42 Sábado 24.01.15 EL CORREO MUNDO Familias enteras, durante la hora de la comida en un centro de atención social de Cáritas en la capital griega. :: MICHAEL KAPPELER/ EFE Contra el hambre en Atenas Hay un Podemos griego, pero es una ONG que reparte la comida que sobra en supermercados y restaurantes, mientras el mercado central se vacía cada día ELECCIONES EN GRECIA :: I. DOMÍNGUEZ ATENAS. El despacho de Cleansis Chironis está en un rincón del mercado central de Atenas, entre ganchos de carnicería y detrás de una hilera de pollos colgando. Allí estaba ayer pagando facturas con la calculadora, rodeado de papeles y tazas de café, y echando pestes. Su mesa es un termómetro preciso de la marcha de la economía de la ciudad, porque es el presidente de los carniceros de la capital y el princi- A sistí a una deliciosa comida con gente del mundo irreal que identifica bienestar con desazón de los que las están pasando canutas y rechaza el mal tiempo para ahuyentar tempestades. Los niños andaluces no pasan hambre y los padres están encantados de llevar a sus hijos al colegio para que coman gratis. Hay que conservar la calma y no crear elementos de alarma: las instituciones se esconden, los capitales huyen, pero no eres juicioso si llamas a rebato por aquellos que están jodidos. A pal vendedor del mercado, con ocho locales y 32 empleados. «¿Qué cómo va? Mira, lo tengo comprobado, el dinero de la pensión, de muchos sueldos, dura una semana. La primera semana del mes. Ahí vendemos algo. Luego empieza el largo camino hasta final de mes», explica. El hambre serpentea por las calles de Atenas y roe la vida diaria de muchos griegos, con un 32% que se halla bajo el umbral de pobreza. «No estamos en Somalia, pero hay mucha gente, que antes era clase media, que de repente ya no sabe lo que va a comer hoy, lo que va a poner en el plato a sus hijos mañana, vive en una constante inseguridad alimentaria», explica Alexander Theodoridis, de la ONG Boroume. Es una exitosa iniciativa que desde 2011 coordina el reparto de la comida que sobra en supermercados, hoteles y restaurantes. ‘Boroume’ significa ‘Podemos’. Este es el ‘Podemos’ griego, donde poder comer ya es el reto de base. Ellos distribuyen hasta 3.000 comidas al día. Como dice Theodoridis, «es absurdo pasar hambre cuando vives rodeado mí, honradamente, me escandaliza que Guindos parezca que representa a un país rico. En Grecia, como en toda Europa, antepusimos los mercados a la democracia, y han nacido partidos que quieren acabar con ella. Pertenecen al mismo mundo invisible y maravilloso de cuantos se sentaban a la mesa conmigo para afrontar un excelso rabo de toro. Los otros no existen pero representan la mayoría en las encuestas. De modo que, en el marco de reunión tan señalada, los peor mirados éramos aquellos empeñados en suicidarnos para cam- biar las cosas. Y así debe ser cuando en Grecia sólo asoma el despilfarro de los pobres, y con esos mimbres, y si la democracia es economía, la guerra está perdida de antemano. ¿Por qué preocuparse de que, en el ínterin, el dueño de una mansión importe arena de Asia y, al ponerse el sol, oligarcas dueños de yates, cantantes y estrellas de los medios se reúnan con Constantino de Grecia en el hotel Poseidón a comer foie con champán? Ni aquí ni allí la gente que vivimos bien hablamos del dolor de la crisis. La indigencia y la desesperación es- de comida, porque en las calles de Atenas la ves por todas partes, en tiendas, escaparates, mercados». Es muy cierto. Pero entrar en el mercado central de Atenas es recorrer en solitario pasillos vacíos, flanqueados por comerciantes de bata blanca que te animan a comprarles algo. Los puestos son exuberantes, pero el carnicero Chironis vive, y sus clientes viven, gracias al pollo, la carne más barata. Luego un poco de cerdo, después vacuno y poquísimo cordero, que los griegos ya no se pueden permitir. El pescado fresco también está caro. Sólo la fruta y la verdura son más baratas que en España. Ni las navidades fueron buenas. «Un desastre. Empecé con el pavo a seis euros el kilo y acabé vendiéndolo a un euro», resume. JOSÉ LUIS PEÑALVA DESCENSO A LOS INFIERNOS Este mercado también sirve para medir el sentir ciudadano hacia los políticos, porque siempre pasan por allí en la campaña a hacerse las fotos de rigor saludando al personal. En 2012, cuenta Chironis, la gente les tiraba de todo y les insultaba. Este mes no les hacían ni caso. «Ya no hay ira. Hay una calma fría. La gente tiene claro que el domingo quiere cambiar, aunque en realidad lo que espera es un milagro», apunta. Él calcula que sus beneficios han caído un 70% en los últimos cuatro años. A sus 65 años, no recuerda un momento peor y no ve la hora de jubilarse. Le sucederá su hija, que se licenció en económicas. La otra vive en Londres. El paro en Grecia es del 27%, entre jóvenes es del 56%, y muchos se van del país. Extraño optimismo El mercado, no obstante, sigue siendo el lugar colorido y bullicioso que uno espera. Transmite alegría, los tenderos exhiben ese optimismo tán a años luz, y así deseamos que siga. Por eso, según las autoridades comunitarias, sigue la fiesta, aunque los griegos ricos tengan y paguen sus impuestos fuera del país. Miles de atenienses, antes pequeños burgueses, hacen cola en las cocinas de caridad, pero la imagen de una Grecia aplastada por la austeridad se resume en que puede convertirse en el caos financiero de Europa. Eleni Katsouli, que ha servido cientos de miles de comidas en comedores de caridad cuenta cómo las donaciones han bajado y sólo pueden ofrecer ga-