NIPIYOUNA EL DETECTIVE EL CASO DE LA RUBIA Era una noche muy fría, de esas en las que los grajos rozan con la barriga el suelo. El viento soplaba fuerte llevando los vientos de la guerra como lleva las hojas en otoño (la frase es la ostia de cursi eh?, lo que tiene que hacer uno para meter ambiente (perdón, sé que la palabra meter y ambiente en la misma frase puede crear confusión, pero que vamos, que soy mu machote yo ¿eh?(pido perdón si el conjunto gay de la web se ha ofendido, sólo pretendía hacer un chiste(vamos, no es que me tome a chiste el tema de los gays bueno, lo dejo que lo estoy empeorando(¿éste es el 4º o 5º parénteis?, bueno lo dejo ya))))) Y allí me encontraba yo, Nopiyouna el humano, hijo de otro humano, que a la vez era hijo de otro humano (sí, los humanos somos así). Aún no lo sabía pero la veleta del destino viraba (bueno si no saben el significado pueden hacer como el que pone "giraba" ¿vale?) en mi dirección y traía a una hermosa elfa hasta el despacho del seductor investigador privado Nopiyouna (vamos yo). Se abrió la puerta de la taberna "Las cucarachas también tienen que comer" donde había preparado un rinconcito de lo más mono y entró. Meneando sus caderas (el culo vamos) se acercaba a mí como una gata (era una elfa no se confundan, es que soy muy poético yo) acechando a un pobre ratón (lo de pobre era verdad), apenas tuve oportunidad de levantar la cabeza y despejarme de mi seco sueño (me refiero a que no era sueño por borrachera, no piensen en cosas raras) cuando la elfa se sentó en la barra. -bla bla bla - me dijo sensualmente mientras giraba una pierna para ponerla sobre otra. - ... - decía/babeaba yo mientras posaba mi mirada en el sobrecargado escote. La elfa tuvo que darse cuenta (por cohones vamos) y se anudó más arriba el vestido daigual-el-color que llevaba, por lo cuál no tuve más remedio que escuchar lo que decía -¿Es usted o no?- me dijo esta vez con un poco menos de gracia en la voz -¡Fijo que sí!, ¿qué quería? - sutil ¿no? -Necesito que encuentre a mi marido, es un hombre rico y tal, viajábamos en una caravana y fuimos asaltados por una cantidad ingente de orcos (así a ojo), sólo usted puede ayudarme, ¡le daré lo que quiera! Creo que todos pensareis que lo que le pedí fue algo obsceno, digno de un friki que ha visto mucho manga (una cantidad ingente, más concretamente(lo de la cantidad ingente es en honor a mi Master de D&D 3º (Raúl) que usa esa palabra normalmente acompañada de la otra palabra, orcos (bueno sigo con la historia))). Pues no (en serio), gracias a mi gran agudeza y mi gran capacidad de deducción imaginé que su marido era otro elfo, y claro, los elfos, como todo el mundo sabe(y pobre del que no), son un pelín amanerados ellos, seguro que sólo se fijan en otros machos y no saben apreciar a una hembra, y claro, como tiene mucho dinero(una cantidad ingente), la pava ésta se le ha pegado como una lapa... -Por supuesto que la ayudaré... -¿Y su espada? - ¿Mi qué ? - Su espada... su arma... con lo que pega oxtias vamos... -Ah... se refiere a eso... no tengo - Yo no tenía espada, era un detective, no un aventurero... -¿Pero no es usted Mc Lodrom?, ¿el fuerte y sexy héroe de la comarca? Yo no sabía a que coño se refería la tía esta, pero claro, uno no puede defraudar a una clienta, sobre todo cuando la clienta usa cuerdas para sujetar el escote en vez de cordones, además, ¡me había dicho sexy, ésta tenía que caer como fuera vamos! - Esto... no verás... yo es que soy... -¡Ah! ¡es usted un mago! - eso...(oh, no mierda) - Con lo feliz que se puso me dio hasta un amago de beso (amago de beso: es eso que tú te imaginas que va a pasar cuando una tía buena se acerca a tí alegremente que hasta pones los morritos y todo pero luego no pasa, técnica que usan muchas "amigas". Pues ésta era una maestra en eso de amagar) Así que cerré la taberna (eché la llave porque tengo la cucarachera (como una gatera pero más chico, ingenioso yo ¿eh?)) y partimos hacia el camino... (obvio) Al llegar allí (sin espada, no se me pierdan) no encontramos rastro de nada, estaba el camino y tal, pero ni caravana, ni carruajes destrozados, ni cadáveres humeantes, ni chicas en bikini (siempre cabe la posibilidad ¿no?). En cambio encontré algo... o más bien... algo me encontró a mí. -¿Has oído eso?- Me intentó avisar la chica elfa... tarde. De pronto de detrás de un árbol (momento dramático) salió un orco tranquilamente y sonriente... sin siquiera desenfundar su espada. - ha ha ha ha (risa de malo) sabía que la elfa volvería para recuperar sus joyas, Salfuman me dejó aquí escondido para que se la llevara... ahora me llevaré a la chica y te mataré, ¡escoria humana! - Hum...- ¿ qué querían que dijese, si lo había dicho todo él muy clarito? Así que ni corto ni perezoso (¿alguien sabe el verdadero significado de esta expresión?) me abroché bien los zapatos de cuero para pirarme de allí cuando miré de nuevo a la rubia (la rubia es la misma que la elfa, que la chica elfa y todas sus variantes) que me dijo muy puesta en su papel ella... - Venga, conviértelo en conejo o algo así Miré a la chica... miré al orco... miré a la chica sonriente... miré al orco que se frotaba las manos... A veces uno tiene que dejar de lado todo su orgullo y su amor propio y tomar decisiones, decisiones muy duras, pero quizás, decisiones correctas. Así que saqué la billetera y empecé a aflojar papelitos de colores... Entre lo que le pagué y lo que negociamos pudimos no sólo librarnos del secuestro y la paliza, sino que nos dijo como llegar al calabozo donde tenían al de-momento-marido de la chica y nos regaló una camiseta de Beckam, buen tipo el orco éste. Total que de camino al poblado donde tenían al de-momento-marido de la chica se nos hizo de noche (sé que he escrito se nos todo junto, pero es que durante el camino no podía mirar otra cosa). El orco nos dijo que se había quedado en el poblado "Ciruel existe" (vamos que nadie conocía el lugar si no fuera porque también nos vendió un mapa de cómo llegar al sitio, y me salió tan sólo por las escrituras de mi taberna) porque de momento los calabozos de la ciudadela orca estaban llenos de Jovits y héroes como para meter al simple ese... Bueno, llegamos de noche a "Ciruel existe" y claro, nadie puede salvar a nadie con hambre sueño y ganas de... de dormir y eso vamos, así que fuimos a pasar la noche en una taberna cualquiera de aquel lugar (¿qué más da el nombre? si jamás pienso volver al lugar). Una vez ya en la habitación doble (que yo no sabía que se refería a 1 cama para cada uno hasta después de pagarla) ella se impacientó y me dijo: - ¿Por qué le diste todo el dinero a ese orco?¿No hubiera sido mejor hacer magia? Porque eres mago, ¿no? - Hum... sí claro... es que no me gusta abusar de la magia... - frase típica que esperaba que me salvase de la situación - Pues o me haces algún truco de magia o me voy, porque no creo que seas quien dices ser. - ¿Por qué las mujeres lo complican todo tanto? ¿Por qué no se quitaba la ropa ya? Estaba en una encrucijada, yo sólo me sabía un truco que además no solía colar, pero bueno debía intentarlo. - Está bien está bien... vale, te haré magia... verás... te voy a tocar las tetas sin que te des cuenta No cabrían adjetivos suficientes para describir la mirada que me echó pero quizás sí podría describir sensaciones de miedo y pánico que provocaron en mí, aún así accedió y tomó una pose que acentuaba más si cabe (no cabían mucho pero bueno) sus enormes pechos (vamos habría puesto tetas, pero no sé, me dio reparo). Total, que el truco salío así. Se las cogí. La elfa me miró, miró mis manos, miró mi cara de pervertido, miró de nuevo mis manos moviendo los dedos felizmente... Y me cruzó la cara de un guantazo que me dejó con más ganas de dormir de las que ya tenía. A la mañana siguiente seguía muy enfadada pero se calmó cuando le dije que era sólo una broma y que en verdad si era mago y que siguiera conmigo que vería todo mi potencial. Y así nos dirigimos a los calabozos (a estas alturas pensaran que ya tenía un plan ¿no?, pues eso mismo, ¡que no!). Al llegar al cuartel de los orcos entramos ambos y nos encontramos allí, evidentemente, a un orco, bueno eran dos, para no repetirme en las escenas, vale, eran dos orcos. Pensarán que los orcos se me echarían encima y tal porque eso es lo que hacen los orcos ¿no? pues no, estos orcos habían vivido toda su vida en "Ciruel existe" y ya estaban acostumbrados y la gente porque desde chico blablabla... Bueno, pues entramos y pedimos por favor por favor que nos dejaran ver al prisionero (soltando mis últimos billetes a los que tuve que adjuntar unas gafas de sol y un carné falso para entrar de gratis en el "Jinete Montador XXX"). Una vez llegamos a la celda acompañados por uno de los orcos nos encontramos a un elfo con unas ropas muy muy raritas, como esto no es un artículo de moda paso de describir la ropa, sólo que era ropa hortera que te cagas. Una vez allí yo esperaba que la chica se lanzara a los brazos del hortera ese, pero claro, no fue así porque aún teníamos que subsanar el detallito de los barrotes y eso. Puse mi mejor pose de heroico-mago y dije: -¿Por qué esta este elfo encerrado? - Porque iba muy rápido con el carro y iba muy muy puesto de cocacolat. - me aclaró en un tono paternal el orco. - Ah... ¿y esa bebida es ilegal o algo?- si esa bebida era ilegal yo tendría serios problemas con la justicia de Ciruel debido a mi adicción por dicha bebida (¿se han dado cuenta que dicha rima con picha?). Éste era un pueblo muy raro, vivían estos dos orcos con un montón de humanos (aquí no se podría decir una cantidad ingente porque es un pueblucho cutre). Pero a veces la historia prende su propia mecha y acelera acontecimientos... Cuando me encontraba sumido en mis pensamientos la rubia le dio con un palo que nadie sabe de dónde salió(vamos, yo no sabía de dónde había salido) al orco con el que estaba hablando y lo dejó en el suelo inconsciente... Como era de esperar mientras yo rezaba porque el otro orco del interior del cuartel no viniera , la elfa rebuscaba las llaves de la celda en el pantalón del orco... - Las he encontrado las he encontrado, pero están dentro de los pantalones, que bien escondidas las tiene... - decía toda ilusionada ella. - Eh... esto... eso no son las llaves, búscale en los bolsillos mejor...- tuve que aclarar el hecho por pura envidia, lo reconozco. Al fin aparecieron las llaves y claro, teníamos que salir del mismo modo que entramos porque era el único camino, pero si salíamos el orco me iba a foxtiar casi seguro (sin el casi). - ¡Haz un truco! - me dijo la ilusa... yo sonreí levemente y pensé en una buena forma de improvisar. Con rapidez idee un plan. -Corred, ponle esta capa mágica a tu novio y que cierre los ojos- Le dije yo poniéndole un trapo que tenía para los resfriados en el bolsillo (en el bolsillo el trapo, no los resfriados). Le protegerá mágicamente y lo usaremos de escudo.- Dije muy convencido yo... miré sus caras, muy convencida ella, muy poco convencido él. Tanto el elfo como yo sabíamos que sonaba a trola lo del trapo, pero cualquiera contradecía a la nena con las tortas que daba la tía. Así que el pobre desgraciado se puso el trapo a modo de babero y se dejó que lo guiáramos hacia fuera cerrando los ojos. Nada más salir el orco se lanzó y la emprendió a tortas con el pobre elfo, débil ya de por sí por su cautiverio. - Se lo va a cargar, ayúdalo - Me decía la elfa - Esto... no, no te preocupes por él, si no le duele, si ahora es un escudo- dije yo evitando poner cara de dolor al contemplar la imagen. Cuando el orco acabó de golpear al desgraciado , nos dejó que nos lo lleváramos a enterrarlo, yo también pensé que estaba muerto, pero como las grandes historias tienen finales tristes el elfo seguía vivo. Finalmente el tío se recuperó de las heridas y su novia elfa se fue con él, la verdad que aprendí dos cosas de este caso... 1º Siempre acuerda antes del trato, el precio de tu servicio. 2º Cuando un elfo esté en medio de una batalla y parezca muerto, asegúrate de que lo está antes de rescatarlo, sobre todo si su novia está buena que te cagas. Con estas dos lecciones magistrales aprendidas y un par de entradas gratis al parque de atracciones Elfo-land que me pagaron concluyo mi historia... Ahora si me disculpan iré a darme una vuelta por el parquecito este , no creo que pueda pasar nada malo en un parque de atracciones élfico ¿no?. ¡Nos vemos en Riverplate!