Asegurar el aprovechamiento racional de los ecosistemas y sus

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SISTEMA NACIONAL
DE ÁREAS NATURALES
PROTEGIDAS DE MÉXICO
Debido a la privilegiada situación geográfica y conformación geológica. México es
uno de los países poseedores de una megadiversidad biológica a nivel mundial, por lo
que la conservación de los Recursos Naturales es uno de los principales retos a los
que se enfrenta el país.
Los primeros antecedentes oficiales de protección y conservación, se remontan al año
de 1870, en el cual se emitieron las primeras disposiciones sobre cacería y se
establecieron en el código civil las vedas para algunas especies. Posteriormente en
1876 se promulgó la primer área natural protegida reserva forestal Desierto de los
Leones y en 1817 el primer parque nacional “ El Chico” , estado de Hidalgo.
El Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas se fundó en 1983, pero no fue sino
hasta 1988 con la promulgación de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente en donde a través del título segundo capitulo I y II de
establecen jurídicamente las categorías declaratorias y ordenamientos de las Áreas
Naturales Protegidas.
EL SINAP, es un instrumento que permite ordenas y clasificar las Áreas Naturales
Protegidas del país, de tal forma que se cumplen los propósitos de conservar la
biodiversidad mediante la protección de los ecosistemas representativos, al mismo
tiempo que se llevan a cabo actividades productivas debidamente normadas y
promoviendo la investigación.
De acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, las
Áreas Naturales Protegidas tienen como propósito:
Preservar los ambientes naturales representativos de las diferentes regiones biogeográficas y
ecológicas y de los sistemas más frágiles, para asegurar el equilibrio y la continuidad
de los procesos evolutivos y ecológicos.
Salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres, de las que depende la
continuidad evolutiva, particularmente las endémicas, amenazadas o en peligro de
extinción.
I.
Asegurar el aprovechamiento racional de los ecosistemas y sus elementos
.
Proporcionar un campo propicio para la investigación científica y el estudio de los ecosistemas
y su equilibrio.
Generar conocimientos y tecnologías que permitan el aprovechamiento racional y sostenido de
los recursos naturales del país, así como su preservación.
Proteger poblados, vías de comunicación, instalaciones industriales y aprovechamientos
agrícolas, mediante zonas forestales en montañas donde se originen torrentes: el ciclo
hidrológico en cuencas, así como las demás que tiendan a la protección de elementos
circundantes con los que se relacione ecológicamente el área.
Proteger los entornos naturales de zonas de monumentos y vestigios arqueológicos, históricos y
artísticos de importancia para la cultura e identidad nacional.
Las categorías de manejo incluidas en el SINAP son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Reservas de la Biosfera.
Reservas Especiales de la Biosfera.
Parques Nacionales.
Monumentos Nacionales.
Parques Marinos Nacionales.
Áreas de Protección de Recursos Naturales.
Áreas de Protección de Flora y Fauna Silvestres y Acuáticas.
Parques Urbanos.
Zonas sujetas a Conservación Ecológica.
Cada categoría de manejo se diferencía entre sí por sus objetivos de manejo y tipo de
usos permitidos. Las 7 primeras categorías son de interés de la Federación y las 2
últimas de las entidades federativas.
En la actualidad el SINAP está bajo la normatividad del Instituto Nacional de Ecología
dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
(SEMRNAP).
El Instituto tiene a su cargo la administración y operación de las Áreas Protegidas lo
cual se realiza a través de las delegaciones de los estados de la SEMARNAP, quienes
a su vez instrumentan y operan los programas y se coordinan con otras dependencias
federales estatales y municipales, así como los sectores privado y social para
conjuntar esfuerzos en la conservación de las áreas.
Las Áreas Naturales Protegidas son financiadas mediante un monte determinado que
aporta la federación, mismo que es distribuido entre éstos de acuerdo a las prioridades
y requerimientos de cada una.
Sin embargo, dado que este presupuesto es insuficiente para la operación y manejo
de todas las áreas, se han establecido diferentes mecanismos para cubrir estas
necesidades; uno de ellos es la donación del Fondo Global para la Protección al
Ambiente (GEF) para la realización del Programa “ Conservación de la Biodiversidad
en Áreas Selectas de México” el cual pretende la autosuficiencia de las áreas
protegidas mediante el desarrollo de mecanismos que permitan una captación y
aplicación directa de ingresos propios.
Asimismo, se han establecido patronatos apoyados por un gobierno estatal, en
coordinación con una organización no gubernamental y el Instituto Nacional de
Ecología, los cuales aportan beneficios financieros a las áreas.
Por otro lado, la comunidad científica y académica contribuye administrando o
realizando investigaciones en las áreas protegidas.
Existen convenios con el Servicio del Interior de los Estados Unidos de América, para
la cooperación e intercambio en materia de áreas protegidas que permite la
capacitación del personal técnico de las áreas.
De acuerdo al Plan Nacional de Desarrollo, se establece como estrategia la
conservación de los ecosistemas representativos y sus recursos naturales, así como la
consolidación del SINAP.
En este sentido, para lograr la protección de los recursos naturales se debe involucrar
a los tres niveles de gobierno, Federal, Estatal y Municipal, el sector privado, la
sociedad en general y la comunidad científica de tal manera que su acción conjunta y
coordinada mantenga el equilibrio ecológico de los ecosistemas y sus recursos
naturales, mismos que constituyen el soporte básico de las actividades humanas.
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