Rearmar al PSOE

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TRIBUNA
Por Mario Salvatierra*
Rearmar al PSOE
E
l Comité Federal del
sábado 1 de octubre
empezó mal y acabó
peor. Previo al mismo se suscitó en el seno del partido una grotesca colisión entre los
encasquillados en el “no es no” a
Mariano Rajoy que, podemizados,
apelaron dar el voto a la militancia contra un supuesto staff plegado a los intereses del establishment mediático-económico y los
que elucubraron que el secretario
general y su círculo más próximo
se disponían, esta vez sí, a llegar
a un acuerdo con Podemos y los
soberanistas catalanes con tal de
no entregarle el gobierno a la derecha española. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que Pedro
Sánchez iba a formalizar un pacto con Tardà y Rufián? Y, ¿alguien
piensa en el PSOE que el PP no es
un partido anclado en la corrupción? Aparentemente, la resolución de un trilema fue la causa de
la crisis interna: no hacer presidente a Rajoy ni dar al PP el Gobierno mediante una abstención
vergonzante, no ir a terceras elecciones y desechar cualquier clase
de acuerdo con los secesionistas
catalanes y quienes defiendan ejercer el derecho de autodeterminación en Cataluña.
Puestas esas cláusulas, estábamos obligados a optar entre lo malo y lo pésimo ya que no era factible unir a Ciudadanos y Podemos
para formar un gobierno alternativo. Y si Rajoy no conseguía sumar
al PNV en su investidura, entonces
el PSOE tendría que elegir entre
abstenerse o votar en contra. ¿Cuál
fue el desencadenante del conflicto? Por un lado, que en el Comité Federal celebrado después de
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las segundas elecciones nadie
planteó abiertamente la conveniencia de abstenerse con condiciones. Se comprende: de por medio estaban las elecciones autonómicas en el País Vasco y en Galicia. Si hubiésemos dado a entender que nos abstendríamos, el
resultado hubiera sido catastrófico. Por otro lado, Pedro Sánchez
tampoco quiso revelar su auténtica intención: ganar tiempo para
continuar siendo secretario general, como se comprobó más tarde
al convocar las primarias para el
23 de octubre y el congreso en los
primeros días de diciembre.
En todo debate ideológico subyace una lucha por el poder y, sin
embargo, no toda lucha por el poder está supeditada a una querella
ideológica. La historia del PSOE
recoge disputas políticas estelares:
la que hubo en los años treinta del
siglo pasado entre la izquierda socialista de Largo Caballero y el reformismo social de Indalecio Prieto; la confrontación, en el Congreso de Suresnes (1974), entre el
socialismo del interior encabeza-
No nos
despistemos:
Pedro
Sánchez, que
ordenó cerrar
la sede del
PSM y, lo que
es aún peor,
clausurar el
Comité
Regional de
Madrid,
compuesto
por unos 600
militantes
elegidos
democráticamente, poca
lección de
democracia
interna puede
dar
do por Nicolás Redondo y
Felipe González y el del
exilio liderado por Rodolfo Llopis; la que tuvo lugar
entre el sector crítico, partidario de no renunciar al
ideario marxista, y F. González, resuelto a no liderar
el partido si no se abandonaba el marxismo, en el
XXVIII Congreso (1979).
Pues bien, nada semejante a estas emblemáticas batallas hubo en el reciente
Comité Federal. Todo fue
más rudimentario, mucho
más parecido a una asamblea estudiantil que a un debate
político de altura.
No nos despistemos: quien ordenó cerrar la sede del PSM y, lo
que es aún peor, clausurar el comité regional de Madrid, compuesto por unos 600 militantes elegidos democráticamente, poca lección de democracia interna puede
dar. Y quienes pretendieron no desgastarse eludiendo decisiones controvertidas tampoco pueden presentarse como costureros remendones de un partido descosido.
En mi opinión, habría que evitar nuevas elecciones, siempre y
cuando la abstención del PSOE no
conlleve ser la muleta del PP. Y
después, sin que el proceso de primarias nos desvíe del debate ideológico, buscar con rigor y fundamento una salida a la actual crisis de la socialdemocracia y, especialmente en España, diseñar
un proyecto común que cohesione territorialmente al país y definitivamente reconozca y articule
constitucionalmente la diversidad
nacional. l
*Miembro del Comité Federal del PSOE.
nº 1172. 17–23 de octubre de 2016
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