Cuántas hamburguesas caben en los bolsillos de la economía mundial… Hace ya 20 años (1986) que un editor del prestigiado medio The Economist hizo publicar un artículo que basaba en la teoría conocida como burgernomics, o hamburnómicos, en un afan literal de crear una teoría de una economía más digerible… Esta teoría basa su factor de medición (basket) en una Big Mac (el menú más famoso de McDonald’s) que se produce en alrededor de 120 países. El índice PPA Big Mac (Big Mac PPP) es el tipo de cambio que significaría que las hamburguesas cuestan lo mismo en los Estados Unidos y en el extranjero. Al comparar el cambio real con la PPA, se comprueba si una moneda está subvaluada o sobrevaluada. Es útil para estimar el tipo de cambio de largo plazo, que funciona así: un Big Mac en México cuesta U$D 2.57 ($29.00 pesos mexicanos), en la Argentina cuesta U$D 2.29 ($7.00 pesos argentinos). Como en USA cuesta U$D 3.10, el tipo de cambio para que su precio en dólares sea igual en ambos países (México y USA) debe ser U$D 2.57. Como el tipo de cambio de mercado es $ 11.3 (al cierre de Mayo 22, 2006), de acuerdo con el criterio del índice, el peso mexicano está 17% devaluado en exceso (cuanto más alto el tipo de cambio menor el valor del peso). Es importante tener alguna herramienta para conocer el valor teórico del tipo de cambio, hacia dónde ajustaría en el largo plazo, ya que el que se lee todos los días en las pizarras puede ser fácilmente manejado por las autoridades monetarias (se lo ve todos los días con las intervenciones oficiales). . En el 20° aniversario, la publicación aprovechó para explicar su significado y analizar sus limitaciones: El Indice Big Mac está basado en uno de los más viejos conceptos en economía internacional: la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA), la cual argumenta que, en el largo plazo, los tipos de cambio deberían moverse hacia los niveles que igualen los precios de dos canastas de bienes y servicios idénticas en cualesquiera dos países. La PPA Big Mac es el tipo de cambio que haría que las hamburguesas cuesten en cualquier país lo mismo que en USA. Nunca intentó ser un estimador preciso de los movimientos de las divisas, sino simplemente una guía acerca de si las monedas están a su nivel «correcto» de largo plazo. Hay que recordar sus limitaciones. Las hamburguesas no pueden ser comerciadas entre países y los precios están distorsionados por diferencias en impuestos y el costo de los insumos no transables, como los alquileres. Curiosamente, sin embargo, tiene un impresionante récord al predecir los tipos de cambio: monedas sobrevaluadas frecuentemente tendieron a debilitarse en los años siguientes. Es natural que los precios promedio sean más bajos en los países pobres que en los desarrollados. Aunque los precios de los bienes exportables deberían ser similares, los servicios no transables serían más baratos debido a los salarios más bajos. La PPA es entonces una forma más confiable de convertir el PBI per cápita a dólares que los tipos de cambio de mercado, ya que los precios más baratos significan que el dinero vale más. Este es el motivo por el que todo país pobre tiene un tipo de cambio PPA implícito que es más alto que el de mercado, haciéndolos ver depreciados. Incluso en el largo plazo, el ajuste hacia la PPA no debe necesariamente venir de una modificación en los tipos de cambio; pueden variar también los precios relativos (más inflación en el caso argentino, o sea que aumenta el precio del Big Mac en lugar de bajar el dólar). El índice de The Economist no es la solución perfecta, pero sí un indicador valioso, sobre todo como punto de comparación cuando uno viaja a diferentes países uno de los principales diferenciadores para encontrar el nivel de calidad de vida inicia con el precio de los alimentos. INFO: The Economist