Las buenas prácticas laborales (BPL) para la equidad de género,... iniciativas desde el mundo privado como acciones voluntarias.

Brasilia, Chile y las buenas prácticas laborales
Jueves, 12 de Agosto de 2010 08:44
Las buenas prácticas laborales (BPL) para la equidad de género, en su mayoría, han nacido de
iniciativas desde el mundo privado como acciones voluntarias.
Por Carolina Peyrín. Integrante del Consejo ConsultivoOGE
El tema central de la XI Conferencia fue: ¿Qué Estado para qué igualdad? con énfasis
en la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres. Nueve puntos
expresan el consenso en la orientación de los países hacia el avance en materia de
igualdad de género, varios de ellos correlacionados con la participación laboral de las
mujeres y su autonomía económica, a saber:
Conquistar una mayor autonomía económica e igualdad en la esfera laboral; Ampliar la
participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y en las esferas de
poder; Enfrentar todas las formas de violencia contra las mujeres; Facilitar el acceso de
las mujeres a las nuevas tecnologías y promover medios de comunicación igualitarios,
democráticos y no discriminatorios; Promover la salud integral y los derechos sexuales
y reproductivos de las mujeres.
Chile estuvo representado por la Ministra del
SERNAM
,
Carolina Schmidt
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, acompañada por
Belén Sapag
, primera secretaria de la misión de Chile ante la OEA, quien expuso en el panel especial
destinado a conocer de la Situación de Haití y Chile después de los terremotos.
En el grupo que integró la delegación estuvieron presentes las parlamentarias
Evelyn Matthei
y
María Antonieta Saa
, empresas reconocidas por SERNAM por la adopción del modelo de buenas prácticas
laborales (
Bagó, ENAMI, Banco Estado Microempresas, Codelco
), empresarias, representantes del
PNUD
,
OIT
,
Comunidad Mujer
, organización de mujeres indígenas y
DOMOS
.
Si bien Chile firmó el Consenso de Brasilia, planteó una moción, que significa que no
compromete reporte de avance, en la materia relacionada con salud integral y derechos
sexuales y reproductivos, en virtud de la exclusión en el actual programa de gobierno de tratar
el tema de aborto y su definición de ser un gobierno
“Pro vida”
. Asimismo,
no adhirió
a un
"acuerdo de entendimiento"
para impulsar un sello de certificación de equidad de género en el trabajo y es respecto de este
último punto, nos parece necesario ofrecer algunas consideraciones
El
Programa de Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género
,
“Iguala.cl”
, ha sido una iniciativa impulsada por SERNAM desde la asunción de la administración
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Bachelet. El año 2006 se conforma para desarrollar, implementar y validar metodologías y
herramientas que contribuyan a eliminar las prácticas discriminatorias por razón de sexo, que
se reproducen en las relaciones laborales al interior de los servicios públicos y de las
empresas, tanto públicas como privadas. El 2008 nace el
Modelo de Equidad de Género IGUALA
, de calidad de la gestión con énfasis en la igualdad de género y la no discriminación. El 2009
se lanza el
SELLO IGUALA
que reconocerá a empresas que hayan implementado el Modelo IGUALA en términos
correspondientes a un proceso de certificación.
Lo anterior ha implicado una inversión de recursos para avanzar en 4 años en este campo,
donde SERNAM ha trabajado con Banco Mundial, Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), CORFO, Instituto Nacional de Normalización (INN), entre los principales.
Con esto se ha buscado institucionalizar las políticas de equidad de género, disminuir las
brechas y propiciar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres desde una
perspectiva de derechos e inclusión social, pero también desde una perspectiva de
necesidades de nuestra economía.
Cabe señalar que Chile de acuerdo al reporte de Género del Foro Económico Mundial
(Global Gender Gap Report 2009) que incluye 4 áreas, muestra su peor ubicación en
participación económica y oportunidades de la mujer: lugar 112 de 134 países.
Esta iniciativa, pionera en Chile y América Latina, basada en los modelos de mayor data y
resultados como los aplicados en Brasil, España y México, tiene por finalidad trabajar en un
modelo de gestión que detecte las inequidades de género en forma conjunta entre la empresa
y los sindicatos o Comités Paritarios, y que para superarlas incorpore buenas prácticas
laborales con equidad de género en el plan de negocios de las empresas y/u organizaciones.
En virtud de dicho proceso en enero de 2010, 37 empresas públicas y privadas de todo el país
fueron reconocidas en un acto, por la ex Presidenta de la República y la Ministra del SERNAM,
por implementar con éxito el modelo de Equidad de Género, etapa previa para postular al Sello
Iguala que reconocerá, según estándares y normas internacionales, las Buenas Prácticas
Laborales con perspectiva de género en las empresas.
Entonces cabe preguntarse:
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¿No es correspondiente la relevancia que en el actual gobierno se está dando al
incremento de cantidad y calidad de la participación laboral femenina con un impulso
aún más decidido de una gestión de calidad y de la responsabilidad social empresarial
para el logro de la igualdad de género en el espacio laboral?. ¿No era correspondiente
en una materia prioritaria de la agenda gubernamental haber llegado a la Conferencia
mas importante de la región con una definición sobre la continuidad del modelo que se
venía impulsando o su adaptación, de modo que dicho proceso de revisión no fuera
argumento para quedar en la ubicación del único país que no suscribió este acuerdo de
buenas intenciones en la materia?
; o es que la
“Imagen país”
, tan cuidada en otros ámbitos estimados
“económicos”
no es aplicable a la destacable imagen de avance que detentaba Chile en este ámbito, hasta
ahora, en la región.
Las buenas prácticas laborales (BPL) para la equidad de género, en su mayoría, han nacido
de iniciativas desde el mundo privado como acciones voluntarias. En estos últimos cinco años
se evidencian avances en marcos normativos o directrices impulsadas desde el ámbito
gubernamental que sirvan de guía hacia un estándar de buenas prácticas en un país: es el
caso de Argentina, Uruguay, Costa Rica, Brasil, México, entre varios otros países. La
implantación de un modelo integrado a las diversas áreas de la gestión de las personas en el
espacio laboral es fundamental para la disminución de las brechas y el logro sostenido y
progresivo de la igualdad de género. La tendencia a la incorporación de buenas prácticas para
la
“Conciliación de la vida laboral y familiar”,
más desde un enfoque de
“beneficios”
que desde una perspectiva de promoción de igualdad de oportunidades de desarrollo y de
responsabilidades para mujeres y hombres respecto del trabajo doméstico, de cuidado y
crianza de los hijos/as, suele tener a la base una comprensión limitada de la perspectiva de
género en este ámbito. Como consecuencia puede tener como efecto –no deseado- el refuerzo
de que tales necesidades de conciliación son
“necesarias”
mas para las mujeres que para los hombres, pues ello requiere un trabajo educativo y de
incentivos, especialmente, en a la inclusión de los varones en la vida privada.
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Un modelo integrado enfoca los objetivos de igualdad desde la política y planeación de
la equidad de género transversalmente
en la gestión empresarial, el ámbito de reclutamiento, selección e inducción de personal; el
desarrollo de carrera y acceso a la capacitación; las condiciones de trabajo (brecha salarial,
situación contractual, seguridad social, jornada laboral); las prácticas de no discriminación y
acoso sexual, así como los sistemas de comunicación y negociación, evaluación, seguimiento y
mejora.
En efecto, la vigencia aún de un modelo tradicional de división sexual del trabajo, en que las
responsabilidades asociadas a la reproducción social (tareas del hogar, cuidado de hijos y
adultos mayores, etc.), son individual y principalmente de las mujeres y no de los varones o
una necesidad de las sociedades, es una piedra angular para alcanzar la igualdad de género
en la esfera laboral.
S
in embargo se corre el riesgo de abordarlo de manera parcial o sesgada en la medida
que no se correlaciones con el avance en los demás ámbitos señalados.
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