Nuevos espacios ALFONSO ARROYO* E l incremento futuro del tiempo de ocio a medida que se modifique la estructura de la productividad de las actividades económicas y predomine una mayor valoración personal y social del concepto “calidad de vida”, hará que el interés por el disfrute de la naturaleza y la búsqueda de la máxima calidad ambiental del lugar de residencia y de trabajo adquieran un protagonismo mayor que el que actualmente tienen. La aparición de “hábitats intermedios” entre los tradicionales modos de vida urbano y rural, tal y como ha sucedido en otros países más desarrollados, cobrará protagonismo; además se * Profesor del ESIC. hace imprescindible un proceso de recuperación integral de los núcleos urbanos existentes y una estrategia de puesta en valor de las áreas rurales. En la misma dirección es previsible el surgimiento de una fuerte demanda de un hábitat residencial de baja o media densidad conectado eficazmente con los principales centros de decisión. En el contexto del Área Metropolitana de Madrid, las UDEs (Unidades de Desarrollo Equilibrado) pueden aportar un nuevo panorama alternativo al de las periferias urbanas densas tradicionales y al de los núcleos rurales. Se trata de nuevos hábitats, de escala controlada, densidad media y conectados eficazmente con los puntos neurálgicos del sistema metropolitano. Como complemento de esta dinámica esperada de transformación del sistema de asentamientos, surgirá una revalorización del concepto de “variedad” que llevará a la adopción de estrategias de interconexión mayor entre los asentamientos urbanos, intermedios y rurales y a una acentuación de la idiosincrasia, señas de identidad y carácter específico de cada uno de ellos. La previsible revolución telemática hará cambiar en gran medida las pautas de comportamiento de la población. Muchas de las actividades que han requerido tradicionalmente desplazamientos y contacto físico entre las personas van a poderse realizar de forma distinta con el apoyo de las nuevas tecnologías. El teletrabajo, el desarrollo de actividades financieras, telecompra de productos tipificados, la formación profesional, servicios de la administración, consultas médicas, educación, intercambio de información, etc., son actividades que van a experimentar cambios sin precedentes y sin referentes. La estructura del territorio y los hábitos sociales van a evolucionar previsiblemente de la siguiente forma: 1. En primer lugar un debilitamiento de las tradicionales fuerzas centrípetas asociadas a las economías de aglomeración que dieron lugar a la emergencia de la ciudad industrial y de servicios de primera generación de carácter denso y compacto en la que la residencia y las actividades productivas se desarrollaban dentro de los límites de la ciudad. 2. En segundo lugar, la emergencia de nuevas fuerzas centrífugas (costes de congestión, precios del suelo, aumento de la valoración de la naturaleza, del medio rural, y de los hábitats intermedios) que llevan a la salida de muchas actividades fuera de los límites tradicionales de la ciudad. Salen hacia el exterior las actividades industriales, los parques de oficinas, las actividades logísticas, la residencia de media y baja densidad, diversas tipologías de implantaciones comerciales, instituciones universitarias, actividades de ocio y esparcimiento, etc. Surgen así nuevos territorios en los entornos metropolitanos, menos densos, más difusos, y con necesidad de interconexión física y telemática. 3. En paralelo al esquema descrito de tensiones urbanas se observa la emergencia en el centro de las ciudades de actividades dotacionales y nuevas tipologías comerciales, de empleos cualificados y de residencia urbana mediante operaciones de renovación urbana o de creación de áreas de nueva centralidad en los espacios vacantes que genera la reconversión económica, el desmantelamiento del aparato industrial obsoleto o antiguas infraestructuras y equipamientos que facilita la recuperación ambiental. Los cambios que se han podido observar a lo largo de los últimos años en las estructuras urbanas y territoriales afectan de igual forma al sector comercial, tanto por su amplitud como por su intensidad. No es un fenómeno nuevo. De hecho el comercio ha estado históricamente en permanente estado de transformación. Unas fórmulas han arrinconado a otras en un proceso de sustitución continuo, pero lo relevante, es que de la comprensión de estos cambios, se podrán deducir fórmulas competitivas comerciales en la clave de pensamiento a largo plazo, superando las barreras de exclusividad del beneficio económico. Tomando como referencia la proyección de las tendencias actuales, los elementos más claros de la previsible transformación de las fórmulas comerciales, que actúen positivamente sobre la cuidad, son los siguientes: 1. Mayor aislamiento personal en los hábitats suburbanos y necesidad de nuevos lugares de encuentro. La ciudad tradicional ofrecía lugares muy interesantes para el encuentro y la relación social. La calle, la plaza, la iglesia, el mercado y otros elementos urbanos aportaban un referente valioso para la vida y la relación social. Hoy, la función comercial adquiere un protagonismo creciente. De manera metafórica podríamos decir que los centros comerciales tienen vocación de ser las “grandes manifestaciones arquitectónicas del siglo XXI”. Auténticos lugares para el encuentro, la cultura, el ocio y la relación social. 2. El interesante concepto de “Fiesta Familiar Lúdica de la Compra” constituye una realidad actual con gran proyección de futuro, incorporando algunas corrientes. Es previsible una Integración progresiva del Ocio y de la Cultura en las nuevas Áreas Comerciales. Esto dará lugar a artefactos arquitectónicos más complejos, más sofisticados, con una interrelación más rica entre los espacios interiores y exteriores y unas conexiones más articuladas con las tramas y estructuras urbanas colindantes. “La búsqueda de la personalidad del espacio urbano”. 3. La ciudad central como el gran parque temático del siglo XXI. Las áreas centrales, especialmente aquellas de mayor identidad histórica, cultural y ambiental tienen vocación de evolucionar progresivamente hacia lugares más complejos, ricos y variados. Una escenografía real de arquitecturas y tejidos sociales arraigados, de monumentos y espacios urbanos ennoblecidos con el paso de la historia. Lugares que son las señas de identidad de amplios territorios. Aquí es esencial encontrar tipologías comerciales y actividades de ocio y cultura integradas en la estructura de la cuidad histórica y en sus espacios urbanos. Recuperación de los elementos arquitectónicos y urbanos valiosos de la ciudad tradicional para el diseño de las nuevas fórmulas comerciales. 4. Áreas de Nueva Centralidad. En las ciudades medias y grandes, en la medida en que crece su ámbito de influencia territorial surgen tensiones para fortalecer las funciones centrales. Estaciones o espacios ferroviarios, antiguos espacios portuarios en el corazón de la ciudad, instalaciones industriales obsoletas ubicadas en lugares céntricos, edificios militares o docentes que requieren nuevos emplazamientos son sólo algunas de las circunstancias que dan lugar a la aparición de áreas de oportunidad para la ubicación de funciones centrales. En este contexto las fórmulas de comercio urbano relacionadas con equipamientos culturales, administrativos, de transporte, vivienda urbana y espacios urbanos singulares están emergiendo con fuerza siendo uno de los procesos más sólidos de transformación de la ciudad actual. Las nuevas tipologías de comercio urbano se configuran como detonantes y locomotoras de estas áreas de nueva centralidad por los flujos de personas que generan y por su contribución a la viabilidad económica de estas operaciones complejas. 5. Nuevos significados y simbolismo de la función comercial. Hemos asistido en décadas precedentes a una proliferación de grandes superficies comerciales suburbanas que han emergido aprovechando su renta de situación. Soluciones esquemáticas y banales. Envoltorios vulgares rodeados de grandes extensiones de estacionamientos escasamente tratados. Recientemente en nuestro país están surgiendo soluciones de ocio, equipamientos y servicios. Arquitecturas con un nuevo significado concebidas para una concepción más amplia de la función comercial. 6. De la escala urbana a la escala del territorio. Madrid, Barcelona y las principales capitales regionales españolas están experimentando un proceso de metropolitanización sin precedentes. Con frecuencia se habla de la cultura del caos y de la imposibilidad de introducir un cierto orden en estas amplias regiones urbanas. Las infraestructuras de transporte y la función comercial son quizá los elementos más es-tructurantes de estos amplios territorios regionales y metropolitanos. Por esta razón, cada vez más será necesario un pacto entre los responsables de la planificación urbanística de la ciudad y los promotores de las diversas fórmulas comerciales, si quieren que sus respectivas ciudades no pierdan competitividad. 7. Suma de Recursos Público-Privado para la creación de las grandes unidades comerciales del territorio, y sobre todo, para el desarrollo de las nuevas áreas de centralidad. Es necesario profundizar en fórmulas imaginativas de partenariado que acoten los riesgos de la inversión privada e integren las exigencias de localización y estructura de la función comercial con los objetivos de la ciudad. Este eje de trabajo bien dimensionado efectúa un efecto multiplicador en la generación de riqueza sobre el territorio y una mayor fuerza competitiva vinculada a las sinergias de capital.