INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 245 DE LA LEY GENERAL DE SALUD. El suscrito legislador Sen. Ernesto Saro Boardman integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, de la LXI Legislatura de la Cámara de Senadores, con fundamento en los artículos 71, fracción II y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en artículos 164, numerales 1 y 2, 169, numeral 1, y 172, del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración de ésta Honorable Asamblea la siguiente Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se reforma el artículo 245 de la Ley General de Salud, al tenor de la siguiente: Exposición de motivos Las enfermedades mentales son uno de los problemas de salud pública más urgentes en México. Se estima que el 28.6[1] por ciento de la población presenta en algún momento de su vida un padecimiento relacionado con la salud mental, el cual puede ir desde los más leves, como la depresión estacionaria, hasta padecimientos altamente complejos[2]. El impacto que puede tener una enfermedad mental abarca todos los ámbitos de la vida de una persona: sus relaciones interpersonales con familiares y amigos; el papel que desempeña en su comunidad y frente a sus pares; su capacidad de conseguir y retener un trabajo digno; su capacidad de tomar decisiones conscientes e independientes respecto a su patrimonio; su capacidad de aprender; su capacidad de elección y autodeterminación; su capacidad de tener una vida sexual plena, entre muchos otros. Las enfermedades mentales se presentan tanto en niños que atraviesan la primera infancia como en adultos mayores. Se presentan, también, como morbilidades asociadas a otras, como ejemplo, el tratamiento contra el cáncer puede generar depresión, y asimismo pueden presentarse como morbilidades independientes, cuyo desarrollo en la persona desencadena, a su vez, morbilidades asociadas, por ejemplo, una persona con esquizofrenia puede presentar discapacidad motriz o de lenguaje. Todos estos padecimientos son crónicos y algunos se encuentran dentro de las primeras 10 enfermedades más discapacitantes como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, según datos de la OMS. En el caso de la esquizofrenia, el 82% de los pacientes presenta una recaída después del primer episodio psicótico, y el 78% presentan una segunda recaída a lo largo de 5 años. Es por ello que se recomienda tratamiento farmacológico de mantenimiento de por vida para aquellos pacientes con más de dos episodios psicóticos en 5 años.[3] Afortunadamente, se ha avanzado mucho en lo relativo al tratamiento de las enfermedades mentales. Los avances de la medicina han permitido generar medicamentos que ayudan a que las personas con esta condición puedan controlar la enfermedad, controlar sus síntomas e integrarse plenamente a la sociedad. El camino por recorrer en materia de investigación y desarrollo es aún largo y requiere del compromiso conjunto de la sociedad. Sin embargo, los logros alcanzados son inconmensurables, en particular para los pacientes que han tenido la oportunidad de experimentar en carne propia su recuperación, la mejora de las condiciones discapacitantes derivadas de la enfermedad mental, y los beneficios de la reinserción a la vida productiva. La Risperidona es una sustancia con beneficios importantes en el tratamiento de pacientes con esquizofrenia, entre otras enfermedades mentales, y en el tratamiento de los síntomas en niños con autismo. Es un medicamento antipsicótico de “segunda generación” que actúa sobre los 1 sistemas cerebrales de neurotransmisión de dopamina y serotonina, y no de “primera generación” que únicamente tienen efecto en dopamina. Otro beneficio de gran importancia para los pacientes, derivado de la Risperidona, es el escaso número de efectos secundarios que genera. Uno de los principales frenos para la continuidad de un tratamiento de esquizofrenia en pacientes que utilizaban medicamentos de primera generación era que los efectos secundarios de éstos se presentaban de tal índole que el paciente rehuía tomar su medicina, lo que ocasionaba el abandono del tratamiento, el regreso de la sintomatología y de las consecuencias nocivas en la vida de la persona. Sin embargo, a pesar de las ventajas de la Risperidona y los evidentes beneficios que conlleva para los pacientes y sus familias, es frecuente que la disponibilidad del medicamento en farmacias sea mucho menor a la demanda. Un factor que influye en gran medida para este desabasto es el hecho de que la Risperidona sea considerada como una sustancia psicotrópica en la Ley General de Salud, de acuerdo al catálogo enunciado en su artículo 245. Este hecho no sólo genera un impacto directo a la salud del paciente, sino también a su economía, ya que está clínicamente demostrado que si un paciente con esquizofrenia tiene un buen nivel de apego a su tratamiento, el gasto por recaídas psiquiátricas se reduce considerablemente (referencia—estudio e-star). Cada día de hospitalización psiquiátrica repercute en un gasto considerable, ya que en promedio, una hospitalización por recaídas puede llegar a ser de 30 días. Un paciente que no está controlado debidamente por falta de medicamento puede presentar varias recaídas psicóticas al año, hasta tres o cuatro. Con cada recaída las posibilidades de recuperación del paciente se hacen más remotas, aunado a las estancias hospitalarias cada vez más prolongadas. La principal causa para la recaída psicótica es la pobre adherencia terapéutica, tanto al medicamento como al seguimiento clínico. El no tomar el medicamento se asocia, en el caso de esquizofrenia, con mayor riesgo de recaídas. Con cada recaída el paciente pierde funcionalidad, se hace más difícil el control de síntomas. También las recaídas se asocian con hospitalizaciones, uso de servicios de urgencias, intentos suicidas, episodios de agresividad y vagabundeo.[4] A manera ejemplo, cabe señalar que la Olanzapina, un medicamento utilizado en el tratamiento de la esquizofrenia y trastorno bipolar, no es considerada como sustancia psicotrópica por la Ley General de Salud, factor que ha redundado en beneficios importantes en materia de disponibilidad para los pacientes que experimentan el desorden bipolar. En el caso de la Risperidona, los pacientes con esquizofrenia enfrentan un desabasto importante en las farmacias, debido a que ésta sí se considerara sustancia psicotrópica. No existe motivo alguno para que la Risperidona sea considerada como una sustancia psicotrópica. Según el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971[5], en su artículo 4°, la Organización Mundial de la Salud podrá considerar como sustancias psicotrópicas aquéllas que se compruebe puedan producir: Un estado de dependencia Estimulación o depresión del sistema nervioso central, que tengan como resultado alucinaciones o trastornos de la función motora o del juicio o del comportamiento o de la percepción o del estado de ánimo, Un uso indebido análogo y efectos nocivos parecidos a los de una sustancia de la Lista I, II, III o IV 2 Cabe puntualizar que las listas mencionadas en este último punto son las de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, entre las cuales no figura la Risperidona. En relación a la posible dependencia por parte de un paciente en la Risperidona, cabe señalar que no existe evidencia en la literatura médica en este sentido. Además, la dependencia a una sustancia se genera cuando ésta exacerba el estado de ánimo de una persona, generando placer, o cuando elimina el dolor, generando alivio y, por lo tanto, un sentimiento placentero. La Risperidona no tiene ninguna de estas dos consecuencias. La adicción a una sustancia se manifiesta de las siguientes maneras: La persona hace uso recurrente de la sustancia incumpliendo obligaciones. La persona invierte gran cantidad de tiempo en las actividades para obtener y usar la sustancia, o recuperándose de sus efectos. La sustancia por lo regular se consume en cantidades mayores y periodos más prolongados a los prescritos por los médicos tratantes. Abandono de las actividades recreacionales, sociales u ocupacionales debido al uso de la sustancia. Tolerancia La Risperidona no ha causado ninguno de los efectos mencionados en el párrafo anterior en los pacientes. Es necesario señalar que la eliminación de la Risperidona de las sustancias consideradas en la fracción III del artículo 245 de la Ley General de Salud no afectaría su venta y suministro al público, el cual sería regulado por el artículo 226 del mismo ordenamiento. Lo que sí implicaría la eliminación de la Risperidona del artículo 245 de la Ley General de Salud es una considerable facilitación y simplificación de los procesos de importación del medicamento a México -que hoy son muchos- y que retrasan significativamente la entrada de productos con este principio activo al país, además de que potencialmente ello podría repercutir en un mejor precio de los mismos, ya que por una parte se reducirían costos de importación y se dispondría de mejor abasto ampliando también su fecha caducidad. Adicionalmente, esto permitiría que nuestro país equiparara dichos procesos con los de sus principales socios comerciales (los cuales, dado que Risperidona no figura en las listas de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, son mucho más expeditos que en México) y, lo que es aún más importante, garantizaría el abasto del medicamento para millones de pacientes mexicanos, en beneficio directo de ellos, sus familiares y la sociedad en general. Por lo anterior y, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 71, fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 164 y 169 del Reglamento del Senado de la República, presento a esta Honorable Asamblea la siguiente: Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforma la fracción III del artículo 245 de la Ley General Salud. Artículo Único. Se reforma la fracción III del artículo 245 de la Ley General de Salud, para quedar como sigue: Artículo 245.- … 3 I. … II.- … III.- … BENZODIAZEPINAS: ACIDO BARBITURICO (2, 4, 6 TRIHIDROXIPIRAMIDINA) ALPRAZOLAM AMOXAPINA BROMAZEPAM BROTIZOLAM CAMAZEPAM CLOBAZAM CLONAZEPAM CLORACEPATO DIPOTASICO CLORDIAZEPOXIDO CLOTIAZEPAM CLOXAZOLAM CLOZAPINA DELORAZEPAM DIAZEPAM EFEDRINA ERGOMETRINA (ERGONOVINA) ERGOTAMINA ESTAZOLAM 1- FENIL -2- PROPANONA FENILPROPANOLAMINA 4 FLUDIAZEPAM FLUNITRAZEPAM FLURAZEPAM HALAZEPAM HALOXAZOLAM KETAZOLAM LOFLACEPATO DE ETILO LOPRAZOLAM LORAZEPAM LORMETAZEPAM MEDAZEPAM NIMETAZEPAM NITRAZEPAM NORDAZEPAM OXAZEPAM OXAZOLAM PEMOLINA PIMOZIDE PINAZEPAM PRAZEPAM PSEUDOEFEDRINA QUAZEPAM TEMAZEPAM TETRAZEPAM TRIAZOLAM 5 ZIPEPROL ZOPICLONA … Otros: … IV.- … V.- … TRANSITORIOS Único.- El presente decreto entrará en vigor al siguiente día de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. [1] Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP), 2003. Se menciona que la encuesta fue realizada entre la población adulta (18-65 años) en zonas urbanas (más de 2,500 habitantes). El 28.6 por ciento de la población encuestada ha manifestado alguna de las 23 enfermedades mentales consideradas como tales en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades. [2] Uno de los principales retos en el tratamiento adecuado de las enfermedades mentales es su diagnóstico oportuno. Para ello, un gran obstáculo es el estigma social que rodea a estas condiciones, lo que hace que familiares, amigos e incluso el propio paciente mientan sobre los síntomas. Esta situación se refleja también en los esfuerzos de encuestadores y analistas. [3] Lehman AF et al. Am J Psychiatry, 2004. [4] Haddad P et al. Eds. Oxford University Press, 2011. N.Y. EEUU. [5] Convenio sobre Sustancia Psicotrópicas 1971, Organización de las Naciones Unidas, 1971 6