Edema en el embarazo: la molesta hinchazón

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Edema en el embarazo: la molesta hinchazón
Muchas de las mujeres que somos madres, hemos sufrido la molestia
hinchazón de piernas y pies durante el embarazo. Y si los últimos meses
nos tocan en verano, ni hablar!.
No hay zapato que nos quepa y el
aumento de volumen no sólo se convierte en una molestia, sino que
además atenta contra todo intento de llevar con algo de glamour
nuestro estado. La buena noticia, es que sí podemos hacer algo para
sobrellevar esta condición de mejor manera. A continuación, algo de
información.
El edema, es decir, la acumulación de líquido en el tejido subcutáneo, es
una condición muy común en el embarazo, afectando aproximadamente a
un 80% de las mujeres. Puede tener origen linfático o venoso, siendo
éste último el más común, y el causante de la aparición de las várices,
que afectan a un 40% de las embarazadas.
Existen
factores
que
nos
predisponen
a
padecerlo,
a
saber:
predisposición genética, edad ( a mayor edad, mayor riesgo), Nº de
embarazo (cada embarazo, mayor riesgo), raza (mayor predisposición
en la raza blanca).
Además hay factores propios del embarazo que favorecen su aparición,
siendo el más importante el factor hormonal. El aumento de las
hormonas progesterona y estrógeno, producen una mayor distensión de
la pared venosa. Por otro lado, el aumento de volumen de fluido
corporal, el aumento del peso uterino que a su vez aumenta la presión
en los vasos sanguíneos de la zona, entre otros factores, hacen que
todo el sistema se vuelva menos eficiente, y el retorno de sangre desde
las extremidades al corazón más difícil. Pues bien, no hay nada que
podamos hacer contra los elementos mencionados como causales, sin
embargo, si hay ayudas externas que pueden hacer más llevadera esta
condición.
La primera medida, la más validada por los estudios, es el uso de pantys
compresivas. Existe una clasificación que va del I al IV según el grado
de compresión que producen medido en mm de mercurio. Las tipo I son
las menos compresivas y se recomiendan como prevención y descanso,
sobre todo en aquellas mujeres con factores predisponentes. Si ya
tienes edema, sería recomendable una tipo II. Las encuentras en las
tiendas de ortopedia y artículos médicos.
Los
ejercicios
terapéuticos
son
altamente
recomendados
como
prevención y tratamiento, ya que las contracciones musculares
(principalmente del tríceps) producen un efecto de bombeo que ayuda
al retorno venoso. El ejercicio en agua también está muy respaldado por
la evidencia, ya que ésta ejerce un efecto de compresión externa.
Otra herramienta de utilidad es el drenaje linfático. Esta técnica de
terapia manual, que debe ser administrada por un profesional
competente, provoca la evacuación de líquido, disminuyendo volúmenes,
dolor y sensación de pesadez de nuestras extremidades.
Además, es muy importante que sepamos que hacer y que no. Debemos evitar la ropa
estrecha, las posiciones mantenidas por tiempos prolongados, ya sea de pie o
sentadas, la exposición prolongada e inmóvil a cualquier fuente de calor. Por otra
parte, SI debemos preocuparnos de utilizar un zapato cómodo, preferentemente de
taco medio, punta ancha y con apoyo en el arco plantar, tomar mucha agua y elevar las
piernas siempre que podamos.
Por último, es importante que sepamos que si el aumento de volumen, además de
instalarse en nuestras piernas y pies, se presenta en nuestra cara, manos y laringe,
puede ser sugerente de preeclampsia, que es una complicación grave del embarazo que
se asocia a edema generalizado, hipertensión y proteínas en la orina; por lo tanto, en
ese caso, debemos consultar inmediatamente con nuestro médico.
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