SUBSIDIOS SUPERAN COPARTICIPACIÓN DE LAS PROVINCIAS DEL NORTE

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16 de Octubre de 2011 – Número 411
SUBSIDIOS SUPERAN COPARTICIPACIÓN
DE LAS PROVINCIAS DEL NORTE
Más allá de sus debilidades y desactualización, la coparticipación opera con un
sentido federal y progresivo. Sin embargo, por diversas vías la Nación se apropia de
recursos que deberían ser coparticipados, llevando la centralización a niveles
extremos. Esto deriva en situaciones muy negativas como, por ejemplo, que en el
proyecto de Presupuesto 2012 los subsidios a empresas públicas y privadas –fuente
de inequidades y sospechas de corrupción– superen la coparticipación de las diez
provincias del norte argentino, la región más pobre y postergada del país.
Para lograr un proceso armónico y sostenido de desarrollo económico y social, uno de los
requisitos fundamentales, en la lógica del régimen federal que estipula la Constitución
Nacional, es que las provincias acrecienten sus capacidades institucionales, cuenten con
recursos fiscales suficientes y autonomía en las decisiones. Bajo estas condiciones, se
espera que los mecanismos democráticos y republicanos induzcan a las provincias a
adoptar políticas sanas y concordantes con las aspiraciones de su población. Por eso, la
coparticipación federal de impuestos tiene un rol central, tanto porque atenúa las
asimetrías regionales en la distribución de recursos como porque genera las condiciones
para que las provincias desarrollen sus propias capacidades.
Sin embargo, en la práctica, la coparticipación tiene un rol cada vez más insignificante,
llevando a que las decisiones se concentran en el gobierno nacional. La centralización lleva
asociada consecuencias sociales y económicas muy negativas, como inequidad regional,
distribución regresiva del ingreso, condiciones para la corrupción e ineficiencias. Peor aún,
contamina el sistema político. Con alta centralización, el principal atributo que puede
mostrar un dirigente provincial es la subordinación al poder central.
En el proyecto de Presupuesto 2012 abundan testimonios en este sentido. Por ejemplo, para
el año 2012 se proyecta que:

La recaudación nacional total será de unos $668 mil millones de los cuales apenas
$165 mil millones se coparticiparán con las provincias.

De los recursos coparticipados, $59 mil millones irán a las 10 provincias que
conforman el NOA y NEA.

De los recursos centralizados en el nivel nacional, se proyecta distribuir subsidios a
empresas públicas y privadas por $67 mil millones.
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Los datos oficiales muestran que del total de ingresos fiscales que se estima recaudar en el
año 2012, apenas el 25% irá a las provincias a través de la coparticipación. De esta
parte, un 34% se destinará a las 10 provincias más pobres del país. Dado que en esta región
vive poco menos del 20% de la población, es claro que a pesar de sus debilidades la
coparticipación es un mecanismo progresivo y federal. El problema es que lo que se
distribuye a través de ella es apenas 1 de cada 4 pesos.
De la centralización extrema, emergen asignaciones de recursos reconocidamente
regresivas, altamente sospechadas de corrupción y generadoras de atraso político,
económico y social, como los subsidios a empresas. En la misma línea se enmarcan los
subsidios a las ONGs, como la Fundación Madres de Plaza de Mayo. En el proyecto de
presupuesto 2012 enviado al Congreso se propone distribuir entre ONGs $ 10 mil millones,
una cifra mucho mayor a la coparticipación de cualquier provincia del norte argentino. La
provincia de Chaco, que es la que más recibe, apenas recibirá $8 mil millones.
Es cierto que parte de los recursos centralizados en el nivel nacional está previsto que se
transfiera a las provincias ($40 mil millones) que se suman a los que recibirán a través de la
coparticipación. Pero esto no es la solución sino una manera de potenciar la
decadencia. Al distribuirse los recursos discrecionalmente desde el nivel central se
promueven las actitudes serviles, contaminando y degradando los sistemas políticos locales.
La centralización no responde a una política consensuada sino que es “hija” de los
hechos consumados y el oportunismo. Por ejemplo, en el marco de la crisis del 2002 y
bajo las condiciones excepcionales que generaba la megadevaluación se comenzaron a
aplicar muy altas retenciones, impuesto que no es coparticipable salvo una pequeña
fracción de las retenciones a la soja. El impuesto al cheque nació con carácter transitorio
asociado a una emergencia, pero se perpetuó y se distribuye sólo el 15% a las provincias.
En el año 2008 se eliminó el sistema de capitalización, pero los legisladores se “olvidaron”
que la apropiación del 15% de la masa coparticipable a favor de la ANSES fue
establecida para financiar la transición de la reforma hacia la capitalización previsional.
La centralización extrema de recursos dentro de un régimen federal tiene impactos políticos,
sociales y económicos muy perversos. De no mediar un drástico cambio, la Argentina no
tiene posibilidades de generar un proceso genuino de desarrollo social sostenido.
Distribución de los ingresos totales según el proyecto de ley de Presupuesto 2012
Subsidios a ONGs
$10 mil millones
Subsidios a
empresas
$67 mil
millones
No coparticipado
75%
10 provincias
del norte
$59 mil
millones
Resto
provincias
$106 mil
millones
Resto de
recursos fiscales
para el nivel
central
$427 mil millones
Coparticipado
25%
Fuente: IDESA en
base a proyecto de
ley de Presupuesto
2012.
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