Sebastián Bárcena El primero en cuestionarse fue un pensador griego, Tales de Mileto, quien en el siglo VII antes de Cristo, afirmó que todo estaba constituido a partir de agua, que enrareciéndose o solidificándose formaba todas las sustancias conocidas. Con posterioridad, otros pensadores griegos supusieron que todo estaba constituido por otra sustancia. Así, Anaxímenes, en al siglo VI a. C. creía que era el aire y Heráclito el fuego. En el siglo V, Empédocles reunió las teorías de sus predecesores y propuso cuatro sustancias primordiales, los cuatro elementos: Aire, agua, tierra y fuego. La unión de estos cuatro elementos, en distinta proporción, daba lugar a la vasta variedad de sustancias que se presentan en la naturaleza. Aristóteles, añadió a estos cuatro elementos el quinto elemento, la quintaesencia, que formaba las estrellas, mientras que los otros cuatro formaban las sustancias terrestres. Sebastián Bárcena Tras la muerte de Aristóteles, gracias a las conquistas de Alejandro Magno, sus ideas se propagaron por todo el mundo conocido. La mezcla de las teorías de Aristóteles con los conocimientos prácticos de los pueblos conquistados hicieron surgir una nueva idea: La alquimia. Los alquimistas suponían que puesto que todas las sutancias estaban formadas por los cuatro elementos de Empédocles, entonces se podría, a partir de cualquier sustancia, cambiar su composición y convertirla en oro. El más importante alquimista árabe fue Yabir (también conocido como Geber), añadó dos nuevos elementos a la lista: el mercurio y el azufre. La mezcla de ambos, en distintas proporciones, originaba todos los metales. El primer descubrimiento científico de un elemento ocurrió en el siglo XVII cuando el alquimista Henning Brand descubrió el fósforo (P). Como otros alquimistas , Brandt buscaba una sustancia que supuestamente transformaba metales comunes en oro. Como muchos otros antes que él, se interesó en la orina y probó combinarla con muchos materiales, en cientos de combinaciones. Había visto, una receta que se podía usar alumbre, nitrato de potasio y orina concentrada para convertir metales comunes en plata (una receta que, por supuesto, no funcionó). Alrededor de 1669 calentó residuos de orina en su horno hasta que aparecen humos que llenan el recipiente y el líquido se desborda, ardiendo en llamas. Recogió el líquido en una jarra y lo cubrió, solidificándolo y emitía un resplandor verde pálido. Lo que él recolectaba era fósforo, que lo llamó así del Griego "relacionado con la luz". Sebastián Bárcena En el siglo XVII, Robert Boyle desechó todas las ideas de los elementos alquímicos y definió los elementos químicos como: aquellas sustancias que no podían ser descompuestas en otras más simples. Fue la primera definición válida de elemento. Sebastián Bárcena Lógicamente, un requisito previo necesario a la construcción de la tabla periódica era el descubrimiento de un número suficiente de elementos individuales, que hiciera posible encontrar alguna pauta en comportamiento químico y sus propiedades. A finales del siglo XVIII en 1789, Lavoisier en el “Tratado elemental de química” aclaró el concepto de elemento como: una sustancia simple que no se puede dividir mediante ningún método de análisis químico conocido. Todo ello condujo a diferenciar en primer lugar qué sustancias de las conocidas hasta ese momento eran elementos químicos, cuáles eran sus propiedades y cómo aislarlos. El descubrimiento de un gran número de nuevos elementos, así como el estudio de sus propiedades, pusieron de manifiesto algunas semejanzas entre ellos, lo que aumentó el interés de los químicos por buscar algún tipo de clasificación. Sebastián Bárcena Apenas iniciado el siglo XIX, Dalton, recordando las ideas de Demócrito, propuso la teoría atómica, en la cual definió: Átomo: es la partícula más pequeña de un elemento que conserva sus propiedades. Compuesto: es una sustancia fija que está formada por átomos distintos combinados en proporciones fijas. Elemento: es una sustancia que está formada por átomos iguales. Fue el comienzo de la formulación y nomenclatura química, que ya había avanzado a finales del siglo XVIII con Lavoisier. Dalton empleó los conocimientos sobre proporciones en las que reaccionaban las sustancias de su época y realizó algunas suposiciones sobre el modo cómo se combinaban los átomos de las mismas. Sebastián Bárcena Por ejemplo, en el caso del oxígeno, Dalton partió de la suposición de que el agua era un compuesto binario, formado por un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno, haciendo la electrólisis del agua, encontró que se formaban 98 partes en peso de oxígeno y 14 partes de hidrógeno, con lo cual concluyó que el oxígeno pesaba 98/14=7 veces más que el hidrógeno. No tenía ningún modo de comprobar este punto, por lo que tuvo que aceptar esta posibilidad como una hipótesis. El resultado fue en 1803 la primera tabla de pesos atómicos como los llamaba Dalton, que fue posteriormente modificada en 1808. Las incertidumbres antes mencionadas dieron lugar a toda una serie de polémicas respecto a las fórmulas y los pesos atómicos. Sebastián Bárcena Primera tabla de elementos y pesos atómicos propuesta por Dalton en 1808. Sebastián Bárcena En 1813 Berzelius empezó a determinar los pesos atómicos con métodos más avanzados que los que Dalton había sido capaz de emplear. Sebastián Bárcena Hasta este momento, nadie parecía haber advertido la posible periodicidad en las propiedades de los elementos químicos, entre otras razones, porque el número de elementos que quedaban por descubrir dejaba demasiados huecos como para poder observar orden alguno en las propiedades de los mismos. Además, todavía no existía un criterio claro para poder ordenar sus propiedades, ya que el peso atómico de un elemento, que fue el primer criterio de ordenación de los elementos, no se distinguía con claridad del peso molecular o del peso equivalente. Sebastián Bárcena Uno de los primeros intentos para agrupar los elementos de propiedades análogas y relacionarlo con los pesos atómicos fue el químico alemán Johann Wolfgang Döbereiner(1780-1849) En 1817 colocó los elementos con comportamiento similar en grupos de tres y se dio cuenta que el peso atómico del elemento intermedio era, aproximadamente, el promedio de aquellos de los extremos. Este descubrimiento se conoce como: LEY DE TRIADAS. Cloro, Bromo y Yodo Litio, Sodio y Potasio Azufre, Selenio y Telurio Calcio, Estroncio y Bario Sebastián Bárcena Si los números atómico (Z) se utilizan (desconocido en 1817), las tríadas son exactas: Sebastián Bárcena Hacia 1826 Berzelius, había preparado una relación de pesos atómicos. Sólo tres de sus pesos atómicos no eran correctos... Los tres equivocados correspondían a la plata, el sodio y el potasio; sus valores para los mismos eran dos veces superiores a los correctos. En 1828 publicó la primer tabla de pesos atómicos, la cual puede confrontarse favorablemente con los valores aceptados hoy día, excepto en dos o tres elementos. Sebastián Bárcena Por extraño que parezca, la mayoría de los químicos de su época no creían mucho en la lista de Berzelius de los pesos atómicos. Los átomos eran pequeños, invisibles e intangibles: ¿cómo podía uno estar seguro de lo que pesaban? Sebastián Bárcena En 1858 Cannizzaro a partir de la hipotesis de Avogadro concluyó que: “el peso molecular de un compuesto gaseoso es aproximadamente el doble de su densidad relativa respecto del hidrógeno.” A partir de su deducción, mediante una simple medición de la densidad, Cannizzaro podía obtener los pesos moleculares de varios gases. Finalmente publicó una lista de pesos atómicos fijos (que ahora se conocen como masas atómicas relativas) para los sesenta elementos que entonces se conocían Sebastián Bárcena 2 años después, en 1860 Kekulé, tomo una histórica iniciativa, que consistió en convocar a los químicos más importantes de toda Europa para llegar a un acuerdo acerca de los criterios a establecer para diferenciar entre los pesos atómico, molecular y equivalente. Esta convocatoria dio lugar a la primera reunión internacional de científicos de la historia (el congreso de Karlsuruhe) y tuvo consecuencias muy importantes. Mayormente gracias a los trabajos de Avogadro, que brillantemente expuestos en la reunión por Cannizzaro, llevaron al esperado acuerdo que permitiría distinguir al fin los pesos atómico, molecular y equivalente. Así, algunos químicos empezaron a realizar intentos de ordenar los elementos de la tabla por su peso atómico. Sebastián Bárcena En 1862 el frances A.E. Béguyer de Chancourtois colocó los elementos ordenados por sus pesos atómicos, en una línea enrollada helicoidalmente a un cilindro e hizo notar que aquellos que tenian propiedades semejantes quedaban colocados en una misma línea vertical. Este trabajo permaneció ignorado muchos años. Sebastián Bárcena Dos años después en 1864 John Alexander Reina Newlands ordenó los 62 elementos conocidos hasta la fecha según sus pesos atómicos crecientes, y observó que esta ordenación también colocaba las propiedades de los elementos en un orden, al menos parcial. Al ordenar los elementos en orden creciente de sus pesos atómicos (prescindiendo del hidrógeno), el octavo elemento a partir de cualquier otro tenía unas propiedades muy similares al primero. Así, el potasio quedó cerca del sodio, muy semejante a él; el calcio próximo al magnesio, y así sucesivamente. Newlands llamó a esto la LEY DE LAS OCTAVAS. Sebastián Bárcena El nombre de octavas se basa en la intención de Newlands de relacionar estas propiedades con la que existe en la escala de las notas musicales, por lo que dio a su descubrimiento el nombre de ley de las octavas. Como a partir del calcio dejaba de cumplirse esta regla, esta ordenación no fue apreciada por la comunidad científica que lo menospreció y ridiculizó, hasta que 23 años más tarde fue reconocido por la Royal Society. Los demás químicos pensaron que lo que Newlands trataba de demostrar era más una coincidencia que algo significativo. No pudo conseguir que su trabajo fuese publicado. Sebastián Bárcena En 1865 el inglés William Odling (1829-1921) desarrolló las ideas de Newlands en forma de tabla, se fijó más en las similitudes de las propiedades que en la Ley de las Octavas. Por alguna razón su trabajo, que recuerda a algunas tablas modernas, pasó prácticamente desapercibido. Sebastián Bárcena En 1869, Mendeleïev, Durante la preparación de su libro, Principios de Química, consiguió hacer una clasificación de los elementos conocidos hasta aquellos momentos. El se dio cuenta de que clasificando los elementos según sus pesos atómicos se veía aparecer una periodicidad en ciertas propiedades de los elementos. Sebastián Bárcena En la primera tabla de Mendeleiev aparecen los 63 elementos conocidos en esa época en orden creciente de peso atómico. Algunos de estos pesos figuran en la tabla con interrogaciones pues Mendeleiev consideraba que los experimentos con que se habían obtenido no eran del todo confiables. Sebastián Bárcena Un año después en 1870 Julius Lothar Meyer (1830-1895) estudió los elementos de forma gráfica, representando el volumen de cada átomo en función de su peso, obteniendo una gráfica en ondas cada vez mayores, los elementos en posiciones similares de la onda, tenían propiedades similares. Sebastián Bárcena Los volúmenes atómicos máximos se alcanzan para los metales alcalinos, y entre el Li y Na, así como entre Na y K existen seis elementos, como indica la ley de las octavas. Sin embargo, entre K y Rb hay más de seis elementos, al igual que entre Rb y Cs, lo que explica la falla existente en el trabajo de Newlands. Sebastián Bárcena Meyer publicó su trabajo en 1870, pero llegó demasiado tarde. Un año antes en 1869, Mendeleiev ya había descubierto la periodicidad. Mendeleiev publicó su tabla en 1869, un año antes de que Meyer publicase su trabajo. Pero la razón de que la mayor parte del mérito en el descubrimiento de la tabla periódica se le haya atribuido a Mendeleiev y no a los demás contribuyentes reside en el uso espectacular que Mendeleiev hizo de su tabla. Fueron dos descubrimientos paralelos e independientes. Las dos tablas eran muy similares y había poca diferencia entre ellas. Mendeleiev separó los elementos de los grupos principales y subgrupos, Meyer los colocó intercalados. Meyer clasificicó 55 elementos y Mendeleiev consiguió colocar todos los elementos conocidos, hidrógeno incluido. Sebastián Bárcena Dos año después 1872 y con nuevos datos Mendeleiev, atacó las cuestiones desde el punto de vista de la valencia. Observó que los primeros elementos de la lista mostraban un cambio progresivo en sus valencias. La valencia subía y bajaba estableciendo períodos: en primer lugar, el hidrógeno solo; después, dos períodos de siete elementos cada uno; a continuación, períodos que contenían más de siete elementos. Mendeleiev utilizó su información no para construir un gráfico, como Meyer habían hecho, sino una tabla como la de Newlands. Sebastián Bárcena En la tabla aparecen algunos huecos, esto es así porque considera que no puede haber distancias tan grandes en peso entre dos elementos adyacentes y sugirió que: “… los espacios vacantes pertenecen a elementos que se descubrirán quizá posteriormente.” En el centro de la tabla puede notarse la ausencia de tres elementos, Mendeleiev se atrevió a predecir las propiedades físicas y químicas de los mismos y los “bautizo”: EKABORO, EKAALUMINIO Y EKASILICIO. Sebastián Bárcena No pasó mucho tiempo para que se descubrieran los elementos con las propiedes predichas. En 1875 el francés Lecoq de Boisbaudran encontró al eka-Aluminio y lo llamó Galio En 1879 eka-Boro fue descubierto por el sueco Nilson que lo llamó Escandio En 1886 el alemán Winkler encontró al eka-silicio y lo llamó Germanio. Después de tan convincentes demostraciones por parte de Mendeleiev, la tabla periódica fue aceptada universalmente y se reconoció su valor de sistematización Química. Desde entonces ha constituido uno de los pilares fundamentales. Sebastián Bárcena En 1882, Rayleigh mientras realizaba un estudio sobre la densidad de los gases observó que la densidad del nitrógeno obtenido a partir del amoníaco era algo menor que la del nitrógeno obtenido por eliminación del oxígeno del aire. Con el objeto de descubrir la causa de esta discordancia, Ramsay se ofreció para ayudarle y trataron el nitrógeno obtenido del aire con magnesio para formar nitruro de magnesio. Encontraron que tras este proceso aún quedaba un gas residual, más pesado que el nitrógeno, al que sometieron a un análisis espectral encontrando unas líneas rojas y verdes que no correspondían a ningún elemento conocido. En 1894 anunciaron el descubrimiento del nuevo elemento, el argón, que significa inactivo (del griego argos). Sebastián Bárcena El peso atómico del argón resultó ser de 40, idéntico al del calcio, por lo que este factor no era útil para situarlo en la tabla periódica. Siguiendo las sugerencias de Mendeleiev (la valencia era un factor más importante que el peso atómico) y en vista que el argón no se combinaba con ningún otro elemento , se le asignó una valencia de 0. Al argón se acordó colocarlo en un nuevo grupo y se sugirió que debería de existir toda una familia de elementos aún no descubiertos de la cual el argón formaba parte: LOS GASES NOBLES. En mayo de 1898 fue anunciado el descubrimiento del criptón, en junio de 1898 se anunció el descubrimiento del neón y a fines del mismo año el descubrimiento del xenón que junto con el helio formarían dicha familia. Sebastián Bárcena Salvo la ausencia de unos cuantos elementos, la clasificación periódica había quedado lista en el siglo XIX. Lo que permanecía oscuro era la razón última de la periodicidad misma. Sebastián Bárcena En 1913, Moseley, intentaba hallar la medición exacta de las longitudes de onda de los rayos X y se servia de cristales, para producir una deflexión de los rayos dependiente de la longitud de onda. Probó con más de treinta metales como anticátodos, descubriendo que las ondas de rayos X variaban regularmente de posición al pasar de un elemento a otro, pero siempre siguiendo el orden que ocupaban en la tabla periódica. Este patrón de variación le permitió establecer que el número que marca la posición de un elemento, en una serie ordenada, es el mismo que da la carga eléctrica del núcleo, es decir, que la carga nuclear era igual al denominado por el propio Moseley número atómico. La veracidad de estas teorías significaba poder determinar la carga nuclear de cualquier elemento, al igual que el número de electrones de su átomo, con sólo mirar el lugar que ocupaba en la lista. La relación existente entre la frecuencia de los rayos X y su número atómico fue bautizada como Ley de Moseley. Sebastián Bárcena La tabla periódica pasaba entonces a ordenarse por número de protones de cada elemento. Este número recibió el nombre de número atómico y representa el lugar que ocupa un elemento en la tabla Sebastián Bárcena Moseley ordenó los elementos de la tabla periódica usando como criterio de clasificación el número atómico. Enunció la “ley periódica”: "Si los elementos se colocan según aumenta su número atómico, se observa una variación periódica de sus propiedades físicas y químicas". A partir de entonces la clasificación periódica de los elementos siguió ese criterio. Sebastián Bárcena Consecuencia inmediata de este cambio fue que las parejas de elementos que estaban invertidas según una ordenación del peso atómico, ahora estaban correctamente colocadas. Además el trabajo de Moseley estableció, sin duda, que entre el H y el He no había ningún elemento, pues había surgido la hipótesis de que existían dos elementos más entre ellos. También permitió asegurar que entre el Ba y el Ta había 16 elementos, los llamados lantánidos. Sebastián Bárcena Moseley nació Inglaterra el 23 de noviembre de 1887. En 1910 con 23 años fue a la Univesidad de Manchester para trabajar con Rutherford. En el año 1914 se retiró de Manchester para volver a Oxford con el objetivo de continuar en su carrera de investigación, pero la Primera Guerra Mundial cambió sus intenciones y fue enviado a Gallípoli (lugar donde se celebró la Batalla de Gallípoli) y fue asesinado por un francotirador el 10 de agosto de1915 con 27 años de edad, la causa fue un disparo en la cabeza cuando estaba telegrafiando una orden. Se ha especulado que a causa de la muerte de Moseley es la razón por la que el gobierno inglés durante la Segunda Guerra Mundial y en la actualidad prohíbe el alistamiento de científicos en el ejército en época de guerra. Sebastián Bárcena Moseley murió cuando tenía sólo veintisiete años, Moseley, en opinión de muchos científicos, pudo haber contribuido al conocimiento de más detalles de la estructura de la materia si hubiera vivido más tiempo. Dijo una vez Niels Bohr en el año 1962: “Puedes ver hoy en día que el trabajo de Rutherford sobre el núcleo atómico no hubiera sido tomado en serio. Tampoco lo hubiéramos entendido hoy en día si no hubiéramos tenido las investigaciones de Moseley.” Sebastián Bárcena En 1923 H. G. Deming escribió un texto de Química en el que figuraba la versión larga de la tabla de Mendeleiev y nombró a los grupos desde el escandio hasta el zinc como grupos “b". Mientras que los grupos desde el B hasta los gases nobles eran grupos “a". Esta tabla fue tomada como modelo por una multinacional de productos químicos y se popularizó. Sebastián Bárcena Por otro lado en Europa se utilizaba una tabla parecida, pero que consideraba como grupos "a" los contiguos al grupo del Berilio, a la parte izquierda de la tabla y comenzando los grupos "b" por el Cobre hasta los gases nobles. En 1970 la IUPAC (International Union of Pure and Applied Chemistry) adoptó la tabla europea como referencia. Sebastián Bárcena Sebastián Bárcena La tabla adoptada por la IUPAC como referencia, con los grupos A colocados todos juntos a la izquierda no se extendió entre los químicos americanos y seguían existiendo las dos tablas. Por esta razón la IUPAC, en 1983, resolvió el problema de una vez eliminando los grupos A y B y adoptando una única numeración del 1 al 18. La tabla quedó como la conocemos actualmente. Sebastián Bárcena Sebastián Bárcena LIBROS ESTRUCTURA ATOMICA Un enfoque Químico - Diana Cruz-Garritz, José A. Chamizo, Andoni Garritz WEB www.periodni.com www.old.iupac.org www.colegiolosrosales.com www.nicolasordonez0.tripod.com/id11.html www.xtec.cat/~bnavarr1/Tabla/castellano/meyer.htm www.educaplus.org www.meta-synthesis.com www.cea.quimicae.unam.mx www.librosmaravillosos.com/labusquedadeloselementos/index.html www.librosmaravillosos.com/brevehistoriaquimica/capitulo08.html www.xtec.cat/~bnavarr1/Tabla/castellano/garzon.htm