a la concubina, y suprimió
la incompatibilidad entre esta indemnización y la correspondiente a accidentes de trabajo, permitiendo acumularlas1; el artícu1
. ver ENSINK, La ley de contrato de trabajo y su reforma, ed. Zavalía, Buenos
Aires, 1976, p. 644.
2
lo 269 de la mencionada ley (actualmente artículo 248, de acuerdo al texto ordenado con las reformas de la ley 21.797, fija
también los límites dentro de los cuales la concubina puede
pretender se le acuerde la indemnización, protegiendo no sólo
a quien vivía con un hombre soltero, sino también con un “viudo”, es decir en los casos en que el varón no tenía impedimento
de ligamen2.
Pues bien, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos
Aires ha debido resolver un caso en que la concubina de un obrero fallecido en 1973 se presenta reclamando este beneficio -que
es el que ahora comentamos- ¿Podía tener éxito su reclamo?
II.- Ley aplicable
En nuestro libro sobre “Irretroactividad de la ley y
el nuevo artículo 3 del Código Civil”3, hemos señalado que el
principio cardinal que rige la materia es el de la irretroactividad de la ley, consagrado en el párrafo 2° del artículo 3 del
Código civil.
Cuando una ley modifica las condiciones o requisitos
que deben conjugarse como “supuesto de hecho” para que se produzca el nacimiento, modificación o extinción de una relación
jurídica, la nueva ley no puede aplicarse a aquellos casos en
que la relación ya se había constituído o extinguido antes de
su entrada en vigencia. Los mencionados hechos que integral el
“factum”, deben analizarse y juzgarse de acuerdo a la ley que
regía en el momento en que se produjeron. Lo mismo debe predicarse de los efectos y consecuencias que ya se han agotado.
Obrar de otra manera significa conferirle a la ley
2
. ver Brito Peret, Goldin e Izquierdo, ed. Zavalía, Buenos Aires, 1976, p.
217 y 218.
3
. Imprenta Universidad Nacional, Córdoba, 1976, distribuye ed. Zavalía.
3
carácter retroactivo, y aunque el legislador puede consagrar la
retroactividad de una ley, no debemos olvidar que si sigue ese
camino puede encontrar como valla a la Constitución Nacional,
piedra fundamental de nuestro ordenamiento jurídico, y tal retroactividad quedaría descalificada si afectase derechos o garantías constitucionales, como bien lo señala el Alto tribunal
bonaerense en el fallo que hemos mencionado.
La sentencia procede correctamente al rechazar la pretensión de la actora, aunque hay cierta imprecisión terminológica, pues se expresa que el fallecimiento del obrero no genera
“consecuencias” que deba soportar el empleador, lo que puede
inducir a confusión en razón del lenguaje utilizado por el nuevo
artículo 3 del Código civil en su párrafo 1°.
En realidad lo que está en juego en el caso es el “nacimiento o constitución” de una relación jurídica creditoria,
la indemnización por causa de muerte, en sus diversos aspectos:
a) contenido de la indemnización, o sea los rubros que comprende, su cálculo, el “quantum” de cada uno de ellos, y la posibilidad de acumularlos, o su incompatibilidad con otras indemnizaciones, y b) la determinación de los sujetos que resultan acreedores de esa relación obligatoria.
Ya hemos dicho, e insistiremos en ello, la constitución
de una situación o relación jurídica se rige por la ley vigente
en el momento de su formación4; se trata de un viejo principio
del que ya se había ocupado Savigny y al cual Roubier le dedica
extensos desarrollos5, ocupándose muy especialmente del caso en
que los hechos no han alcanzado a determinar el nacimiento de
una relación jurídica6. Llega entonces el distinguido jurista
4
. ver nuestro libro citado en nota anterior, p. 22, cuadro I, y p. 41.
5
. Ver Paul ROUBIER, Droit transitoire, 2ª ed. Dalloz, Paris, 1960, números
41 y siguientes, p. 185.
6
. Obra citada en nota anterior, número 44, p. 200 y ss.
4
francés -cuya obra ha servido de fuente al nuevo artículo 3 del
Código civil- a sentar la siguiente regla:
“Los hechos que no han determinado la constitución de
una situación jurídica, de acuerdo a la ley vigente en el
momento en que se produjeron, no pueden en virtud de una
ley nueva considerarse como causa constitutiva de una relación, salvo que la ley tenga efectos retroactivos”.
En el caso que analizamos la ley vigente al momento de
producirse el fallecimiento del obrero no concedía ningún derecho a la concubina, de manera que no puede pretenderse que haya
nacido una relación creditoria a su favor.
La aplicación de leyes posteriores al “hecho constitutivo,
modificatorio
o
extintivo”
deesa
relación
tendría
-
insistimos- carácter retroactivo, en pugna con las previsiones
del artículo 3 del código civil.
Resulta por tanto correcto afirmar que la muerte del
obrero no engendró un crédito a favor de su concubina, pues de
acuerdo a la ley vigente en el momento de producirse su fallecimiento ese hecho no tenía virtualidad suficiente para dar nacimiento a la relación jurídica creditoria.
El caso jurisprudencial a que hemos hechos referencia
se vincula únicamente con la hipótesis de la inclusión de la
concubina entre la nómina de beneficiarios, aspecto en el cual
la nueva norma sólo será aplicable a las muertes de trabajadores
acaecidas con posterioridad a la vigencia de la ley 20.744; pero
los mismos fundamentos son extensivos también a la derogación
de la incompatibilidad entre este beneficio y la indemnización
por accidentes de trabajo.
En efecto, antes de la sanción de la ley 20.744 no eran
acumulables la indemnización por muerte del trabajador y la
proveniente de accidentes de trabajo, según lo dispuesto en la
ley 18.037. En la actualidad, y a partir de la vigencia de la
ley de contrato de trabajo esa acumulación es posible, pero sólo
5
para el caso de que la muerte del obrero haya sucedido con posterioridad a la entrada en vigencia de la nueva ley.
El hecho constitutivo de la relación jurídica, en este
caso, es la muerte del empleado y, repetimos, la constitución
de la relación jurídica se juzga por la ley vigente en el momento en que se produce ese hecho constitutivo.
III.- La concubina del viudo.
En 1976 la ley 21.297 vino a aclarar la redacción de
esta norma, estableciendo que la concubina del viudo gozaba de
la misma protección que la del soltero.
Entendemos que en este caso la norma no es modificatoria del supuesto de hecho, sino simplemente aclaratoria, pues
la razón de la norma se encuentra en la protección a la persona
que convivía con el obrero muerto, cuando no existía impedimento
de ligamen, lo que por razones de brevedad se había sintetizado
en la expresión “soltero”7. Pues bien, las leyes aclaratorias
son aplicables desde el momento de vigencia de la norma originaria, pues no entrañan un cambio del sistema jurídico, sino que
simplemente tienden a disipar confusiones8.
Adviértase especialmente que en caso a que hacemos
referencia los tribunales, al interpretar la norma, y atendiendo
la “ratio legis”, pudieron haber resuelto sin dificultad que la
concubina del viudo estaba protegida de manera similar a la del
hombre soltero, en razón de la inexistencia del impedimento de
ligamen, sobre todo porque el mismo artículo organiza un sistema
de distinciones, y contempla también los casos en que subsiste
un vínculo matrimonial, pero no ha habido culpa, y aquellos
7
. “soltero” es “el que no está casado”, y viene de “suelto o libre” (ver
Diccionario de la Real Academia). El viudo, pues, recupera su “soltería”.
8
. Ver en ROUBIER el problema de la “retroactividad” de las leyes de
interpretación, número 58 y siguientes, p. 242.
6
otros en que el obrero separado o divorciado era culpable.
Una interpretación legal de carácter integrativo hubiese llevado forzosamente a conceder a la concubina del viudo una
situación similar a la del soltero, como lo ha hecho luego la
rectificación “aclaratoria” del artículo 248 (texto ordenado,
ley 21.297).
Opinamos, en consecuencia, que siempre que el fallecimiento del obrero se haya producido después de entrar en vigencia la ley 20.744 debe considerarse igualmente protegida a la
concubina del viudo.
IV.- Conclusión
Las modificaciones introducidas por el artículo 269 de
la ley de contrato de trabajo (hoy artículo 248, t.o, ley
21.297), relativas a la posibilidad de acumular la indemnización
por muerte que esa norma concede, con la derivada de los accidentes de trabajo, y al beneficio que se concede a la concubina,
se aplican a los casos en que el fallecimiento del obrero se
haya producido con posterioridad a la entrada en vigencia de la
nueva ley (septiembre de 1974).
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