I Encuentro sobre Arquitectura, Vivienda y Ciudad en Andalucía y América Latina Hacia Cádiz 2012 Brasil Rehabilitacion de edificio para infravivienda en calle Humberto de Campos, 107 São Luis de Maranhao El edificio de la c/ Humberto de Campos 107 está situado en el Área Protegida Federal, del casco histórico de São Luis de Maranhao. Estado situado al Nordeste de Brasil. São Luis es considerada un área de transición pre-amazónica. Es una ciudad fundada por franceses en 1612, conquistada por holandeses y colonizada por portugueses en 1619, que son los que dejan su impronta y arquitectura. El edificio es propiedad de la Gerencia Regional del Patrimonio de la Unión, en proceso de donación al Ayuntamiento de São Luis. Tiene una superficie construida de 1.102,50 m2, distribuidos en tres plantas. Es uno de los pocos edificios de traza racionalista con la característica de soportes de sección variable, propios de los años cincuenta. En la actualidad el inmueble es un edificio abrigo para las familias que habitaban irregularmente en los nueve edificios estabilizados por el IPHAN en el año 2004, que fue necesario trasladar a este inmueble hasta que se terminaran las obras de consolidación de aquellos edificios. Esas familias de bajísima renta retornarán a los edificios de origen a corto plazo, y a largo plazo deberán ser trasladadas a este inmueble, ya debidamente rehabilitado, para aproximadamente 20 familias. El nuevo proyecto de rehabilitación, redactado por las arquitectas Karla Nunes, Ana Carolina Mafiel y Karina Maia, dada la gran altura de la planta baja, propone sitúar en ella entreplantas y espacios a doble altura con un juego rico de escaleras que permite zonas de estancia comunitarias. El edificio es oscuro en su interior. Se le abren pequeñas perforaciones en sus medianeras, para lo que ha sido necesario conseguir su permiso, por ser un área protegida. Las cubiertas de teja del centro histórico es una de las características, que se quiere conservar en la ciudad. Esas pequeñas troneras iluminan y ventilan no sólo los corredores y zonas comunes, sino también los dormitorios y baños de la viviendas y, en algunos casos, incluso los estares. Esto supone una mejora importante en la calidad de vida de sus moradores. Hay que tener en cuenta que, en general, las familias de muy baja renta que viven en los edificios del casco histórico, parecido a nuestros corrales, suelen tener sólo una o dos habitaciones para ocho personas. Lógicamente, la higiene e iluminación es un lujo al que no siempre pueden aspirar.