En el otro extremo, el empirismo, estaría la posición de Hume, para

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Compararé a Platón, Aristóteles, Hume, Kant y Nietzsche fijándome en sus concepciones acerca de cuatro temas fundamentales: Ser, Conocimiento, Dios y Hombre:
El ser:
De un lado tenemos una posición extrema idealista, la de Platón, para quien las auténticas realidades son las ideas del mundo inteligible. Las cosas del mundo sensible
solo son realidades a medias.
En el otro extremo situaría a Nietzsche, con una concepción claramente identificable
de materialista, pues considera que sólo es real el “mundo aparente” del que habla Platón, en tanto que las realidades ideales del “mundo verdadero” platónico “son un añadido mentiroso”.
Aristóteles estaría en una posición intermedia, pues para él son plenamente reales
cada uno de los seres individuales concretos, es decir, cada uno de los seres naturales
(sujetos a devenir) y cada uno de los seres sobrenaturales (cuerpos celestes, Dios, no
sometidos a devenir).
Hume y Kant representarían también posiciones intermedias:
Hume afirma que no podemos saber si hay o no seres y qué son.
Kant afirma que hay seres en sí( mundo, almas, dios), pero que no podemos conocerlos con la razón pura.
El conocimiento.También con respecto a este tema Platón representa la posición extrema racionalista,
puesto que considera a los sentidos una fuente poco fiable de conocimiento en tanto que
cree que sólo la razón es capaz de captar las realidades ideales y las esencias de las cosas del mundo sensible, esencias que están en el mundo ideal.
En el otro extremo, el empirismo, estaría la posición de Hume, para quien los sentidos (las impresiones) son la única fuente fiable de conocimiento en tanto que la razón
no es fiable cuando elabora ideas que vayan más allá de las impresiones. Este planteamiento de Hume desemboca en un escepticismo teórico radical al concluir que no es
posible saber nada acerca de dios, el alma o el mundo.
Nietzsche representaría una posición en parte intermedia: De un lado se sitúa en las
antípodas de Platón al afirmar que los sentidos son plenamente fiables; de otro otorga a
la razón la función de “pensar los datos de los sentidos”, por lo que considera que es
posible un conocimiento seguro acerca del mundo, lo que le permite evitar el escepticismo de Hume.
También Aritóteles y Kant representarían concepciones intermedias entre racionalismo y empirismo:
Aristóteles afirma que los sentidos son la única fuente fiable de conocimiento;
pero también dice que el conocimiento no se detiene en ellos, sino que la razón abstrae la esencia del conjunto de datos proporcionados por los sentidos.
También Kant considera que es vano el intento de aplicar conceptos a lo no dado
en la experiencia, antes al contrario, el punto de partida del conocimiento son los datos captados por la sensibilidad tanto externa como interna (=los fenómenos); pero a
continuación dice que dichos fenómenos tienen que ser ordenados por los conceptos
y categorías del entendimiento y las ideas de la razón. En consecuencia, el resultado
neto de su concepción es un cierto escepticismo, aunque no tan extremado como el
de Hume, con respecto a las posibilidades de la razón pura de captar la realidad.
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Dios.Platón afirma la existencia de un demiurgo, una especie de espíritu que construye el
mundo sensible tomando como modelo las esencias del mundo inteligible. También
habla del bien en sí como realidad suprema, fuente de toda realidad y verdad. Ambas
concepciones se incorporarán posteriormente a la noción filosófica y religiosa de dios.
Aristóteles elabora la primera concepción no antropomórfica de dios estableciendo
que es un ser perfecto, inmutable, acto puro, conocimiento de conocimiento. Considera,
incluso, que se puede demostrar su existencia con el argumento del movimiento. Se
trataría de un ser extramundano que mueve las esferas celestes por atracción, como causa final, aunque no interviene en absoluto ni en el mundo ni en el hombre.
En el otro extremo de estas concepciones estaría Nietzsche quien niega de forma rotunda la existencia de dios (“dios ha muerto”), afirmando al mismo tiempo la pérdida de
vigencia de todos los valores y normas basados en la noción de dios.
Las posiciones intermedias vendrían representadas por Hume y Kant.
Hume cree que no podemos saber si dios existe o no, que se trataría de un asunto
de fe, ya que nuestro conocimiento no puede ir más allá de las impresiones y no tenemos impresión de dios.
Para Kant dios existe, pero admite que dicha existencia solo puede ser establecida por la razón práctica como postulado, no por la razón pura.
El hombre.Para Platón el hombre es un ser especial, distinto de los demás seres del mundo sensible, al estar compuesto de dos sustancias de propiedades, origen y destino diferentes:
Un cuerpo material, mortal, y un alma inmaterial, inmortal.
Para Aristóteles el hombre es uno más de los seres naturales, al que le son aplicables
las mismas teorías que a los demás seres naturales: Está formado por dos principios
constitutivos intrínsecos, materia y forma, que en el caso del hombre, se denominan
cuerpo y alma, respectivamente. A lo largo de la mayor parte de su obra niega la inmortalidad del alma, aunque en el de ánima parece afirmar que una parte del alma, el entendimiento agente, “es imperecedera e inmortal”.
La postura extrema contraria vendría de nuevo representada por Nietzsche, quien
niega con vigor la pervivencia del alma tras la muerte, considerando al hombre como un
paso intermedio entre la bestia y el superhombre.
Concepciones intermedias serían de nuevo las de Hume y Kant, consecuentes con
sus concepciones, expuestas más arriba, acerca de la realidad y del conocimiento.
Hume considera al hombre como una sucesión de vivencias, siendo la cuestión
de la existencia o no de un alma o cuerpo un asunto de fe.
Kant cree en la existencia de un yo permanente e inmortal, pero también afirma
que dicha realidad solo puede ser captada como postulado de la razón práctica, no
por la razón pura.
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