ANALISIS SOCIO-POLÍTICO DE LOS D.L. 1023 – 1024 – 1025 – 1026 Dr. Manuel Héctor Montoya Ugarte 1. El gobierno esta utilizando los poderes que el Congreso le otorgó para implementar su política económica neoliberal y se apoya en el marco del acuerdo de Promoción Comercial Perú – EEUU para implementar una serie de reformas que inciden en la modernización del aparato administrativo del Estado: 1) Mejora del marco regulatorio , 2) fortalecimiento institucional. 3) Simplificación administrativa y 4) Modernización del Estado. ; para hacer de estos elementos, claves para la competitividad de los sectores productivos y de la prestación de servicios. 2. Esta modernización del aparato administrativo se inician en el año 2001, con el gobierno de Fujimori siguiendo las pautas del consenso de Washington, teniendo por objetivos: liberalizar la economía y eliminar la actividad empresarial del Estado, vía la privatización de las empresas públicas, otorgando preeminencia plena a la inversión extranjera. 3. Estas reformas para que no puedan ser modificadas se blindaron legal y constitucionalmente, expresándose en la Constitución del año 1993 en el capítulo “régimen económico”, que entre otras cosas limita el poder del Estado de asumir un rol promotor en el desarrollo, dejándole solo en un rol subsidiario; estabilidad jurídica de los convenios por los cuales no se puede cobrar (Ejemplo nuevos impuestos a las sobre ganancias), cuestionando la propiedad del patrimonio: recursos naturales de la nación, situación ésta que desde ya obliga para que el Estado pueda cumplir su fin fundamental, que es el Bien Común, hacer una modificación de dicho régimen económico en la Constitución. Aspecto fundamental en la reforma del Estado. Hoy en día se vuelve a incidir en la privatización de las empresas con una nueva modalidad “tener que inscribir como mínimo el 20% de sus acciones en la Bolsa de Valores”; situación muy distinta a muchos países sudamericanos ejemplo Chile que mantiene a Codelco y Enap. Como empresas públicas con el 100% de las acciones en manos del Estado, lo mismo sucede en el caso de México con PEMEX donde el Estado de igual forma mantiene el 100% de las acciones de dicha empresa conservando el dominio del Estado sobre determinadas empresas públicas estratégicas, cosa que no lo hace el Perú. El Perú es el país que da mejor trato al capital extranjero en el mundo. La UNCTAD organismo de Naciones Unidas ha elaborado un ranking con calificación 1 (lo más bajo) a 5 (lo más alto) en relación al capital extranjero, el Perú tiene puntaje 5 en lo que respecta a “trato nacional al capital extranjero”; y lo mismo sucede en la no discriminación a empresas extranjeras, en las leyes sobre repatriación del dinero invertido y convertibilidad de la moneda, así como en las leyes relacionadas con la expropiación de bienes extranjeros y su compensación a diferencia de los países industrializados (EEUU, Canadá, Japón y Australia) que tienen un puntaje de 2.8, mientras que los países en desarrollo (China, Rusia, Chile, Malasia, Tailandia entre otros) tienen 2.5. ¿Por qué esas diferencias? Porque en el Perú el Art. 63 de la Constitución otorga al capital extranjero el mismo trato que el Nacional. En el Perú se va a contracorriente, en el mundo lo que se requiere es un equilibrio entre Mercado y Estado, más aún cuando tenemos un Estado débil e ineficiente, se le limita sus atribuciones y capacidades para dirigir el Desarrollo del País sometiéndolo a los condicionamientos de la Inversión Multinacional con grave perjuicio para el cumplimiento de su rol fundamental el Bien Común. Un ejemplo claro de la limitación que se impone a las empresas estatales es el D.L. 1044 que regula la competencia desleal, permitiendo que INDECOPI sancione a las empresas del Estado que tengan una actividad empresarial que no sea subsidiaria, es decir, que participan en mercados donde haya suficiente oferta privada. El gobierno lo que esta haciendo con estos decretos legislativos (102 D.L.) es profundizar la reforma neoliberal, mas extrema; blindando en términos legales estos decretos legislativos, haciendo más precario el equilibrio que debe existir entre Estado y Mercado. Hoy en día el Estado esta abdicando parte de su soberanía al mercado y a los entes supranacionales, haciendo cada vez más difícil cumplir su fin fundamental que es el bien común y servir a la persona (art. 1 de la Constitución). El art. 2 del D.L. 1023 define el Servicio Civil como el conjunto de medidas institucionales por los cuales se articula y gestiona el personal al servicio del Estado que debe armonizar los intereses de la sociedad y los derechos de las personas al servicio del Estado. Analicemos dicho artículo; se dice que el servicio civil son medidas institucionales por los cuales se articula y gestiona el personal al servicio del Estado, pero los D.L. al no partir de una perspectiva política integral, mas englobante que incluya aspectos de la reforma del Estado y modernización de la Gestión Pública no incluye aspectos fundamentales del servicio civil (empleo público) tales como la política de remuneraciones, normas sobre la naturaleza de la carrera pública, la consideración de los meritos para el ascenso, las modalidades de contrataciones, la relación de deberes y derechos de los trabajadores, las incompatibilidades y responsabilidades en el ejercicio del cargo, el régimen disciplinario, la homogenización de la legislación sobre empleados públicos, estabilidad laboral, etc. El D.L. 1023 incide en la necesidad de armonizar los intereses de la sociedad y los derechos de las personas al servicio del Estado. La sociedad no hay que verla en abstracto, hoy en día los actores que dominan la sociedad peruana son el gran capital expresado en las multinacionales, hay un ingreso masivo de empresas extranjeras y el Estado cada vez se convierte en un mediador entre los intereses de las empresas (fundamentalmente extranjera) y el deseo de mayor calidad de vida de la población peruana. El problema de la multinacionalización de la economía que continua con fuerza es que es el principal agente económico que tiene una gran influencia sobre el Estado y no tiene interés en un Plan nacional, además de que se puede generar las condiciones para que Estado se convierta en un elemento que las favorezca, es lo que estamos viendo en el Perú: no se pone en vigencia CEPLAN ni el sistema nacional de planificación tal como fue concebido, esto es como un espacio técnico – político de discusión, análisis y ejecución de políticas públicas de Estado a mediano y largo plazo, con representación en los partidos políticos. No nos olvidemos y lo dice Peter Druker, lo multinacional busca sus propios intereses que son globales. Ellos no tienen por que asumir los problemas de desarrollo de un país. Ellos desean una nación estable que no les genere riesgos, pero más allá de eso no tienen porque saber de los problemas de pobreza, desigualdad, exclusión, de la descentralización, de los problemas institucionales. Eso corresponde al Estado peruano, el mismo que debe forjar una estrategia nacional para éllo lo lógico es que el Perú debe tener un centro de planeamiento estratégico en el que participen miembros del Estado y de la sociedad civil (partidos políticos, académicos, empresarios, sindicatos, gobiernos regionales y locales etc.) de muy alto nivel que tengan un sentido nacional y al mismo tiempo la comprensión del escenario regional y global, y señalar los lineamientos estratégicos del Perú. En el Perú el presidente parece más un gerente de relaciones públicas de empresas que un político que busca consensuar acuerdos. El gobierno a través de la dación de los D.L. indudablemente va a contribuir a la modernización y a la competitividad que exige el desarrollo del país y la globalización, adecuando la normatividad y las reglas de juego al mercado al comercio exterior a los TLC a la supeditación del trabajador al empresario, supeditación del servidor público al Estado. Convirtiendo al Estado no en un promotor del bien común sino en un articulador y protector de los grandes intereses multinacionales. Según Alain Touraine “el gobierno peruano tiene diez años de atraso porque esta idea de la liberalización y la privatización total, que en un momento fue tan importante en muchos países, ahora ya esta abandonada. Ahora la intervención del Estado parece necesaria por ejemplo en educación y salud” y Julio Cotler “… el crecimiento económico capitalista lo que hace es favorecer la concentración de la riqueza. A nuestra tradicional desigualdad, se le agrega esto, que hace que otros sectores sólo la vean pasar”. El D.L. 1088 “Ley del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico y del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico” crea y regula la organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico (SNPE) y del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico CEPLAN orientados al desarrollo de la planificación estratégica como instrumento técnico de gobierno y gestión para el desarrollo armónico y sostenido del país y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática en el marco del Estado Constitucional de derecho. Entre los objetivos del SNPE esta el de constituirse en el espacio institucionalizado para la definición concertada de una visión de futuro compartida y de los objetivos y planes estratégicos para el desarrollo nacional armónico, sustentable, sostenido y descentralizado del país. La constitución del SNPE y CEPLAN indudablemente llenan un vacio para lograr el desarrollo integral del país. El problema radica cuando contextualizamos, la dación de este D.L. 1088. El pensamiento neoliberal se presenta como abanderado de la ausencia de ideologías, las mismas que no son necesarias por que constituyen un estorbo a la libre competencia, del mercado, a la inversión de grandes capitales nacionales y transnacionales. De esta manera el capitalismo como nos dice Francisco Miró Quezada Rada queda libre de la crítica ideológica y se presenta como una verdad absoluta como la creencia dominante de la modernidad y el fundamento de la globalización. Este planteamiento parece decirnos “todo dentro del mercado y nada fuera de él”, el capitalismo está llamado a salvar al mundo. A partir de esta idea se ha instalado un nuevo orden mundial y de esta manera las sociedades deben enrumbarse hacía un destino inexorable determinado por el libre mercado. Se ha llegado al fin de las ideologías sin embargo este planteamiento es tan ideológico, como cualquier ideología, es la ideología de la desideologización, o de la ausencia de ideología. Estas creencias, de acuerdo a la historia, han desembocado en un pragmatismo burdo, carente de una visión humanista de las relaciones sociales y de fundamento científico. Tendencias que ahora están predominando en el pensamiento y la acción tanto política como económica. Estas creencias en el fondo esconden intereses de quienes tienen en el mundo el control del poder político y de la riqueza. Es la ideología que justifica el orden existente, esta “ideología sin ideología”, resalta la cosificación de las relaciones humanas y producen un efecto enajenador donde el ser humano se convierte en un medio al servicio del mercado, queda alienado de ese mercado, que incluso puede poner en peligro los valores democráticos. En este contexto ideológico es difícil que el SNPE y CEPLAN pueda ir contra el mercado, difícil que pueda pasar el Estado a tener un rol promotor y no sólo subsidiario de la economía y del desarrollo en el contexto político – legal hoy vigente y respaldado por la actual constitución del 93 y su capítulo sobre régimen económico (Art. 60, 62, 63) que ata de pies y manos al Estado y lo pone al servicio del capital extranjero (consagran el rol solo subsidiario del Estado Peruano; la igualdad de condiciones en el trato para inversiones nacional y extranjeras, seguridad jurídica por lo que no se puede modificar los contratos – ley con empresas extranjeras aún cuando haya variado la situación de ganancias y utilidades de éstas). CEPLAN va ha actuar si llega a implementarse en un contexto y bajo la égida de un presidencialismo agobiante (la constitución de 1993 es en exceso presidencialista. El que haya un congreso unicameral hace que el Presidente tenga demasiado peso por que es él quien revisa las leyes aprobadas por el Congreso y puede observarlas o no promulgarlas) que hace muy difícil el diálogo y la participación de la sociedad civil y de los partidos políticos para definir en forma concertada una visión de futuro compartida así como de objetivos y planes estratégicos para el desarrollo nacional armónico sustentable, sostenido y descentralizado del país. Estos objetivos para su concreción y viabilización deberían expresarse en una mayor participación en el consejo directivo del CEPLAN de los representantes de los departamentos, regiones, de la junta de coordinación interregional: base de las futuras regiones y a los que el D.L. 1088 va a dar apoyo prioritario en materia de planeamiento, lo que no se ve en la representación del Consejo directivo de CEPLAN donde solo hay un representante de las regiones, frente a 4 del gobierno central lo que en la práctica no refleja el nuevo mapa político del Perú, mostrando a su vez la intencionalidad histórica de querer seguir subordinando y condicionando en forma autoritaria y presidencialista al interior del País, lo que desde ya no abona la posibilidad de establecer consensos desde la óptica de la complementaridad nacional que incluye al gobierno central, gobiernos regionales y locales. Además en el Consejo: directivo de CEPLAN no participan representantes de los partidos políticos que en un régimen democrático son o se espera de éllos ser los viabilizadores y mediadores de las demandas entre la población y el Estado. La democracia peruana es precaria y poco legítima, porque es centralista y poco representativa, porque el modelo económico propicia no sólo la desigualdad y la exclusión social sino también un desarrollo desigual entre las regiones, y porque no existen todavía elites regionales suficientemente fuertes y legitimadas. El CEPLAN va a actuar bajo una forma - Estado organizada y controlada por coaliciones sociales y políticas vinculadas a los intereses del capital y de los grandes empresarios y dentro de un contexto social y político movilizado. En este contexto lo más probable es que el CEPLAN juegue un rol medio tímido por carecer de atribuciones políticas y legales que no permitirán supeditar los intereses multinacionales a los intereses nacionales y al bien común. La ideología neoliberal y el mercado según la óptica del consenso de Washington, que es lo que hoy asume el Ejecutivo ya no esta vigente en ninguna parte del mundo la idea de liberalización y privatización total sin planificación ahora ya esta abandonada. El Banco Mundial ha cambiado en los últimos 10 años, desde que asumió como su principal misión la reducción de la pobreza. El modelo económico “Neoliberal” que creía que sólo el crecimiento resolvería la pobreza ya no es aceptado por el Banco Mundial el FMI ni el BID. Los temas que hoy preocupan son la informalidad, la agricultura, los círculos viciosos de la pobreza, e indudablemente el crecimiento sin el cual no hay empleo para mucha gente ni recursos al Estado para que pueda redistribuir. Esta nueva óptica del Banco Mundial que se opone al neoliberalismo “consenso de Washington” propicia a tener más Estado eficiente, a un equilibrio entre mercado y Estado, a una predominancia de los intereses nacionales sobre las multinacionales, una planificación que permita coadyuvar a la consecución del fin fundamental del Estado. El bien común. El bien común o interés general es aquel conjunto de bienes que van desde los recursos naturales (derecho al agua, al aire puro, a los recursos ecológicos) pasando por los estrictamente socio económicos (trabajo, alimentación, salud, educación) hasta llegar a los de carácter ético – político (justicia, verdad, libertad). Estos bienes necesarios para posibilitar una vida digna, tienen que ser accesible al mayor número de personas (naturaleza común del bien) y tienen que contar con una serie de estructuras e instituciones que posibilitan su efectiva distribución (justicia estructural del bien). La reforma y modernización del Estado están encaminadas a la consecución del bien común y no sólo para adecuar al Estado y su administración al Acuerdo de Promoción Comercial Perú – EEUU. La reforma y modernización del Estado debe estar encaminada en primer lugar a la defensa de las personas y el respeto a su dignidad ya que estos son el fin supremo de la sociedad y el Estado (Art. 1 Constitución del 93 - Perú). Esto supone tener como marco ideológico doctrinario no el neoliberalismo individualista, cuya implantación en un mundo globalizado ha hecho más grande la brecha entre países ricos y pobres, y entre pobres y ricos dentro del mismo país (en el Perú si bien la pobreza viene disminuyendo la desigualdad se viene incrementando) sino el marco ideológico doctrinario del desarrollo humano, el mismo que tiene como fin a la persona. El desarrollo debe ser de las personas (ampliación de sus capacidades y oportunidades), por las personas (hechos por ellos mismos); y para las personas (asumiéndolas como objetivo principal). Para conseguir el bien común es necesario el fortalecimiento y articulación de la sociedad civil para ello es clave como reforma del Estado la consolidación de la democracia entendida ésta en el sentido mejor y más amplio como el respeto a los derechos humanos, personales y sociales, participación ciudadana, control social de la actividad pública, cumplimiento de promesas, descentralización inmediata y atención de las demandas de las provincias, institucionalidad democrática en el Estado y en la sociedad, construcción y transmisión de valores, justicia e igualdad de oportunidades para todos, etc. En síntesis construir la sociedad democrática es construir ciudadanía. Visión totalmente opuesta a la democracia peruana donde ni gobiernan los partidos ni los ciudadanos sino el partido que gana las elecciones en alianza con los poderes fácticos y los grupos empresariales. El reciente D.L. 1026 que establece un régimen especial facultativo para los gobiernos regionales y locales que deseen implementar procesos de modernización institucional integral lo que comprende aspectos de reestructuración, simplificación administrativa, orientación a resultados, mejora de la calidad del gasto y democratización entre otros, busca mejorar los servicios a la ciudadanía y potenciar el desarrollo de sus jurisdicciones. El gobierno trata de dar solución y superar problemas y limites del proceso de regionalización a través de medidas administrativas, lo que es positivo, pero no suficiente por que no se afronta los problemas estructurales. Los límites del proceso de regionalización esta más en el modelo de desarrollo económico que privilegia el mercado y subsume el rol del Estado a éste, es el centralismo económico que niega una real descentralización fiscal y un desarrollo nacional integrado que incorpore a las regiones. Lo que hoy día tenemos es un creciente desarrollo desigual en el país que se sustenta en la reprimarización de algunas regiones y en el olvido y desatención de otras. Los límites también están en el centralismo político (limeño) que se niega a dar cabida y espacio a los movimientos políticos regionales en la “representación nacional”. En el Parlamento Nacional no hay un solo movimiento regional representado, pese a que la circunscripción electoral es regional o departamental, y en el ámbito regional son pocos los llamados partidos nacionales que tienen una presencia real. Existe una desconexión de los políticos (nacionales, regionales y locales) con los movimientos sociales que es lo que expresan los frentes de defensa, todo esto nos indica que las correlaciones políticas y sociales en el ámbito regional no se expresan en la llamada representación nacional. La democracia peruana es precaria y poco legítima porque es centralista y poco representativa, porque el modelo económico propicia no sólo la desigualdad y la exclusión social sino también un desarrollo desigual entre los regímenes y porque no existen élites regionales suficientemente fuertes y legitimadas así como funcionarios y servidores públicos capacitados para gestionar y gerenciar el desarrollo regional.