¿PARA QUÉ SIRVE LA CIENCIA? Mira a tu alrededor; posiblemente no percibas nada extraño e inusual, pero si miras más atentamente te darás cuenta de que estamos rodeados del producto de la ciencia: la lámpara que ilumina la estancia, las cuatro paredes que te resguardan del frío e incluso el ordenador en el que escribo este pequeño artículo, son algunos de los frutos que, tras muchos siglos de esfuerzo y continuo trabajo, la ciencia nos ha proporcionado. La ciencia nos hace la vida más fácil y sin ella nuestras vidas no serían tal y como las conocemos, de eso estoy seguro. La ciencia, como bien sabe todo el mundo, también sirve para dar respuestas a muchas de las preguntas que nos planteamos, aunque muchas veces nos sorprende con una nueva cuestión. También nos abre nuevas posibilidades constantemente y alcanza objetivos que en un principio parecen imposibles; la ciencia ha conseguido que el petróleo vuele y que toneladas de hierro surquen los mares, así como que dos personas que se encuentren a más de 2000 kilómetros puedan hablar como si estuvieran cara a cara. Estos logros fueron posibles gracias al conocimiento que la ciencia nos aporta, conocimiento que, junto a nuestra libertad moral y nuestros sentimientos es una de las pocas cosas que nadie nos puede arrebatar. Con el conocimiento podemos entender cómo funcionan las cosas en el escenario en el que vivimos; el universo. Si conocemos cuáles son las leyes que lo rigen, podemos aprovecharlas y emplearlas para nuestro propio beneficio. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con la forma en la que desarrollamos y aplicamos nuestros conocimientos. Continuamente los seres humanos nos empeñamos en herirnos absurda y mutuamente para conseguir lo que queremos y desgraciadamente, utilizamos como herramienta para infligirnos daño algunos productos elaborados por la ciencia, pero la culpa no es de la ciencia, sino de las personas que hacen un mal uso de ella. Pondré un ejemplo para verlo más claro: “cuando pensamos en un hacha nos suelen venir a la cabeza pensamientos negativos, ya que suele ser utilizado para realizar “malas” acciones, pero el hacha también puede proveerte de leña durante el invierno.” La utilidad de la ciencia y su finalidad – como en la mayoría de las herramientas –, está muy relacionada con el uso que hacemos de ella. En cambio creo que la utilidad de la ciencia llega mucho más lejos: la ciencia nos acerca más a la verdad sobre el mundo y todo lo que nos rodea, pero lo más importante es que nos permite descubrirnos a nosotros mismos.