VOCACIÓN: LLAMAMIENTO DEL PADRE POR MEDIO DE JESÚS

Anuncio
En síntesis: se produce un profundo cambio
en la persona que recibe y que comunica el
anuncio de la salvación, en Jesucristo muerto
y resucitado.
KERIGMA
• Con la fuerte advertencia de que están
equivocados. Es necesario que él mismo
los sacuda y nos sacuda para que volvamos
a la realidad.
• Con el anuncio bíblico de la historia de la
Salvación. Las santas Escrituras son la clave
interpretativa de los acontecimientos;
estos siguen siendo los mismos, pero la
interpretación le dan continuamente un
nuevo sentido para hoy y para siempre.
• Los discípulos cambian de actitud: dejan
las discusiones y se vuelven amigos con él
y en él, es decir, se forman comunidad,
y es entonces cuando Jesucristo se les
manifiesta proclamando el eterno designio
salvador del Padre y calienta el corazón
desde su interior.
Cuando recibimos y proclamamos el Kerigma
suceden en nosotros cambios y transformaciones
interiores y exteriores muy fuertes:
• Se abren los ojos y se entiende todo (vrs.
31)
• Arde el corazón dentro del pecho (vrs. 32)
Los discípulos de Emaús ya lo sabían todo
cuando iban caminando: la palabra del
Kerigma, el objeto y finalidad del kerigma que
es Jesucristo vivo con ellos; pero no tenían ni
los ojos abiertos ni el corazón ardiente, por
lo que vivían si ver nada, tristes, sin darse
cuenta, sin comprender, porque el kerigma
es apertura de los ojos para reconocer que el
Padre Dios se ha manifestado en la situación
que hoy estamos viviendo y nos ha abierto
hacia horizontes inesperados.
El efecto del kerigma es precisamente esta
explosión de alegría que se expresa aun
exteriormente, y que podemos experimentar
cuando nos encontramos con personas que
han llegado a esta madurez en la fe. Es como
si se comenzara a vivir ahora y todo nos
pareciera nuevo y hermoso: Vemos la vida, las
personas, los acontecimientos, todo… con los
ojos de Jesús.
• Nace la disposición para salir corriendo a
anunciar a otros, a comunicar el mensaje
que no se puede contener (vrs. 33)
En fin; el kerigma nos conduce a entender
nuestra vocación cristiana a la que hemos sido
llamados, es decir, a aceptar, vivir y crecer la
comunidad de salvación y ser pertenecientes
a ella, compartiendo la plenitud del kerigma
y viviendo de acuerdo con lo recibido y
proclamado.
• Hay un encuentro con los otros hermanos
reunidos en comunidad que oyen la
experiencia de los recién llegados y
proclaman la suya propia (vrs. 35)
Bernardo Parra A. Pbro.
Delegación Diocesana de Pastoral Sacerdotal
• Se suscita una nueva comunidad reunida
en torno a Jesucristo (vrs. 29)
VOCACIÓN:
LLAMAMIENTO DEL
PADRE POR MEDIO
DE JESÚS, A VIVIR
LA NUEVA VIDA DEL
ESPÍRITU SANTO.
KERIGMA
Jesucristo resucitado es la única respuesta… la
respuesta. Él es la Palabra de salvación que viene
del Padre Dios que les responde a los discípulos
en tres tiempos:
Recibir el kerigma o nuevo anuncio
evangélico está totalmente unido
a la vocación cristiana. Es a través
de ella que el padre nos ofrece
vivir de acuerdo con el estilo de
su Hijo Jesucristo y, a la vez, la
manera como nosotros podemos
responderle. Recordemos algunos
pasajes de la vocación y el llamado
que sirven como base para recibir
y proclamar el kerigma.
Génesis 12, 1-9, “Yavé dijo a
Abram: ´Deja tu país, a los de tu
raza y a la familia de tu padre, y
anda a la tierra que yo te mostraré.
Haré de ti una gran nación y te
bendeciré; voy a engrandecer tu
nombre, y tú serás una bendición.
Bendeciré a quienes te bendigan y
maldeciré a quienes te maldigan.
En ti serán bendecidas todas las
razas de la tierra.´ Partió Abram,
tal como se lo había dicho Yavé, y
Lot se fue también con él. Abram
tenía setenta y cinco años de edad
cuando salió de Jarán. Abram
tomó a su esposa Saray y a Lot,
hijo de su hermano, con toda la
fortuna que había acumulado y
el personal que había adquirido
en Jarán y se pusieron en marcha
hacia la tierra de Canaán. Entraron
en Canaán, y Abran atravesó el
país hasta llegar al lugar sagrado
de Siquem, al árbol de Moré. En
“En aquel mismo día dos discípulos se dirigían
a un pueblito llamado Emaús que está a unos
doce kilómetros de Jerusalén, e iban conversando
sobre todo lo que había ocurrido. Mientras
conversaban y discutían, Jesús en persona se les
acercó y se puso a caminar con ellos, pero algo
impedía que lo reconocieran. El les dijo: ¿De qué
venían discutiendo por el camino? Se detuvieron y
parecían muy desanimados. Uno de ellos llamado
Cleofás, le contestó: ¿Cómo? ¿Eres tú el único
peregrino en Jerusalén que no está enterado de
lo que ha pasado aquí en estos días? ¿Qué pasó?
Les preguntó. Le contestaron: Todo el asunto de
Jesús Nazareno.
¿Cuáles fueron las situaciones, lugares, personas
con las que Abraham se encontró y que lo hicieron
cambiar de vida?
¿Qué fue lo que hizo que Abraham fuera a Egipto?
¿Qué tipo de experiencia en el cambio de vida
estoy viviendo hoy a la luz del llamamiento del
Padre?
La vocación al cambio, a la renovación, a una
nueva aventura es el trasfondo del Kerigma. Lo
importante es querer cambiar y dejar que el
Padre haga lo demás.
Podríamos mirar otros casos:
San José: Lucas 1,18- 25
Natanael: Juan 1, 43 - 51
San Pablo, Hechos 9, 1- 18, etc.
Y mientras estaba a la mesa con ellos, tomó el
pan, pronunció la bendición, lo partió y se los
dio. En ese momento se le abrieron los ojos y
lo reconocieron, pero él desapareció. Entonces
se dijeron el uno al otro: ¿No sentíamos arder
nuestro corazón cuando nos hablaba por el
camino y nos explicaba las Escrituras? De
inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén,
donde encontraron reunidos a los Once y a los de
su grupo. Estos les dijeron: Es verdad: el Señor ha
resucitado y se ha aparecido a Simón. Ellos por su
parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo
lo reconocieron al partir el pan”. (Lucas 24, 13-35)
KERIGMA
Abraham se pone de viaje porque Dios lo llama: él
entiende que la voz lo invita a ponerse en camino
y al hacerlo, entiende que entra dentro de una
aventura en la que tiene que correr múltiples
riesgos… En una palabra, la llamada de Dios
pone en juego una reestructuración completa de
su propia vida. Tiene que cortar con su sistema
religioso y familiar; acabar con muchas relaciones
para hacer otras, y como consecuencia, debe
rehacer todo su sistema afectivo, relacional,
el propio modo de ver y de interpretar los
acontecimientos y las personas a la luz de las
nuevas situaciones en las que ha sido colocado
por este llamado:
insistieron diciendo: Quédate con nosotros, ya
está cayendo la tarde y se termina el día. Entró
pues, para quedarse con ellos.
ANUNCIO LLENO DE GOZO
DE LA “PERSONA”
DE JESÚS Y SU OBRA
KERIGMA
aquel tiempo los cananeos ocupaban el país. Yavé
se apareció a Abram y le dijo:´Le daré esta tierra
a tu descendencia.´ Allí Abram edificó un altar a
Yavé que se le había aparecido. Desde allí pasó
a la montaña, al oriente de Beteel y plantó su
tienda de campaña, teniendo Betel al oeste y Aí
al oriente. También aquí edificó un altar a Yavé
e invocó su nombre. Luego Abram avanzó por
etapas hacia el país del Negueb. En el país hubo
hambre, y Abram bajó a Egipto a pasar allí un
tiempo, porque el hambre acosaba al país.
Era un profeta poderoso en obras y palabras,
reconocido por Dios y por todo el pueblo. Pero
nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes
renegaron del él, lo hicieron condenar a muerte
y clavar en la cruz. Nosotros pensábamos que él
sería el que debía libertar a Israel. Sea lo que sea,
ya van dos días desde que sucedieron estas cosas.
En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo
nos han inquietado pues fueron muy de mañana
al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron
hablando de una aparición de ángeles que decían
que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron
al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho
las mujeres, pero a él no lo vieron.
Entonces él les dijo: ¡Qué poco entienden ustedes
y qué lentos son sus corazones para creer todo
lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser
así y que el Mesías padeciera para entrar en su
gloria? Y les interpretó lo que se decía de él en
todas las Escrituras, comenzando por Moisés y
siguiendo por los profetas.
Y al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo
como que quisiera seguir adelante, pero ellos le
Leamos el texto nuevamente y busquemos los
hechos que más nos llamen la atención.
Los dos discípulos son de los más cercanos al
Señor, aunque no forman parte del grupo de los
DOCE (Apóstoles). Ellos conversaban y discutían
desilusionados acerca de todo lo que había
sucedido.
Jesús comienza a caminar con ellos y le
hace compañía y les pregunta. Los dos aun
apesadumbrados, comienzan a recitarle el
contenido del kerigma, incluso usando las
palabras que más tarde formarían parte de
nuestro credo con las que se anuncia a Jesús.
Es el anuncio alegre de la salvación. Pero lo que
llama la atención es que anuncian el mensaje
como si fuera una “desgracia”, con palabras
tristes. Anuncian algo que no entienden. Lo
hacen con palabras pero sin corazón. Más bien
hay un sentimiento de tristeza, de resignación,
de fracaso, de frustración que causa amargura
en quienes lo dicen y no convence a quienes
lo escuchan. Por lo tanto lo que hay es una
recitación de verdades pero sin entusiasmo: No
hay kerigma.
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