Vida 32-36: pistas para la lectura y puesta en común...

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Vida 32-36: pistas para la lectura y puesta en común (2).
Pistas particulares para los capítulos 35-36.
Capítulos cuyas partes principales se extraen, una vez más, prácticamente de los títulos:
1. De cómo descubrió la forma en que habían de vivir “la santa pobreza” (35,1-6)
2. “Y la causa por qué se vino de con aquella señora que estaba” en Toledo (35,7-12a)
3. Salto en el tiempo hasta el presente: habla del Señor y alabanza de ella misma acerca de su
nuevo monasterio y comunidad de S. José (35,7b-15)
4. Retorna al pasado: vuelta providencialísima a Ávila (36,1-4)
5. Día de la fundación de S. José (36,5-11a)
6. Regreso inmediato a la Encarnación y explicaciones (36,11b-14)
7. Oposición terrible de la ciudad (36,15-22)
8. Dos o tres meses después, Teresa vuelve para quedarse en S. José: gracias, pronta aceptación
popular, alabanza y exhortación a sus hijas (36,23-29)
Atender, pues, a las claves de cada apartado y señalar lo que más me llame la atención en cada uno.
Para meditar tras la lectura del texto:
1. “Grandes deseos de pobreza ya me los había dado su Majestad” (35,2): a estas alturas de Vida ya
debe estar claro que es un signo fundamental de autenticidad de la experiencia espiritual cristiana
(cf. 11,2-3; 20,27; CC 2,4-6: diciembre 1562; MC 2,8). Revisa, ora…
2. No obstante lo anterior, las formas de encarnar esa pobreza son bastante variables. La santa insiste aquí en hacerlo viviendo de limosna y sin renta, pues, llega a decirle el mismo Señor, “en la renta
está la confusión” (35,6; cf. 36,19-20.29). Y así concluye la fundación de S. José encareciendo la
intocabilidad de ese principio y de otro estrechamente ligado a él: el número limitado de 13 hermanas (36,29; cf. F 18,1; V 32,13; 36,19). Sin embargo, todos sabemos que ella misma cambiará pronto este número “intocable” y, lo que es más llamativo aun, escribirá al final de su vida: “En nuestras
constituciones dice sean de pobreza y no puedan tener renta. Como ya veo que todas llevan camino
de tenerla, mire si será bien se quite esto y todo lo que hablare en las constituciones de esto, porque
a quien las viere no parezca se han relajado tan presto, o que diga el padre comisario que, pues el
concilio da licencia, la tengan” (carta al P. Gracián 21/II/1581). Obviamente esto dará bastante que
pensar y hablar, tanto acerca de ella (¿cómo se explica y qué significa este cambio tan radical?) como de nosotros (¿evolucionamos?, ¿cómo y por qué?)1.
1
Para no caer en simplismos es obligada y muy interesante la lectura de la siguiente obra (al menos
las partes principales; se facilitan pistas de lectura en el apartado “Recursos” de nuestra web): J. A.
ÁLVAREZ VÁZQUEZ, Trabajos, dineros y negocios: Teresa de Jesús y la economía del siglo XVI,
3. En ese apasionado discernimiento acerca de qué forma de pobreza abrazar en su primera fundación, reaparece el tema de la obediencia, por el que ya nos preguntamos al final de la ficha para los
cap. 25-26: ¿cómo explicar que, entre tantas opiniones negativas, la santa obedezca a la única favorable (35,3-5; cf. 34,2; 36,5)? ¿No parecería que selecciona a su gusto, sobre todo, cuando la gran
confirmación divina se da justo después de la firmísima intervención de S. Pedro de Alcántara
(35,6)? ¿Cómo explicar esto a la crítica moderna, tan sospechosa de la pureza de intenciones y, mucho más, del fenómeno místico?
4. Los oficios (responsabilidades comunitarias) “parecíame gran peligro para la conciencia” (35,7;
38,26): ¿qué opinas? Aparte la reflexión, ¿oras por quienes los detentan y/o por cómo los detentas,
si es el caso? Revisa, agradece, suplica… Contrasta todo esto con Fundaciones 5,6.
5. ¿Tienes experiencia, personal o cercana, de gracias como las de 35,10?: revisa, ora… Por otro
lado, lo que continúa aclamando en 35,13-15 se complementará con CV 18,1-2ss.
6. Se habrá notado que, la mayor parte de lo que narra respecto al día de la fundación de S. José, es
la terrible crisis que sufrió. La solución fue determinarse a sufrir (36,9 abajo) y el fruto unas importantes conclusiones: “en qué poco se ha de tener contento ni descontento” (36,9), las gracias que
debía dar por su claridad vocacional hasta ese momento y, además, lo comprensiva que debía ser en
adelante con la monja que viese en crisis semejante (36,11). Revisa, intercede, agradece…
7. El párrafo 36,17 es un buen ejemplo, como diría S. Ignacio, de que “hay que trabajar como si
todo dependiera de uno, y orar como si todo dependiera de Dios”; por tanto, ora, revisa…
8. Después de tanta oposición pública, la aceptación popular llegará pronto (36,25-26): ¿conoces
casos parecidos? También puede ayudar a reflexionar, orar…
9. ¿Qué opinas de las afirmaciones de 36,26 (acerca de lo que se habla en S. José) y 36,27 (acerca
del rigor)? Después de tu opinión, para reparar en la importancia de tener una idea integral del discurso de la santa, contrasta con CV 41,7 y 15,3; 10,6; 11,1-2.
Nota: Se ahondará en las visiones acerca de difuntos (cf. 36,20) en la parte V (cap. 37-40).
Trotta, Madrid 2000. Seguramente será imposible leer esto en un par de semanas, pero como el cap.
2 de Camino también insistirá en la pobreza y está por medio todo el verano, puede irse trabajando
poco a poco. Un pequeño adelanto de esta tesis doctoral en economía es: La actividad fundacional
teresiana en perspectiva económica, Monte Carmelo 105 (1997) 449-470.
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