MODELO INTEGRA TIVO - Unidad de Adicciones

Anuncio
Modelo Integrativo
MODELO INTEGRATIVO
de Evaluación
14
para Trastornos Adictivos
en un Sistema
Terapéutico Comunitario
“Hay días que significan una época”.
Stella Díaz Varín
Dr. Humberto Guajardo S. (Chile)
Profesor Titular de Psiquiatría de Facultad de Ciencias
Médicas U. de Santiago de Chile.
Director Programa de Formación de Técnicos en Prevención y Rehabilitación de Personas con Dependencia.
Subdirector Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa.
Ps. Verónica Bagladi L. (Chile)
Coordinadora Docente Instituto Chileno de Psicoterapia
Integrativa.
Profesora Escuela de Psicología Universidad Católica de
Chile.
Sra. Diana Kushner L.
Antropóloga Social. Directora Programa Ambulatorio
Comunidad Terapéutica CREA Chile.
Coordinadora Académica Programa de Formación de
Técnicos en Prevención y Rehabilitación de Personas
con Dependencia a Drogas USACH.
las personas que ingresan a tratamiento. En este
trabajo se analizan las características de este proceso desde la perspectiva del Modelo Integrativo Supraparadigmático, planteado por Roberto Opazo;
así como la aplicación de una Ficha de Evaluación
Clínica Integral (FECI), que permite conocer las alteraciones de las personas que ingresan al tratamiento desde los distintos subsistemas del Modelo y las
modificaciones que se van produciendo durante el
tratamiento. La extroversión e inmadurez neurológica serían factores predisponentes biológicos no modificables en un tratamiento, en cambio habría alteraciones adquiridas en el proceso adictivo en todos
los subsistemas del Modelo que son modificables en
un plazo no inferior a 9 meses de tratamiento. A
partir de lo observado se hace un planteamiento
etiológico de los trastornos adictivos basado en el
Modelo Integrativo Supraparadigmático.
Palabras claves: Adicciones, Droga, Modelo Integrativo Supraparadigmático, Psicoterapia Integrativa.
Resumen
Los trastornos adictivos se han incrementado en forma importante en la mayoría de los
países en los últimos años, constituyéndose en
un grave problema de Salud Pública para los gobiernos. Una de las posibles soluciones en la rehabilitación de personas con trastornos adictivos
son las Comunidades Terapéuticas. En este proceso, ex adictos colaboran en la rehabilitación de
INTRODUCCIÓN
En el campo de la psicología clínica y la
psicoterapia, el último siglo significó una alta dosis
de productividad en la génesis de variados enfoques y escuelas (Opazo, 1997); llegándose a estimar en más de 500 las escuelas existentes dentro
del campo de la psicoterapia (Karasu, 1986).
En este prolífero escenario, no obstante,
han reinado más los desacuerdos y controversias
que los acuerdos. Los clínicos hemos sido testigos
de las fallas de estos enfoques o escuelas para dar
las respuestas globalizantes y acabadas que prometían en sus inicios (Prochascka & Di Clemente,
1992). Es en este contexto, donde crecientemente ha venido cobrando fuerza la búsqueda de
una aproximación más Integrativa para alcanzar
mejores respuestas y resultados en el campo psicoterapéutico.
Un ejemplo de este esfuerzo y búsqueda de integración ha sido el trabajo del psicólogo Roberto Opazo, quien ha propuesto un
Modelo Integrativo Supraparadigmático publicado
en el Journal de la SEPI
y que ha sido desarrollado por el Instituto
Chileno de Psicoterapia Integrativa
ICPSI.
(Opazo,
1992; 1997)
Este modelo se basa en la
investigación científica para rescatar los
seis paradigmas que
han demostrado ser
más relevantes y validados hasta la fecha, a saber: biológico, ambientalconductual, cognitivo, afectivo,
inconsciente y sistémico (Maturana
1990, Skinner 1953, Ellis 1977, Greenberg & Safran 1984, Freud 1948 and Bateson
1972); todos los cuales se organizan en torno al sistema SELF, que sería el punto integrador del sistema psicológico.
A partir del Modelo Integrativo Supraparadigmático se ha desarrollado una forma particular
de Psicoterapia Integrativa y también una Ficha de
Evaluación Clínica Integral: FECI. Esta es una ficha
de autorreporte que permite evaluar en cada sujeto
los diferentes subsistemas ya mencionados. Esta ficha ha estado siendo aplicada a diferentes tipos de
pacientes con el objeto de obtener perfiles de las
distintas patologías (Rojas y Alliende, 1992).
En los últimos años ha existido en el mundo y específicamente en nuestro país, una creciente
preocupación por el incremento del abuso y consumo de drogas ilícitas. Este fenómeno ha resultado
común en muchos países Latinoamericanos y también en USA y Europa (Arias, 2000).
Cifras oficiales de organismos de salud en
Chile, indican que en los últimos años se ha llegado
a niveles de consumo de un 20 a 30% entre los jóvenes de los últimos años de enseñanza media (CONACE,2000).
Si bien se han realizado importantes inversiones en áreas de prevención y de rehabilitación, persisten aún muchas dudas
e interrogantes sobre la prevención más eficiente y sobre los
tratamientos que obtienen
mejores resultados. No
obstante, existen ciertos
acuerdos en el área;
primeramente en el
nivel de la prevención se ha ido logrando un cierto
consenso sobre la
necesidad de identificar factores de
riesgo en niños y
jóvenes a objeto de
centrar en ellos las
acciones de prevención
(Weinberg,
1999). Por otra parte,
en el ámbito de la rehabilitación, es claro que ninguna orientación terapéutica ha
logrado éxitos definitivos en el tratamiento de la drogadicción, y cada
vez hay más consenso de la necesidad de abordar el trastorno desde una perspectiva amplia e integradora (Mussachio & Ortiz, 1996).
Desde hace muchos años, uno de los enfoques terapéuticos más completos y prometedores en cuanto a rehabilitación, es el que realizan
15
❂ Conocer más profundamente las características psicológicas de los
sujetos adictos.
❂ Reconocer los factores de riesgo para desarrollar la adicción.
❂ Evaluar si el tratamiento desarrollado en
las Comunidades Terapéuticas producía cambios en diferentes áreas
de la personalidad.
❂ Ver si el Modelo Integrativo Supraparadigmático podía hacer
aportes que permitieran
enriquecer técnicamente el tratamiento que se
estaba realizando.
las Comunidades Terapéuticas. Uno de los aspectos operacionales más interesantes de estas
instituciones, es el hecho que ex adictos ayudan a rehabilitar a personas adictas internadas
en ellas. El postulado básico de las Comunidades Terapéuticas es que se requiere un proceso
de reeducación prolongado, destinado a generar cambios importantes en la personalidad del
adicto. Sólo este profundo cambio podrá asegurar el éxito (Kooyman, 1993, De Leon,
1995).
En nuestro país las Comunidades Terapéuticas han sido acreditadas oficialmente por
el Ministerio de Salud y se ha propuesto su desarrollo como una forma de enfrentar el problema de las drogas.
El Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa ha desarrollado convenios de investigación y docencia con la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad de Santiago de Chile
y con la institución CREA CHILE, que cuenta
con cinco Comunidades Terapéuticas para la
rehabilitación de hombres con trastornos adictivos.
Las tres instituciones decidieron realizar
un trabajo conjunto, destinado a:
16
MATERIAL Y METODOS:
Muestra e Instrumentos
Se utilizó la Ficha de Evaluación Clínica
Integral (FECI), que permite analizar los diferentes subsistemas de la persona (ambientalconductual, biológico, cognitivo, afectivo, inconsciente y sistémico). Esta tiene aproximadamente una extensión de 50 páginas (ficha
completa en revista Eradicciones Internet). El
FECI es un instrumento que además de los datos generales de identificación, anamnesis, historia de consultas previas, expectativas y motivación ante el tratamiento, tiene 19 escalas de
autorreporte. Algunas de estas escalas son de
uso internacional como el Cuestionario de Eysenk, el Test Toronto para Alexitimia y otras generadas por el ICPSI y estandarizadas con una
amplia muestra de más de 3000 sujetos.
Todas las escalas entregan resultados
derivables a valores Alto, Medio, Bajo, siendo
el valor medio el que se considera como esperado para la población promedio. Con el objeto de verificar estos valores, se tomó un grupo
control de 90 personas de sexo masculino, no
consumidores, de edades similares a la muestra, encontrándose valores medio en todas las
escalas. La ficha se administró en los 3 hogares
masculinos que la institución tenía en funcionamiento al momento del estudio. Este proceso abarcó los meses Septiembre y Octubre del 2000.
Se seleccionó al azar 30 de los 90 residentes que en ese momento tenía la institución CREA
CHILE; los que se distribuyeron en tres grupos:
Ingreso: Sujetos que tienen de 0 a 45 días dentro
de la institución. Este es un período de adaptación y
motivación para un compromiso de cambio (período que podría equivaler a una consolidación de la
relación paciente-terapeuta).
Grupo avanzado: Sujetos con 5 a 7 meses de tratamiento en la Comunidad.
Grupo de Educadores: Sujetos que tienen sobre 9
meses de tratamiento y que colaboraban en la rehabilitación de los grupos anteriores.
RESULTADOS
En la tabla N° 1, se observan las características de la muestra que estuvo conformada por personas de sexo masculino, con promedios de edad
que no superaron los 30 años en ninguno de los
grupos.
breve, dando paso a un estado de gran angustia posterior. Las drogas mencionadas son las de
mayor consumo en nuestro país.
En la tabla N° 3, se observa que la mayorÌa de los sujetos en tratamiento tienen un cuadro
de Poliadicción.
Tabla Nº 3
Tipo de Adicción
Poliadicción a más
de 3 drogas
1 a 2 drogas
Grupo
de Ingreso
Sexo
Masculino 0 a 45 días
N=10
Edad
Promedio
23
Grupo
Avanzado
Educadores
5 a 7 meses Sobre 9 meses
N=10
N=10
24
30
Total
30
27
Las drogas por las que ingresaron a tratamiento se muestran en la tabla N° 2, siendo la más
frecuente la Pasta Base de Cocaína. Esta droga se
caracteriza por ser de efecto euforizante muy
Tabla Nº 2
Tipo de Droga por la que ingresa a tratamiento
N=
%
Pasta Base
10
33%
Cocaína
9
30%
Marihuana
7
23%
Anfetaminas
4
14%
%
77%
7
23%
En la tabla N° 4, se observa el número de
años de consumo. Se aprecia que más de un 90%
lleva más de tres años de consumo, por lo que
podríamos suponer que se trata de adicciones severas.
Tabla N° 4
Tiempo en consumo de los sujetos de la muestra
N° de años
Tabla Nº 1
Estructura de la muestra
Personas bajo tratamiento residencial CREA CHILE
N=
23
0-2
3-5
6-9
10-12
13-15
16-20
21
Total muestra
N° de personas
Porcentaje
2
8
8
3
2
4
3
30
7%
26%
26%
10%
7%
14%
10%
100%
En la tabla N° 5, se observa que en la mayoría de las personas predominó la “propia decisión” como causa principal de ingreso a tratamiento.
Tabla N° 5
Decisión de consulta para ingreso a tratamiento
Propia decisión Presión familiar Consejos de otros,
Profesionales
61%
29%
10%
En la tabla N° 6 se registra el antecedente
de tratamientos previos con especialistas del área
17
de la Salud Mental (psiquiatras o psicólogos), quedando claro en los resultados que más de un 81%
habían tenido tratamientos previos que no dieron
los resultados esperados.
Tabla Nº 6
Antecedente de tratamiento previo
Psiquiatra/Psicólogo
81%
Sin tratamiento previo
19%
Los resultados de las escalas relacionadas
con el Paradigma Biológico muestran que al inicio
del tratamiento todas las escalas se ubican en los
rangos altos, permaneciendo sin modificación durante las siguientes etapas del tratamiento las escalas de inmadurez y extroversión. Sí se observa modificación en las escalas de neuroticismo, psicoticismo, ansiedad y depresión. Es importante señalar
que la escala de psicoticismo sólo se modifica en los
sujetos que están finalizando el tratamiento.
Inmadurez neurológica corresponde a indicadores
de organicidad en el FECI. Neuroticismo, extroversión y psicoticismo corresponden a las escalas del
EPQ de Eysenk. Ansiedad y depresión corresponden a escalas sintomáticas del FECI.
Tabla N° 7
Paradigma Biológico
Grupo de Ingreso Grupo Avanzado Educador
Inmadurez
Neuroticismo
Extroversión
Psicoticismo
Depresión
Ansiedad
26
Alto
17
Alto
15
Alto
9
Alto
11
Alto
10
Alta
21
Alto
15
Medio
14
Alto
6
Alto
8
Media
6
Media
17
Alto
11
Medio
15
Alto
4
Medio
4
Bajo
3
Baja
En la tabla N° 8 se incluyen algunos antecedentes de la historia de los sujetos de la muestra.
Predominan con alta frecuencia antecedentes de
dificultades en el parto, problemas conductuales en
el colegio y antecedentes de trastornos en el desarrollo infantil.
18
Tabla N° 8
Antecedentes de la muestra
Parto Patológico
(Cesárea, prematuro, fórceps)
Problemas de conducta
en el colegio
Antecedente de trastorno
del desarrollo
(Déficit de atención, dislexia,
sonambulismo, terror nocturno)
SI
NO
63%
26%
80%
20%
70%
30%
La tabla N° 9 permite observar que la mayoría de los sujetos de la muestra, estuvieron en
más de tres colegios durante su vida escolar.
Tabla N° 9
Colegios en que estudió
1 colegio
4%
2 colegios
30%
3 o más colegios
66%
La encuesta retrospectiva para síntomas de
Síndrome de déficit de atención (tabla N°10), indica
que sobre un 70% de los sujetos de la muestra tuvieron antecedentes compatibles con un Síndrome
de déficit de atención durante la infancia.
Tabla N° 10
Criterios DSM IV para Déficit Atencional
Tipo combinado
Predominio Déficit
de Atención
Predominio Hiperactividad
+ Impulsividad
Total Déficit Atención
No cumplen criterios
N
12
%
40%
5
6
16%
20%
23
7
76%
24%
En la tabla N° 11 se muestra los resultados
de las escalas relacionadas con el Paradigma Conductual-Ambiental. Los resultados indican que los
sujetos ingresan con un bajo repertorio conductual,
reportan una pobre satisfacción de necesidades por
el ambiente y una percepción de baja capacidad de
autoeficacia. La satisfacción de necesidades aumenta al máximo en las primeras etapas del tratamiento
y el repertorio conductual y la asertividad llegan al
máximo después de 9 meses de tratamiento.
Tabla N° 11
Escalas relacionadas con el Subsistema Conductual-Ambiental
Grupo de
Ingreso
Satisfacción
29
Necesidades
Bajo
Conducta
44
Social
Bajo
Autoeficacia
17
Baja
Grupo
Avanzado
37
Alto
51
Medio
20
Medio
Educadores
37
Alto
54
Alto
21
Alta
En la tabla N°12 se muestra los resultados
relacionados con el Subsistema Cognitivo, donde
los cambios más importantes se logran en la escala de Irracionalidad Cognitiva, después de 9 meses de tratamiento.
Tabla N° 12
Resultados de escalas relacionadas con
el subsistema cognitivo
Grupo de
Ingreso
Irracionalidad
45
Cognitiva
Alta
Perfeccionismo
51
Medio
Autoimagen
28
Baja
Grupo
Avanzado
42
Medio
49
Bajo
28
Baja
Educadores
36
Baja
41
Bajo
37
Media
En las tablas N°13 y 14 se encuentran los
resultados de las escalas relacionadas con el Subsistema Afectivo. En la tabla N°13 se puede ver que
Tabla N° 13
Escalas relacionadas con el Subsistema Afectivo
Grupo de
Ingreso
Alexitimia
42
Alta
Intolerancia a la
14
Frustración
Medio
Autoestima
34
Medio
Perturbación
52
Emocional
Medio
(Gambrill-Ritchie)
Grupo
Educador
Avanzado
38
35
Media
Media
13
8
Medio
Bajo
38
40
Media
Alta
50
42
Medio
Medio
los sujetos ingresan con alta alexitimia, la que mejora durante el proceso. Además se aprecian cambios
positivos en el grado de tolerancia a la frustración y
en autoestima. No hay cambios significativos en la
escala de perturbación emocional. Los resultados de
la Tabla N° 14 indican que la mayoría de los sujetos
reconocen una baja capacidad de empatía al ingreso al tratamiento, la que se modifica durante el proceso terapéutico. El 100% de los sujetos al final del
tratamiento ha logrado desarrollar avances en su capacidad empática.
Tabla N° 14
Capacidad de EmpatÌa de los sujetos de la muestra
Empatía Grupo de Ingreso Grupo avanzado Educadores
Mucha
0%
30%
60%
Relativa
40%
70%
40%
Poca
60%
0%
0%
En las tablas 15 a 19 se pueden observar
los datos relacionados con las características de las
relaciones familiares. En la tabla N° 15 se aprecia
que la relación con las madres, obtiene en promedio una evaluación superior en todos los
ítems, a la obtenida por los padres.
Tabla N° 15
Características de la relación con los padres en
los sujetos de la muestra
Relación con los padres (1: Mala; 5: Buena)
Padre
Madre
Cercana
Afectuosa
Buena comunicación
Estable
Poco conflictiva
2,9
3,1
2,8
2,7
2,9
4,6
4,7
4,6
4,5
4,1
El porcentaje de separaciones de los padres se ubica en un 40% de la muestra.
Tabla N° 16
Porcentaje de separación de los padres
Separación
Si
No
N=
12
18
%
40%
60%
19
Sólo un 23% de los sujetos manifiestan
que en su proceso educativo predominaron los
castigos.
Tabla N° 17
Relación premios y castigos en la educación
Predominaron los Premios
Equivalencia premios
y Castigos
Predominaron los Castigos
N
13
10
%
43%
33%
7
23%
En relación a la política educativa de los
padres, la mayoría fue calificada como una política inconsistente en la formación de sus hijos.
Tabla N° 18
Política educativa de los padres
Política
Consistente
No consistente
N°
7
23
%
23%
77%
Sólo un 3% de los sujetos calificó como
“mala” su vida familiar, previa al ingreso al tratamiento.
Tabla N° 19
Calificación de las características de la vida familiar
Vida familiar
Buena
Regular
Mala
N
12
17
1
COMENTARIOS
La edad promedio de la
muestra fue de 27 años. Esta cifra concuerda con
los estudios oficiales
realizados en
Chile
que
muestran
que la mayor frecuencia
de consumo
20
%
40%
57%
3%
de sustancias ilegales se da en edades bajo los
40 años (CONACE, 1994, 1996, 1998, 2000).
Además, como la muestra se obtuvo en hogares
masculinos, se puede relacionar esta baja edad
con el hecho que los desórdenes adictivos se
manifiestan primero en varones, probablemente
por factores culturales; sin embargo, hoy en día
empieza a verse un fuerte incremento de la frecuencia de adicciones tempranas en el sexo femenino.
La mayoría de los sujetos (90%) tienen
más de 3 años de consumo y un 77% fueron
poliadictos. Esto puede indicar que con el tiempo las personas van agravando sus niveles de
consumo y del probar una droga, a veces por
curiosidad, pueden terminan con una poliadicción.
Se observa en la decisión de consulta
para iniciar tratamiento, la propia motivación del
individuo en un 61% de los casos, junto a la
presión familiar en un 29%. Hay poca influencia
de los profesionales, a pesar que más del 80%
de los sujetos había tenido tratamientos previos
sin un éxito claro.
El análisis de los resultados obtenidos en
las escalas del Subsistema Biológico indica que
todos los puntajes se ubican en los niveles altos
en el momento del ingreso al tratamiento. Sin
embargo, es muy importante destacar que hay
dos variables (inmadurez y extroversión) que se
mantienen altas durante todo el proceso, lo que
implica que son variables constitucionales no
modificables durante la terapia; constituyendo
características de la personalidad con fuerte carga genética. Es importante precisar que durante
el tratamiento se corrigen los valores de neuroticismo, depresión, ansiedad y psicoticismo, lo
que podría dar pie a la hipótesis de que estas
características son derivadas del proceso de consumo de sustancias. No obstante, es
fundamental señalar
que los mayores
cambios se observan en el
grupo
de
educadores, después de 9
meses de
tratamiento. Esto es claro, por ejemplo, en el
caso de la variable psicoticismo que sólo se corrige en el grupo de educadores. Los resultados obtenidos en el Paradigma Biológico nos
permitirían afirmar que en este subsistema, los
tratamientos de extensiones inferiores a 9 meses no consolidarían los cambios de personalidad necesarios para el proceso de rehabilitación.
Un aspecto de gran relevancia, al ver
los resultados obtenidos en el Subsistema Biológico, es que las variables biológicas de inmadurez y extroversión pueden estar relacionadas
con el Síndrome de déficit de atención en la intos datos concuerdan con los resultados de la
tabla N° 9, donde se observa que más de un
60% de la muestra había estado en más de 3
colegios en su edad infantil. Por último, como
se observa en la tabla N° 10, estos antecedentes son concordantes con el hecho de que al
pasar una encuesta retrospectiva sobre Síndrome de déficit de atención, un 76% de la muestra entrega valores positivos para este trastorno.
Estos resultados coinciden con investigaciones
que señalan la relación entre Síndrome de déficit de atención y Adicciones (Guajardo, 2000).
De esta forma, los resultados obtenidos
apuntan a que existe un grupo de sujetos de
riesgo, los que siendo detectados precozmente
en el período escolar, pueden ser objeto de actividades preventivas respecto del consumo de
drogas.
fancia. En este sentido se ha señalado (Guajardo, 2000) que pequeñas dificultades en el proceso de embarazo y parto (sufrimiento fetal, parto prematuro, cesárea, aplicación de fórceps,
etc.) se registran como antecedente de la historia de individuos que presentan un Síndrome de
déficit de atención. Un 63% de la muestra presenta este antecedente, lo que resulta muy alto
si se considera que en la población normal, no
debiera registrarse en más de un 20% de las
personas. Confirmando nuestra impresión está
el hecho que un 80% de la muestra reporta el
antecedente de problemas de conducta en el
colegio y un 70% de haber tenido un trastorno
del desarrollo del tipo Síndrome de déficit de
atención, Dislexia o Alteraciones del sueño. Es-
En el Subsistema Ambiental Conductual
(tabla N° 11), se observa que el grupo de ingreso tiene una baja satisfacción de necesidades, lo
21
que resulta concordante con el hecho de que los
adictos están alejados de su grupo familiar y en
muchos casos marginados de amigos reales que
los acojan afectivamente (Monti, 1999). El ingreso
a una Comunidad Terapéutica les aporta un ambiente cálido, con fuertes componentes afectivos y
donde reciben cuidado físico y psíquico. La puntuación baja en repertorio de Conducta
Social en el subgrupo de ingreso, apunta a que en los
adictos probablemente
no se logró un adecuado desarrollo de conductas de interacción, las cuales se
deterioraron aún
más durante el
período
de
consumo. La
carencia de
conductas
asertivas, les
impide por
ejemplo, resistirse adecuadamente
al asedio de
sus pares consumidores,
buscar alternativas de grupo de
amigos o frecuentar ambientes diferentes. Este bajo nivel de repertorio conductual, concuerda con
los resultados obtenidos en
autoeficacia que resultan bajos
en el momento del ingreso, modificándose positivamente en el transcurso del tratamiento. Nuevamente se observa, al igual que en
el subsistema biológico que los cambios tienden a
consolidarse hacia los 9 meses de tratamiento.
El Subsistema Cognitivo (tabla N° 12),
muestra que la escala que mide irracionalidad
cognitiva puntúa alto en los sujetos del grupo de
ingreso. Estos resultados son concordantes con lo
señalado por autores cognitivistas, que plantean
que en los adictos se desarrolla un estilo de pensamiento con serias alteraciones cognitivas (Beck,
1993, Kamner & Burleson, 1999). Hay muchas
ideas irracionales y pensamientos automáticos que
tienden a justificar los niveles de consumo. Duran-
22
te el proceso de tratamiento se va modificando la
puntuación, lográndose valores bajos de irracionalidad cognitiva después de 9 meses de tratamiento. La escala de Perfeccionismo no está particularmente alterada y tiende a tener algunos cambios hacia puntajes más bajos, lo cual no resulta
extraño, considerando que en el tratamiento se
busca que el adicto tienda a bajar sus niveles de
autoexigencia, a objeto de no incrementar subjetivamente sus niveles de ansiedad. Desde el
punto de vista Cognitivo, se observa una
mejoría en la valoración de la imagen
personal, la que está deteriorada en el
momento del ingreso (autoimagen
baja).
En el Subsistema Afectivo (tablas
N° 13 y 14), destaca que al momento del ingreso
los adictos
reportan altos niveles de alexitimia y muy baja capacidad de empatía. Estos resultados pueden
estar relacionados con el desarrollo de mecanismos
de defensa frente a las críticas del medio y a un
aumento de los niveles de umbral sensorial producidos por la droga; lo que insensibilizaría a las claves afectivas generadas por otras personas. La alta
alexitimia del ingreso, llega a valores normales, y
la empatía logra, hacia el final del tratamiento, ser
alta en el 60% de los sujetos. En los grupos avanzados se observa que mejora la tolerancia a la
frustración y la autoestima, como la capacidad de
quererse a sí mismo.
En la tabla N° 16 se registra la frecuencia de padres separados en los sujetos de la muestra (40%), cifra que no es más alta que lo que se
encuentra en la población general de nuestro país
(Montenegro,1981). La impresión previa, normalmente, es que la mayoría de estos jóvenes tiene
familias de origen mal constituidas.
Cuando los sujetos de la muestra se refieren
a su proceso de educación familiar (tabla N° 17), se
aprecia que sólo un 23% indican que en su educación predominaron los castigos. Estos resultados no concuerdan con frecuentes informes que
asocian el maltrato físico, durante el período de la
infancia, en la base de los trastornos adictivos. Los
datos anteriores coinciden con los valores obtenidos en la tabla N° 19, donde se encuentra que
sólo un 3% de los sujetos describe su vida familiar
como “Mala”.
Sin embargo, pareciera ser mucho más determinante el resultado de la tabla N° 18, donde se
aprecia que la inconsistencia en las políticas educativas de los padres (77% de los casos), tendrían
mucha más importancia como factor de desarrollo
del proceso adictivo.
Un análisis global de los resultados, nos
permitiría afirmar que en los sujetos adictos de
sexo masculino, que ingresan a tratamiento
a una Comunidad Terapéutica, habría alteraciones en todos los subsistemas de acuerdo al Modelo Integrativo (Opazo, 1997, 1999, 2000).
Estos antecedentes apuntarían paralelamente, a un pobre desarrollo de
las funciones del SELF.
Además, se puede afirmar
que el proceso terapéutico realizado en una Comunidad Terapéutica,
modifica la mayoría de las escalas
después de 9 meses del proceso de
rehabilitación; salvo aquellas escalas
de extroversión e inmadurez, que
implicarían rasgos más estructurales
con cierta determinación genética y
que no se modificarían durante el
proceso de rehabilitación.
MODELO INTEGRATIVO
En las tablas N° 15 y 19 se muestran los resultados relacionados con el
grupo familiar. En la tabla N° 15, se
observa que la relación con las madres tiende a ser mejor evaluada
que la relación con los padres.
La mayoría de los ítems, las
muestran como cercanas,
afectuosas y poco conflictivas.
Es necesario comentar que
esta mejor evaluación puede
no tener necesariamente
una connotación positiva,
ya que se ha descrito en la
adicción la existencia del
“co-adicto” (Batlle 1992;
Teichman & Basha 1996),
persona que tiende a favorecer inconscientemente los niveles de consumo del adicto, al
sobreprotegerlo y evitarle las consecuencias negativas de sus conductas de consumo.
Estos rasgos requieren en el
período de post-tratamiento, de un especial y permanente cuidado de parte del adicto, por cuanto
son factores de riesgo futuro (funciones de autocontrol del SELF). Por otra parte, el cambio producido en la mayoría de los subsistemas implicaría
factores de protección. El tratamiento recibido,
aporta al desarrollo de las funciones de identidad
personal, significación y organización personal del
23
SELF; con lo cual la función de autocontrol del
SELF, puede ser parcialmente optimizada durante el proceso terapéutico.
A partir de los planteamientos y resultados anteriores, se puede señalar que en los
trastornos adictivos están comprometidos los
seis paradigmas o subsistemas del Modelo Integraivo Supraparadigmático y que a partir de él,
se puede hipotetizar un planteamiento integrativo para la etiología y psicopatología de los
trastornos adictivos (figura 1).
Explicación figura 1:
El ambiente (E), impacta sobre la personalidad (P). En el ambiente encontramos muchos factores, tales como: disponibilidad de drogas, influencia del grupo de pares, presión de
los medios de comunicación, etc..., todos los
cuales al interactuar con la personalidad del
adicto afectan los diferentes subsistemas de la
personalidad.
Los estímulos acceden a un subsistema
biológico, que puede presentar una serie de
problemas que facilitan el proceso adictivo, como por ejemplo, la inmadurez o disfuncionalidad neurológica que se expresa por características conductuales de hiperactividad, dificultad en
el control de impulsos, fallas en la capacidad de
atención y concentración, las que generan serios
déficit conductuales. En el subsistema biológico,
24
el neuroticismo alto y la extroversión facilitan
problemas de estrés que pueden derivar en la
búsqueda de drogas que generen relajación. La
extroversión puede derivar en la facilitación del
contacto con amistades negativas y en una intensa vida social, que posibilite el consumo de
drogas.
El subsistema cognitivo procesa los estímulos del ambiente, generando una serie de distorsiones del pensamiento que son características del proceso adictivo, tales como: ideas irracionales, negación, minimización y justificación.
El sistema cognitivo puede ser influído por disfuncionalidad en el sistema familiar, inmadurez
neurológica y desde el subsistema afectivo, por
emociones y sentimientos conflictivos.
El subsistema afectivo recibe el impacto
de los estímulos externos e internos, apareciendo alteraciones en el umbral emocional, que
pueden ser previas al consumo y a la vez agravadas por éste. Un umbral alto a las emociones
puede estar a la base de la búsqueda de drogas
estimulantes.
A nivel del subsistema inconsciente los
estímulos pueden activar muchas emociones y
Finalmente los estímulos procesados
se convierten en estímulos efectivos que generan conductas (C) inmediatas de tipo antisocial, limítrofes, consumo de drogas y en general, la conducta que caracteriza el proceso
adictivo. Las consecuencias mediatas son adicción, pérdida de trabajo o de los estudios y
conflictos con su grupo familiar. Las conductas emitidas son nuevamente reprocesadas
por la personalidad, pero son invalidadas por
los componentes defensivos, como: “me atacan”, “nadie me entiende”, los que terminan
generando nuevas conductas que incrementan el consumo.
CONCLUSIONES
MODELO INTEGRATIVO
cogniciones previas reprimidas o disociadas por
mecanismos defensivos del individuo.
El sistema
familiar generalmente presenta
serios trastornos,
desde mecanismos de sobreprotección, codependencia, inconsistencia en
los sistemas de
crianza y fallas
en los procesos
de comunicación.
Todos estos
subsistemas confluyen en el Self, el cual
es el centro de la personalidad, presentando cuatro funciones fundamentales
que están alteradas en el adicto. La función de identidad, se manifiesta por la presencia de una mala autoimagen y una deficiente percepción de sí
mismo. La función de organización tiene un
importante déficit por la desestructuración adquirida en el desarrollo vital. La función de
significación está muy dañada por cuanto estamos frente a una persona que ha vivido
constantes críticas y rechazos, que lo lleva a
interpretar los estímulos en forma agresiva y
descalificadora. Por último, la función de control de impulsos, no ha logrado un adecuado
desarrollo por estar interferida desde las disposiciones biológicas de la personalidad.
El planteamiento de un Modelo Integrativo tiene implicancias importantes para entender elementos
de prevención y de intervención
en los trastornos adictivos. La aplicación de una Ficha de Evaluación Clinica Integral, permite comprender que en la etiología de los
trastornos adictivos están implicados todos los subsistemas de la
personalidad, existiendo disposiciones biológicas, conductualesambientales, cognitivas, afectivas, inconscientes y familiares.
Paralelamente resulta claro en el
análisis de este estudio, que el Self de la persona con adicciones es poco desarrollado. Los
datos encontrados permiten concluir que a futuro, se pueden desarrollar estrategias preventivas a nivel escolar para la detección precoz
de niños de riesgo que presenten alteraciones
en el desarrollo de los diferentes subsistemas
de la personalidad, generando intervenciones
protectoras. Estamos trabajando para enriquecer
25
la Ficha de Evaluación Clínica Integral que en futuras versiones incorporará instrumentos de evaluación del Self y del subsistema inconsciente, así como herramientas para estudiar el desarrollo del
vínculo temprano en las personas que desarrollan
adicción, por cuanto este factor podría afectar el
desarrollo normal de todos los subsistemas.
Bibliografía
Arias J. A. (2000) Abuso de Alcohol y Drogas.
“Psiquiatría del Niño y del Adolescente”. H. Montenegro y H. Guajardo (Eds.) Editorial Mediterráneo. Chile 2da. Edición 406-425.
Bateson G. (1972). “Steps toward ecology of
mind”. New York. Ballantine Books.
Beattie M. (1992) “Codependent no more”. Hazelden Foundation. Ed. Sirio. Argentina.
Beck A.T., Wright F.D. Newman C.F.. Liese
B.S. (1993) “Cognitive Therapy of Substance Abuse”. The Guilford Press
CONACE (1999) “El Consumo de Drogas Ilícitas
en población escolar de Chile”. Consejo Nacional
para el Control de Estupefacientes. Ministerio del
Interior. Chile.
CONACE (1994, 1996, 1998) “Estudio Nacional
de Drogas en Chile”. Ministerio del Interior. Chile.
De León G. (1995) “Therapeutic Communities for
Addictions: a theoretical framework”. International
Journal of addiction. 30 (12) 1603-45.
Ellis A. (1977).”The basic clinical theory of Rational-Emotive Therapy”. In A. Ellis & R. Grieger (Eds)
Handbook of Rational-Emotive Therapy. New
York: Springer.
Freud S. (1948) Obras Completas. Vols I y II Madrid: Biblioteca Nueva.
Greenberg L. & Safran J. (1984) “Integrating affect and cognition: A perspective on the process
of therapeutic change”. Cognitive therapy and Research 6, 559-78.
Guajardo H. (2000) “Síndrome de Déficit de
Atención”. Montenegro H. y Guajardo H. (Eds)
Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Editorial
Mediterráneo (2da. Edición) Santiago, Chile.
Kammer Y., Burleson J.A. (1999) “Psychotherapies for adolescent substance abusers: 15 month
follow-up of a pilot study”. American Journal of
Addiction. Spring 8 (2) 114-9.
Karasu T.B. (1986) “The specificity versus nonspecificity dilemma: toward identifine therapeutic
change agents”. American Journal of Psychatry,
143, 687-695.
26
Kooyman M. (1993) “The Therapeutic Community for Addicts”. Swets & Zeithinger B.V., Amsterdam/Lisse.
Maturana H. (1990) “Biología de la Cognición y
Epistemología”. Ediciones Universidad de la Frontera, Chile.
Montenegro H. (1981) “¿Carencias o diferencias
socioculturales?” Pobreza crítica en la niñez. América Latina y El Caribe. (CEPAL-UNICEF).
Musacchio de Zan A. & Ortiz Fragola A.
(1996)”Drogadicción”. Editorial Piados. Argentina.
Opazo R. (1997). “In the Hurricane’s Eye: A Supraparadigmatic Integrative Model”. Jal of Psychoterapy Integration Vol 7, N° 1 17-54.
Prochaska J. & Diclemente C. (1992) “The
transteoretical approach” . In J. Norcross & M.
Goldfried (Eds). Handbook of Psychotherapy Integration. New York: Macmillan.
Rojas X., Alliende F. y cols (1992) “Perfil psicológico del paciente en psicoterapia”, en: Opazo
R., Editor Integración en Psicoterpia. Ediciones CECIDEP 187-204.
Skinner B.F. (1953) “Science and human behavior”. New York. Macmillan.
Teichman M., Basha U. (1996) “Codependency
and family cohesion and adaptability: changes
during treatment in a therapeutic community”.
Substance Use Misuse Apr, 31 (5) 599-615.
Weinberg N.Z. (1999) “Child Psychopathology
risk factors for drug abuse: Overview”. Journal Clinical Child Psychology Sep. 28 (3): 290-7.
Westmeyer J. (1999) “The role of cultural and
social factors in the cause of addictive disorders”.
Psychiatric Clinics of North America. Jun (22)
2:253-73.
Wolfe B. (1995) “Self Pathology and Psichotherapy Integration”. Journal of Psichotherapy Integration. 5:293-312.
Descargar