Autores Modernos - Semillero-HPE

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Autores Modernos
Irving Fisher. Mathematical Investigations in the Theory of Value and Price.
F.P Ramsey Verdad y Probabilidad
Tanto para I. Fisher como para F.P Ramsey es fundamental, en el desarrollo de la economía
,extraer de la teoría cualquier consideración moral o sicológica. Esto porque consideran que
la teoría económica debe construirse como una ciencia objetiva capaz de explicar .Fisher
establece en el primer capítulo de su libro Mathematical Investigations in the Theory of Value
and Price, que la economía deber ser una ciencia libre de juicios morales. Sus leyes son creadas
para explicar hechos (I.Fisher 1896. 11)La herramienta que permite la construcción de esta
ciencia positiva es el análisis matemático que lleva a establecer relaciones objetivas y
consistentes entre conceptos definidos. La anterior pretensión los lleva a rechazar en sus
formulaciones cualquier vínculo con teorías morales, en específico con la tradición utilitarista
por Jeremy Bentham. Los dos autores hacen explícita la necesidad de desvincular el análisis
económico del utilitarismo aún cuando se continúe usando el término utilidad.
Fisher
Antes de desarrollar la formulación de la teoría del consumo, Fisher esclarece lo que entiende
por el termino utilidad. Esto lo hace en el primer capítulo llamado la utilidad como cantidad.
En él advierte que el término utilidad no debe ser confundido con placer pues la economía no
debe pretender asumir que este es la motivación de toda acción. A demás, este término
relaciona la teoría económica con el utilitarismo y la hace incluir juicios morales que la alejan
del objetivo de ciencia positiva. Finalmente, para superar esta connotación negativa propone
el término deseo y postula como principio que los individuos actúan siguiendo su deseo.
Primero aclara la necesidad de delimitar el campo de estudio y los objetivos de la economía
respecto a la sicología. La segunda incluye aspectos emocionales de los individuos. La primera,
por el contrario, al definir la idea de utilidad no debe ir más allá de lo que le sirve para explicar
hechos económicos. No es cuestión de la economía el tomar posición o justificar si el placer y
el dolor en sí determinan la conducta, esto sería campo de la sicología. Aclara que economistas
como Jevons o Edgeworth se han equivocado al concebir la utilidad como incrementos
perceptibles de placer. Esta definición lleva a una pretensión errada. “los economistas se han
extraviado en esta pretensión. Este 'endilgamiento' de la sicología en la economía es
inapropiado y vicioso. El resultado es que las matemáticas se han culpado de restablecer las
entidades metafísicas que habían sido antes desechadas” (Fisher 1896 5).
De acuerdo a esto, el término utilidad no debe referirse necesariamente a un incremento de
placer. Para evitar esta confusión propone el término deseo. Explica que es difícil negar que lo
que motiva a un individuo a realizar una acción es el deseo y que previo a este puede haber
otros aspectos como el placer, la necesidad o el miedo. Es decir, la motivación de la acción es
el deseo independientemente de si a este antecede cualquier otra consideración.
Lo anterior lo lleva a el primer su primer postulado psico-económico:
Todo individuo actúa según su deseo. (Each individual acts as he desires)
El término deseo, para Fisher, es más adecuado pues permite deshacerse de la connotación
normativas del término utilidad.
“ Perhaps utility is an unfortunate word to express the magnitude intended. Desirability
(Marshall) would be less misleading, and its opposite, undesirability is certainly preferable to
dis-utility. “Utility” is the heritage of Bentham and his theory of pleasures and pains. For us his
word is the more acceptable, the less it is entangled with his theory” (Fisher, 1892. 23).
La utilidad es, entonces, un concepto que debe limitarse a ser una forma objetiva de
relacionar bienes. Enuncia la utilidad como cantidad a través de tres definiciones que toma
directamente de el conceptos matemáticos de magnitud.
i)
Para un individuo dado en un tiempo dado, la utilidad de A unidades de un bien o
servicio a es igual a la utilidad de B unidades de otro bien b si el individuo no tiene
deseo por uno en exclusión del otro.
ii) Para un individuo dado en un tiempo dado, la utilidad de A unidades de un bien a
excede la utilidad de B unidades de un bien b si el individuo prefiere (tiene deseo por)
A en exclusión de B.
iii) El ratio de dos utilidades infinitesimales es medido por el ratio de dos incrementos
infinitesimales del mismo bien respectivamente igual en utilidad a las dos utilidades
cuyo ratio es requerido. 1
Estas definiciones le permiten entender la utilidad solamente como una relación entre bienes
sin que el término tengo que referir el criterio usado para la elección entre estos. De esta
manera desvincula el concepto utilidad de su origen utilitarista.
F.P Ramsey
El objetivo de Ramsey en su trabajo Verdad y Probabilidad (1926) es construir una teoría sobre
las cantidades medibles de creencia sobre una acción. Para esto propone adoptar una
teoría sicológica general. Ésta establece que las acciones de una persona están
determinadas por sus deseos. “La teoría de que actuamos de la manera en que
creemos que es más probable que se realicen los objetos de nuestros deseos, de
modo que las acciones de una persona están completamente determinadas por sus
deseos y opiniones”. (Ramsey 1926)
Aclara, sin embargo, dos puntos importantes sobre esta teoría. Primero, es consciente
de que no en todos los casos es cierta dado que los individuos también tienen
motivaciones que pertenecen al ámbito de la inconsciencia. Segundo, no debe
confundirse con un principio utilitarista. El primer punto lo soluciona argumentando que
una teoría no necesita ser completamente verdadera para ser útil a un objetivo
científico. Por ejemplo, algunos resultados de la física newtoniana se utilizan a pesar
de que se sepan falsos. El segundo punto necesita una explicación más detallada.
Al identificar este principio con uno utilitarista se estaría incluyendo en él
consideraciones morales o metafísicas que son justamente las que quiere evitar. Para
Ramsey es imposible determinar que las acciones de los individuos estén siempre
1 Esta definición es explicada posteriormente en la sección 4 (dfinition of the ratio of two utilities) del
primer capítulo y para ella se requiere la definición de utilidad marginal. No se desarrollará más
ampliamente por ahora.
determinadas por el placer como finalidad. Lo único que se puede decir que que la
motivación es el deseo.
“Debe observarse que esta teoría no debe identificarse con la sicología de los
utilitaristas, en la que el placer tiene una posición dominante. La teoría que propongo
adoptar es la que busca las cosas que queremos, que puede ser nuestro propio placer
o el de otras personas, o cualquier otra cosa, y nuestras acciones son tales que
creemos que es altamente probable que se realicen tales bienes” (Ramsey 1926)
Sin embargo, no es claro que logre desligarse completamente del principio utilitarista.
Esto se evidencia con una afirmación que hace posteriormente. Suponiendo una
situación en la que el individuo no tiene dudas, lo que podría interpretarse como una
situación de información completa, afirma: “podemos decir que (el individuo) elegirá
siempre el curso de acción que le llevará en su opinión a la mayor suma de bien”
(Ramsey 1926). Para evitar otra vez la confusión insiste en que aquí la palabra bien no
está relacionada con ninguna noción metafísica, solo se refiere a el deseo o la aversión
que puede sentir el individuo. Esta aclaración puede ser insuficiente en abandonar la
idea de la búsqueda del máximo placer, aún cuando este sea llamado bien o deseo.
Luego supone la situación en la que el individuo duda sobre la realización del objetivo
de su deseo en la acción y debe elaborar una creencia sobre ésta. Bajo esta situación
elabora la siguiente ley de la sicología:
“Sugiero que introduzcamos como una ley de la sicología que su conducta está
gobernada por lo que se llama la expectativa matemática; es decir que, si p es una
proposición acerca de la cuál él está dudoso, cualesquiera bienes y males para cuya
realización p sea en su concepción una condición suficiente y necesaria entran en sus
cálculos multiplicados por la misma fracción, que se llama el “grado de su creencia en
p”. Definimos así el grado de creencia de manera que presupone el uso de la
expectativa matemática. (Ramsey 1926).
Ramsey declara esta ley sicológica libre de cualquier legado utilitarista y base de su
teoría de las cantidades de creencia sobre una acción.
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