PERÚ PAÍS AGRÍCOLA Para que un país pueda tener un potencial agrícola requiere dos condiciones, la actitud de la gente y la aptitud del espacio. La actitud de su gente: En el Perú sí existe una actitud de su gente hacia la agricultura, tanto por razones históricas como por ser herederos de una cultura que aprendió a domesticar su espacio. En el Perú prehispánico se domesticaron innumerables variedades de plantas de las cuales las más conocidas son las variedades de papa, maíz, ají, algodón, caigua, ciruela, guayaba, lúcuma, maní, olluco, palta, piña y tomate entre otros. También en el Perú prehispánico hubo una capacidad de transformar el espacio para adaptarlo a los requerimientos de la sociedad: acueductos, toma de agua, canales subterráneos, andenerías, camellones, centros de experimentación y muchas obras de ingeniería dan fe de esta transformación. La aptitud del espacio Sin embargo las condiciones de mercado actual exigen el uso intensivo de los mejores suelos para abastecer la creciente demanda de los mercados mundiales. El Perú tiene limitaciones porque está sobre utilizando los suelos más fértiles de la costa los cuales proporcionalmente son los menores. además en comparación con otros países, el Perú es el que tiene menor proporción de suelos de tipo A (los mejores suelos para uso intensivo), pues posee sólo el 3,7% de suelos de tipo A en comparación del 8% que ostenta Brasil, 11% que posee Argentina y el 21% que posee los Estados Unidos. Nuestro potencial real: Apostar a competir con otros países en la modalidad de uso intensivo de nuestros escasos suelos es contraproducente. Por ello debemos redefinir la concepción y el uso de nuestro espacio. Por ello en vez de apostar por la cantidad de productos que requieren las economías debemos concebir al Perú como un espacio capaz de ofrecer variedades de nuevos productos sanos, vistosos y muy ricos que otros países no poseen y desean. No podemos seguir compitiendo por precios. Debemos empezar a competir por diferenciación, es decir entregar al mundo productos nuevos, con alto valor agregado. Y nuestros productos agrícolas son muestra de ello. Lo hicimos antes y podemos volver a hacerlo.