Num063 024

Anuncio
MAURO
ARMIÑO
o podía acabar bienal año
por razones obvias; sobre
los escenarios sólo aparece
lo que tenemos, quedes poco. Pero
lo" que "nadie esperaba es que la
profesión Tecoñociera" parte "de
esrmalestar mediante una huelga
que encabezaron los actores el 12
,de diciembre, la primera desdeña
emblemática huelga de teatros de
1975, Huelga la reciente confusa,
cuyo libreto parecía escrito por
algún anónimo autor con el obje"titvotfe sembrar más oscuridad
sobre problemas endémicos; porque, en vez de analizar los errores
de larmarcha que-se sigue, la profesión ha vuelto su mano hacia el
Estado para pedir el fácil dinero
público. ' , • ' Confusa,
además, porque nunca estojo muy
claro contra^quién iba dirigida: ¡
mientras la Unión de Actores
parecía hacerla^ contra el
Ministerio,^ los ministeriales -es
decir, directores vinculados a teatros públicos- la hacían, según
sus palabras, para apoyar a Cultura;
si a esto unimos queLel titular
de ese Ministerio, el señor Solé
turaj apoyó la ^huelga mientras
Juan Francisco^Marco, director
~de su Instituto Nacional de Artes
Eseénieas y de Ja Música
(INAEM^ no quería hablar de so*
Jidarizarse con eEas «porque, en
política, nay que ser muy prudente», la confusión se trocaba en de-
magogia. Para _ colmó, Adolfo
Marsillach mandaba «al diablo a
las subvenciones y a los ministerios», sin explicar que hace tres
años dirigía un "teatro público y
que; hace menos todavía, era director del INAEM y, como tai,
dispensador de subvenciones; el 1
de enero de 1992 se ha hecho-cargo además de ía Compañía Nacional dé Teatro Clásico, con algo
más de, 500 millones de presupuesto estatal/
«Lo mejor del trimestre ha
sido «La verdad
sospechosa», que muestra T
la calidad de un texto!
sobrio, tremado sobre un
argumento sencillo, A la ,
versión del texto que ha
hecho Claudio Rodríguez
hay que añadir la sobria
dirección de Pilar Miró.»
ientras esos visos de Farreinaban en ík cálíe,
sobre los escenarios las
fiestas ^de finales de ano selmn
cobrado las habituales piezas: en el
teatro Albéniz, el pasado Festival
dejQtoño Jiabía dejado wia
parodia de Don Juan Tenorio dirigida por Ángel Fació; aunque el
público no ha acudido a verla, la
escena seguía 'ocupada, porque
uno de tos problemas de los teatros públicos -en este caso de la!
Comunidad de Madrid- es 1 su
contratación cerrada,-independiente de la taquilla. : '.'.' Y ha
aguantado las fiestas una comedia
de Miguel Mihura, La tetera, que^
dirigida por Díaz Merat, no acertó
a pojier de relieve con algún
arteria gracia de ése gran'
dramaturgo al 5 que un reparto
muy secundario y algunos actores
inexpertos prestaban flaco --serví^cip,;Arniches también ^ha gozado
de uno de esos retortijones que se
propinan últimamente a los autores
desaparecidos? Árniches-92,
dirigido por Fernández Montesinos e4ncluido"dentro ,de la programación de la^apitalidao* europea 4e la cultura, levanta un pico
del pañuelo que nos ©culta el teatro
instiliíeional de este ano mirífico,
según lo califica» con ironía,
Lázaro Carreter: cuatro saínetes
dé Araiehes y García Alvarez, cosidos pór"un guión de^ningún jn-•
genio, troceadqs^y rematados por
apositos~en forma de canciones"
madriléñistas, hatf bastado para 1
el desaguisado rayano en él •analfabetismo y la falta de respeto;.
o mejor del trimestre ha^ádo un clásico; Juan Ruíz;de
I Alarcón, emiranos~de Pilar
interpretación muy desigual i
que José María Pou (en la imagen) tiene de la dicción del verso-, < sospechosa» es
uno de los resultados pías logrados de la Compañía de l'eatro
lizarlo de pantalla para travestirle'
lf 4irectorá. jen, autor; Aun^con las
deficiencias de una interpretación
e Teatro ;0ásico r mu^ desigual -destaca la atinada idea
tópestraia calid de utt tóto so-' que José María Pou tiene de la
dicción del verso, uno 4e los
lla vieja fábula del IODO obstáculos que se atragantan a la
y \e,l pasípr ^sirvió; al autor natural mayoría de nuestros actores cuando
dé 'Méjico"; para hacer una Crítica abordan el Siglo de Oror» '~La.
. de.tó; •yk|ife]l' eókttiÉwés de la oor- verdad sospechosa es uno de los
te> la sociedad madrileña del resultados más logrados y serios de
^X^Ilt^Á :ͧ vemón que del texto la Compftía de Teatro Clásico,
halectío el poeta Claudio Rodrí Los grupos jóvenes han seguido
guez rajús&^^
se proliferando con impertérritos
hn; lipitádo a peinar- hay que montajes: desde una III* Muestra de
iafladir la sobria dirección de Pilar Teatro Alternativo, anegada
Miré: «expone» al clásico sin uti-
en tonos escolares y sabores de j
aprendizaje, hasta juegos que, to
mando el rábano por las hojas,
utilizan a García Lorca o a Sófo
cles como disculpa: en el primer
caso, Lorca de atar, del grupo
Cambaleo Teatro, repite frases
del autor de La casa de Bernarda
Alba, situándolas en un contexto
Iprquiano y acompañándolas de
versos y pacajes invadidos: por
Ja^s plausos, con an nexo como
.entacé:.:eL-ámor\;pütód& dispatótsus dardos sjn lógica alguna? con
tra cualquier persona, antóal o
cosa y provocar amores perverti
dos para la lógica, idea qué Lorca
utilizó en\Él público, arrancando
del Sueño de una noche de veram
;
de Shakespeare,
7
Más arriesgado todavía resulta el
experimento de Antonio Fernánjlez JLera, q»e,sigüe los pasd de la
escritura teatral niás vanpardis^
ta de este momento: en Muerte de
Ayax, Sófocles le ha servido en
bandeja el personaje de Ayante y
el ámbito de la guerm de Troya;
Fernández úra seleccioné la parte
de pelea de gallos que contiene
para hacer una proclama aniibelicísta contra... la perra del Golfo
_.<Je principios cíe J 991: el mBite
que pierde la vida, las miíjeres
abandonadas... Sobre escena,, dos
voces femeninas recitan escasas
frases arregladas o textuales del
trágico griego, mezcladas a otras
del español, mientras unos espléndidos munecones fingen la
lucha y la muerte. La «moralidad»
consiste en explicar al patio, por si
no lo sabe, que nos hemos
acostumbrado a ver desastres
mientras tomamos tranquilamente
el té. También nos hemos acostumbrado a verlos, sin tomarlo,
sentados en un patío de butacas.
Descargar