Liderazgo activo del Call Center Manager En este artículo, el autor desentraña los principales problemas vinculados al liderazgo que se le presentan al Call Center Manager. La búsqueda de soluciones internas o el sueño de las soluciones mágicas, para la resolución de problemáticas típicas como la rotación y el ausentismo. Además, la necesidad de una correcta planificación, los desafíos de la comunicación y la pertinencia del coaching ontológico. Por Jhon Muñoz* En la actualidad, en las empresas se presentan diversas situaciones entre empleados y patrono o gerentes que parecieran ser poco importantes o, a veces, ni siquiera tenemos conciencia que pudiera estar pasando algo. En algunos Centros de Contacto, encontramos una altísima rotación de personal o de ausentismo. Al preguntarle a supervisores o gerentes sobre las causas de estos altos índices, muchos aseveran que es parte del negocio; otros ni se preocupan, porque pasa cuando la competencia ofrece mejores beneficios contractuales y ellos no pueden hacer nada; otros que los agentes son muy jóvenes o estudiantes y se aburren fácilmente del trabajo. En otros casos, afirman que a los agentes no les gusta acatar las normas del Centro por simple rebeldía y prefieren irse. En fin, cuando nos abordan con estos temas damos una serie de causas que justifiquen los “males” propios del negocio que aparentemente nada tienen que ver con la gerencia o supervisión del centro. Y digo aparentemente, porque muchas veces pensamos que esos males son ajenos a la gestión cotidiana del supervisor o gerente. El enfoque que en algunas oportunidades tenemos es sólo cumplir con las metas o los niveles de servicio exigidos sin importar lo que cueste. En realidad, eso es lo que más interesa a los gerentes: los resultados. Poco importa lo que pase dentro del Centro en el día a día si se logran los objetivos. Y en parte puede que tengan algo de razón, porque es verdad que no van a estar de lleno metidos en la sala de llamadas, para resolver las situaciones de rutina que se nos presentan a diario. Eso no es parte de sus funciones sino de los team leaders o supervisores de sala. Pero si es responsabilidad del gerente reunirse, escuchar, revisar, dar instrucciones y comunicarse de manera efectiva con su equipo de trabajo. Pues, algunos gerentes de Centros piensan que el equipo de trabajo debe alinearse solo, debe ser autosuficiente para incentivar y fidelizar a los agentes, con sólo tener bien clara la visión y misión de la empresa o leerla diariamente en la entrada de la oficina y, además, debe poner en práctica los valores corporativos. Si no es así, entonces pensamos que el equipo no está a la altura, no es eficiente. Si dejamos al equipo sin orientación, sin lineamientos, sin comunicación, es decir, a la deriva, ¿cómo podemos pretender que no pierdan el rumbo? Y, en caso que el equipo se mantenga en el rumbo, los gerentes perdemos la oportunidad de controlar, ajustar o corregir fallas durante la ejecución de la operación por estar en otras ocupaciones supuestamente más importantes o urgentes Desde mi punto de vista, muchas de las cosas que pasan en el Centro son el reflejo de lo que me atrevo a llamar un liderazgo gris que, a mi juicio, no es más que aquel gerente o supervisor dentro de la empresa que ejerce poder, toma decisiones importantes, pero tiene deficiencias de comunicación con su equipo, poca planificación y constantemente improvisa soluciones o procedimientos cuando las situaciones lo presionan o son apremiantes. Estos gerentes se hacen llamar líderes por su jerarquía dentro de la empresa, no por sus competencias para dirigir equipos de trabajo. Muchos gerentes se excusan afirmando que es por la gran cantidad de ocupaciones diarias, otros se ufanan de tener habilidades para tomar decisiones de improvisto aparentemente “sabias”. Quizás no siempre la planificación garantice que las decisiones sean las más acertadas, pero el margen de error se minimiza y, además, permite hacer seguimiento a los avances y modificar o corregir a tiempo algún proceso o situación durante la ejecución. A lo mejor, a algunos les ha ido bien con la improvisación, pero les aseguro que en algún momento algo debió haberle salido mal o pudiera en estos momentos estarse gestando una implosión dentro del Centro que, en cualquier instante, traerá consecuencias negativas para la operación. A veces, los gerentes creemos que nuestro equipo tiene claro los objetivos del Centro y cuál es el norte del mismo, pero no todo el tiempo es así. En ocasiones podemos encontrarnos con que estamos jalando a nuestro equipo de trabajo para un lado y el equipo camina hacia otro. Así, nos esforzamos el triple y perdemos energías innecesariamente, pudiendo enfocarlas en situaciones más provechosas para los agentes y en la armonía del ambiente laboral en general. No quisiera caer en lugares comunes diciéndoles que deben ser buenos líderes, que deben hacer esto o aquello. El coaching ontológico me parece una de las disciplinas de vanguardia más pertinentes en la actualidad, pues nos enseña o, más bien, busca que desarrollemos nuevas perspectivas, elevemos el nivel de conciencia para transcender nuestros propios límites, que en la mayoría de los casos son los que no nos permiten ser o hacer lo que en realidad queremos. Nuestros propios límites, a veces, son nuestros peores enemigos, no los agentes telefónicos ni el equipo de trabajo o el jefe. En la medida que cada uno de nosotros crecemos, avanzamos y mejoramos simultáneamente, también lo hace nuestro equipo y nuestra operación en general. Cuando asistimos a algún congreso queremos obtener formulas mágicas que nos resuelvan problemas del Call Center como la rotación o el ausentismo, entre otros. Pero los invito a que mejor busquemos dentro de cada uno de nosotros y no afuera. Detengámonos un instante y preguntémonos: ¿en qué estoy fallando? No busquemos culpables ni nos excusemos cayendo en la tentación de convertirnos en filósofos de sillón, opinando o reflexionando con cierta ligereza desde nuestras oficinas, las posibles causas de las debilidades que tiene el Centro de Contacto, como si nada tuviera que ver con nosotros. Asumamos con coraje la responsabilidad de tener nuevas posturas ante los retos del Call Center, de la industria y de nuestra gente. Tratemos de salir del cuadrado de nuestra realidad, dejemos de lado el miedo, la duda y atrevámonos a crear o generar cambios que comienzan desde la actitud, desde la postura que tengo para enfrentar los nuevos desafíos. La clave de todo cambio, de generar resultados extraordinarios o cambios positivos para nosotros y nuestros equipos de trabajo, está dentro de nosotros. Allí está la verdadera clave, la verdadera fórmula mágica que tanto buscamos en la literatura gerencial. Esa es la manera de forjar verdaderos cambios, verdaderas transformaciones en nuestro entorno laboral y personal. La armonía, la solidaridad y proactividad del equipo de trabajo se reflejará sólo si sus líderes lo proyectan desde su posición. Las teorías nos ayudan, nos orientan, pero de nada sirve si se quedan sólo en papel. Serán efectivas en la medida que actuemos, en la medida que estemos enfocados en la acción. “Debemos obrar como hombres de pensamiento; debemos pensar como hombres de acción”, Henri Bergson. * Jhon Muñoz es venezolano y tiene amplia experiencia en posiciones gerenciales de diversos Centros de Contacto de su país. Actualmente se desempeña como Coordinador de Operaciones de Call Center de CORFIN, uno de los tercerizadores de cobranzas más importantes de Venezuela. Realizó diversos cursos vinculados a la gestión de Contact Centers en entidades de la talla de Infovolution y Teleacción.