el movimiento obrero. anarquismo y socialismo

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BLOQUE I.- TEMA 9
EL MOVIMIENTO OBRERO. ANARQUISMO Y SOCIALISMO
Los inicios del movimiento obrero. La penetración del socialismo utópico y de las ideas anarquistas y
marxistas en España. El fourierismo gaditano. El obrerismo español en el contexto de la Primera
Internacional. El movimiento cantonalista y su incidencia en Andalucía
Introducción
I.- Revueltas populares
II..- La ideolo gías del movimiento obrero
III.- La primera Internacional
INTRODUCCIÓN
Se puede definir el movimiento obrero como el conjunto de acciones y organizaciones que forman
los obreros para mejorar sus condiciones de vida. En un primer momento, las reivindicaciones son laborales
y después pasan a ser políticas, porque los obreros se dan cuenta de que la solución a sus problemas está en
su participación política.
En dos sectores se va a concentrar el movimiento obrero; los campesinos y los obreros industriales.
Los campesinos empeoraron su situación con las desamortizaciones apareciendo una gran masa de ellos
que no tenían propiedad y que vivían en pésimas condiciones; los jornaleros, su epicentro va a ser
Andalucía y Extremadura. Los obreros industriales también vivían en unas pésimas condiciones de vida en
el contexto de los primeros años de la revolución industrial, su epicentro va a ser Cataluña, País Vasco,
Madrid, Valencia y Asturias.
Las primeras acciones del movimiento obrero aparecen al principio del reinado de Isabel II, pero
estas van a tener especial trascendencia en el bienio progresista y sobre todo en el sexenio revolucionario,
coincidiendo con gobiernos más tolerantes.
El movimiento obrero va a sufrir una radicalización progresiva convirtiéndolo en uno de los más
radicales de Europa.1 Esta radicalidad del movimiento obrero se explica dentro de las dificultades generales
de la implantación del Nuevo Régimen en España.
I.- LAS REVUELTAS POPULARES
Las revueltas populares se concentraron en los sectores que peores condiciones de vida
soportaban; los campesinos y los obreros, que fueron los más perjudicados por los cambios económicos y
sociales que comportaba el Nuevo Régimen.
LAS REVUELTAS CAMPESINAS
Al principio del reinado las revueltas campesinas fueron manifestaciones espontáneas de rebeldía,
como destrucción de cosechas, asaltos a casas de los latifundistas o bandolerismo. En la década de 1840,
una ola de manifestaciones y ocupaciones de tierra agitó los campos de Andalucía en medio de una
hambruna crónica. Ante este clima de violencia en el campo Narváez reacciona creando la Guardia Civil
(duque de Ahumada) para solucionar estos problemas de orden público y preservar los intereses de los
propietarios.
A partir del bienio progresista y de la desamortización de los bienes propios y comunes de Madoz
las insurrecciones campesinas se convirtieron en una constante hasta la guerra civil, sobre todo en
Andalucía y Extremadura. Los levantamientos campesinos tomaron generalmente la forma de ocupaciones
ilegales de tierras y reparto de ellas entre los jornaleros, incendio de los registros notariales de la propiedad
y enfrentamientos con la guardia civil. En 1855 se levantó en Andalucía, Aragón y Castilla un fuerte
movimiento de ocupación de tierras,
En 1857 una revuelta se extendió por los pueblos sevillanos y en 1867 otra por la vega granadina,
teniendo como centro Loja. el sistema de quintas y el control a través de la Guardia Civil para chacer
1
Esta es una de las características más importantes del movimiento obrero español, que se va a reflejar en su grado de
enfrentamiento con los patrones y con los que los defendían - a su juicio el gobierno y la iglesia católica-. Muchos
historiadores opinan que la causa hay que buscarla en el retraso del proceso de industrialización en España con respecto
a otros países europeos. Ello obligó a la clase trabajadora a enfrentarse a una situación muy difícil, puesto que al no ser
competitivas nuestras industrias en el exterior, el estado paso a defenderlas o protegerlas mediante una política bastante
proteccionista, que incluía el apoyo de los empresarios frente a los trabajadores.
cumplir las nuevas leyes, provocan revueltas en Utrera y El Arahal (Sevilla) en 1857, y la sublevación de
Loja y otros pueblos en Granada, Córdoba y Málaga en el verano de 1861.
De la sublevación de Loja y otros pueblos cercanos al valle medio del Genil existe un detallado
relato de su principal dirigente, el veterinario Rafael Pérez del Alamo, siendo el primer movimiento
campesino de envergadura de la Historia Contemporanea de Andalucia.En efecto Pérez del Alamo llegó a
movilizar a unos 10.000 campesinos así como algunos comerciantes, artesanos y pequeños propietarios que
esperaban un estallido general que finalmente no se produjo. La rebelión, meditada secretamente, se
precipita por el motín de Mollina (Málaga) el 24 de junio y estalla en estas tierras por los antecedentes antes
expresados agravados por la represión que en la zona aplicaba el general Ramón María Narváez, importante
personaje en la epoca llamado el espadón de Loja por ser originario de este pueblo granadino y que basaba
su poder en aumentos injustificados de la renta de sus fincas, control político en el ayuntamiento, y su
intervención en determinadas subastas de Propios para quedarse con las tierras.
Según cuenta el propio Pérez del Alamo en junio de 1861 se pone en marcha la revuelta, el 28
entran en Iznájar,Cordoba donde sin apenas esfuerzos toman el cuartel de la Guardia Civil y el
ayuntamiento, y publican un bando en el que, tras realizar un llamamiento a todo el que sienta amor a la
libertad, dejan claro que que su misión no es otra que la defensa de la democracia y el respeto a la
propiedad, el hogar doméstico y todas las opiniones. El día 29 de Junio entra en Loja, importante pueblo de
la provincia de Granada y natal de Pérez del Alamo, en donde el ejército sublevado cuenta ya con unos
10.000 hombres armados y otros tantos sin armar; y la revuelta se extiende a otros pueblos como
Archidona, Illora, Huétor y Alhama.
La presencia de los sublevados en la ciudad granadina daría lugar al envío de un fuerte
contingente de tropas que al mando del brigadier Serrano del Castillo obligan a los rebeldes a evacuar la
ciudad el día 4 de julio para evitar el bombardeo de Loja, dirigiéndose hacia Alhama de Granada donde se
avituallan. Viéndose acosados, los revolucionarios andaluces deciden marchar sobre Granada, única forma
de conseguir que su rebelión tuviese fuerza para arrastrar a otras ciudades a la revolución, pero cansados y
cada vez más mermados son derrotados por el numeroso ejército gubernamental cerca del pueblo de Las
Pilas y apresados o dispersados los supervivientes.
La derrota fue seguida de una fuerte represión cuyo alcance resulta difícil de precisar, y aunque
entre 400 y 600 personas fueron condenadas a diversas penas, Pérez del Alamo logra huir gracias a amigos
y familiares y consigue llegar hasta Madrid donde le sorprende una buena nueva pues la visita a tierras
andaluzas de la reina Isabel II para mejorar la imagen de la monarquía propicia un indulto que permitió a los
condenados volver a sus hogares.(En 1868 un pronunciamiento militar puso fin al reinado de Isabel II)
La falta de un verdadero respaldo político y el miedo a la radicalidad del movimiento hicieron
fracasar todos estas revuelta, pero el principio de la tierra para quien la trabaja y el hambre de tierras se iba
a extender por toda la centuria siguiente.
LAS REVUELTAS OBRERAS
En las fábricas las condiciones de vida de los primeros proletarios también eran pésimas. Las
primeras manifestaciones se produjeron de protesta se produjeron a partir de 1830 y tuvieron un carácter
luddista, pues en un primer momento los obreros culpaban a las máquinas de todos sus males, así ocurrió en
Alcoy y el famoso incendio de la fábrica Bonaplata de Barcelona en 1835.
El luddismo se produjo en los inicios de la primera revolución industrial en Inglaterra. Consistió en
agrupaciones de obreros dedicadas a romper las máquinas, que se empezaban a utilizar en la industria textil.
La primera oleada se produjo en 1811 y 1812 en Nottingham, Yorkshire y Lancashire, cuya furia
destructora obligó al gobierno a movilizar 12.000 soldados para reprimir el movimiento mecanoclasta. De
esta manera protestaban contra las máquinas que les quitaban el trabajo, ya que una realizaba la labor de
varios hombres.
Los gobernantes reaccionaron promulgando leyes que prohibían a los obreros hablar de cuestiones
profesionales y formar asociaciones, y condenaban a muerte a quienes destruyeran máquinas.
Del luddismo pasaron a instrumentos más efectivos; la creación de sindicatos, la unidad de acción y, sobre
todo, la huelga. En 1834 se creó en Barcelona el primer sindicato formado por tejedores. El sindicalismo
conoció un gran desarrollo a lo largo de la década de los 40, enfrentándose con los empresarios y la
ilegalización de estas organizaciones por parte del gobierno. Pero la expansión del obrerismo se produciría
en el bienio progresista, teniendo lugar en 1854 en Barcelona la primera huelga general de España. Durante
los años del bienio el movimiento obrero se extendió hacia otras zonas de España. Durante el bienio
progresista el movimiento obrero dio un gran salto cualitativo; marcó el inicio del sindicalismo de clase y
consolidó la huelga como el instrumento más eficaz de defensa de reivindicación obrera.
Si durante el bienio se inicia el movimiento obrero, durante el sexenio revolucionario se produce
su gran impulso y sobre todo su radicalización característica. Abundaron la revueltas campesinas pidiendo
un reparto de tierras y las revueltas obreras demandando mejoras salariales y mejores condiciones de vida.
En un primer momento del sexenio los republicanos aglutinaron todo el descontento del movimiento
obrero, pero la llegada de estos al gobierno y la imposibilidad de conseguir por la vía parlamentaria sus
reivindicaciones hizo al movimiento obrero alejarse de los republicanos y acogerse a las ideas
internacionalistas; durante el sexenio empiezan a penetrar en España dos ideologías llamadas a tener gran
éxito e importancia en España; el anarquismo y el socialismo.
II.- LAS IDEOLOGÍAS DEL MOVIMIENTO OBRERO
SOCIALISMO UTÓPICO
El socialismo utópico (nombre puesto por Marx) es una ideología política que intenta mejorar las
condiciones de vida de los obreros contando con la buena voluntad de los empresarios. Se caracterizan por
su carácter teórico y por la abundancia de proyectos.
Destacan Joaquín Abreu en Cádiz, Pi i Margall y Narcís Monturiol en Barcelona y Fernando Garrido en
Cataluña
REPUBLICANISMO
Las ideas republicanas encontraron al principio del sexenio un amplio eco entre las masas obreras y
campesinas. La ideología republicana añadió a su programa descentralizador y eliminación de la
monarquía, un reformismo social que implicase una mejora de las condiciones de vida y laborales de los
trabajadores. Pero la falta de un verdadero respaldo político y la represión del movimiento obrero cuando
los republicanos ocuparon el poder hicieron que la mayoría de los obreros abandonaran el republicanismo y
se dirigieran hacía ideologías internacionalistas; el marxismo y el anarquismo. El Marxismo, introducido en
España, durante el sexenio revolucionario, va a ser la ideología más importante del movimiento obrero.
MARXISMO
Karl Marx (1818-1883) fue un filósofo alemán que analizó el modo de producción capitalista y el
problema de la clase obrera, al que dio una solución: un nuevo modo de producción, el comunismo.
Partidario de la teoría llevada a la práctica, tal como dejo escrito en su obra Once tesis sobre Feuerbach: "
los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de
transformarlo"; su pensamiento será defendido mediante la acción sindical por la Asociación Internacional
del Trabajo o Primera Internacional.
Sus principales escritos son el Manifiesto comunista (1848), escrito en colaboración con Engels, la Crítica
de la economía política, y El Capital. En ellos elabora un pensamiento cuyos conceptos fundamentales son
los siguientes:
Modo de producción. Un modo de producción se puede definir como un sistema económico, social,
político e ideológico de una determinada época. A lo largo de la historia de la humanidad se han sucedido,
en una progresión lineal y finalista, los modos de producción Antiguo o esclavista, Feudal y Capitalista. En
un futuro, el fin de la historia llegará cuando la crisis del capitalismo deje paso al modo de producción
socialista o comunista.
La estructura, los cimientos que sostienen el modo de producción, se fundamenta en la economía. A un
determinado sistema económico corresponden unas formas sociales, políticas e ideológicas derivadas.
Cualquier cambio en la economía provoca modificaciones en el resto del entramado: la economía es el
motor de la historia.
En el modo de producción capitalista, una economía industrial produce una sociedad de clases: proletariado
y burguesía.
La superestructura se asienta sobre las formas sociales y económicas. El sistema político, la cultura y la
ideología predominante son las últimas consecuencias que se derivan de un cambio en el sistema
económico.
La democracia liberal, parlamentaria o representativa es el sistema de gobierno propio del capitalismo, e
incompatible con las reivindicaciones de la clase obrera. La cultura burguesa y la ideología liberal imponen
a toda la sociedad capitalista sus intereses y su concepción del mundo, la educación, la cultura. Por ejemplo,
la música culta y la opera, del gusto de la gran burguesía, son formas culturales válidas, pero los cantos
populares no lo son, porque provienen del pueblo.
Interpretación materialista o económica de la historia. El motor de la historia no son los héroes, los
grandes hombres, los reyes ni las ideas, sino la economía. La actuación de los hombres y la incidencia de las
ideas depende de las circunstancias económicas. Cualquier cambio en la base económica (infraestructura)
provoca otro en la ideología jurídico-política (superestructura), relación que llama dialéctica.
Lucha de clases. Existen desde los orígenes de la humanidad dos clases sociales: los propietarios de los
medios de producción (la tierra y los aperos agrícolas, la fábrica, las máquinas y el capital), y los no
propietarios (aquellos que sólo tienen su fuerza de trabajo). En el modo de producción capitalista (el
existente desde la revolución industrial) se produce una tensión o antagonismo entre los propietarios de los
medios de producción, la burguesía industrial, y los no propietarios o proletariado. Esta lucha de clases
puede ser económica (los obreros demandan mejoras en sus salarios, en sus condiciones de trabajo y en sus
viviendas), política (pugna por el poder mediante armas legales como las elecciones parlamentarias, o
ilegales como la insurrección armada y la revolución), e ideológica ( la lucha se puede hacer si el
proletariado adquiere conciencia de clase, es decir, de ser explotado por la burguesía y decide reclamar sus
derechos). En esta lucha los comunistas son la vanguardia de la clase obrera.
EL ANÁLISIS DEL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA.
En la lucha contra la burguesía, los comunistas son la vanguardia obrera, una minoría concienciada y
organizada, que dirige el combate con un objetivo inmediato, la conquista del poder político para imponer
la dictadura del proletariado. En este régimen político dictatorial y autoritario, el gobierno está en manos
de una clase, el proletariado, que ejerce la tarea con un fin: construir el modo de producción socialista o
comunista.
La propiedad privada será abolida en beneficio de la propiedad colectiva y estatal de los medios de
producción. En ese futuro mundo comunista, todos los seres humanos serán iguales, no existirán clases
sociales, se habrá realizado el paraíso en la Tierra.
Dictadura del proletariado. El tránsito desde el modo de producción capitalista al modo de producción
socialista o comunista se realizará cuando la clase obrera conquiste el poder y gobierne dictatorialmente
promulgando medidas encaminadas a la desaparición del capitalismo y la implantación del socialismo.
"Ya dejamos dicho que el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al poder.
El proletariado se valdrá del poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo capital, de
todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado
organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez
posible las energías productivas.
Claro está que, al principio, esto sólo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la
propiedad y el régimen burgués de producción, a través de medidas que, aunque de momento parezcan
económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte
propulsor y de las que no puede prescindirse como medio para transformar todo el régimen de producción
vigente." Marx y Engels, El manifiesto comunista (1848)
Sociedad sin clases. En el nuevo y futuro modo de producción socialista habrán desaparecido las clases
sociales, todos los hombres serán iguales y tendrán las mismas oportunidades.
Plusvalía. El precio de venta de una mercancía es superior al coste de producción. En su elaboración
interviene el obrero quien vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario. La diferencia que hay entre el
precio de venta de la mercancía y el precio de la fuerza de trabajo se llama plusvalía. Ésta queda en manos
del empresario, quien así acumula el dinero o capital, sin haber trabajado.
Sus principios ideológicos se basan en la destrucción del capitalismo y su sustitución del comunismo para
conseguir la igualdad, no sólo política sino también social y económica. Para ello preconizan la eliminación
de la propiedad privada, la lucha de clases, la dictadura del proletariado y la sociedad sin clases. Otros
conceptos marxistas importantes son el materialismo histórico y el método dialéctico.
Las zonas donde arraigó más el marxismo fueron Madrid, País Vasco y Asturias.
ANARQUISMO
El pensamiento anarquista: “ni Dios, ni patria, ni Estado”
Base antropológica. La concepción del ser humano:
1. libertad e igualdad
2. no debe estar sometido a ninguna forma de autoridad
La libertad innata del ser humano supone rechazar y destruir toda forma de autoridad.
Su objetivo es la destrucción del Estado
Materia religiosa:
Ateísmo radical
Anticlericalismo: Iglesia es una institución de autoridad represora.
Respeta la libertad de cultos.
Destrucción de la sociedad industrial
Desaparición de la sociedad, la economía y el Estado.
Sustitución por una Nueva Sociedad Anarquista
Libertad del ser humano, no sometido a ninguna forma de autoridad.
Destrucción de toda forma de autoridad:
Desaparición del Estado, el ejército, la Iglesia (son instrumentos de autoridad y de represión).
Medios de lucha anarquista:
educación de la clase obrera y campesina
la insumisión personal, individual contra el Estado y cualquier autoridad.
la huelga general revolucionaria (acción colectiva)
el terrorismo y el pistolerismo (“propaganda por el acción”): atentados contra representantes del
Estado, la Iglesia y el Capital (la burguesía empresarial). Ejemplos:
1894. Asesinato del presidente de la República Francesa
1889. Asesinato de Sissi, emperatriz de Austria.
1900. Asesinato del rey de Italia.
1901. Asesinato del Presidente de los EE.UU.
La Nueva Sociedad Anarquista: asociaciones voluntarias de COMUNAS basadas en la autogestión
mediante régimen asambleario, con sufragio universal masculino y femenino. Propiedad colectiva de los
medios de producción (tierras, fábricas, máquinas.) Federación libre con el resto de comunas
Principales pensadores anarquistas: M. Bakunin,Kropotkin,Proudhom
El anarquismo en España también aparece con el sexenio revolucionario, antes que el marxismo;
ideología rival con la que va a tener numerosos enfrentamientos.
Su ideología se basa en la importancia de la libertad, la negación de cualquier tipo de jerarquía, la
importancia de la educación y la consecución de la sociedad libertaria.
Aunque como el marxismo persigue la mejora de las condiciones de vida de los obreros, se
diferencia de él en su mayor heterogeneidad, su negación a participar en la vida política y la autoridad, su
rechazo de la colectivización y existencia del estado y la importancia que le da a la libertad sobre la
igualdad.Las zonas donde triunfó el anarquismo fueron en Cataluña y Andalucía.
EL FOURIERISMO GADITANO
Fourier fue un socialista utópico francés que propuso la creación de los falansterios - pequeñas
comunidades sin propiedad privada - a partir de los cuales formar una sociedad más justa e igualitaria.
El gaditano (de Tarifa) Joaquín Abréu introdujo sus ideas en España y además creo falansterios en Cádiz.
Desde Cádiz el socialismo utópico se iba a extender al resto de España, primero a Madrid y después a
Barcelona.
IV.- LA PRIMERA INTERNACIONAL
La AIT (Asociación Internacional de trabajadores) fue introducida en España por Fanelli creando
los primeros núcleos de afiliados en torno a líderes como Anselmo Lorenzo o Ramón Pellicer. Fanelli
introdujo los ideales bakunistas -anarquistas- y por ello el anarquismo se impuso en estos primeros
momentos (1868) entre el movimiento obrero español.
A partir de 1871 se difundieron las ideas marxista a través del yerno de Marx Lafargue. Se formó
un primer grupo de ideología marxista en Madrid dirigido por Pablo Iglesias. Los enfrentamientos de este
grupo madrileño con los anarquistas eran muy frecuentes, hasta que los marxistas fueron expulsados de la
AIT y crearon su propio grupo independiente que va a ser el germen del partido socialista obrero español.
La mayoría de los obreros continuaron en la tendencia anarquista.
El internacionalismo tuvo su momento álgido durante la Primera República, cuando diversos
grupos anarquistas a través del cantonalismo adoptaron una postura insurreccional con la esperanza de
provocar la revolución y el derrumbe del Estado. Estas revueltas tuvieron especial éxito e incidencia en el
cantón de Cartagena, pues los otros fueron rápidamente reprimidos. Tras el fracaso de estos levantamientos,
las escisiones internas y la llegada de la Restauración que reprimió duramente a la AIT declarándola ilegal,
la internacional se debilitó muchísimo, siendo sustituida posteriormente por el marxismo y el anarquismo.
La llegada a España, en 1868, del diputado napolitano Giuseppe Fanelli, discípulo de Bakunin,
como enviado de la Asociación Internacional de Trabajadores supuso una revitalización y un impulso del
asociacionismo obrero todavía incipiente. Al tiempo que Fanelli hacia su entrada en el país, Bakunin creaba
en Ginebra la Alianza Internacional por la Democracia Socialista, cuyo ingreso en la A.I.T. fue denegado.
Fanelli, ignorante de la situación, repartió estatutos y programas tanto de la Internacional como de la
Alianza y constituyó grupos de una y otra.
En 1871Anselmo Lorenzo asistió en Londres a la Conferencia de la A.I.T., en nombre de la
Federación Regional Española, siendo recibido en casa de Marx, lo que no le impide inclinarse más tarde
por el anarco-sindicalismo.
Por entonces se produce la confrontación entre bakuninistas y marxistas. En España es la Alianza
de Bakunin la que obtiene un claro predominio entre los dirigentes obreros. Para contrapesar esta
influencia, en diciembre de 1872, Paul Lafargue, yerno de Marx, que se encontraba refugiado en España
desde agosto, es encargado por Engels de la difusión del marxismo.
Será la presencia en España de Lafargue la que resulte decisiva para la introducción del
pensamiento marxista, como había sido la de Fanelli para el de Bakunin. Lafargue hizo enviar desde
Londres algunos textos de su suegro y es posible que él mismo tradujera al castellano el Manifiesto
comunista.
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