Carta entregada en el consulado de República Dominicana

Anuncio
Carta dirigida al señor embajador ante la OEA de República Dominicana. Presidente del
consejo permanente de la OEA.
Excelentísima Sra. Rocío Pichardo Cónsul de República Dominicana ante la ciudad de
Barcelona.
Nos dirigimos a usted en nombre de los ciudadanos venezolanos que están siendo
asesinados, agredidos y encarcelados en Venezuela por hacer uso de sus derechos y
participar en legítimas protestas, siendo estas además pacíficas y que exigen reivindicaciones
sociales. En el mes de febrero en Venezuela se han registrado 18 asesinatos, más de 787
detenciones por participar en manifestaciones y se han denunciado 33 casos de tortura.
El derecho a la protesta está amparado en nuestra constitución y se expresan de la siguiente
manera: La Constitución establece que Venezuela es un Estado democrático que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la
justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político (Art. 2 CRBV).
El Gobierno debe garantizar a toda persona el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los
órganos del Poder Público (Art.19, CRBV). Así mismo, toda persona tiene derecho a: que se
respete su integridad física, psíquica y moral por lo que no puede ser sometida a penas,
torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (Art 46, CRBV); reunirse, pública o
privadamente, sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas (Art. 53, CRBV) y manifestar,
pacíficamente y sin armas (Art. 68, CRBV); expresar libremente sus pensamientos, sus ideas
u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer
uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse
censura (Art. 57, CRBV) y a obtener información oportuna, veraz e imparcial, sin censura (Art.
58, CRBV).
Sentimos un inmenso temor por lo que pueda llegar a ocurrir en el futuro inmediato. Nuestra
preocupación se la trasmitimos a Uds. Esperando que puedan ser garantes de las libertades
ciudadanas y que serán defensores de las libertades individuales y colectivas en nuestra
América latina.
Le hacemos un llamado a República Dominicana en especial porque es su embajador Pedro
Vergés quien preside el Consejo Permanente de la OEA, teniendo la responsabilidad de
convocar una sesión de urgencia ante la grave crisis que atraviesa Venezuela. Dicha sesión
fue petición de Panamá, pero que en los últimos días varios países han manifestado su
acuerdo con la misma.
El actual gobierno venezolano ha violado sistemáticamente los derechos humanos de sus
ciudadanos, algunos de los cuales incluso han perdido la vida durante las manifestaciones de
protesta 2 de los 15 asesinatos pueden ser atribuidos directamente a órganos de seguridad
del estado venezolano y 8 de las 15 víctimas fueron ajusticiadas con disparos a la cabeza, se
debe exigir una investigación seria e imparcial que determine responsabilidades. Y por eso
nuestro llamamiento a la comunidad internacional, para que condene estos actos e inicie
comisiones que lleguen a determinar la verdad de lo que está pasando en Venezuela.
El gobierno, que se autodenomina democrático, ha censurado canales de TV y emisoras de
radio, dificultando la adquisición de papel prensa a los periódicos y manifestando clara y
públicamente que tomará cualquier medida necesaria para aplacar las expresiones de libertad
que, sabemos, el pueblo venezolano va a continuar realizando.
Como hermanos americanos solicitamos una pronta reacción de las máximas autoridades en
el Organización de Estados Americanos, no sólo expresando su preocupación por Venezuela,
sino además, claro apoyo al pueblo de Venezuela que mira con terror como sus gobernantes
utilizan la democracia a su antojo, manipulándola para acceder al poder, pero despreciándola
y pervirtiéndola, en total ignorancia de los principios y las leyes establecidos en la Constitución
Venezolana.
América es un sólo pueblo, son nuestros hermanos venezolanos y todos los habitantes del
país, entre ellos muchas comunidades de los distintos que han emigrado y hacen vida en
Venezuela, sufren bajo el yugo de estas represiones de la libertad.
Si un país de nuestra América es aterrorizado todos los países de nuestro continente sufren,
por eso apelamos a su solidaridad y respaldo.
En base a todo lo anteriormente expuesto, solicitamos su ayuda en orden a la consecución de
nuestras peticiones:
1. Pedimos a las autoridades venezolanas e internacionales que garanticen el respeto del
derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión de los ciudadanos venezolanos, y que
condenen públicamente todo acto de violencia o todo abuso que pretenda intimidar o silenciar
a quienes ejercen su derecho legítimo de participar en manifestaciones.
2. Pedimos que se realice una investigación, exhaustiva e imparcial, sobre las muertes, los
heridos y las detenciones arbitrarias ocurridas durante las protestas. Que se respeten los
derechos de los detenidos en estas calles y plazas de diferentes ciudades del país.
Manifestaciones y que, en defecto de imputación de un delito concreto y reconocible como tal,
según el ordenamiento jurídico venezolano, se les ponga de inmediato en libertad.
3. Exigimos al gobierno venezolano que no se detenga a nadie, ni se le enjuicie, por el
ejercicio de su labor profesional como periodista, o como miembro de cualquier Asociación
consagrada a la defensa de los derechos humanos.
Pedimos encarecidamente:
1. Que otorguen a Venezuela su verdadera importancia, a la hora de tratar los temas de la
agenda de Relaciones Internacionales.
2. Que formulen preguntas sobre Venezuela, en las sesiones plenarias en que fuere
pertinente, en base a los temas tratados hoy.
3. Que se expresen con contundencia cuando realicen valoraciones sobre la situación
venezolana, en sincronía con los valores y principios que defienden en sus propios países,
evitando el uso de eufemismos, que al maquillar la realidad venezolana, instalan una
complicidad de facto, que entorpece mucho más la salida de la situación.
4. Que comprendan que mantener relaciones “normales” con un gobierno que no respeta los
valores defendidos por la OEA, hace creer que dicho gobierno comparte tales valores. Esto
constituye una contradicción que otorga a ese gobierno, tanto a nivel nacional como
internacional, un aire de legitimidad que sus propias actuaciones desmienten a diario, como
les acabamos de contar.
5. Que se hagan eco de nuestras denuncias e inquietudes en aquellos foros internacionales
de los que sean miembros (Mercosur, La Comunidad Andina, Grupo Alba, etc).
Descargar