¿Qué Implica la entrada en vigencia del ALCA para el empresariado dominicano? En los últimos diez años la estructura económica de la República Dominicana, en lo concerniente a su política internacional ha experimentado considerables cambios, cada uno de los cuales ha trazado innumerables retos. Todo esto se corresponde con los nuevos esquemas mundiales de liberalización de fronteras arancelarias o apertura comercial en los que necesariamente debemos incursionar para no quedarnos fuera de este nuevo contexto global y poder competir con éxito en nuestros mercados meta. Aunque el país desde hace casi 20 años ha sido beneficiado por múltiples convenios internacionales como son la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, el cual entró en vigencia en enero de 1984 y consistía en la entrada exenta de impuestos arancelarios de una gran cantidad de productos de unos 27 países en vías de desarrollo de Centroamérica y el Caribe al territorio Norteamericano, también ha sido beneficiaria de los acuerdos de Lomé, firmado entre 15 países de la Unión Europea y 69 estados Africa, Caribe, y el Pacífico en 1989. No obstante estos acuerdos tienen una peculiaridad y es que en dichos convenios los productos de los países beneficiarios entre los que figura la República Dominicana, entrarían libre de gravamen a Estados Unidos de Norteamérica y a la Unión Europea respectivamente, sin embargo nosotros como país beneficiario no estabamos en la obligación de cederles las mismas condiciones a dichos países, es decir las preferencias no son reciprocas. Los nuevos tratados comerciales ratificados como son el de Caricom y el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica, así como los que están en proceso de negociación (ALCA), ofrecen una novedad y un reto. Con estos acuerdos se nos abren muchas puertas, pero de igual manera el umbral hacia la República Dominicana, deberá permanecer abierto, es decir que a diferencia de los convenios anteriores debemos degravar o eliminar nuestras fronteras arancelarias, lo que implica la entrada al país libre gravámenes de una cantidad de productos de considerable calidad compitiendo con los productos de origen nacional. Se avecina un nuevo acuerdo el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el cual estará conformado por todos los países de América y el Caribe, exceptuando a Cuba. La iniciativa nació en la Cumbre de las Américas celebrada en la ciudad Miami, Florida en diciembre de 1994, y está previsto que entre en vigencia en el año 2005, creando el área de libre comercio más grande del mundo. ¿Qué sucederá con los productores nacionales y el consumidor en general? Por una parte está la entrada al país libre de arancel de los productos de más 30 países lo que implica una fuerte competencia para los productos locales, por lo que estos en lo adelante deberán suplir con más ahínco, las exigencias de los consumidores, ya sean estas de precio o calidad. Vale destacar que con ésta apertura comercial los hábitos de consumo sufrirán una significativa variación, ya que a los consumidores les gusta recibir productos de buena calidad a un mejor precio. La disputa por el mercado local entre los importadores y los productores, de cierta forma obligará a que los empresarios desarrollen una nueva visión de futuro, a adquirir nuevas tecnologías, a modernizar sus procesos de manufactura, en definitiva a tener una orientación hacia el mercado, la cual los hará más competitivos. Por otra parte tenemos también la entrada al país libre de arancel de las materias primas que son utilizadas para la elaboración de productos terminados, lo que reducirá considerablemente los costos de producción de los artículos que actualmente se manufacturan en el país, haciendo más competitivas a las empresas locales, permitiendo a la vez mejorar su posición en el mercado nacional y la posibilidad de adquirir nuevas cuotas de mercados en otros países. Cabe resaltar que tendremos acceso a un mercado de casi mil millones de personas, incluyendo a nuestro principal socio comercial Estados Unidos de América, al cual están destinadas más del 80% de las exportaciones nacionales, siendo la República Dominicana, el vigésimo sexto socio comercial de ésta importante nación, la cual es una posición bastante halagadora, si la comparamos con el tamaño de nuestra economía. Se nos presenta también la oportunidad de diversificar geográficamente nuestra oferta exportadora, si logramos captar nuevos mercados y penetrar a otros bloques comerciales como el Mercado Común del Sur (Mercosur), al cual pertenecen las economías más poderosas de América del Sur, lo cual supone una especialización de la producción local, es decir, que debemos competir con los productos en los cuales tengamos una ventaja comparativa o competitiva, en el mismo sentido se le debe brindar apoyo y orientación a todos los sectores económicos, para que tengan tiempo de adecuar sus estructuras productivas, y prepararse para los cambios venideros. Al contrario de los anteriores acuerdos en el ALCA, se nos ha ofrecido la oportunidad de aportar nuestras sugerencias y opiniones, en tal sentido la Secretaría de Estado de Finanzas solicitó a las cámaras de comercio y a las asociaciones empresariales a consultar a sus miembros para determinar los insumos y productos que son importados y los plazos en los que los empresarios consideran que dichos productos deben ser degravados. Están contemplados tres posibles períodos de degravación: inmediato, a 5 años y a 10 años. La Cámara de Comercio, cumpliendo con su rol de representante del empresariado de Santiago, extendió esa comunicación a su matricula de asociados, comunicando inmediatamente los resultados obtenidos a la Secretaría de Finanzas. En los resultados pudimos constatar que un sin número de empresas deseaba que sus insumos entraran al país libre de gravamen, y no aprovechaban la ocasión para solicitar que a sus productos terminados se le extendiera el período de degravación hasta que el empresariado logre ser más competitivo en sus respectivas áreas. Debemos ser proactivos y reaccionar ante las posibles implicaciones de la entrada en vigencia de este nuevo acuerdo, y más aún cuando se nos brinda la oportunidad de ser partícipes del proceso de negociación a través de las diferentes reuniones que se realizan en el país, donde las asociaciones empresariales y la sociedad civil, tendrán la responsabilidad de representar los intereses de sus respectivos sectores. Cualquier empresa organizada que mantenga una posición competitiva sólida, así como un enfoque en el mercado local, no tiene ninguna razón de temerle a la competencia extranjera. Exhortamos al sector empresarial a que busque asesoría profesional a fin de que determine si su empresa está preparada para hacerle frente a los cambios que se aproximan, y si no lo está, cuáles son las acciones que debe ejecutar para lograr competir con éxito en el mercado internacional.