teorias economicas y economias reales. convivencia nacional e

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Boletín de Lecturas Sociales y Económicas . UCA . FCSE .
TEORIAS
ECONOMICAS Y
ECONOMIAS
REALES.
CONVIVENCIA
NACIONAL E
INTERNACIONAL
POR
J. A. GIMENEZ REBORA
Año 5 .
N° 23
1) Transición de los enfoques macro y microeconómicos
a la consideración de economías y sectores reales (nacionales e internacionales mundial y regionales).
* Microeconomía
* Macroeconomía
* Economías reales
2) Convivencia y economía. Necesidad moral y material de trabajar y convivir. El deber moral de eficiencia.
3) Los mercados: realidades económicas pero culturales
e históricas, complejas y sistémicas.
4) Historicidad de las economías nacionales, de las divergencias culturales, sociales y regionales.
5) Las actitudes frente a la competitividad a los problemas económicos y a las políticas económicas.
6) Población. Indicadores demográficos, migraciones
internas y externas y censo argentino de población de
1991.
BOLETIN DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS
PAG. 119
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas .
1) Transición de los enfoques macro y microeconómicos
la consideración de economías y sectores reales
(nacionales e internacionales -mundial y regionales).
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Año 5 .
N° 23
gastos (o pérdidas).
(1
Los estudios micro y macroeconómicos son eminentemente teóricos y generales. Estos estudios no ignoran la realidad. Todo lo contrario. Sus leyes han resultado de múltiples y sistemáticas observaciones de esa realidad.
Sin embargo, su nivel de abstracción y generalidad es muy elevado y por lo tanto implican muchos
supuestos lo cual, sin restarle virtudes explicativas de lo
general, no los hace aptos para explicar por sí solos y
directamente aquellos casos que ofrecen caracteres concretos y específicos.
Para avanzar en la explicación de éstos se
requieren tanto el conocimiento de aquellas leyes generales micro y macroeconómicas que reflejan lo común
que se encuentra en cada caso particular, como los datos
propios de los mismos.
A su vez, la microeconomía no suponía:
a) la influencia de los procesos y fenómenos
económicos generales sobre los particulares; ni
b) la historicidad de todos estos procesos y fenómenos micro y macroeconómicos.
Macroeconomía
Por su parte la macroeconomía explicaba, también
en el debido nivel de abstracción, las leyes que regían
los procesos y fenómenos económicos de índole general, o sea, la economía en su conjunto desde la perspectiva de la producción global, el ingreso, los precios y el
desempleo en cuanto éstos efectivamente influyen sobre
las decisiones de los sujetos económicos particulares.
Consecuentemente los estudios
económicos daban por supuesto:
macro-
Con el fin de aclarar mejor estos conceptos conviene recordar cómo veíamos, respectivamente, los
objetos de la micro y la macroeconomía.
a) la vida microeconómica competitiva;
Microeconomía
b) el desarrollo avanzado de la productividad
del trabajo y
La microeconomía explicaba, en el debido nivel
de ahstracción, las leyes que regían los comportamientos
individuales de oferentes y demandantes.
Hicimos aquellos estudios sobreentendiendo que
tratábamos el comportamiento de sujetos que asumían la
l ógica interna propia de una economía organizada a partir de la propiedad privada, de la división social del trahajo y del intercambio y pretendían realizar privadamente el principio económico rivalizando entre sí en
condiciones de incertidumbre.
La microeconomía así considerada suponía
entonces:
a)la madurez de la economía, es decir, un grado
i mportvte de desarrollo de la productividad del trabajoI
h) que los sujetos económicos sujetaban todas sus
decisiones al cálculo racional hecho con miras a maximizar el fin productivo (o ganancias) o a minimizar los
PAG.
120
,
c) la racionalidad de los sujetos económicos.
Pero, de la misma manera que lo hacía la microeconomía, el enfoque macroeconómico tampoco contempló que su objeto evolucionara históricamente.
Economías reales
En cambio, la consideración de las economías
reales, caso de la economía argentina, exige tanto que se
explique en qué consisten y cómo funcionan esas
economías como las causas que determinan y regulan
sus transformaciones.
Los estudios de las economías reales exigen,
entonces:
a) la consideración de economías sujetas, como
las demás, a leyes y transformaciones, pero cuyos niveles de madurez y desarrollo de la productividad en las
diferentes ramas difieren de los de otros países;
OLE -11N DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS
b) la reunión de información específica sobre
1A
-..
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas .
cómo se cumplen en esas economías concretas los
supuestos implícitos en la micro y en la macroeconomía
y cómo se evoluciona hacia el o los patrones o modelos
por ellas supuestos;
c) la indagación de la modalidad de las interrelaciones culturales, sociológicas, demográficas, económicas. financieras, tecnológicas, etc. de las diferentes
economías;
d) la determinación de los grados concretos de
evolución de la productividad del trabajo y de la
racionalidad económica en las distintas economías vinculadas entre sí; y
e) la manera y, si fuera posible, las magnitudes relativas al ajuste de las relaciones recíprocas entre tales
economías.
2)Convivencia v economía. Necesidad moral y material
de trabajar-yconvivir. El deber moral de eficiencia.
Corn
11
encw
economic'.
Para el hombre, existir es convivir2 siendo por
tanto necesaria la vida social y económica porque, como
se ha dicho. "El hombre tiene necesidad del mundo material, no puede prescindir del mismo. Es un hecho empírico y a la re: revelado. Al mismo tiempo el hombre tiene
el mandato y la necesidad ontológica de elaborarlo" 3.
Si el hombre no convive dignamente4 y no trabaja,
ni él ni la especie humana se podrían realizar culturalmente, ni podrían propagarse y prosperar, ni sería posi-,
ble la salvación.
En este caso vale aquello de que cualquier desvío o
perturbación significativos de las leves naturales que
rigen la vida, su reproducción y la convivencia dignas Ieyes que todo lo mantienen unido-5 perturbaría grave y
g
randemente las posibilidades de multiplicación y prosperidad de la vida humana.
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Año 5 .
N° 23
No es incoherente en este punto recordar que lo
personal se refiere a lo natural de cada hombre en cuan-
to ser creado cuya dignidad es sagrada como también lo
son la convivencia interpersonal y la de sus comunidades políticas, grupos de pertenencia, v.g. familias,
entidades intermedias, naciones, etc. que son iguales en
dignidad natural6.
Lo que acabamos de afirmar implica que el análisis económico no puede ignorar la ley natural a la cual
están sujetas las relaciones interpersonales e internacionales, ley que hace que tales relaciones evolucionen
tendiendo a someterse cada vez más a la ley moral, a la
justicia y a la verdad.
Es muy importante entonces tener siempre presente que los procesos económicos sólo se desarrollan
establemente de modo ordenado y no traumático cuando
la vida económica concreta respeta el principio sagrado
e inmutable que todas las personas y comunidades
políticas son iguales en dignidad natural y no se practica
forma alguna de discriminación por motivos históricos,
sociales, de aptitudes económicas o intelectuales, raza,
sexo, lengua, cultura o etnia.
Por cierto, como está dicho al principio, la igualdad en dignidad natural no significa inexistencia de
diferencias y diversidades de aptitudes particulares, de
formas de pensar, de niveles evolutivos y de desarrollo
entre hombres, grupos sociales y naciones por razones
biológicas, psicológicas, culturales, históricas, etc.
Precisamente cuando avancemos en esta materia
siempre deberemos reparar en esta dicotomía entre
igualdad natural y diferencias individuales reales que
deben resolverse sin anular esa igualdad en dignidad natural y sin dejar de ponderarlas cuando se formulan ideas
o políticas que miran a generalizar formas más progresivas y justas de vida.
Sólo sobre tales bases se tornarán más probables y
duraderos el equilibrio y la estabilidad y no se experimentará el sometimiento de los más débiles a quienes
sean superiores a ellos por cualquier razón de hecho.
Necesidad moral y material de trabajar y convivir
Tenemos que comprender que la vida de los hombres ofrece, entonces, múltiples dimensiones y complejos problemas, los cuales pueden considerarse desde
variadas ópticas personales o propias de la especie, la
biología, la psicología, la sociología, etc..
Participamos de lo que con tanta precisión el
Santo Padre, partiendo del Concilio Vaticano II, llamó la
dimensión social del trabajo, en cuanto éste ofrece la
ocasión de que el individuo se perfeccione a sí mismo
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Boletín de Lecturas Sociales y Económicas .
mediante el ejercicio de sus cualidades y capacidades al
tiempo que ayuda a sus compatriotas, ya que el trabajo
no es una actividad egoísta, sino altruista porque se trabaja para los demás y no exclusivamente para sí mismo.
Y asimismo participamos de lo que el Papa, tamhién con base en el Concilio Vaticano II, designó como
dimensión histórico escatológica del trabajo habida
cuenta de que es un medio de hacer progresar a toda la
.s ociedad v a lo creación7 de donde se deduce claramente
que el trabajo es un derecho y un deberé que supone,
entonces, una doble necesidad:
a) por un lado es indispensable para obtener una
remuneración como medio material que le permite al trabajador y a su familia adquirir lo necesario para vivir; y
h) por el otro es también una necesidad ontológica9 porque el hombre está inclinado por naturaleza a
trabajar.
El trabajo es, pues, una condición para obtener
ingresos pero también y fundamentalmente es una condición para que el hombre se perfeccione a sí mismo, como
persona; se convierta en protagonista de su propio destino y establezca y experimente una relación cooperativa
con los demás miembros de la sociedad.
Así como se ha expresado que "la cultura de un
pueblo está esencialmente condicionada por la evolución histórica" 10 también lo económico, que es un
aspecto de lo cultural, es una realidad social, compleja e
histórica y no meramente ideológica.
Incluye aspectos productivos, pero también distributivos; de cooperación, pero también de rivalidad, a
veées leal y a veces desleal; de igualdades, pero también
de asimetrías; de aspectos nacionales pero también internacionales; hay países desarrollados y otros que no lo
son; unas regiones son más prósperas que otras dentro de
un mismo país y también hay pobres y ricos; existen tendencias estructurales a acumular y a desacumular y otras
meramente episódicas; operan a veces estímulos egoístas
que orientan los comportamientos a la ganancia y no a
las pérdidas; a competir para hacer prevalecer la mejor
idoneidad y otras exclusivamente a rivalizar sin ponderar razones morales, etc.
Frente a lo económico concreto estamos obligados,
entonces, a distinguir entre lo individual y lo social; el
momento (le sincrónico, lo coyuntural) pero también el
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Año 5 . N° 23
proceso (lo diacrónico, lo estructural); las historias
individuales, pero también las historias colectivas; la
nacional, pero también la de las relaciones internacionales y la de las propias relaciones externas de una
economía concreta como la argentina.
También debemos percibir que, por fuerza de una
necesidad de la razón, de lo racional, nuestras actividades económicas son coherentes y están en cierto modo
ensambladas o coordinadas de manera que la vida
económica se autorregula, tanto a nivel nacional como
mundial.
Obviamente esta coordinación, esta autorregulación, finca en la aludida necesidad de preservar la convivencia para que subsistan la vida individual y de la
especie y el hombre pueda florecer y prosperar culturalmente lo que excluye cualquier planificación central y
burocrática que felizmente no existe y que, de existir,
podría rápidamente conducir a la dictadura y al caos
económico sofocando lo individual y lo creativo.
El
deber
moral de
eficiencia.
La eficacia -en un sentido praxeológico o propio
de la acción racional en general- mide el grado de realización del fin según las cantidades, calidades y oportunas combinaciones de acciones (medios) aplicadas a su
consecución; o sea la eficacia se mide por el resultado de
los procesos u operaciones que se abordan.
Pero no se trata sólo de que se desee obrar bien
pudiendo uno quedarse sin hacer nada o haciendo algo
inapropiado para conseguir ese fin; se trata del deber de
obrar bien o sea, eficazmente.
Obrar la justicia es un deber porque en su realización y en el amor al hermano se reconocen los hijos
de Dios y en no hacerlo y no amarlo se reconocen los
hijos del diablo (1 Jn 3,10).
Por eso es importante distinguir entre un mero
deseo y un obrar concreto y conducente al fin querido,
ya que no basta sólo con desear y estarse sin hacer nada.
Entonces, no se nos pide que sólo deseemos la justicia y que sólo in pectore amemos al prójimo; se nos
pide otra cosa: que realicemos adecuadamente la justicia
y concretemos el amor al hermano, aunque éste, en la
misma línea de solidaridad, no debe asumir una actitud
BOLETIN DE LEO LIRAS SOCIALES Y ECONOMICAS
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas .
meramente pasiva o destructiva ya que también está
obligado a realizar lo que le corresponde para el bien de
todos 1I.
Este mandato de que realicemos la justicia lo
podremos cumplir si elegimos apropiadamente, eficazmente, los medios para conseguir el fin justo.
En este caso la justicia es el fin que perseguimos y
que deberemos alcanzar con nuestras acciones específicasl2.
Nosotros sabemos que la eficiencia es el grado de
realización de un fin predeterminado de modo que los
medios deben ser aquellos congruentes con los fines
porque a través de su aplicación correcta y oportuna
podremos alcanzar el propósito en que estamos empeñados.
Dicho en otras palabras: se nos pide que seamos
eficaces. advirtiéndosenos que no se nos reconocerá
como hijos de Dios y se nos tendrá como hijos del diablo
si no realizamos efectivamente la justicia y el amor al
prójimo.
A su vez, tampoco está de más recordar que es e13caz un comportamiento previsor y adecuado a las circunstancias de cada caso, como el que leemos en 6,8 del
Libro de los Proverbios:
Ve donde la hormiga, perezoso,
mira sus andanzas y te harás sabio.
Ella no tiene jefe,
ni capataz, ni amo:
asegura su sustento en el verano
recoge su comida al tiempo de la mies.
3) Los mercados: realidades económicas pero culturales
e históricas, complejas y sistémicas.
Sin duda los mercados son realidades económicas
efectivas, aunque hasta ahora las hayamos tratado como
abstracciones. Es apropiado haberlo hecho así en materias como micro y macroeconomía en las cuales era indispensable un nivel determinado de abstracciones en razón
de sus propósitos explicativos geíherales.
Pero nunca debemos olvidar, aunque no sea nuestro
metier repetirlo ni indagarlo a cada momento, que tam-
bién son realidades culturales específicas y por ende sujetas a evolución histórica de modo que no todos los mer-
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FCSE .
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cados son iguales ni funcionan del mismo modo aunque
sus interrelaciones crecientes vayan imponiendo progresivamente la uniformación de ciertos aspectos que les son
propios.
Queremos decir, pues, que los mercados no
existieron siempre aunque se hayan dado como ahora
intercambios y formas concretas de ofertas y demandas
influidas por circunstancias culturales singulares de cada
época; baste recordar el modo como se desenvolvió la
compra la caverna de Macpelá para tumba de Sara
esposa de Abraham 13.
Tampoco debemos olvidar que los mercados,
además, no son realidades simples sino complejas y
sistémicas en cuanto todos sus elementos están establemente sujetos a un orden de interdependencias propio de
una economía que está organizada a partir de la
propiedad privada, la división social del trabajo y los
intercambios y ofrecen distintos signos de madurez que
hemos dado por supuestos en micro y macroeconomía.
A su vez, como ya fuera señalado en 1931 por
Pío XI, una economía que considera legítimos el lucro, la
concurrencia y la propiedad privada no es viciosa por
naturaleza y tampoco lo es, como lo expresó más tarde
Juan Pablo II, el deseo de vivir mejor.
Por eso el abordaje de economías concretas, a
veces perturbadas o conflictivas por diversos motivos
distintos de los ponderados por la microeconomía neoclásica, que es la que nosotros hemos estudiado, nos
obliga a no perder de vista que los mercados tratados
hasta ahora como realidades extra culturales son, en cambio, realidades de esa índole que necesitan explicarse, no
ideologizarse.
Hechas estas salvedades podemos decir que, en
principio, los puntos de vista microeconómicos han resultado de procesos caracterizados por numerosas abstracciones y simplificaciones que intentaron depurar lo
económico de elementos que no servían a la explicación
que en cada caso se pretendía, lo cual hizo que muchos se
inclinaran a considerar a los elementos excluidos del
no
análisis estático y abstracto como elementos
económicos sugiriendo erróneamente que las leyes y conclusiones microeconómicas no resultan de procesos
humanos evolutivos, dinámicos y temporales ni que esos
procesos están orientados a producir y a distribuir lo
indispensable para continuar viviendo.
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No es, por tanto impropio, recordar, como lo
expresó Juan Pablo II, que la cultura está constituida por
"todos aquellos medios con los que el hombre afina y
desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y
corporales, procura someter el mismo orbe terrestre con
su conocimiento y trabajo, hace más humana la vida
social tanta en la familia como en la sociedad civil,
mediante el progreso de las costumbres e instituciones;
finalmente, a lo largo del tiempo, expresa, comunica y
conser va en sus obras grandes experiencias espirituales
y aspiraciones, para que sirvan al progreso de muchos,
e incluso de todo el género humano14.
Los mercados y sus leyes no son, pues, entelequias ni meras ideologías sino resultados de esas
acciones culturales de los hombres, que organizan su
vida económica para poder vivir, aunque dicha organización suponga errores, dificultades e injusticias limitadas sin embargo por esta misma necesidad de contar
con la vida económica para seguir viviendo.
En este sentido, los mercados tal como los
tratamos abstractamente son, en realidad, históricos y
resultan de las actividades intelectivas y prácticas de los
hombres.
Así considerados los mercados son, entonces,
realizaciones históricas de los seres humanos, cuyas
dificultades o injusticias inherentes a circunstancias
concretas no impiden que los veamos como medios
necesarios v dinámicos en nuestro tiempo, sujetos a
evolución, que nos permiten afinar y desarrollar mejor
nuestras cualidades espirituales y corporales en las
actuales condiciones inciertas en que debemos responder a múltiples y masivas exigencias productivas, cuantitativas y cualitativas, que sólo podemos abordar organizando una apropiada economía de empresa que nos
permita aplicar adecuadamente nuestros conocimientos
y trabajos concretos al servicio de la vida y la convivencia dignas.
44)Historicidad
de las economías nacionales, de las
divergencias culturales, sociales v regionales.
Los procesos económicos están constituidos por
actividades productivas y distributivas sujetas a evolución.
Desde el punto de vista real esos procesos son propios de comunidades humanas cuya sobrevivencia
depende de la práctica de las actividades económicas
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f,°.?tLTIN
DE
LECTURAS SOCIALES
Y
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N° 23
que, según las épocas, han involucrado sólo a grupos o
han alcanzado a varios o a todos, como en esta etapa de
globalización.
Consecuentemente hay que observar tanto las interrelaciones e intercambios internos como Ios externos y la
manera como evolucionan y se interpenetran e influyen
sin perder de vista la necesidad de un cierto equilibrio
interno y externo para que puedan reiterarse los actos
básicos (por necesarios) de la vida económica.
Por eso no tenemos una economía mundial ajena a
la historia sino seres humanos que han conformado grupos y naciones específicas de cuyas experiencias culturales (que incluyen lo económico) proceden los procesos
productivos y distributivos y las organizaciones económicas actuales.
En este sentido, en camino de encontrar claves para
comprender cualquier problema económico específico, es
preciso distinguir los grados distintos de desarrollo de la
productividad del trabajo y las tendencias a acumular y
desacumular en cada país, definir qué se entiende por progreso económico, bienestar, mejor calidad de vida, etc., y
para establecer más afinadamente las razones de los equilibrios y de la capacitación de los sistemas económicos
para resolver los problemas materiales de la humanidad.
5)Las actitudes frente a la competitividad a los problemas económicos y a las políticas económicas.
Las actitudes frente a la competitividad no han sido
siempre las mismas, ni actualmente lo son en los diferentes grupos humanos que practican la vida económica
porque ella depende de condicionamientos culturales.
Su principal rasgo es, por tanto, la historicidad de
sus dos acepciones básicas:
a) la idoneidad para realizar un trabajo de calidad
persiguiendo, al hacerlo, la realización del principio
económico o sea, asumiendo: 1) la necesidad del progreso de la convivencia digna hacia una vida mejor; y 2) los
patrones de calidad de vida propios de cada época; y
b) rivalidad económica a partir de una concepción
unilateralmente ideológica de la libertad y de la propiedad
privadas.
ECONOMICAS
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas .
Esto plantea problemas económicos tales como el
de la armonización de las convicciones de los sujetos
económicos que, en algunos casos ven ciertas realidades como justas y equitativas al tiempo que otros las
juzgan exactamente al revés, como injustas e inequitativas.
Asimismo la competitividad implica problemas
económicos que involucran varias dimensiones:
microeconómica
a)
Bajo ciertas condiciones (tendencia a
mercados perfectos y una autoridad
pública racionalmente inclinada a
asegurar el bien común) se considera
que induce:
I) baja de costos
2) innovaciones tecnológicas
3) progreso económico (en la organización y en la capacidad técnica de la
economía)
h) macroeconómica
quc se dan:
I) equilibrios de pagos externos;
2) posibilidad institucional de penetración en los mercados internacionales;
DIVISION POLITICA
TERRITORIAL
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3) acceso a la financiación y a la tecnología; y
4) cooperación monetaria y redes de
seguridad financiera internacionales.
6 )Población. Indicadores demográficos, migraciones
internas y externas y censo argentino de población de
1991.
La cuestión demográfica es importante porque
explica la existencia de determinados problemas que
ejercen mucha influencia sobre temas económicos decisivos.
Así, en el caso argentino, con el urbanismo, ejemplo de tendencias demográficas que se manifestaron
con toda intensidad en la década del 40, aparecieron
problemas típicos de índole ocupacional, de estructura
productiva y distributiva y de índole social y regional
que gravitaron incluso en la reconsideración de las
ideas federales.
La aparición de dichos problemas condicionó
entonces los objetivos y el diseño de las políticas
económicas y sociales.
Hoy este problema es particularmente crítico en
la Argentina que ofrece un cuadro notoriamente
asimétrico comparando población con territorio, de que
da cuenta el cuadro y gráfico anexados.
POBLACION
DISTRIBUCION TERRITORIAL
POR DISTRITO
1.991
En % sobre la población
nacional
Habitantes (residentes
argentinosy extranjeros)
Suhgrupo 1
Región Metropolitana
0.13 % de la superficie del país
Distritos con más de un millón de habitantes y en su conjunto el 33,52 % sobre el
total poblacional nacional
I. Capital Federal
2.Buenos Aires (19 partidos del
conurhano antes de los cambios
de límites)
Subtotales
2.965.403
09%
7.969.324
24,43 %
10.934.727
33,52%
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UCA .
FCSE .
Suhgrupo 2
Pampa Húmeda (parcial)
15.67
de la superficie del país
Distritos con más de un millón de habitantes y en su conjunto el 22,76 % sobre el
total pohlacional nacional
I.Buenos Aires (sin los 19
partido)
3.Santa Fe
4.625.650
2.798.422
14,18 %
8,58 %
Subtotales
18.358.799
22,76 %
Subgrupo 3
Pampa Húmeda (parcial; incluye Mendoza, Tucumán y región serrana
de Córdoba
14.9 Y( de la superficie del país
Distritos con Inds de un millón de habitantes y en su conjunto el 19,43 % sobre
el total pohlacional nacional
4.Gírdoba
5.Mendoza
6.Tucumán
7.Entrc Ríos
Subtotales
2.766.683
1.412.481
1.142.105
1.020.257
7.915.203
8,48 %
4,33 %
3,50 %
3,13 %
19,44 %
RESTO DEL PAIS:
Suhgrupo 4
Regiones NOA, NEA, Cuyo (excluida Mendoza) y Patagonia
69.2
de la superficie del país
Distritos con menos de un millón de habitantes y en su conjunto el 24,27 %
sohre el total pohlacional nacional
Entre 600 y 999 mil
8.Salta
9.Chaco
I0.Corrientes
I I.Misiones
I2.Santiago del Estero
866.153
839.677
795.594
788.915
671.988
2,66 %
2,57 %
2,44 %
2,42 %
2,06 %
Entre 500 y 599 mil.
I3.San Juan
14.Jujuy
15.Río Negro
528.715
512.329
506.772
1,62 %
1,57 %
1,55 %
Entre 300 y 499 mil.
I6.Formosa
17.Neuqu6n
18.Chuhut
398.413
388.833
357.189
1,22 %
1,19 %
1,10 %
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Boletín de Lecturas Sociales y Económicas
. UCA
.
FCSE .
Entre 60 y 299 mil
19.San Luis
20.Catamarca
21.La Pampa
22.La Rioja
23.Santa Cruz
24.Tierra del Fuego
'Subtotales
286.458
264.234
2,49.996
220.729
159.839
69.369
7.915.203
0,88 %
0,81 %
0,80 %
0,68 %
0,49 %
0,21 %
24,27 %
TOTAL DEL PAIS
43.550.255
100,00 %
Año 5 .
N° 23
FUENTE: INDEC, Anticipo de resultados definitivos del Censo 1991, ordenamiento y elaboración propia de porcentajes.
* El INDEC toma como fuente al Instituto Geográfico Militar
** No fueron censadas islas del Atlántico Sur
RESUMEN
Re g ión
Superficie en %
% de población sobre el total nacional
Suhgrupo I
Metropolitana
0,13 %
33,52 %
15,67 %
22,76 %
14,9 %
19,43 %
69,2 %
24,27 %
Subgrupo 2
Pampa Húmeda (parcial:
resto de Buenos Aires y Santa Fe)
Suhgrupo 3
Pampa Húmeda (parcial;
incluye Mendoza, Tucumán y
región serrana de Córdoba)
Suhgrupo 4
NOA, NEA. Cavo (excluida
Mendoza) .v Patagonia
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POBLACION
DISTRIBUCION TERRITORIAL POR DISTRITO
1991
Representación gráfica del cuadro
NOTAS
(I) La productividad del trabajo mide el producto que
una unidad de trabajo logra en una unidad de tiempo con
una dotación dada de medios (organización económica y
stock de capital y destreza de los trabajadores: habilidades. predisposición. organización del trabajo, etc.). La
productividad del trabajo ha evolucionado crecientemente dchido más que nada a cambios en el capital o en
lo que ha dado en llamarse el trabajo altamente capitali/ado. Por eso la productividad del trabajo ha resultado
ser más alta en los países más capitalizados con economías más organizadas, que en los países menos desenvucltos.
(2) iglesia y comunidad nacional, texto de la Conferencia Episcopal Argentina en Documentos del Episcopado
argentino 1965-1981, Ed. Claretiana, p. 406
(3) lh. p. 427. Cuando afirma que la necesidad del mundo material es un hecho empírico y a la vez revelado el
documento remite a Gén. 1, 28-30 y al Sal. 103, 13-35.
(4) 0 sea sujetándose a un orden moral.
(5) El Libro de la Sabiduría dice: "Porque el espíritu del
Señor llena la tierra y todo lo mantiene unido ... todo lo
creó para que subsistiera" (SB 1,7 y 14).
PAG.
128
(6) Aunque cada vez parecen prevalecer tendencias hacia un universalismo y un gobierno mundial, la carta vigente de las Naciones Unidas y los documentos del Magisterio reiteran la necesidad de no menospreciar esa
igualdad natural sin perjuicio de las diferencias.
(7) Sobre las dimensiones social e histórico escatológicas ver Juan Pablo II, Los trabajadores en la Iglesia, en
L'Osservatore romano 22.4.94, p. 3.
(8) Juan Pablo II, L'Osservatore romano 21.3.97, p. 3
(9) Ib. texto citado de la Conferencia Episcopal Argentina, Iglesia y comunidad nacional, p. 427
(10) Ib. p. 411
(11) JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis, n° 39
(12) Gen 23, 1-20
(13) Juan PABLO II, Exhortación Apostólica post sinodal Christifideles laici, Paulinas 1993, N° 44. En cita de
pie de página 162 se lee " Cone. Ecum. Vat. II, Const.
past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et
spes, 53". Dicho n° 53 expresa: De aquí se sigue que la
cultura humana presenta necesariamente un aspecto histórico y social y que la palabra cultura asume con frecuencia un sentido sociológico y etnológico. En este
FTIN DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas . UCA .
FCSE .
Año 5 . N° 23
sentido se habla de pluralidad de culturas.
Estilos de vida común diversos y escalas de valores diferentes encuentran su origen en la distinta manera de
servirse de las cosas, de trabajar, de expresarse, de practicar la religión, de comportarse, de establecer leyes e
instituciones jurídicas, de desarrollar las ciencias, las artes y de cultivar la belleza.
Así. las costumbres recibidas forman el patrimonio propio de cada comunidad humana. Así también es como se
constituye un medio histórico determinado, en el cual se
inserta el hombre de cada nación o tiempo del que recibe los valores para promover la civilización humana.".
BOLETIN DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS
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