IV. CONCLUSIÓN Durante el último cuatrimestre ha cambiado mucho nuestra manera de ver el módulo instruccional, ya que de algo tan simple como el tema (plantas) y los parterres asignados ha surgido un trabajo elaborado en equipo en el que se han tenido en cuenta diversas teorías botánicas y psicológicas. Tal vez, lo primero que se nos vino a la cabeza era un simple trabajo de observación de plantas y el aprendizaje de sus nombres. Sin embargo, al querer introducir a los alumnos el trabajo con mapas conceptuales comprendimos que debíamos pretender un aprendizaje verdadero y duradero. Nos dimos cuenta de que el trabajo iba a resultar complicado ya que vimos, además, la importancia de la motivación, por lo que las actividades tendrían que ser dinámicas y relacionadas con lo que los niños podrían ya saber. Esto último nos llevó a pensar que debíamos saber, antes de hacer nada con ellos, cuáles son sus conocimientos previos. Así, las teorías del aprendizaje significativo nos llevaron a la elaboración de una cuestión central, que fue el primer paso de nuestro proyecto. Con todo esto quedó claro el enfoque de nuestro trabajo. A partir de aquí comenzaron nuestras dificultades. Unos conceptos nos llevaron a otros, y éstos últimos a otros, y estos a,... de ahí que tomamos la determinación de realizar mapas conceptuales sencillos y con pocos conceptos, pero necesarios. Al fin y al cabo es necesario llevarlos al aula.