¿Te sientes mejor cuando ves o crees ver lo malo de los demás

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La pesada carga de los prejuicios
Escrito colectivo del taller de la barriada de “La Paz”
ETS. Arquitectura de Granada, Marzo 2006.
“Es que en la sociedad que vivimos 24 horas ya no dan para pensar que teníamos sueños, que antes el mundo era pequeño y el corazón algo muy grande, algo que decía que hiciésemos algo.”
He aquí las reflexiones de una decena de alumnos que en diez semanas cambiando el mundo se han cambiado ellos mismos, que partieron suponiendo su verdad y que gracias a sus miedos y prejuicios están descubriendo que existe otra realidad, una realidad diferente para cada uno, pero sobre todo una realidad diferente a la que teníamos al principio y es que…
“¿POR QUÉ PENSAR QUE LO QUE NO CONOCEMOS ES DIFERENTE?”
“Ni siquiera nos lo planteamos. Nunca nos ha preocupado corroborar una información que ni siquiera sabíamos porqué estaba en nosotros; pero ahí está la respuesta.
Todo lo ajeno a nuestro modo de vida es diferente, y nuestra necedad llega hasta tal punto que incluso relacionamos diferente y malo. Pero ¿es realmente malo ser diferente? ¿Qué es exactamente ser diferente? ¿Acaso tú y yo no somos diferentes? ¿No radica ahí la belleza o tal vez el sentido del mundo? Muchas personas dirigen su vida para destacarse entre la multitud, para sobresalir. Si te involucras en su dinámica de vida o simplemente te acercas a esa otra parte de este mismo mundo y entablas una mínima conversación, verás que entre tantas diferencias nos parecemos más de lo que 1
creemos; o ¿acaso no intentamos todos llevar nuestra vida lo mejor posible de acuerdo a nuestros principios?, La felicidad está en cada uno.
Así se descubre que todo lo que habías creído hasta el momento, todos los prejuicios eran falsos y hasta esta experiencia me había engañado a mi mismo. Así que antes de hablar sin saber, plantéate conocer.”
“¿POR QUÉ NO TE ARRIESGAS A CONOCER?”
Tal vez si lo hiciéramos tendríamos que echarnos en cara lo ilusos que hemos sido y volver a hacernos miles de preguntas con tal trascendencia que es mejor no hacerlo… o podíamos preguntarnos cosas más simples por que cada persona tiene respuestas diferentes.
“Hablemos del tercer mundo: ¿Qué es el tercer mundo? ¿Por qué es el tercer mundo? ¿Es la economía la que decide donde está el tercer mundo? La mente es tan vaga y subjetiva que no somos capaces de admitir verdades tan grandes como: ¡si, lo decide! Está claro que en esta sociedad capitalista que hemos creado el dinero da el poder, si hay poder hay jerarquización, y por lo tanto hay discriminación y… una persona discriminada ¿es feliz? ¿Quién o qué decide mi felicidad? ¿Donde está esa felicidad? ¿Es diferente mi felicidad de la tuya?” De nuevo vuelta al principio ¿Quien es diferente? “Yo no soy diferente a Antonio, Fernando, Samuel, Raúl, Jorge; Ana, Andrea, Lucía. ¿O acaso si lo soy?”
“Como personas nos marcamos objetivos y metas diferentes en la vida, ¿no serán esas metas las que marquen nuestras diferencias? ¿Son diferentes esas metas dependiendo del lugar donde nacemos? Esas metas las establece la sociedad y la sociedad la establece el dinero y el dinero el poder, ¿no hay algo mal en esto? La baraja de posibilidades siempre se hace más pequeña conforme bajamos de nivel social. Pero ese nivel social también está en nosotros y también es nuestro deber eliminar esos prejuicios…entonces: 2
¿Son los prejuicios los que discriminan?, por supuesto que si.” “Dentro de nuestra ignorancia reside un prejuicio sobre cada persona que la ordena en un mundo imaginario dentro de la sociedad, y lo mas grave es que ese mundo imaginario es nuestro mundo real. Los humanos somos tan egoístas que necesitamos imaginarnos nuestro propio mundo para ignorar el mundo real, que da la casualidad que es fruto de la suma de esos mundos imaginarios. ¿Que podemos sacar entonces? ¿Qué son los prejuicios los que crean las diferencias? ¿Te sientes mejor cuando ves o crees ver lo malo de los demás? Es un modo de sentirse superior, abandonas y escondes lo peor que hay en ti para centrarte en los fallos de los demás, sin darte cuenta de que esa misma superioridad que te inunda es falsa.
Nadie es perfecto y tú te empeñas en ver la paja en el ojo ajeno, olvidas el rincón oscuro de tus errores, mas, ¿son errores, fallos o diferencias? Un hombre que camina y camina no tiene más remedio, en algún momento, que volver a pasar por el mismo sitio. Cuanto más nos empeñamos en ver nuestras diferencias más nos acercamos a nuestras similitudes. Sólo hay que querer hacerlo.” “Que hipócritas somos. Cuando hacemos las cosas mal nos justificamos de cualquier manera pero a los demás no les damos esa oportunidad.”
“Existe ese miedo que nos lleva a pensar que somos diferentes, que nos dice: ‘Extraños no gracias, ¿por qué sentirnos incómodos gratuitamente?’. Así los prejuicios que tenemos los unos respecto a los otros hacen del acercamiento una situación difícil. Sin embargo si conseguimos superar esta barrera que nos separa, y nos conseguimos poner cada uno en el lugar del otro, comprendiendo su problemática y su día a día, sólo podremos obtener una experiencia que nos enriquezca y la posibilidad de liberarnos de la pesada carga de los prejuicios.”
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“Como podemos hablar tanto de lo diferentes que son si nosotros mismos pensamos muy diferente”, si hablando de experiencias en el barrio, de frases escuchadas o de sensaciones que hemos tenido salen conversaciones sobre el trato recibido por algunas jóvenes. “Es un mundo machista, hay que tener en cuenta la importante población gitana que reside en las barriadas y sus arraigadas tradiciones. En la calle los grupos de hombres de mediana edad o adolescentes, exhiben los cochazos de la zona. Y si un grupo de chicas estudiantes se acerca para charlar con ellos, como una manada de leones intentan reducirlas con groserías. Es una forma de canalizar la inseguridad en sí mismos y de demostrarse entre ellos su valía como machos.” O frases comentadas como “el colegio es aburrido”, frecuente entre los jóvenes, que por unas circunstancias u otras no se sienten atraídos. “Los profesores deberían poner más atención en captar el ánimo y la confianza de los alumnos, para que estudiar no les desagrade. Ante todo hay que crear ilusión hablar con los chavales, averiguar que les llama la atención, intentar mediante el dialogo llevarlos al terreno que le interesa al educador. A todo esto se ha de sumar la ayuda incondicional de la familia que tiene el papel de hacer ver a sus hijos que la educación es el mejor camino para el futuro.”
Cualquier niño a cierta edad tiene una importante elección, trabajar o estudiar. “En la barriada esta decisión es igual que en cualquier lado; sin embargo tiene un claro papel otra alternativa, la vida fácil, el dinero fácil, ¿por qué van a estudiar o trabajar, si pueden obtener lo que quieren, en ese mismo instante con el mínimo esfuerzo? No han de pensar en el futuro, viven el día a día, no les importa que pasará mañana.”
“¿Es realmente esta la mejor elección? Si es así, porque cuando alguien se esfuerza más allá de lo inmediatamente necesario y ‘evoluciona’ se suele marchar de la zona, porque no lucha para mejorarla. Si no es así, eligen este camino solo por ser el más fácil, o están influidos por el mundo que los rodea del cual no pueden o no los dejamos escapar.”
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“Cuando digo de donde soy se me cierran todas las puertas”. Frases como ésta son un reflejo del rechazo social que sufren a diario muchos de los vecinos de las barriadas y que acaban por interiorizarlo como un sentimiento de vergüenza. “Se sienten víctimas de un modelo de sociedad del que no forman parte convirtiéndoles en una carga para ésta, aunque su realidad, no conocida por muchos de nosotros, es la realidad de cualquier ciudadano. El continuo rechazo laboral les induce a una falta de perspectivas y de un horizonte que solo puede conducir a su automarginación. Esta espiral perversa solo puede corregirse con medidas que fomenten la integración a todos los niveles (laboral, económico, cultural, etcétera).” Se ha hablado de la implantación en las barriadas de equipamientos que actúen como reclamo para el resto de ciudadanos como forma de favorecer el acercamiento y la integración, pero esto no depende de nosotros, de nuevo depende de intereses políticos que no terminamos de comprender.
“Todos hemos nacido en algún lugar concreto, todos tenemos nuestras raíces, y no son fáciles de abandonar, de dejar atrás, tu pasado siempre te persigue, no se puede negar nunca lo que eres, donde te has criado, con quien has crecido… ¿Por qué hemos de obligar nosotros como sociedad a una persona a que renuncie a eso? ¿Por qué convertimos en un requisito para poder ‘evolucionar’ en esta sociedad el comenzar una nueva vida desde cero? ¿O realmente no obligamos a nadie? ¿Son esas personas las que en lugar de intentar integrarse tal y como son deciden simplemente huir?”.
“Tenemos que intentar poco a poco cicatrizar (aunque sea temporalmente), pequeñas resquicios de este miedo a lo desconocido que nos venden los medios y que está presente tanto en nuestras sesiones como en la cotidianidad diaria.
‘Ellos’, ‘nosotros’, ‘la administración’, ‘la burguesía’, y el resto de retales que conforman el heterogéneo tejido de esta sociedad, tenemos un prejuicio para cada cosa, y no estamos a salvo de auto­someternos o ser sometidos a juicio; seas ‘normal’ o 5
‘diferente’, al final todos acabamos siendo diana fácil para dardos envenenados e ignorantes. Ante estos laberintos de palabras en los que caemos ocasionalmente y ante el propio laberinto que forma el mundo en general, ¿no sería mejor que cada uno se dedicase a ser uno mismo eligiendo en cada momento y ateniéndose a las consecuencias? Quizá de este modo, cada uno podría formar parte de uno de esos retales, diferentes todos (y ahí esta la gracia del asunto), pero con un hilo en común: la capacidad de hacer algo objetivable desde un posicionamiento empírico unipersonal y a la vez multipersonal, alejándonos de esa situación acomodada que nos muestra todo lo que sucede a nuestro alrededor con un lenguaje superfluo e incierto. Una vez se haya superado esto, no nos cabe la menor duda de que ya no nos reuniremos en las aulas para discutir de si esto se puede o no hacer, no nos reuniremos a escondidas para criticar al débil o al fuerte, ni nos reuniremos tampoco en los despachos u oficinas para establecer dogmas universales. Probablemente dejemos de articular y ligar palabras que como se ve no es muy complicado, dado que cualquiera de las que se han escrito aquí dudamos de que no se hayan pronunciado con anterioridad, en mayor o menor desajuste. Nos gustaría pensar que el ser humano no es un error al que no hay que tener en cuenta.”
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