Fichier principal associé à la rubrique C « Compor uma música, escrever letras, tocar um instrumento » Ecrit collaborativement par les membres de la rubrique et déposé par LiendoN Etimológicamente la palabra música deriva del término griego “Musa”, que significa “inspiración”. Esta fue vista a través de los siglos como una manifestación divina de poetas en estado de delirio. Dioses inspiradores de este delirio, como por ejemplo Apolo o Dionisio entre otros, transmitían su esencia por medio de los hombres. El ser como un todo es el objetivo de la obra artística y alcanzar la perfección es su más importante meta. Dicha inspiración puede darse desde pequeño por diferentes estímulos que desarrollan la capacidad artística potenciando los sentidos, y que acompañan al artista en todos los aspectos de su vida desarrollando un comportamiento uniforme que condiciona su comportamiento en las actividades y relaciones. La composición musical es el producto de la inspiración y puede surgir de manera progresiva como necesidad de canalizar y liberar sentimientos. Análogamente, una persona se descubre a si misma a lo largo de su vida, como por ejemplo: conociendo lugares nuevos, personas nuevas; experimentando nuevas sensaciones y teniendo nuevas experiencias. El músico define su identidad o entidad al pasar por un estadío de liberación de sus facultades metafísicas, que es semejante a una colección de estampitas o un rompecabezas que se completa de a poco y uno mismo llega a la realización personal una vez que está terminado y a través de un espíritu inspirado, la creación artística adquiere forma. Pero aún así, la interpretación de la obra misma requiere estudio y valoración, la cual es subjetiva. Hoy en día las masas concentran factores sociales tales como gustos, preferencias, moda, sumisión a un sistema comercial mediante el cual la sociedad moderna se inclina hacia una propia decadencia espiritual e intelectual ¿Qué fue del espíritu crítico que mantenía viva la inspiración y fundaba la personalidad artística de la manera más pura jamás concebida? La respuesta se halla en la concepción pluralista de que el arte se compra y se vende, así existen autoproclamados artistas que hablan de sus obras como un medio de expresión, cuando la misma apunta a la satisfacción económica. Es la sociedad la que hace el artista. La música creada por uno mismo sirve para identificarse. Hoy en día, cualquiera tiene la posibilidad de componer música y ser famoso a través de ello, aunque carezca de conocimientos previos del tema y, a pesar de que dicha música no exprese ningún sentimiento o mensaje, los medios de comunicación hacen posible dicha fama. Podríamos decir que en un principio se mantenía el concepto de poseer ideales y de transmitirlos a través de la música, pero hoy en día, los artistas deben decir las cosas que sus contratistas o empleadores les inducen. Esto se refleja en que los compositores de hoy estén condicionados a vender y dejar en un segundo plano la expresión de sus pensamientos e ideales. Sin embargo, existen autores que son capaces de hacerlo. La música puede ser una buena manera de compartir sentimientos sencillos y fuertes tales como el amor, la soledad, la tristeza, el desamparo, como así también la alegría, el encuentro, la superación, la ira, el deseo, etcétera. En conclusión desde algunos puntos de vista, componer música, escribir una canción o tocar un instrumento parece difícil, pero con el tiempo las personas pueden aprender a crear hermosas canciones que transmiten mensajes diferentes, sin necesidad de estudios teóricos sobre música. Pero personas, más interiorizadas en el tema, piensan que componer en sí, no es difícil, sino que en realidad es complicado luego de haber terminado de componer, sentirse realizado.