Lucrecio.

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T. LUCRECIO CARO
Apenas contamos con datos sobre su vida, y sólo podemos datar las fechas de su
nacimiento y muerte de una manera muy aproximativa, entre principios del s. I a. C y mediados
de los años 50 de ese siglo (96-53 a.C. (¿?)). Lo único que sabemos es que debió asistir a los
agitados tiempos de la Guerra Civil en Roma, las revueltas de Mario, Sila, y posteriormente
Pompeyo, el golpe de Catilina y la ascensión de Julio César al poder. San Jerónimo nos cuenta
que Lucrecio enloqueció por haber tomado un filtro amoroso y se suicidó, aunque esto
probablemente no pase de ser una leyenda inventada a fin de explicar cierta vena depresiva en
la única obra conocida del autor romano: el De rerum natura.
Esta obra es un poema didáctico que trata un tema científico, una explicación física de
los fenómenos naturales, bajo la visión del epicureísmo. En efecto, Lucrecio se considera un
seguidor de Epicuro y fue uno de sus más importantes introductores en el mundo latino. El
principal aspecto de esta línea de pensamiento griega que aparece en el De rerum vertebrando
su estructura es el ataque frontal a la religión y a la superstición. Aunque se admita la existencia
de los dioses, éstos no toman ningún papel activo en la regulación de los asuntos humanos o
naturales, permanecen al margen de todo ello, distantes y desinteresados del curso de los
acontecimientos. El tono general de la obra, al que aludía San Jerónimo con su anécdota, es
ciertamente pesimista. Lucrecio se regodea en ciertos momentos imaginando el cataclismo final
que hundirá al mundo de nuevo en un caos primigenio. Hay también un cierto interés
psicológico, casi psicoanalítico, en la forma en que son tratados elementos tales como los
sueños, la sexualidad, el miedo, la inseguridad...
Un punto que ha suscitado numerosas discusiones es el por qué elegiría Lucrecio la
poesía para dar forma a una obra cuyo contenido era fuertemente filosófico y científico, cuando
el propio Epicuro lo desaconsejaba expresamente. Muchos críticos han considerado también que
la lírica es un recipiente inadecuado para verter en él consideraciones sobre cuestiones de la
filosofía natural, siendo la prosa más apropiada. Ante todo debemos tener en cuenta que existen
dos estilos claramente diferenciados que se alternan a lo largo de toda la obra: la argumentación
técnica de orientación didáctica, más cercano a la prosa y otro propiamente lírico, trufado de
recursos poéticos en el que cobran gran importancia las imágenes visuales, cuya función es la de
ejemplificar los argumentos dados y también la de embellecer el poema. Dichas imágenes tienen
una importancia fundamental en el esquema teórico del epicureísmo, dado el papel
preponderante que se otorga en esta doctrina a las percepciones de los sentidos como único
modo de conocimiento del mundo real. Un ejemplo es el famoso símil de la miel en el borde de
la copa, que viene a demostrarnos la validez de la forma poética para llevar a cabo una función
didáctica, respondiendo así en cierto modo a la polémica a la que aludíamos al comienzo del
párrafo.
El poema, aunque no parece haber sido revisado de forma sistemática por su autor (esta
labor correspondería a Cicerón, que ha sido considerado tradicionalmente como el corrector y
organizador de la obra de Lucrecio) presenta una articulación argumental cuidadosamente
estructurada. La obra comienza con un resumen de tipo general en el que se anuncian los temas
que van a tratarse, fundamentalmente las cosas relativas al alma y a los fenómenos celestes
(libros 1 y 2). En los libros siguientes se hablará del alma y los sentidos (3 y 4) y del cielo y los
dioses (5 y 6).
En cuanto a los recursos empleados, abunda la repetición de frases enteras y los
arcaísmos, reminiscencias ambas de la épica, la acumulación de argumentos, junto con los
dobletes y juegos de palabras. En cuanto al uso del lenguaje, Lucrecio, al igual que Cicerón, se
queja de la pobreza del latín para expresar ideas filosóficas. Es precisamente por esto que ambos
autores fueron los creadores de un nuevo vocabulario filosófico latino que supliera estas
carencias, para lo que recurrieron algunas veces a vocablos griegos, ya que el griego es una
lengua mucho más rica en expresiones de este tipo.
De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas). Resumen:
1. Invocación a Venus. Presentación del tema: los átomos, su creación y disolución, la
naturaleza del alma, meteorología y doctrina de las percepciones sensibles. Epicuro es
presentado como el vencedor del temor a los dioses y a la muerte. Los átomos son compactos,
eternos e indivisibles. El espacio y la materia son infinitos. Lucrecio presenta al poeta como
"médico" del alma.
2. El hombre alcanza la liberación del temor y la sabiduría a través del conocimiento de
la naturaleza. Características de los átomos: están en continuo movimiento. Existen varios
universos. La divinidad no actúa en la naturaleza, del mismo modo que tampoco fue su
creadora.
3. Nueva mención a Epicuro, a quien Lucrecio considera su maestro. A continuación
habla del animus (potencia intelectiva y sensitiva) y del anima (alma), ambas pertenecen al
cuerpo y perecen con él. Rechazo de las posiciones platónicas y pitagóricas de inmortalidad del
alma y reencarnación. La muerte no es nada para el hombre, pues significa el fin de la
percepción.
4. Las percepciones sensibles son proyecciones emitidas por los cuerpos mediante la
emisión de átomos, que se mueven a gran velocidad y son percibidas por los sentidos. Las
percepciones erróneas no son provocadas porque las sensaciones sean falsas, sino por una mala
interpretación del espíritu.
5. Alabanza a Epicuro, cuyo mensaje hace al hombre similar a la divinidad. Las
divinidades habitan en algún punto del espacio, lejos del mundo mortal y desinteresados de él.
Todas las cosas están sujetas al cambio. El origen del cosmos está en el caos originario.
Reflexiones sobre los cuerpos celestes y el origen de plantas y animales. Las criaturas
mitológicas, como los centauros, no existieron en realidad. Aparición del hombre y origen de
sus creaciones: el lenguaje, el dominio del fuego, el arte, la metalurgia, la agricultura, el Estado
y el derecho. El ser humano percibe la existencia de los dioses por visiones de sus figuras
sublimes, diferencia entre la verdadera devoción y el temor a lo desconocido.
6. Atenas es la patria de la agricultura, de las leyes y del gran maestro Epicuro.
Meteorología: el trueno, las tormentas marinas, la lluvia y la nieve, los terremotos, los volcanes.
Explicación del método causativo. Las inundaciones del Nilo, el Averno y el fenómeno del
magnetismo. Al final quedan las enfermedades, en particular la peste de Atenas.
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