Inversión en el Sector Eléctrico : Entre mala señales y

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12 NEGOCIOS ANÁLISIS
INTERNACIONALES
Inversión en el SECTOR ELÉCTRICO:
entre malas señales y oportunidades
E
l sector eléctrico recibió un importante flujo de inversión a lo largo de la década de
los noventa como consecuencia del proceso de refomas destinado a fomentar la participación del capital privado en el sector a través
del proceso de privatizaciones y concesiones tras
el fracaso de la gestión de las empresas públicas.
Sin embargo, la entrada de capitales al sector empezó a decaer significativamente desde el año 2001
como consecuencia de una serie de factores predominantemente institucionales, que en el mediano plazo podrían originar un cuello de botella
en el funcionamiento del sector.
En principio, este importante flujo de inversión al sector eléctrico se produjo en un contexto
en que la inversión en el sector a nivel de países
emergentes se venía reduciendo considerablemente debido al inicio de las crisis internacionales. En el caso peruano, según cifras del MEM,
en el período 1994-2003 el Perú habría recibido
cerca de US$ 2,392 millones de inversión privada.
De este monto, US$ 1,207 millones se destinaron
a la actividad de generación, US$ 364 millones a la
transmisión y US$ 822 millones a la distribución
(Figura 1). Por otra parte, de acuerdo a información de ProInversión, de estos montos, cerca de
US$ 1,610 sería inversión extranjera en el sector.
Figura 1
Fuente: Ministerio de Energía y Minas (MEM) y Banco Mundial.
Evidentemente, este incremento de la inversión
en el sector tuvo resultados positivos, entre los
cuales se pueden mencionar el aumento de la capacidad instalada, la minimización del riesgo
hidrológico que afectó considerablemente la economía peruana a inicios de la década, la expansión de la cobertura del servicio público y una significativa mejoría en los indicadores de calidad.
Sin embargo, la inversión privada en el sector
ha venido decreciendo significativamente desde
el año 2000. Así, por ejemplo, en el sector de generación la última inversión importante se dio
en el año 2000: la C.H. Yanango y Chimay (192
MW). Después de esta, no se han dado mayores
inversiones privadas de envergadura: tanto la Central Hidroeléctrica de Yuncán, como el proyecto de
conversión a gas de las turbinas de Etevensa han
sido en realidad "forzados" por el Estado peruano,
incluyendo una "amenaza" de que Electroperú empezaría nuevamente a invertir en el sector.
La falta de inversión en el sector tiene una consecuencia potencialmente peligrosa para la economía peruana: un incremento considerable de los
costos de energía del sistema en el mediano plazo,
incluso en los escenarios favorables de hidrología y
peor aun el riesgo de desabastecimiento ante la
falta de inversión en generación. Por lo anterior,
resulta indispensable que se dé una señal eficiente y estable para asegurar inversiones nuevas en el
sistema. Al respecto, los factores que estarían limitando las inversiones en el sector son de tres
tipos y se detallan a continuación.
FACTORES QUE LIMITAN LA INVERSIÓN EN
EL SECTOR ELÉCTRICO
1. Riesgo regulatorio: debilidad institucional de
Osinerg
Las controversias por la fijación de las tarifas
reguladas se han incrementado considerablemente en los últimos años en la medida en que las
tarifas se han mantenido a la baja debido a la
falta de criterios técnicos para la fijación de las
mismas. El precio regulado (tarifa en barra) de la
energía no está reflejando a cabalidad la situación de sequía que vive el país, ni la falta de
expansión de la oferta de potencia ante la ausencia de inversión; como sí se estaría reflejando en el precio del mercado libre. OSINERG ignoró esta señal de mercado (la fuerte divergencia entre ambos precios) y mantuvo su política
de presión a la baja de las tarifas. Así no existe
una percepción, entre las empresas privadas, de
que las tarifas responden efectivamente a la verdadera situación del sector, y por ende existe el
riesgo de que el retorno esperado de futuras inversiones se vea afectado negativamente por
estas distorsiones.
2. Indefinición del Estado en el sector: ¿competidor o regulador?
El Estado peruano mantiene una considerable
participación en el sector, la misma que en el
caso de la producción del Sistema Interconectado
Nacional (SINAC) alcanza casi el 50% (Figura 2).
Así, siendo el Estado un importante participante
en el mercado al mismo tiempo que regulador, y
bajo un esquema regulatorio poco confiable, existe el riesgo permanente de distorsiones como las
de la fijación de tarifas, que no permiten el funcionamiento en igualdad de condiciones entre las
empresas del sector.
Figura 2
IPE
Instituto Peruano de Economía
Fuente: COES - SINAC.
Figura 3
Fuente: Survey of International Investors in the Power Sector 2002,
The World Bank Group.
tión cuando esta ya había sido pasada por anteriores administraciones.
Tal como se infiere de los resultados de una encuesta llevada a cabo por el Banco Mundial a empresas del sector eléctrico en países en desarrollo, el
Perú aparece en quinto lugar junto con China, en el
ranking de países que aún cuentan con posibilidades de inversión (Figura 3). Esto implica que las
mismas empresas han identificado estas oportunidades, considerando las perspectivas de crecimiento de la demanda del mercado peruano.
Es imperativo darle confianza a los inversionistas actuales y potenciales pues considerando
el ritmo actual de crecimiento de la demanda, se
prevé que aumentará el riesgo de falla y la calidad de servicio irá disminuyendo en el mediano
plazo. Para incrementar los niveles de inversión
en capacidad de generación eficiente es indispensable una mayor participación del sector privado en el mercado y no un Estado productor y
regulador, así como señales regulatorias transparentes y estables, enmarcadas en un entorno
político, económico y jurídico favorable. „
Así, por ejemplo, cuando el precio del mercado
libre empezó a diferir del regulado (tarifa en barra) hace más de dos años, ninguna empresa privada suscribió contratos importantes con empresas distribuidoras pero durante ese periodo algunas empresas generadoras estatales asumieron
los contratos con las distribuidoras provocando
una falsa apariencia de funcionamiento del sistema (al costo de incurrir en pérdidas que al final
son asumidas por todos los contribuyentes). Más
aun, esta situación ha ocasionado que recientemente algunas empresas distribuidoras regionales se queden sin contratos de distribución, lo cual
según la Ley de Concesiones Eléctricas es causal
de pérdida de la concesión. Cabría preguntarse cuál
hubiese sido la reacción del regulador si es que
esta situación hubiera ocurrido con algunas de las
distribuidoras privadas de Lima Metropolitana.
3. Incertidumbre tributaria
Existe en general en el Perú una percepción
de inestabilidad en las reglas de juego en materia tributaria, ante los constantes cambios en
las tasas de impuestos y su ámbito de aplicación. Así, se han producido diversos cambios en
las tasas del impuesto a la renta en los últimos
cuatro años, además del incremento del IGV y la
creación del ITF. Más aun, en el caso particular
del sector, se tiene la controversia surgida entre
las empresas distribuidoras y la SUNAT, la misma que tiene su origen en una operación realizada hace casi 10 años, siendo puesta en cues-
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