Tatiana Ordeñana Sierra Profesora de la Maestría en Gestión de Proyectos Consejera, Consejo de Participación Ciudadana y Control Social [email protected] Conociendo la “participación ciudadana” Año 1 No. 6 – Mayo 2011 La participación ciudadana es un proceso en construcción que siempre dependerá de tres factores: del conocimiento que tengan las personas sobre sus derechos, de la decisión de ejercerlos y del compromiso con su ciudad – país. El conocimiento de los derechos es la esencia del buen vivir, porque parte de la premisa de que los ciudadanos están informados de sus garantías constitucionales: salud, educación, vivienda, seguridad, alimentación, sexualidad son, entre otros, derechos que “se podrán ejercer, promover y exigir de forma individual o colectiva ante las autoridades competentes; estas autoridades garantizarán su cumplimiento” (artículo, numeral 1 de la Constitución). El conocimiento empodera a las personas, les otorga seguridad para exigir, cuestionar, pedir, demandar, proponer, fiscalizar, vivir. En eso radica la esencia de los derechos, en proveer a las personas certezas de como desarrollarse en su ciudad, de como actuar ante sus pares y ante el propio Estado. Ese empoderamiento nos dota de voluntad para ejercer los derechos y por tanto, cumplir el tercer factor de la participación ciudadana solo depende del compromiso con nuestra ciudad – país. Existen entonces muchas posibilidades de que las personas se incorporen a las decisiones de su gobierno, de que incidan plenamente en las políticas públicas, en la planificación, en los presupuestos. La participación ciudadana también se vuelve una herramienta vital de la transparencia, porque los ciudadanos se convierten en veedores y fiscalizadores de las acciones emprendidas por las autoridades. La participación ciudadana es una garantía de la democracia, es la esencia misma. Como señala el escritor español, Joaquín Villalobos, “la democracia y los derechos humanos no son solo un asunto ético o ideológico, son una tecnología de gobierno que permite mantener cohesionada a la sociedad en medio de las diferencias y la natural diversidad que la compone”. ¿Qué está sucediendo en Ecuador? Sin duda, la Constitución de Montecristi significó un avance profundo en materia de derechos, pues logró materializar las aspiraciones, las propuestas, los cambios que diferentes sectores de la sociedad civil venían impulsando desde hace varios años. En esa línea, el Consejo de Participación y Control Social nace para “promover e incentivar el ejercicio de los derechos relativos a la participación ciudadana e impulsar y establecer mecanismos de control social en los asuntos de interés público (…)”1 . El Consejo solamente es una herramienta para la participación y en esa medida ha determinado varias acciones que garanticen ese derecho. Los ejemplos de mayor impacto y que tienen incluso mayor recordación mediática, son aquellos relacionados con los concursos para designar a las nuevas autoridades. Este proceso, que empezó en julio de 2010, ha sumado la voluntad de más de mil personas para veedurías y de otras 800 para participar en calidad de comisionados ciudadanos (quienes nombran mediante concurso a las autoridades). Se ha convertido en un referente de participación, incluso en América Latina, porque ha roto con la hegemonía de designación que la mantenían los congresos en frecuentes disputas con el poder ejecutivo. No obstante, la participación facilitada por el Consejo también se puede mirar en las de veedurías que se han suscrito para la vigilancia de la obra pública en las ciudades. Existe aproximadamente una veeduría por provincia, formada por personas que les interesa lo que ocurre a su alrededor. En esa misma línea, el Consejo tiene previsto crear para el 2011 un programa de fondos concursables que pretende “estimular las capacidades participativas de la ciudadanía y su participación protagónica orientada a incentivar e impulsar la generación y aplicación de propuestas sobre participación ciudadana, control social, rendición de cuentas, espacios de deliberación pública, transparencia y lucha contra la corrupción nacidas desde la libre iniciativa y sentir ciudadano”. En participación ciudadana siempre hay mucho por hacer y hay varias vías. Yo he señalado algunas que están en la planificación del Consejo, pero existen otras que también otorgan mucho poder a los ciudadanos frente a la autoridad: la silla vacía, observatorios y cabildos populares, audiencias públicas, asambleas populares y consejos consultivos establecidos en la Constitución. En este punto vuelvo al principio: la participación ciudadana necesita de conocimiento, decisión y compromiso para ejercer los derechos y romper las inequidades. Todas las opiniones vertidas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de los autores, y no representan necesariamente la opinión de ESPAE o de ESPOL. 1 Artículo 207, Constitución Política de la República.