Venezuela: ¡Quién conoce al capitalismo conoce al socialismo!

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18. Venezuela: ¡Quién conoce al capitalismo conoce al socialismo!
En un mundo lleno de perversas campañas internacionales de educación y de socialización y lleno de un
‘dominio de pleno espectro’ altamente militarizado que intenta tumbar los pocos Gobiernos democráticos
restantes en el planeta Tierra, ¿todavía quedan algunas verdaderas oportunidades, algún chance para la
supervivencia?
En una realidad global que desde hace siglos está (y sigue) dejando las sangrientas huellas de su brutal
conquista de millones de víctimas inocentes, y pronto de otros millones más, en un mundo que apoya
oficialmente las descaradas mentiras ideológicas, que justifica el asesinato moral y político, la tiranía, la
dictadura y el genocidio, ¿cómo una Venezuela democrática puede parar una invasión imperialista armada sin
perder su dignidad humana, su soberanía, sus recursos y riquezas naturales, su querida independencia
revolucionaria?
En un imperio mundial imperialista que lanza despiadadamente sus agresivas guerras de difamación tipo
estalinista y hitleriano contra Venezuela a través de voceros capitalistas como lo son The New York Times, el
Miami Herald, El Nacional, El Universal, Globovisión, Venevisión, CNN o Fox News, además en un ambiente
global tan democrático, civilizado y cristiano, ¿qué es lo que Venezuela puede esperar para el futuro?
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A fines del año 1959 trajeron la revolución social, el socialismo y el comunismo a La Habana.
45 años más tarde en la Universidad de La Habana, Fidel tuvo que decirles a los estudiantes la siguiente verdad
cruel pero no obstante bastante clara: „[...] entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más
importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el
socialismo“. (1)
Hace un tiempo atrás el mejor estudiante universitario de Venezuela, el Presidente Chávez, quien es mucho más
optimista concerniente al socialismo y al cultivo de una conciencia de clase revolucionaria, planteó con
urgencia que todos deberíamos estudiar Historia y Filosofía:
„ El Presidente (Chávez) insiste en que Venezuela está iniciando un proceso de programas y ejercicios cívicomilitares para los próximos meses [...] ‘en el marco de la guerra asimétrica, la participación del pueblo es
indispensable para la defensa nacional de la soberanía, las leyes y los territorios’. El Presidente les recomendó a
los cadetes que deberían estudiar Filosofía y Historia para ayudar a crear una estrategia militar única para
Venezuela y sus necesidades“. (2)
Ahora hablemos del futuro, de lo nuevo, de lo ‘todavía-no presente’, de lo ‘todavía-no-ahora’ (Ernst Bloch), que
nadie excepto nosotros mismos llevará a Venezuela y a América Latina. Somos los creadores, los pioneros, los
guardianes y la vanguardia de nuestro propio futuro.
¿Qué es el socialismo y qué es el socialismo científico y filosófico?
Ser un estudiante revolucionario, estudiar la ciencia revolucionaria moderna, la filosofía emancipatoria
innovadora y la historia creativa transicional, significa en realidad estudiar el
_________________________________________
(1) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=24027.
(2) http://globalresearch.ca.myforums.net/viewtopic.php?p=13047%20; (n.t.).
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capitalismo mundial, el proceso revolucionario de la acumulación del capital a través de los tiempos y la
quintaesencia explotadora de la globalización imperialista corporativa. Significa cuestionar el capitalismo,
conocer su opuesto, su negación; significa captar física y mentalmente de qué trata el socialismo, significa saber
cómo hacer y cómo pensar la revolución social.
Una cosa es la revolución intra sistémica, capitalista, reformista y democrática; completamente otra cosa es la
emancipación humana, socialista y extrasistémica.
Tenemos que aclarar los objetivos sociales de la Revolución Bolivariana, como se refleja en sus raíces
históricas, en sus tareas históricas contemporáneas, en su constitución y en sus leyes.
Sin embargo, una cosa es evidente: sólo después de estudiar científica y filosóficamente el capitalismo podemos
saber alguna vez lo que es la historia moderna y de lo que trata el socialismo esencial y existencialmente. De
hecho y porque experimentan a diario el capitalismo, todos los inmigrantes ¡legales, los extranjeros trabajando
como esclavos en los EE.UU. y en otros países metropolitanos, todos los ‘miserables’ (Hugo) y los
‘condenados’ (Fanon), todos los trabajadores a nivel global los cuales el consumismo alienador todavía no ha
aniquilado, podrían aprender fácilmente a pensar, podrían identificar y podrían entender la práxis socialista,
podrían aprender sus correspondientes verdades simples fluyentes y sus teorías revolucionarias.
Con la ayuda de su verdadera vanguardia y no de su dictadura autoritaria, ellos mismos (es decir el soberano, el
poder ciudadano), pueden poner en marcha la ‘revolución socialista desde abajo’ (Hal Draper). Esto es lo que
cualquier contrarrevolución dentro de un movimiento revolucionario siempre quiere erradicar y lo que más
temen la clase media y alta.
El socialismo es precisamente lo opuesto al verdadero capitalismo histórico y es su verdadera negación, su
‘¡No!’. No es la negación del ‘comunismo primitivo’, de la ‘sociedad esclavista’ o del feudalismo, sino la
negación del proceso y de la existencia entera del capitalismo.
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¡Quién conoce al capitalismo conoce al socialismo!
Repetimos, cualquier estudio serio y análisis consciente del proceso histórico de la producción (o sea del
capitalismo o de la historia de la clase dominante), revelará la interrelación dialéctica de los cinco elementos
principales del capitalismo total y totalitario: la explotación económica de la naturaleza y del hombre; la
dominación política global practicada por todas las clases dominantes, incluyendo la democracia misma, es
decir, en las palabras de Lenin, la dictadura dominante de la minoría sobre la mayoría personificada en el
Estado global moderno; la discriminación social, un resultado de las relaciones entre amo y esclavo, del racismo
arrogante y del apartheid moderno; la militarización universal, el genocidio de todos los pueblos esclavizados
(es decir, la política norteamericana de ‘chocar e intimidar’), y finalmente, la deshumanización global, la
alienación y la aniquilación masiva, sinónimos macabros para el mismo proceso productivo y destructivo a
nivel global, para el trabajo explotador, trabajo asalariado, la matriz para la plusvalía y el valor de intercambio
para los precios asesinos, para el capital, las ganancias y el poder; en otras palabras, para el capitalismo mismo.
Realizar el socialismo significa decir `no’ a lo anterior. Actuar radicalmente contra el capitalismo significa
negarlo incondicionalmente a diario, significa superar al capitalismo de manera científica y práxica; sin
embargo, esto requiere una nueva lógica, una nueva ciencia, una nueva filosofía, un nuevo ser humano, una
nueva existencia y trascendencia humana, algo superior a cualquier cosa que la globalización capitalista y el
capitalismo globalizado jamás han visto, algo que jamás pueden captar o destruir.
Con burocratismo, corrupción, clientelismo, fraude, robo y mentiras (todos expresados en la contrarrevolución),
nunca podremos aproximarnos al socialismo, que es precisamente la negación de todos esos vicios y crímenes
contra la humanidad.
¡No es extraño que tantos de nosotros le temamos al socialismo y temamos ser identificados como socialistas!
Así que vemos en el socialismo una ciencia, una filosofía, un arte humano, la emancipación artística creativa y
creadora. Si se
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pudiese liberar esta energía humana creativa, creadora, popular e innovadora por millones de trabajadores con
una conciencia de clase, entonces esa avalancha humana, ese eros dinámico, ese orgón parapsicológico, ese vis
vitalis inundarían a HAARP y barrerían al capitalismo para siempre en el olvido.
Concretamente, el socialismo es una declaración de guerra de clase total contra una metodología sistémica, una
lógica formal y una dialéctica intra sistémica (reformista) contra las cosmovisiones limitadas tales como el
geocentrismo y el heliocentrismo, el idealismo teológico y el materialismo pragmático; es la ardua superación
práxico-teórica de todo esto, es la excelencia emancipatoria hacia unos nuevos modos de estética, ética,
creación y creatividad. Es un nuevo mundo que crea otros mundos libres de la violación humana de la
naturaleza galáctica, libres de trabajo esclavizante explotador, de realpolitik dominante del tipo amo-esclavo, de
discriminación racista patriarcal, de doble moral, poder clasista belicoso, miseria humana, ignorancia y pobreza;
en pocas palabras, libres de mercados mundiales, productos de consumo, precios capitalistas de todos los
calibres y libres de un nexo monetario de las relaciones de intercambio y de las ganancias.
Esto no sólo es palabrería intelectual, al contrario, toca directamente a la supervivencia humana. Esas son las
cosas que identifican una verdadera revolución social, una verdadera revolución socialista, una revolución
mundial hacia una emancipación y creatividad humana, pero también, que determinan quién es o no un
revolucionario.
En defensa de la dignidad global de la especie humana entera que parcialmente ya se encuentra en agonía y está
pisoteada por la bota genocida yanqui que trata desesperadamente de salvarse de la tumba excavada por ella
misma durante siglos, tenemos que advertir sobre cualquier, desviación reformista o contrarrevolucionaria
dentro de la Revolución Bolivariana. Por lo menos y como mínimo tenemos que identificarlas, discutirlas y
rectificarlas.
Hay que evitar a toda costa el regreso de Venezuela a un pasado de arrogancia, vicios, avaricia y hegemonía
imperialista, a un
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pasado de zombis, vampiros, parásitos y fantasmas, a un pasado de amos sagrados, perros de la guerra divinos y
déspotas de gracia, a un pasado de cinco siglos de conquista, saqueo, vandalismo, robo y genocidio colonial y
neocolonial.
Así que más adelante, durante los siguientes años, el problema no sólo es que nunca jamás regresen los déspotas
‘puntofijistas’ de ayer o los bandidos políticos de Acción Democrática y COPEI, sino más bien, que en primer
lugar ningún capitalista, ningún explotador y ningún contrarrevolucionario jamás vuelva a suelo venezolano ni
latinoamericano ni del mundo entero.
Esto se dice fácil, pero en los años por venir (como ya lo advirtieron hace mucho Michael Ruppert y Thomas
Bearden), cuando la crisis energética estará devorando a los EE.UU. de manera progresiva, el camino descrito
anteriormente será el único sine qua non que nos quedará para la supervivencia humana.
De todos modos, ni el capitalismo ni los capitalistas pueden salvar ni a sí mismos ni a este mundo ni a la especie
humana de la extinción total. Somos únicamente nosotros quienes todavía podemos tratar de alcanzar la meta
histórica de la emancipación de la humanidad.
Es precisamente dentro de este contexto que la Revolución Bolivariana actualmente presencia la venida de
nuevos serios problemas para Venezuela. Hasta ahora el enemigo de clase imperialista fracasó en sus ataques
desde afuera, ahora ataca desde adentro.
Es obvio y absolutamente necesario que debamos unirnos y unificarnos contra un enemigo común imperialista y
fascista, también, que debamos integrarnos y actuar en unísono como una sola fuerza continental poderosa.
Sin embargo, son precisamente los actos abiertos y encubiertos de la conspiración internacional llevados a cabo
por los agentes de inteligencia de la administración Bush y sus lacayos locales, los que nos dividen,
precisamente al estilo viejo colonial del divide et impera, separándonos en ‘oficialistas’ o ‘chavistas’ y en
‘oposición’ o ‘escuálidos’. Por cierto, cada revolución socialista, cada movimiento
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estudiantil radical o cada internacional de trabajadores genera su propio Stalin, Mussolini o Kautsky, quien por
lo general posee excelentes conocimientos en marxismo, suficientes como para tergiversarlos, para convertir el
socialismo en religión o en ideología, es decir, cada revolución social dialécticamente produce su propia
contrarrevolución interna y confronta al mismo tiempo una contrarrevolución global externa.
Con los antagonismos, las contradicciones y la dialéctica, las verdaderas revoluciones están en proceso y se
profundizan. Esto vale también para la Revolución Bolivariana.
Sin embargo, debido a la ausencia de la formulación de una práxis científica fluyente, la creación de una brújula
precisa de una teoría filosófica, de una vanguardia revolucionaria militante constante, es necesario que nosotros
mismos, los venezolanos y latinoamericanos, tenemos que organizar una vanguardia de clase trabajadora y
fundar un partido político popular (mientras más rápido mejor), para atender estos asuntos urgentes.
Para todos sus participantes la revolución no es un juego, un bingo o un esfuerzo pacífico; ¡es un asunto de vida
o muerte! Es „¡Patria (Matria) o Muerte!“.
El mayor peligro y el secreto mejor guardado es lo que está pasando dentro de la Revolución Bolivariana
misma. ¿Será que existen más Miquilenas y Alfredo Peñas escondidos detrás de sus rangos? Por ser nuestro
talón de Aquiles, este asunto de veras es muy serio.
Por un lado podríamos argumentar que por medio de la reconciliación, del diálogo y de la transformación
pacífica, deberíamos lavar nuestras ropas sucias en casa.
Pero la verdad es que la Revolución Bolivariana es internacional, ya es una Internacional; sólo como tal todavía
sobrevive.
No hay nada personal, doméstico o privado en la revolución mundial y en la emancipación global. Un posible
magnicidio del Presidente Chávez y una guerra civil sangrienta son los horribles objetivos de la
contrarrevolución y tocan realmente a todos aquellos que apoyan a la Revolución Bolivariana tanto a nivel
nacional como
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internacional. También sus vidas están en juego. Muchos de nosotros recibimos a diario perversos insultos e
incluso amenazas de muerte.
Bajo tales circunstancias la Revolución Bolivariana urgentemente tiene que poner en marcha oficialmente la
‘Quinta y última Internacional’ en nombre de todos nuestros revolucionarios marxistas y socialistas,
comenzando con el Che Guevara y Fidel Castro para superar al ‘Cuarto Imperio’, la ‘Cuarta República’ e
incluso la ‘Cuarta Internacional’.
Las fuerzas contrarrevolucionarias dentro del movimiento bolivariano ganan impulso cada hora que pasa e
infiltran muchos sectores estratégicos importantes en todos los ámbitos de la vida pública; probablemente
anidan o tienen su yacija de víboras secreta cerca de Miraflores, incluso en las FAN o en algunos ministerios.
Esconden ante nuestros ojos muchas verdades sobre ciertos eventos y realidades venezolanas, incluso tratan de
ocultarlos ante el Presidente Chávez mismo. Por cierto, ya no puede estar en contacto con su pueblo, con su
base popular tan íntimamente como antes y no puede reunirse con ellos sin precauciones, como consecuencia de
las permanentes amenazas de magnicidio y también por las estrictas medidas de seguridad. No obstante, todo
esto no puede parar el avance militante del Presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
A causa de la profundización de la revolución, esas cosas hay que decirlas, hay que revisarlas y rectificarlas por
parte de todos los revolucionarios bolivarianos.
Además, hay muchos analistas auténticos en Venezuela que sospechan que puede haber más
‘contrarrevolucionarios’ en la nueva Asamblea Nacional que seguidores revolucionarios leales a Chávez que
favorezcan un proceso revolucionario permanente,
Si esto es verdad o no, sólo nos lo dirá el futuro inmediato; este año, en las elecciones presidenciales, los
verdaderos actos de algunos miembros individuales de la Asamblea Nacional revelarán la verdad desnuda.
Sabemos que hay que realizar algunos cambios fundamentales en la Constitución y que hay que legislar ciertas
leyes importantes para que el proceso social en Venezuela mantenga su estado
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revolucionario. De lo contrario caerá en las garras imperialistas del reformismo, de la evolución, del
‘desarrollismo democrático’ y de las ‘alianzas entre el trabajo y el capital’. Por eso la nueva Asamblea Nacional
jugará un papel central en la defensa de la revolución.
De todos modos las conspiraciones electorales, los golpes institucionales y la deslegitimación de los órganos
democráticos venezolanos, continúan y se instalaron aquí para quedarse.
Lo que es muy obvio es que con alta velocidad está emergiendo en Venezuela una nueva clase media. Es
diferente de aquellas clases obsoletas representadas por AD y COPE¡ en el Gobierno anterior. Históricamente
éstas no pueden ni van a volver más nunca.
Sin embargo, esta nueva clase en Venezuela no se forma de manera tradicional capitalista. En la Europa
feudalista e industrial temprana, nacieron las diferentes clases sociales como resultado de la acumulación
primitiva del capital. En la Sudáfrica del apartheid las respectivas clases sociales se generaron por medio de
leyes racistas o decretos fascistas. En la Sudáfrica del post-apartheid, a los pocos años fue creado una clase
dominante parásita negra, como resultado de un robo y saqueo económico despiadado, producto de la subasta al
imperialismo internacional. Los millones de trabajadores negros siguen viviendo en pobreza y miseria, igual
que antes bajo el apartheid fascista. De la Revolución sudafricana, de hecho, de toda la Revolución africana,
queda muy poco; el gigante africano, el Prometeo negro tiene que romper las cadenas de sus propios traidores
negros, romper las rocas del neoliberalismo y en solidaridad con el `Tercer Mundo’ entero unirse a las fuerzas
globales internacionales emancipatorias de la libertad.
Finalmente, como ya dijimos antes, el socialismo desde arriba (y ‘arriba’ siempre implica relaciones divinas de
amo y esclavo) nunca funcionó en ninguna parte, de hecho, tal caricatura ni siquiera merece el nombre
‘socialismo’.
Antes de que Vasco da Gama llegara a África y Asia, antes de que Cristóbal Colón viniera a saquear a América
y el Caribe, todos sabíamos muy bien lo que pudiera haber sido el socialismo, entonces, ¿cómo es posible que
casi todos nosotros, incluso algunos camaradas cubanos hemos olvidado todo sobre él?
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¿Sabemos que los africanos estaban aquí en nuestro continente americano, nos visitaron y discutieron el
socialismo siglos antes de la llegada de Colón? Colón conocía este dato, incluso utilizó los mapas africanos para
llegar hasta aquí. Si hay alguien que todavía no sabe esto, debe urgentemente consultar al historiador Ivan van
Sertima o la revista The New African de Londres.
Así que, ¿qué pasó con nuestra memoria histórica y con nuestras almas? ¿Con quién y con qué firmamos un
pacto diabólico ya para medio milenio?
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