XIX Domingo del Tiempo Ordinario Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo (Jn 6,41-51) ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 73,20.19.22.23) Piensa, Señor, en tu alianza, no olvides sin remedio la vida de los pobres. Levántate, oh Dios, defiende tu causa, no olvides las voces que acuden a ti. ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. PRIMERA LECTURA Con la fuerza de aquel alimento caminó hasta el monte de Dios Lectura del Libro Primero de los Reyes En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte diciendo: «¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, pues yo no valgo más que mis padres!» Se echó debajo de la retama y se quedó dormido. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate, come!» Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y un jarro de agua. Comió, bebió y volvió a echarse. Pero el ángel del Señor le tocó por segunda vez diciendo: «¡Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas!». Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches, hasta el Horeb, el monte de Dios. SALMO RESPONSORIAL (Sal 33, 2-9) R/. Gusten y vean qué bueno es el Señor Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los hombres lo escuchen y se alegren. R/. Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/. Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él. R/. SEGUNDA LECTURA (Ef 4, 30–5,2) Vivid en el amor como Cristo Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios Hermanos: No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con el que han sido sellados para el día de la liberación final. Destierren de ustedes la amargura, la ira, los enojos e insultos y toda clase de maldad. Sean buenos, comprensivos, perdónense unos a otros como Dios los perdonó por medio de Cristo. Sean imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivan en el amor como Cristo los amó y se entregó por nosotros a Dios, como ofrenda y sacrificio de suave olor agradable a Dios. ACLAMACIÓN AL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya Yo soy el pan vivo bajado del cielo – dice el Señor –, el que coma de éste pan vivirá para siempre. R/. Aleluya, aleluya EVANGELIO (Jn 6, 41-51) Yo soy el Pan Vivo que ha bajado del cielo Lectura del Evangelio según San Juan En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?» Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquen. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Les aseguro: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el Pan de la Vida. Los padres de ustedes comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el Pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el Pan Vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este Pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Acepta, los dones que le has dado a tu Iglesia, para que pueda ofrecértelos, y transformarlos en sacramento de nuestra salvación. ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Sal 147,12-14) Glorificad al Señor, Jerusalén, que te sacia con flor de harina. o bien (Jn 6,52) El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. ORACIÓN DESPUÉS DE COMUNIÓN La comunión en tus sacramentos nos salve Señor y nos afiancen la luz de tu verdad Lectio Las palabras de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm que leemos éste Domingo son una catequesis sobre la vida. El instinto fundamental del hombre es vivir, su lucha es para que la vida sea humana. Su tragedia es no poder vencer a la muerte. Ante éste drama las palabras de Jesús son una luz en la oscuridad. “ Os aseguro el que cree tiene vida eterna… Y Yo lo resucitaré en el último día”. Jesús es nuestra vida. Aquí y ahora. En Él tenemos ya una semilla de eternidad en nosotros. La resurrección después de la muerte es el triunfo de ésta semilla de vida eterna. Estructura del texto “ Los judíos murmuraban como los hebreos en el desierto murmuraban contra Moisés” Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne cuando comíamos pan hasta hartarnos. Ex 16, 2s. Este episodio conserva algunos elementos de tradición Yahvista en un marco de tradición sacerdotal, detener presente la estricta reglamentación de la recogida del maná, sometida a las exigencias del sábado. El pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria, así le pondré a prueba para ver si anda según mi ley, más al día sexto cuando preparen lo que hayan traído, la ración será doble que la de los demás días. Ex 16,4. Pero el pueblo torturado por la sed siguió murmurando contra Moisés: Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed. Ex,17,3. El pueblo profería quejas amargas a los oídos de Yahveh y Yahveh lo oyó. Num.11,1. Hasta cuando esta comunidad perversa está murmurando contra mí?. He oído quejas que están murmurando contra mí. Num. 14,27. Ni murmuréis como algunos de ellos murmuraron y perecieron bajo el exterminador. 1 Cor, 10, 10. Y se preguntaban: No es éste el Hijo de José cuyo padre y madre conocemos? Cómo puede decir ahora, ha bajado del cielo? De donde le viene a este tanta sabiduría y esos milagros? No es este el hijo del carpintero? Mt. 13,54b. De donde le viene esto y qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? Y esos milagros hechos por sus manos? No es este el carpintero el hijo de María y hermano de Santiago, Judas y Simón? Mc. 6, 2b 3. “ Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae” Jn. 6,44 Replicando Jesús le dijo: Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás porque no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre… serán todos enseñados por Dios. Mt 16,17. Todos tus hijos serán discípulos de Yahveh. Is. 54,13 Pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Jer. 31,33b. “ Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.” Jn. 6,45b Os he escrito no porque desconozcáis la verdad. Sino porque la conocéis y porque ninguna mentira viene de la verdad. 1Jn. 2,21 “ No es que alguien haya visto el Padre, sino aquel que haya venido de Dios”. Jn. 6,46 A Dios nadie le ha visto jamás… Jn, 1,18. A Dios nadie le ha visto nunca. 1 Jn. 4,12 “ Ese ha visto al Padre” Jn. 6,46b. Yo le conozco porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado. Jn, 7,29 “ Y el pan que Yo le voy a dar “ Jn. 6,51 Tomó luego el pan y dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo. Luc. 22,19. Y después de dar las gracias lo partió y dijo: Este es mi cuerpo que se da por vosotros. 1Cor. 11,24. Este relato bíblico sucede inmediatamente después de la multiplicación de los panes. Jesús sacará ventaja de ese evento, para desarrollar su doctrina del verdadero pan de vida, la Eucaristía. Podemos entresacar de este relato cuatro pasos. 1º Jesús cuestiona el motivo por el cual la gente va tras Él. ( Porque os di pan ) Este cuestionamiento desafía las motivaciones de la fe en todos y en todas partes. 2º. Jesús invita a buscar la vida eterna y los valores que no perecen. ( Pan y comida son efímeros, debemos comer una y otra vez). Estos valores estables y eternos de la vida vienen de la fe. “ Tengan fe en el que Dios envío”. Por lo tanto la fe es la única perspectiva en nuestra búsqueda de la realización humana. 3º. Pan material, aún el pan de Moisés no es suficiente para la realización humana. Hay otro pan que viene de Dios, que tiene la capacidad de dar vida y realización a todo el mundo. La fe nos compele a buscar el pan celestial. 4º. La gente, espiritualmente hambrienta, también pide de ese pan. Jesús mismo es ese pan, por lo tanto, buscarlo a Él, creer en Él, venir a Él, es el principio del camino a la vida eterna. Apéndice Del Catecismo de la Iglesia Católica El discurso del Pan de Vida anuncia la Eucaristía 1338: Los tres evangelios sinópticos y S. Pablo nos han transmitido el relato de la institución de la Eucaristía; por su parte, S. Juan relata las palabras de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, palabras que preparan la institución de la Eucaristía: Cristo se designa a sí mismo como el Pan de Vida, bajado del cielo. 1339: Jesús escogió el tiempo de la Pascua para realizar lo que había anunciado en Cafarnaúm: dar a sus discípulos su Cuerpo y su Sangre. En la Comunión recibimos a Cristo, Pan de Vida 1355: En la Comunión, precedida por la oración del Señor y de la fracción del pan, los fieles reciben «el pan del cielo» y «el cáliz de la salvación», el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó «para la vida del mundo» (Jn 6, 51). 1392: Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la Comunión lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. La comunión con la Carne de Cristo resucitado, «vivificada por el Espíritu Santo y vivificante», conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo. Este crecimiento de la vida cristiana necesita ser alimentado por la Comunión Eucarística, Pan de nuestra peregrinación, hasta el momento de la muerte, cuando nos sea dada como viático. «Tomad y comed todos de él»: la comunión 1384: El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros» (Jn 6, 53). 1385: Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. S. Pablo exhorta a un examen de conciencia: «Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo» (1 Cor 11, 27-29). Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar. «Danos nuestro pan de cada día» 2837: «De cada día». La palabra griega, «epiousios», sólo se emplea en el Nuevo Testamento. Tomada en un sentido temporal, es una repetición pedagógica de «hoy» (ver Ex 16, 19-21) para confirmarnos en una confianza «sin reserva». Tomada en un sentido cualitativo, significa lo necesario a la vida, y más ampliamente cualquier bien suficiente para la subsistencia (ver 1 Tim 6, 8). Tomada al pie de la letra [epiousios: «lo más esencial»], designa directamente el Pan de Vida, el Cuerpo de Cristo, «remedio de inmortalidad» (S. Ignacio de Antioquía, Eph. 20, 2) sin el cual no tenemos la Vida en nosotros (ver Jn 6, 53-56). Finalmente, ligado a lo que precede, el sentido celestial es claro: este «día» es el del Señor, el del Festín del Reino, anticipado en la Eucaristía, en que pregustamos el Reino venidero. Por eso conviene que la liturgia eucarística se celebre «cada día».