Andoni Ugarte: Psicólogo infantil, adolescentes y adultos en Donostia/ San Sebastian e Irún - La Interpretación. Cuando empecé a preparar algunas notas para este debate sobre algún aspecto de la interpretación, en la medida que me paraba a hacer un repaso del asunto, se me iba confirmando lo extenso del tema y su posición central en el psicoanálisis. Es el punto donde se explicita la actividad del analista, y donde convergen, la técnica, las teorías, y su personalidad. Desde el inicio, múltiples han sido las preguntas que se han planteado y muchas también las respuestas; qué es una interpretación y qué no lo es, cómo se construye una interpretación. Tipos de interpretación tal y como se lo planteaba E.Racker: Cuanto, Cuando y Qué interpretar. Otros se han preguntado ¿Interpretar para que?. Las preguntas en torno a la interpretación, han girado en general en torno a dos aspectos: 1º, el desciframiento, la comprensión del sentido de las “creaciones” del paciente, y 2º, las condiciones de eficacia de la interpretación. En este segundo punto me interesan dos aspectos de la eficacia de la interpretación en relación al cambio y al insight. Primero: La adecuada formulación para que genere en el paciente el tipo de procesos que le faciliten su entrada a la recreación de la neurosis infantil y regresiva de transferencia, y la interpretación que a través del análisis de la resistencia, la haga evolucionar a través de las diferentes fases, hasta su resolución, tal como la describe entre otros Viderman. Segundo: Seguir sus consecuencias próximas en el proceso y en el paciente. Posibles despliegues, o acentuación de las resistencias, sus efectos de apertura o de cierre. La interpretación busca generar en la relación transfero-contratransferencial, en un sujeto determinado, un proceso que le permita dinamizar y orientar, por otras vías, los efectos inhibidores que, en él, han producido un conjunto de circunstancias internas y externas. Nuestra primera tarea sería la comprensión de los procesos mentales patológicos y sanos del paciente. Detectar qué procesos inconscientes está intentando organizar en ese momento, y cuáles va a necesitar elaborar: por ejemplo: constitución y distancia del objeto, elaboración de las pulsiones (orales, anales, fálicas), integración del superyó, procesos de identificación, de edipificación... etc. Me pregunto cuál es el conflicto, que se está planteando en un sentido manifiesto y en un sentido latente. Qué fantasía edípica infantil está intentando organizar en la relación transfero-contratransferencial y cuál es la resistencia. Trato de establecer la secuencia de sus movimientos emocionales, progresivos y regresivos. Qué es lo que aparece y qué es lo que falta y los posibles porqués?. Desde la escucha del paciente y de mi contratransferencia, trato de situar las repeticiones, el retorno de lo reprimido, los diferentes obstáculos así como cuáles serán sus posibles vías de resolución y salida. Busco diferenciar cuándo son momentos de entrada a una nueva fase y cuando son momentos de paso de página. Esta comprensión del proceso mental actual, sería una primera interpretación de lo que pensamos que le pasa al paciente. Es una interpretación para nuestro propio proceso de trabajo, no para comunicar al paciente. El segundo aspecto que me interesa y me preocupa es que las interpretaciones sean algo para generar movimientos elaborativos, y poder detectar los signos de esa sucesión de pequeños cambios en el desarrollo de la neurosis de transferencia, levantamientos parciales de la represión, una mayor riqueza en las representaciones, mayor variedad de emociones, etc. En este sentido busco que las interpretaciones no sean saturadas, lo que podría producir un efecto de cierre. Para ello es fundamental la adecuación temporal de la interpretación, decirla en el momento justo, con esa mezcla de cautela y audacia, y valorando las capacidades del yo, sus necesidades proyectivas y sus posibilidades introyectivas, para que pueda facilitar su trabajo de elaboración. La elaboración la definió Freud sucesivamente en dos sentidos. En 1.914 en Recordar, repetir y elaborar. En ese momento la interpretación y la elaboración que son la contrapartida de la compulsión de repetición, asentada sobre el principio del placer, se efectúan sobre las resistencias en el yo. Posteriormente el proceso de perlaboración, (Durcharbeiten) como la define en Inhibición, síntoma y angustia. 1.926. Escribe: “tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la compulsión de repetición, la atracción de los arquetipos inconscientes sobre el proceso pulsional reprimido; y nada habría que objetar si se quisiese designar ese factor como resistencia de lo inconsciente.” Aquí la compulsión de repetición, está conectada con la pulsión de muerte, y con las resistencias del ello. En nuestro trabajo hemos de poder diferenciar esos momentos silenciosos de trabajo de perlaboración del paciente, donde está en aparente estancamiento, del impasse y de la reacción terapéutica negativa, que están sustentadas en la transferencia negativa latente, o en el masoquismo como resistencias a la elaboración. Hemos de tratar de prever tanto los efectos positivos de la interpretación, como los posibles efectos negativos, en el sentido de incremento de las resistencias, como de antiproceso, o de agravamiento regresivo, que pueda producir. Concibo la actitud del analista siguiendo la metáfora freudiana de la partida de ajedrez, como una combinación de pensamiento estratégico y táctico, en donde la creación de un espacio transicional, en el aquí y ahora de la transferencia, permitirá que el paciente ponga a prueba nuevos funcionamientos pulsionales y representacionales, antes de llevarlos afuera. Aquí la disponibilidad contratransferencial e interpretativa del analista como objeto actual, juega un papel fundamental y mutativo. M. de M´Uzan 1.994. afirma “El analista tiene que dejarse envolver por los movimientos más intrusivos del paciente... ser capaz de escuchar al paciente en varios niveles,... hacer regresión con él... el analista debería estar dispuesto a que una parte de él mismo se volviera transitoriamente el paciente... así como estar en condiciones de recuperar de manera instantánea las funciones más evolucionadas del esquema de trabajo”. Menninger (1958) prefirió denominar a la participación del analista en el proceso bipersonal como “intervención”, esta puede o no “interpretar” algo pero cada vez que habla contribuye a un proceso en el que previamente él tiene claro la dirección y el punto de llegada. Yo diría que toda esta manera de entender la interpretación parte del cambio de Freud de la primera tópica a la segunda. Si fue descrita en la primera tópica como el instrumento para “hacer consciente lo inconsciente”, lo que llevó a una actitud del analista en donde le traducía al paciente todas sus manifestaciones al contenido inconsciente. Y sin embargo este planteamiento no producía el efecto deseado. Con el desarrollo de la segunda tópica, la función de la interpretación pasa a ser “donde estuvo el ello el yo debe advenir”... Ahora la interpretación ha de tener en cuenta a las fuerzas del yo. Es un tipo de interpretación en secuencia. Se interpreta ahora la representación de un impulso infantil que pugna por llegar a la conciencia, después la de una resistencia, más tarde la de un temor con el objeto actual, etc. Los estadios más evolucionados de la neurosis de transferencia señalarían los momentos donde la elaboración se realizaría en la convergencia de lo actual, lo histórico infantil, lo externo y lo interno. En los momentos finales de la cura, se acentúa el valor de las construcciones históricas del analista, partiendo del trabajo reconstructivo del paciente en relación a los recuerdos que no se han podido recuperar. Este proceso de elaboración implica una transformación en los modos de funcionamiento del aparato psíquico. Del proceso primario que caracteriza al sistema inconsciente a un modo de funcionamiento del proceso secundario propio del sistema preconscienteconsciente. Se trataría de una mejor intercomunicación entre los dos tipos de funcionamiento mental. El analista pues, debe de formular sus interpretaciones en términos del proceso secundario, aunque infiltradas con la riqueza del proceso primario, surgidas de su elaboración contratransferencial, para que puedan tener impacto en el inconsciente del paciente. Me gustaría también señalar antes de terminar cómo T.Reik en 1.932 señalaba que la interpretación que produce un insight más efectivo es la que despierta un efecto de “shock”, “de sorpresa”, que el sujeto experimenta al tomar conciencia de sus procesos inconscientes, y cuyo efecto se hace sentir mucho después. Afirmaba que la técnica de la interpretación tiene mucho que ver con la técnica del chiste, donde a partir de un contenido manifiesto hay una regresión estructural al proceso primario que trata el material a través de los mecanismos de condensación y desplazamiento, para que emerja nuevamente en forma distinta. La interpretación surge de un intento de recoger el material del paciente, dejar que se internalice en nosotros y que luego se nos aparezca nuevamente como una interpretación, en un trabajo de contratransferencia. Cuando se lo comuniquemos al paciente, le daremos una visión de sí mismo que por fuerza le tiene que sorprender. Esta es una lectura y revisión sobre la interpretación, realizada en el seminario de psicoterapia y psicología infantil de Donostia/ San Sebastian ante psicólogo infantil y adolescentes. Andoni Ugarte es psicologo en Irún y San Sebastian.