Defoe y García Márquez

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Defoe y García Márquez
por Juan Gargurevich
Sófocles y Daniel Defoe fueron algunos de los maestros
principales de periodismo de Gabriel García Márquez, según se
relata en la última biografía del gran escritor colombiano, y
que
ya
circula
en
Lima.
Otro
colombiano,
Saldívar,
ha
reconstruido con precisión de cirujano los pasos personales,
estudiantiles, académicos, profesionales de "Gabo" pasando por
su extensa familia. Y ha rescatado de conversaciones con los
amigos
del
autor
cuáles
eran
los
libros
que
leía
y
que
contribuyeron a su formación de periodista primero, y luego o
paralelamente, escritor de ficción.
Allí están Hemingway, Capote, Faulkner y muchos otros
libros que incluyen las tragedias griegas del Sófocles. En
lugar preferente, mencionado muchas veces, resalta el nombre
del autor inglés Daniel Defoe.
Los
estudiantes
de
periodismo,
en
particular
los
que
asumen seriamente la asignatura de "Nuevo periodismo", son
enviados a las páginas de Defoe por sus profesores. Porque
nadie puede negar la enorme influencia que significó para la
formación del periodismo de su tiempo el irreverente inglés y
su igualmente indiscutible universalidad. Leer a Defoe, hoy,
sigue siendo indispensable.
Daniel Defoe nació y murió en Londres, entre 1660 y 1731.
Durante
su
larga
vida
escribió
libros
de
ficción
y
de
testimonio, editó revistas, redactó centenares de panfletos,
la mayoría obras maestras de la literatura.
Hasta nosotros han llegado en castellano por lo menos
tres de sus obras, a saber, "Robinson Crusoe", "Moll Flanders"
y la favorita de García Márquez "Diario del año de la peste".
Habrá
que
relatar
que
Defoe
era
un
personaje
controvertido. amado por sus lectores y seguidores y odiado
por sus víctimas panfletarias. Sumergido en la política fue
2
arrestado en 1703 y condenado a permanecer tres días en la
vergonzante picota, expuesto al público con la cabeza y los
brazos metidos en la clásica madera. Pero no pudieron impedir
que en la primera noche redactara el poema-panfleto "Himno a
la
picota"
que
se
vendía
alrededores
del
suplicio
de
del
manera
autor.
incontenible
Tampoco
en
los
pudieron
las
autoridades contener a los londinenses que pasaban frente a la
picota
y
arrojaban
flores
a
Defoe,
en
la
más
evidente
reivindicación popular.
En 1719 publicó su libro más célebre, "Robinson Crusoe",
una historia de naufragio basada en las aventuras del marinero
Alexander Selkirk y que le dio motivo para crear uno de los
personajes
más
fuertes
y
famosos
de
la
historia
de
la
literatura. Pocos ignoran este relato, que causó conmoción en
su tiempo tanto por su estilo (en primera persona) como por
las reflexiones del náufrago solitario.
Pocos años después, en 1722, publicó el "Diario del año
de la peste" en el que reunió sus hallazgos en materia de
herramientas literarias y brindó así una lección universal de
cómo
debía
afrontarse
el
reto
de
contar
una
historia
tan
formidable como la desolación de Londres a causa de una plaga
de peste bubónica, desde sus inicios, su dramático y trágico
desarrollo y finalmente su final luego de haber causado miles
de muertos.
Defoe
no
fue
testigo
directo
del
drama,
que
había
ocurrido cuando él era pequeño. Pero conocía muchas personas
que
le
contaron
lo
sucedido;
y
así,
uniendo
testimonios,
registros oficiales, armó el formidable reportaje que oscila
entre la verdad y la ficción pero que está basado por sobre
todo en un hecho dramáticamente verdadero. Allí están la lucha
por
la
vida,
las
miserias
humanas
al
descubierto,
las
descripciones casi obsesivas, diálogos como manera de contar y
de informar. Defoe era ya un maestro de la narración
escribió
este
texto
que
no
fue
el
último
publicaría su novela "Roxana", que no conocemos.
pues
cuando
todavía
3
¿Qué encontró García Márquez en el tumultuoso londinense
que lo hizo leerlo y releerlo? Es probable que se interesara
en primer lugar por sus esfuerzos en el alma humana, descubrir
sus secretos, aprender a contarlos; también debió apreciar las
técnicas
vívidos
de
redactar
episodios
que
de
Defoe,
impiden
la
apelación
descontinuar
la
constante
lectura
a
(en
aplicación plena de la regla de oro del interés, que estudian
los literatos) el uso libre de diálogos, y en general de
formas de expresión que sólo se hacían concebibles para las
novelas y no para el relato de algo que había pasado y que
presuntamente debía estar el chato terreno del periodismo de
entonces.
Otro gran inglés de su tiempo, Jonathan Swift, también
ayudó a modelar la gran propuesta inglesa al periodismo, tanto
con sus panfletos políticos como por su obra más famoso "Los
Viajes de Gulliver" publicada en 1726. García Márquez no lo ha
mencionado
a
sus
biógrafos
pero
esa
historia
del
capitán
Lemuel Gulliver en Lilliput tiene que haber pasado ante sus
ávidos ojos de lector insaciable, tal como lo fueron Defoe y
el griego Sófocles.
Razón tienen pues los profesores de periodismo al enviar
a sus discípulos a leer al famoso Defoe, uno de los maestros
de estilo y redacción, repetimos, de Gabriel García Márquez.
---Junio de 1997
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