F. Evaluación de la percepción de los beneficiarios

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Informe final de la evaluación externa del Programa de Vivienda
Rural 2005
F.
Evaluación de la percepción de los beneficiarios
Antes de presentar los resultados acerca de la percepción de los beneficiarios es
importante señalar que se trata de una encuesta levanta en tres localidades
seleccionadas aleatoriamente pero que no representan una muestra
estadísticamente significativa y, por lo tanto, no son generalizables al programa a
nivel nacional.
El primer contacto con el PVR fue por medio de los representantes de sus
organizaciones campesinas o del gobierno local, quienes suelen estar muy
claramente identificados por los habitantes de la comunidad por tener algún tipo
de autoridad o liderazgo entre ellos, además de vivir cerca o en la misma
comunidad (como en los casos de Yehualtepec y Dos de Abril). Es decir, la
identificación del ejecutor del programa recae sobre una persona más que en una
organización o institución (véase la gráfica F.1).
Pero, al ser dichos representantes los únicos enlaces entre la población de las
localidades respectivas y el PVR -y al asumir la operación del mismo sin ningún
otro interlocutor social- dejaron a las familias interesadas en recibir el apoyo en
una clara desventaja pues -al permanecer éstas en un papel pasivo y receptivoquedaron expuestas a cualquier omisión o abuso de autoridad de sus
representantes, sin tener algún medio con el cual combatirlo.
F-1
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Gráfica F.1 Medios por los que se enteró del programa (%)
90.0
80.0
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0
10.0
0.0
43.66
43.66
8.45
A migo s o
familiares
Otro :
OSC
2.82
1.41
M edio s de
A grupació n
co municació n campesina
0.00
0.00
0.00
Sedeso l
(central)
Delegació n
Sedeso l
(estado )
Otras
institucio nes:
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Desde luego que esto tiene relación con el nivel de escolaridad de la población
objetivo (como promedio sólo cuentan con estudios de primaria) y, a la mayoría de
ellos, se les dificulta entrar en contacto con procedimientos institucionales y
ciudadanos de cualquier tipo de programa.
Por otro lado, el programa es recibido positivamente (en tanto las ofertas
institucionales de ese tipo son escasas) comenzando en un principio con altas
expectativas, pero disminuyendo cuando pasan varios meses para recibir el
apoyo, (gráfica F.2).
Gráfica F.2 Atención de la demanda (%)
Anteriormente había solicitado apoyo
para su vivienda en alguna otra
instancia
Sí
16.90
No
83.10
Primera vez que solicita este apoyo
Sí
87.32
No
12.68
Tiempo promedio de espera antes de ser
notificado que había sido autorizada su solicitud:
8.5 m eses
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
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Resulta de interés que, durante el trabajo de campo, ningún beneficiario opinó que
el mejoramiento de su bienestar familiar o el incremento del capital físico de sus
viviendas hayan sido los objetivos de este programa y sólo hacían referencia a la
buena intención del gobierno por ayudarlos a mejorar, ampliar o construir sus
viviendas, lo que confirma que no recibieron información completa del PVR.
Bajo estas circunstancias, los beneficiarios únicamente obtuvieron información
acerca de los requisitos documentales necesarios para gestionar el apoyo ante las
instancias correspondientes pero no se les notificaron aspectos relevantes con los
cuales aprovechar de mejor manera las oportunidades ofrecidas en el PVR (sus
derechos y obligaciones, los criterios de selección y los mecanismos de queja).
Por tal motivo, es explicable que 73.2% califique la asesoría recibida como
excelente o buena como se observa en la gráfica F.3.
90.0
Gráfica F.3 Percepción sobre la asesoría recibida de la OSC
(%)
80.0
70.0
57.75
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0
16.90
15.49
8.45
10.0
1.41
0.0
Excelente
Buena
Regular
Mala
No recibió asesoría
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
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Aunado a ello, no se dieron a conocer debidamente los diferentes paquetes de
apoyo básico para la ampliación y mejora de la vivienda y los montos respectivos,
o bien, sólo se hizo de manera muy escueta, pues desconocían lo que comprendía
cada uno de ellos (gráfica F.3)
Gráfica F.4 Transparencia del PVR (%)
Sabe cual es el objetivo del programa
Sí
26.76
No
73.24
Le explicaron los diferentes paquetes
de apoyo
Sí
15.49
No
84.51
Conoce las reglas de operación
Sí
2.82
No
97.18
Sabe sobre la existencia de una
Contraloría Social para el programa
Sí
0.00
No
100.00
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
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Una vez que fueron seleccionados como beneficiarios, tuvieron que pagar a sus
representantes diversas cuotas que van desde 20 hasta 750 pesos como
condición para recibir el material,1 con el fin de cubrir los gastos de papelería,
transporte y gestoría, a pesar del carácter público del PVR (véase la gráfica F.5).
Si bien, para la mayoría de ellos esta cuota era justificada dada la lejanía física
que hay entre sus comunidades y la cabecera municipal o la capital del estado
(desde donde se tramitó y trasladó el material), para otros representó un abuso
por parte de quienes se encargaron de aplicar el programa en la localidad y
generó sospechas e inconformidad. Es conveniente que las RO especifiquen la
prohibición de que las OSC realicen cualquier cobro a los beneficiarios.
Gráfica F.5 Han tenido que pagar por algún
servicio proporcionado por la OSC u organización
campesina(%)
No
14.08
Sí
85.92
Prom edio de pagos:
$248.31
Conceptos que m encionaban:
Flete
Descarga
Para el licenciado
Inscripción al programa
Para obtener el apoyo
Trámites y pasajes
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Lamentablemente, no pudieron traducir este tipo de inconformidades en quejas
formales puesto que los beneficiarios no habían sido preparados para participar en
actividades de control y vigilancia del PVR como lo señalan las RO.
1
En la primera entrega. Algunos de los conceptos -como los fletes- muy probablemente serán
cobrados otra vez en la segunda entrega.
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Asimismo, cuando los beneficiarios no hacen uso de los canales institucionales
para comunicar sus inconformidades, son remotas las posibilidades de que éstas
prosperen y se les dé oportuna atención, pero ante todo el programa no recibe
retroalimentación. Al proceder de esta manera, no hay posibilidad de que el
programa mejore.
Inhibida así la participación de la colectividad, los beneficiarios no tenían manera
de vincularse a la operación del Programa. Por lo tanto, quedaron sujetos a las
tradicionales relaciones paternalistas con las autoridades o representantes locales
para la atención de los asuntos cotidianos de la localidad.
Como resultado, lo único que hicieron los beneficiarios fue asumir una posición
pasiva y esperar un periodo de tres a cinco meses para saber si habían
seleccionados y recibir posteriormente el apoyo anunciado.
En estas circunstancias, el apoyo fue recibido con las inconsistencias esperadas.
Habiendo vacíos de información y de participación social, los beneficiarios
recibieron el material como subsidiario, proclive a otorgar un alto reconocimiento a
sus representantes por ser quienes gestionaron los apoyos obtenidos.
Quizás uno de los casos más notables de la falta de participación fue la
relacionada con el material pues, con base en un supuesto criterio de “equidad”,
se estandarizó el apoyo entregándose el mismo paquete a todos los beneficiarios
(sin darles oportunidad de conocer y elegir de acuerdo con sus necesidades y
planes particulares de mejoramiento de su vivienda), o peor aún, a pesar de que
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las condiciones de la localidad no ofrecían posibilidad del uso efectivo del material
entregado.2
Situaciones como las que anteriormente se han comentado, generan descontento
en los beneficiarios; sin embargo, debido a la gran necesidad que tienen, reciben
con beneplácito los apoyos, diciendo con frecuencia: “siempre es mejor algo que
nada”. Para que el beneficio sea real -y no el simple sentimiento de “peor es nadaes imperativo que los beneficiarios obtengan el material que verdaderamente
requieren para su obra.
En otros casos, el material fue recibido por varios familiares que habitan en una
vivienda en virtud de que comparten el mismo predio, o bien, en otros, algunas
parejas recibieron doble apoyo a pesar de habitar la misma vivienda.
De ninguna manera esto era bien percibido por quienes recibieron sólo un apoyo
por familia, menos aún por quienes fueron excluidos del programa, como lo
muestra el caso de Alma Alicia Salazar Delgado de la localidad Dos de Abril en el
estado de Durango, que por carecer de una propiedad, se le retiró el apoyo.
Aunque en este caso puede argumentarse el apego a las RO más bien parece una
excusa ya que en los casos de doble apoyo por familia también se violaban las RO.
Lo que explica ese trato preferente es la serie de méritos que cada familia tiene
que hacer para lograr el apoyo por parte del ejecutor, al menos hasta que lleguen
los materiales. Es decir, se recurre a la práctica del clientelismo, que aparece está
presente en la operación del programa y termina imponiéndose en la elección de
los beneficiarios y en el proceso de entrega del apoyo.
2
En la localidad de Ahuacatepec, municipio de Quechultenango, Guerrero, se les suministró una
taza de sanitario y un tinaco cuando carecen de agua potable y drenaje. Además, dadas las
características del terreno y de las construcciones, sería imposible colocar tinacos en los techos.
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Otro caso de irregularidad fue el detectado en esa misma localidad, en el que los
representantes de la organización campesina promovían el voto a favor del Partido
del Trabajo e invitaban a sumarse a las actividades de ese partido.
Una vez recibido el apoyo, la aplicación del material en pocos casos realmente
ayudó a realizar alguna mejora, ampliación o a iniciar una construcción. Además,
debido a que los paquetes recibidos no estaban completos o bien, a que no se
ajustaban a las necesidades particulares de los beneficiarios, el objetivo fue
parcialmente alcanzado y dejó en ellos cierto grado de insatisfacción.
Durante el trabajo de campo, se observó -por ejemplo- que algunos beneficiarios
resguardaron el material en sus casas, pues esperaban la segunda entrega, que
por cierto ya había tardado, o bien, compraron con su propio dinero el material
complementario para emprender o continuar la obra, ya que era insuficiente el que
se les había entregado por medio del PVR.
Otro factor que impidió la puesta en marcha de las obras fue la temporada de
cosecha. Algunas familias dejaron la obra inconclusa o sin comenzar debido a que
los hombres tuvieron que dedicarse a la labor del campo cuya mejor época es
precisamente la de de octubre y noviembre y, por lo tanto, no podía postergarse.
Esta interrupción puso en riesgo la calidad de las obras pues el cemento, al pasar
un tiempo aproximado de mes y medio, se van perdiendo las propiedades del
cemento y se afecta la resistencia del concreto por lo que no es posible ya
utilizarlo en techos o paredes, sino únicamente para pisos.
Pese al objetivo de procurar espacios habitables y confortables en las viviendas de
la población rural, en algunos casos se observó que el apoyo fue destinado a fines
muy ajenos a los esperados por el PVR.
Si bien el jefe de familia fue el que decidió en qué aplicar el material recibido, al no
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tener claros los propósitos del Programa, terminó empleándolo según sus propios
criterios. Así, se detectaron casos en los que el material lo emplearon:
•
para construir habitaciones nuevas -separadas de la vivienda pero dentro
del mismo predio donde viven- en lugar de mejorar aquellas que por su
antigüedad o por el material del que están hechas, se encuentran
deterioradas.
•
para construir un baño en viviendas en donde no hay agua entubada ni
conexión con el drenaje.
•
como recipiente para almacenar al agua (tinacos), ya que en la localidad no
hay agua potable ni drenaje.
•
para hacer una tumba.
•
para emparejar una parte del patio porque no alcanzaba para el piso de la
vivienda.
•
para venderlo
Si bien estos casos no fueron la mayoría, si son suficientes para demostrar que la
aplicación del material no fue acompañada de la debida supervisión ni asistencia
técnica y tampoco se apegó a las reglas de operación del PVR.
En cuanto a la mano de obra empleada, en muy contadas ocasiones se contrató a
otra persona en razón de que los ingresos de las familias no eran suficientes para
cubrir un gasto de este tipo. En la mayoría de los casos, fueron los mismos
miembros de la familia o amigos, quienes contribuyeron en la obra, lo que motivó
su corresponsabilidad con el proyecto.
Sin embargo, en ninguno de los casos, contaron con la asistencia técnica ofrecida
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en el Programa, lo que dejó abierto aún mas el abanico de posibilidades para que
cada beneficiario dentro de su predio o vivienda, hiciera uso del material recibido
según sus propias conveniencias y posibilidades.
Considerando la manera en cómo fueron registrados, recibieron y aplicaron el
apoyo, la opinión de los beneficiarios fue el natural reflejo de las inconsistencias
que percibieron a lo largo de la operación del PVR.
Dado que el avance físico de la obra, aun habiendo empleado todo el material, no
permitió concluirla como ellos habían pensado, afirman que el beneficio del
programa fue parcial.
El valor del capital físico que consideran que adquirió su vivienda después de
haber aprovechado el apoyo, fue muy poco. Salvo en los casos en los que
adquirieron más material por su propia cuenta para construir nuevas habitaciones,
en la mayoría de las ampliaciones o mejoras no significó realmente una reducción
de las desigualdades en las condiciones de vida de los habitantes del campo.
A pesar de las problemáticas observadas, la mayoría de los beneficiarios
aseguran que el objetivo establecido en su obra se cumplió o, en algunos casos,
se cumplirá al menos parcialmente (46.5%); asimismo, 60.6% se considera muy
satisfecho con el programa (véanse las gráficas F.6 y F.7).
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90.0
Gráfica F.6 Percepción sobre el grado de cumplimiento del objetivo
establecido en el proyecto u obra(%)
80.0
70.0
60.0
50.0
40.0
46.48
38.03
30.0
14.08
20.0
10.0
1.41
0.0
Totalmente
Parcialmente
No se cumplió
No contestó
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Gráfica F.7 Grado de satisfacción con el programa (%)
90.0
80.0
70.0
60.56
60.0
50.0
40.0
29.58
30.0
20.0
10.0
4.23
5.63
Nada
No respondió
0.0
Mucho
Poco
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Aunado a ello, y pese a las bondades de este apoyo gubernamental, aquellos
habitantes de la localidad que no fueron seleccionados como beneficiarios,
señalan la poca equidad del PVR. No obstante, los que fueron beneficiados
reconocen la aportación de este programa pues, aunque fue insuficiente el
material o no correspondía a lo que ellos hubieran querido o necesitaban, les
permitió reducir los costos de construcción en beneficio de su patrimonio familiar.
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Los beneficios que perciben las personas apoyadas por el PVR se muestran en la
gráfica F.8. De las familias beneficiadas, 60.6% experimentó poco aumento en su
patrimonio familiar y 11.27% señala que participar en el programa no afectó en
nada su patrimonio familiar, cifras que indican que ese objetivo del no se está
cumpliendo, tal vez debido a las entregas parciales de los materiales que no
permiten que se construya de forma macro.
Gráfica F.8. Beneficios económicos y sociales
70.00
60.00
50.00
40.00
30.00
20.00
10.00
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Mejora en las
relaciones
comunitarias
Mejora en las
relaciones
familiares
Aprovechamiento
de recursos
naturales
Apreder nuevos
conocimientos
Aprovechamiento
de espacios
Costos de
construcción
Técnicas de
construcción
Aumento de
patrimonio
familiar
0.00
Mucho
Poco
Nada
No respondió
A lo largo de las visitas a las localidades se hicieron evidentes las malas técnicas
constructivas en cada una de las obras realizadas con insumos del PVR y esto se
manifiesta en que 46.5% de la población siente que mejoraron poco sus técnicas
para la edificación de sus obras, por lo que reiteramos la importancia de elaborar
manuales de autoconstrucción para utilizar de manera eficiente y eficaz el paquete
del cual fue beneficiado.
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Son pocos los beneficiarios que hicieron construcciones significativas (cuartos,
baños) en sus viviendas, debido a que no se entregaron los paquetes completos
de materiales y la mayoría, en el mejor de los casos, sólo hizo pequeñas mejoras
y/o mantenimientos básicos por lo cual 31.0% siente que se aprovecharon los
espacios en la vivienda y 22.5% expresa no tener ningún tipo de afectación en
este aspecto.
En cuanto a nuevos conocimientos (acerca de construcción, de las RO de
programa y de las gestiones ante el gobierno para ser beneficiario del PVR) 78.9%
de la población manifestó haber aprendido poco o nada. En el trabajo de campo
se percibió que a pesar de haber sido beneficiados, la población no se interesó por
saber cómo se conseguían los recursos, de dónde venían y peor aún, la gran
mayoría no intervino en la obra (ni como ayudante ni como simples observadores)
aunque hay que tener en cuenta que un porcentaje importante de la población
beneficiada no había utilizado el recurso entregado.
Con relación a los recursos naturales, 56.3% de la población manifestó que
participar en el PVR no le ayudó a mejorar su aprovechamiento. Por otra parte, la
relación que existe entre las condiciones de la vivienda y las relaciones con la
familia es estrecha ya que un espacio confortable y agradable crea un ambiente
apto y propicio para que las relaciones interpersonales y familiares fluyan
fácilmente. Al mejorar las condiciones físicas de sus vivienda tan sólo 29.6%
expresó que las relaciones familiares mejoraron mucho, mientras que 42.3%
consideró que mejoraron poco.
A pesar de que no toda la población de las localidades fue beneficiada por el PVR y
de que muchos de ellos no estuvieron de acuerdo con la forma de elegir a los
beneficiarios del programa, 57.8% afirmó que sus relaciones con la comunidad no
se afectaron.
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Informe final de la evaluación externa del Programa de Vivienda
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En la experiencia en campo se pudo percibir que 57.8% de las personas apoyadas
siente que se ha beneficiado a nivel individual al participar en el programa y
31.0%, en el familiar. En contraparte, 56.3% siente que no se ha beneficiado en
nada en el nivel comunitario, tal vez debido a que las condiciones de sus viviendas
no se han visto mejoradas significativamente y, por lo tanto, no se ha dado un
impacto en el entorno físico de la comunidad.
A pesar de la desigualdad en la distribución de los insumos dentro de la población
beneficiada y los criterios que las OSC tomaron en cuenta para conceder los
paquetes, 54.9% de la población beneficiada expresó que el PVR no tuvo ningún
efecto dentro de la vida comunitaria de las localidades visitadas, como se puede
apreciar en la gráfica F.9.
Gráfica F.9. Impacto del PVR en la comunidad
60.00
50.00
40.00
30.00
20.00
10.00
0.00
Mayor
integración
Provocó
conflictos
Mayor
participación
ciudadana
Ninguno
No respondió o
no aplica
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
La metodología que se utilizó en la cédula para evaluar la imagen de la Sedesol y
de otros programas de gobierno fue pedirle al entrevistado que otorgara una
calificación que oscilaba entre 5 (la más baja) y 10 (la más alta). La población
beneficiada manifiesta tener una buena imagen de la institución, lo que se
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refleja en que 31% de los encuestados la calificó con 10, catalogándola como una
de las instituciones del gobierno de la cual se han beneficiado de más programas
sociales (Oportunidades, Procampo, PVR). En el otro extremo, 16% otorgó una
calificación de 5 a la institución, pero vale la pena aclarar que la mayoría de los
encuestados no tenían conocimiento que ésta era la que les estaba otorgando el
beneficio de los paquetes para la mejora y/o construcción de vivienda, y otra parte
manifestaba no conocer a la Sedesol.
Respecto a otros programas sociales del gobierno, del total de la población
beneficiada por el PVR, 36.6% concedió una calificación de 10 a la gestión del
gobierno en inversión social y aseguró estar complacida con la atención que se le
está dando a la población económicamente más desfavorecida del país; 8.4%
expresó que no perciben que los programas sociales del gobierno les esté
ayudando lo suficiente para satisfacer sus necesidades básica. (véanse las
gráficas F.10 y F.11).
Gráfico F.10. Calificación de la im agen institucional
35
30
25
20
15
10
5
0
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueva
Diez
No respondió
o no aplica
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa de PVR 2005
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Informe final de la evaluación externa del Programa de Vivienda
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Gráfica F.11 Calificación de otros program as de gobierno
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueva
Diez
No
respondió o
no aplica
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación del PVR 2005
A pesar de los inconvenientes que se presentaron en el momento de la
asignación, distribución y aplicación de los paquetes, 94.3% de la población
beneficiada recomienda el PVR y manifiesta que participaría nuevamente en el
programa si las RO lo permitieran (véase la gráfica F.12).
Gráfica F.12 ¿Recom endaría este program a?
Sí
94.37
No
5.63
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta para la evaluación externa del PVR 2005
Para finalizar, algunas recomendaciones que podrían ayudar a que los
beneficiarios asuman el papel de promotores y vigilantes de este programa son las
siguientes:
-
Proveer de información de primera mano a los habitantes de la población,
que les permita comprender los objetivos, los mecanismos de
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operación, los paquetes que comprenden el apoyo y los requisitos a cubrir
para su registro. Asimismo, explicarles los derechos que tienen y dar a
conocer los canales de comunicación por medio de los cuales pueden
externar sus quejas y hacer valer su condición de ciudadanos. Si no se
fomenta la generación de procesos corresponsales en la colectividad, la
probabilidad de que aumente su pobreza seguirá en aumento y, en
consecuencia, continuarán requiriendo de subsidios del Estado.
-
Establecer que los apoyos se entregarán a una vivienda-familia, ya que la
realidad de muchas familias es que comparten la misma vivienda y por ese
hecho llegan a recibir dos, tres o más apoyos, faltando al sentido de
equidad.
-
Asegurar, mediante la asistencia técnica brindada a quienes realizarán la
obra, que el material de construcción se emplee en las mejoras que
verdaderamente respondan a los objetivos del Programa.
Un aspecto interesante de la encuesta fue conocer la percepción sobre el costo –
beneficio en el PVR. Al respecto, se preguntó a los beneficiarios qué valor
estimaban que tenía el predio antes del proyecto y el costo promedio obtenido fue
de $33 022.06. Asimismo, al preguntárseles sobre qué valor estimaban que tienen
sus predios después del proyecto, el costo promedio ascendió hasta $43 076.47.
Por lo tanto, la diferencia de promedios se ubica en $10 054.41.
Consideramos que los beneficiarios -en esta parte del análisis- unen los esfuerzos
del PVR junto con sus propios esfuerzos en tanto que algunos han añadido por
iniciativa propia recursos económicos para la compra de más materiales y la gran
mayoría han pagado para acceder al programa.
En cambio, cuando se les cuestionó a los beneficiarios sobre cuánto costaría el
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mismo proyecto sin el apoyo del programa, consideraron en promedio $5 067.14.
Finalmente, a la pregunta “¿En cuánto valora el servicio recibido?” el promedio
que se obtuvo fue de 5 347.14. Lo anterior nos indica que los beneficiarios en
general sí valoran los apoyos del programa (considerando que la diferencia es
positiva y asciende a $280.00), pero en mucho menor proporción que en el
resultado anterior.
Esta percepción demuestra, en términos monetarios, que el programa en los tres
estudios de caso no ha impactado de forma contundente en comparación con la
inversión que se ejerce.
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